Biografías de personajes históricos

José María Urbina: biografía, gobierno, aportes


José María Urbina fue un militar y político ecuatoriano nacido en 1808, cuando ese territorio aún pertenecía al Imperio español. En 1851, se convirtió en Jefe Supremo del país al derrocar a Diego Noboa mediante un golpe de Estado. Al año siguiente, fue nombrado presidente constitucional, cargo en el que permaneció hasta 1856.

La vocación militar de Urbina lo llevó a ingresar en la Escuela Naval antes de su adolescencia. A partir de 1828, participó en varias de las más importantes batallas de la época, como el combate naval de Malpelo o, posteriormente, la Batalla de Miñarica.

Retrato de José María Urbina

Sus actuaciones en el campo de batalla le valieron varios ascensos y, en 1843, el presidente Flores lo nombró gobernador de la provincia de Manabí. Urbina ocupaba ese puesto cuando, en 1845, estalló la Revolución Marcista que puso punto final a la etapa floreana. Al año siguiente, fue elegido Secretario de la Asamblea Nacional Constituyente.

Tras convertirse en presidente, Urbina promulgó algunas importantes reformas, entre las que destaca la abolición de la esclavitud. En el aspecto negativo, su gobierno se caracterizó por la represión a la que sometió a la oposición.

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Biografía

José María Mariano Segundo de Urbina y Viteri nació en Quito el 19 de marzo de 1808, aunque algunas fuentes afirman que su localidad natal fue Píllaro. Su padre, Gabriel Fernández de Urbina, era español y ejerció como el último Contador Real de la Colonia. Su madre, Rosa Viteri, era natural de Ambato.

Urbina cursó la educación primera en su ciudad natal, aunque también pasó parte de su infancia en Ambato, al cuidado de sus parientes maternos. Muy pronto, con solo 13 años, abandonó los estudios para trasladarse a Guayaquil y alistarse en la Escuela Naval.

En esa institución recibió formación militar del general Juan Illingworth, quien de acuerdo a las fuentes históricas, lo cuidó como si fuera su hijo.

Primeras participaciones militares

Cuando terminó su educación, a los 16 años, Urbina se convirtió en Guardia de Marina. A las órdenes de Illingworth, participó en el bloque a El Callao, el último bastión español en el territorio.

Su primer ascenso lo obtuvo a los 20 años, cuando se convirtió en alférez de navío. Al comenzar la guerra entre Perú y la Gran Colombia (de la que entonces formaba parte Ecuador), Urbina fue destinado a la goleta La Guayaquileña, donde coincidió con Francisco Robles, entonces un guardiamarina.

En ese destino, Urbina demostró su valor en el combate naval de Punta Malpelo. En el intercambio de disparos contra una fragata peruana que preparaba el bloqueo del golfo de Guayaquil, el joven militar resultó herido.

Un año más tarde, Urbina participó en la batalla terrestre de Tarqui, de nuevo contra el ejército peruano.

Carrera militar

La carrera militar de Urbina se intensificó a partir de 1830. En un contexto histórico muy convulso, el futuro presidente participó en varios acontecimientos fundamentales para la historia del país.

El 13 de mayo de 1830, Ecuador se separó de la Gran Colombia y pasó a ser un país independiente. El primer presidente fue Juan José Flores, quien tuvo que afrontar la revolución iniciada por Luís Urdaneta. Urbina tuvo una importante participación en la campaña para sofocar esa insurrección.

Más adelante, Urbina fue enviado a Bogotá como parte de un comité diplomático. Durante la guerra civil que estalló en el país en 1834, el militar se posicionó del lado de los revolucionarios y, al año siguiente, intervino de forma destacada en la Batalla de Miñarica. Un pacto entre Rocafuerte y Flores puso fin al enfrentamiento civil.

En 1836, ya con Vicente Rocafuerte en la presidencia, Urbina fue nombrado Ministro plenipotenciario en Nueva Granada.

Al año siguiente, Urbina fue apartado de ese puesto, algo que enojó al militar. Su reacción fue aliarse con el general Juan Otamendi para tratar de sublevar a la guarnición de Riobamba. El gobierno, enterado de la conspiración, ordenó el destierro de Urbina al extranjero.

Revolución marcista

En 1839, con el regreso de Flores a la presidencia, Urbina pudo regresar a Ecuador. El presidente lo nombró entonces gobernador de la provincia de Manabí, además de ser designado para participar en la asamblea constituyente de 1843.

Siendo gobernador de Manabí, Urbina acabó apoyando la Revolución Marcista, que comenzó el 6 de mayo de 1845 con la intención de derrocar a Flores. El militar lideró un levantamiento en la provincia que gobernaba, lo que le valió la gratitud del gobierno provisional que los revolucionarios habían instalado en Guayaquil.

Urbina fue ascendido a general de brigada por ese gobierno y, con una división del ejército, avanzó hacia Guayaquil, donde entró el 27 de mayo en medio del entusiasmo de la población.

La asamblea constituyente instalada en Ambato eligió a Vicente Ramón Roca como nuevo presidente y Urbina fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores. Desde ese momento, ocupó varios importantes puestos políticos y militares, entre los que se encontraron el de presidente de diputados, senador, Jefe de Estado Mayor y Jefe Superior, Civil y Militar de Guayaquil.

Golpe contra Ascásubi

José María Urbina había fijado su residencia en Guayaquil. Allí, gracias a su influencia sobre los militares, organizó una rebelión contra el gobierno de Manuel de Ascásubi, al que acusaba de varios delitos.

La rebelión comenzó el 20 de diciembre de 1849, pero el pueblo de Guayaquil reaccionó rápidamente e impidió que fuera a mayores.

El gobierno llamó a Urbina a la capital para que respondiera por sus acciones, pero este logró no ser castigado. La única respuesta de Ascásubi fue intentar cambiar a los responsables militares de Guayaquil.

Urbina convocó entonces una asamblea popular en la ciudad, que eligió a Diego Noboa como Jefe Supremo el 2 de marzo de 1850. El 10 de junio de ese año, Ascásubi renunció a la presidencia y Noboa lo sustituyó.

El nuevo mandatario ofreció a Urbina el ministerio de la Guerra y Marina, pero este rechazó el ofrecimiento y acusó a Noboa de haber pactado con los seguidores de Flores, lo que, según el militar, comprometía la seguridad nacional.

Con esa acusación, Urbina organizó un golpe de Estado militar. En esta ocasión, su levantamiento tuvo éxito y el 17 de julio de 1851 fue proclamado Jefe Supremo de la República por la guarnición de Guayaquil.

Presidente de Ecuador

En 1851, todavía como Jefe Supremo, Urbina tuvo que hacer frente a un intento de invasión liderado por Flores y apoyado por Perú.

Una vez rechazada la invasión, Urbina convocó una asamblea constituyente para restaurar el orden jurídico en el país. Esta asamblea, que se reunió en Guayaquil, lo proclamó presidente interino el 17 de julio de 1852.

Los trabajos de la asamblea concluyeron con la promulgación de una nueva constitución. Acto seguido, el 6 de septiembre de 1852, Urbina fue elegido como presidente constitucional.

Su periodo presidencial se prolongó hasta 1856. De cara a las elecciones, Urbina prestó su apoyo a Francisco Robles, quien resultó a la postre elegido para ocupar el cargo.

Últimos años y muerte

La elección de Gabriel García Moreno como presidente de Ecuador en 1861 provocó que Urbina tuviera que exiliarse en Perú. Desde allí organizó varios intentos de invasión, pero ninguno de ellos tuvo éxito.

Urbina no pudo regresar a su país hasta 1875, cuando García Moreno fue asesinado. El militar encabezó entonces la Revolución de Veintemilla, que culminó con el derrocamiento de Antonio Borrero y con el establecimiento de la dictadura de Ignacio de Veintimilla.

En 1878, Urbina fue elegido para presidir una nueva asamblea constituyente, reunida en Ambato. En 1891, alejado ya de la política, falleció en su domicilio de Guayaquil.

Gobierno

En 1851, José María Urbina se proclamó Jefe Supremo después de dar un golpe de Estado contra Diego Noboa.

Juan José Flores, antiguo mandatario del país, trató de derrocar a Urbina mediante una invasión apoyada por Perú y los conservadores ecuatorianos. El fracaso de este intento permitió a Urbina convocar una Asamblea Constituyente para oficializar su posición.

Presidente constitucional

La asamblea para promulgar una nueva constitución tuvo su sede en Guayaquil. El 17 de julio de 1852, Urbina fue nombrado como presidente interino. Cuando la constitución fue aprobada, pasó a convertirse en presidente constitucional, el 6 de septiembre del mismo año.

Una de sus primeras medidas tuvo como propósito mejorar sus relaciones con la Iglesia, una institución que gozaba de un gran poder en la época. Para ello nombró a Francisco Xavier de Garaycoa (el primer obispo que tuvo la ciudad de Guayaquil) como miembro del Consejo de Gobierno.

Destierro de los floreanistas y represión

Además de por medidas tan importantes como la abolición de la esclavitud, el periodo presidencial de Urbina se caracterizó por su mano dura contra la oposición.

El intento de invasión de Flores fue utilizado como pretexto para desterrar a varias familias simpatizantes del antiguo presidente. Sus bienes, además, fueron confiscados.

Por otra parte, Urbina pidió a Perú que pagara una indemnización por haber apoyado el mencionado intento de invasión. Ambos países llegaron a un acuerdo quedó reflejado en el consiguiente tratado de paz.

La decisión más conocida de Urbina, la abolición de la esclavitud, fue aprovechada por el presidente para formar un ejército de élite compuesto por los libertos. Este cuerpo militar, conocido como Taura, recibió el encargo de intimidar a los opositores políticos.

Los conservadores iniciaron una campaña de prensa en la que se criticaba al gobierno. Urbina reaccionó decretando el destierro de algunos periodistas.

Obras y aportes de Urbina

El 25 de julio de 1851, solo ocho días después del golpe de Estado que lo convirtió en Jefe Supremo de la República, Urbina promulgó su ley más importante: la abolición de la esclavitud.

El mandatario no solo se limitó a promulgar el decreto, sino que aprobó otro con el que creaba un impuesto a la pólvora para pagar a los poseedores de esclavos por la libertad de los mismos y que, así, no resultaran perjudicados.

Abolición de impuestos a los indígenas

Otra de las leyes de carácter social que Urbina aprobó durante su mandato fue la liberación económica de los indígenas. Estos habían sido obligados a pagar altos impuestos desde la época colonial.

En 1854, el Congreso exigió la abolición de esos impuestos. Además, el órgano legislativo exigió “igualdad, pues, en derechos, a los indios con los demás ecuatorianos”.

Educación

Urbina intentó también cambiar la estructura educativa del país. Para ello, promulgó la Ley de Libertad de Estudios, que garantizaba la educación primaria pero privatizaba la secundaria y universitaria.

Además, la ley añadía que los estudiantes podían realizar sus pruebas cuando lo desearan, sin tener que matricularse o asistir a clases. Según los expertos, esta reforma legal perjudicó la calidad educativa en los últimos ciclos.

Deuda

El gobierno intentó buscar una solución a uno de los grandes problemas económicos que sufría el país: su elevada deuda. Esta, que había sido heredada de su etapa como parte de la Gran Colombia, era especialmente importante con el gobierno inglés.

Los mandatarios ecuatorianos se reunieron con un representante de los acreedores ingleses para llegar a un acuerdo. Finalmente, determinaron que Ecuador saldaría su deuda mediante la explotación y colonización de grandes extensiones de terrenos situados junto al río Marañón y en las regiones madereras de Esmeraldas.

Este convenio, no obstante, no pudo llevarse a cabo debido a las reclamaciones efectuadas por Perú. Este país adujo que los territorios del Marañón estaban en disputa y que antes debía solucionarse la cuestión fronteriza entre ambos países.

Otras medidas

Además de las anteriores, el gobierno encabezado por Urbina aprobó otras medidas importantes. Una de las primeras fue la expulsión de los jesuitas, una decisión que exigió la Asamblea.

Por otra parte, la administración quitó poder a los terratenientes al extender la posesión de agua a algunos poblados remotos.

En el ámbito de la defensa, Urbina mejoró los sueldos de los militares, así como su formación y equipos. Esto le sirvió para ganarse el favor del ejército y, así, controlar los intentos de rebelión por parte de los seguidores de Flores.

A pesar de que su gobierno fue bastante represivo con los opositores, Urbina derogó la pena de muerte por motivos políticos.

Por último, el gobierno redujo los aranceles de los productos destinados a la exportación en un intento de mejorar la economía.

Referencias

  1. Avilés Pino, Efrén. Urbina Gral. José María. Obtenido de enciclopediadelecuador.com
  2. Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. José María Urbina. Obtenido de biografiasyvidas.com
  3. Educar Plus. José María Urbina y Viteri. Obtenido de educarplus.com
  4. Encyclopedia of Latin American History and Culture. Urbina, José María (1808–1891). Obtenido de encyclopedia.com
  5. People Pill. José María Urbina. Obtenido de peoplepill.com
  6. Kids Encyclopedia Facts. José María Urbina facts for kids. Obtenido de kids.kiddle.co