Tratado de Brest-Litovsk: antecedentes, firma y consecuencias
El Tratado de Brest-Litovsk fue un acuerdo de paz firmado por Rusia, el Imperio Austrohúngaro, Bulgaria, Alemania, y el Imperio Otomano en el contexto de la Primera Guerra Mundial. La firma se produjo el 3 de marzo de 1918, en la ciudad que le da nombre, situada en Bielorrusia, entonces perteneciente al Imperio Ruso.
La Primera Guerra Mundial había comenzado como un enfrentamiento entre el Imperio Austrohúngaro, Rusia e Italia y al Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso. Aunque, al principio, todos esperaban que fuera a ser una guerra corta, el conflicto se alargó en el tiempo.
Uno de los implicados a los que más estaba afectando el conflicto, militar y económicamente, era a Rusia. Esto provocó que estallara una revolución en febrero de 1917, aunque el nuevo gobierno no sacó al país de la guerra. Ese fue uno de los motivos de un nuevo estallido revolucionario, en octubre, que llevó al poder a los bolcheviques.
Lenin, líder de este partido, anunció muy pronto su intención de sacar a Rusia del conflicto. Así, se produjeron unas duras negociaciones de paz con las potencias enemigas. Finalmente, los rusos debieron aceptar condiciones perjudiciales dada su debilidad bélica.
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Antecedentes
Las potencias europeas llevaban décadas al filo de un conflicto bélico. El asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austrohúngaro, fue el detonante del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Pocas semanas después del magnicidio, ocurrido el 28 de junio de 1914, Austria-Hungría dio un ultimátum a Serbia, país en el que se produjo el asesinato, pidiéndole una serie de condiciones para mantener la paz.
Los serbios aceptaron las peticiones del ultimátum, excepto en un único punto. Austria-Hungría, excusándose en ese incumplimiento, les declaró la guerra el 28 de julio.
La política de alianzas característica de la décadas anteriores hizo el resto. Rusia, aliada de Serbia, movilizó a sus tropas, a lo que respondió Alemania, aliada de Austria-Hungría, declarando la guerra, en pocos días, a Rusia y a Francia.
Por último, el 4 de agosto, Alemania invadió Bélgica, lo que provocó que el Reino Unido se uniera al conflicto declarando la guerra a los alemanes.
De esta forma, los dos bandos iniciales quedaron definidos. Por una parte, Alemania y el Imperio Austrohúngaro y, por otra, Rusia, Francia y Reino Unido.
La Revolución Rusa
Cuando la guerra se alargó, Rusia comenzó a tener serios problemas. Por una parte, su ejército tenía la moral muy baja, en buena parte debido a las derrotas. Por otra, la economía del país se encontraba en una muy delicada situación, con parte de la población pasando hambre.
La Revolución de febrero derrocó al régimen del Zar, aunque no resolvió el problema de la guerra. Los bolcheviques, una de las facciones revolucionarias, abogaban por la retirada absoluta y parte de los soldados comenzaron a desobedecer a los altos mandos.
La situación en lo militar era, también, muy mala. El intento de contraataque, la llamada ofensiva Kerensky, fue un fracaso.
Los alemanes, por su parte, efectuaron una maniobra política para debilitar al gobierno ruso. Así, permitieron al líder bolchevique, Lenin, atravesar su territorio desde su exilio en Suiza, alcanzado Rusia el 3 de abril.
Una nueva revolución, en octubre, llevó a los bolcheviques al poder. El día 26 de ese mes, Lenin promulgó dos decretos. Uno de ellos fue el denominado Decreto de la Paz, que proponía a los gobiernos de los países involucrados en la guerra que empezaran a negociar para alcanzar una paz sin condiciones.
Firma del tratado y quiénes lo firmaron
Una vez que los bolcheviques llegaron al poder en Rusia, comenzaron a trabajar para sacar al país de una guerra cada vez más impopular entre la población. Sin embargo, la propuesta de Lenin para que se iniciaran conversaciones de paz fue rechazada por sus aliados, Reino Unido y Francia.
Ante esto, los rusos empezaron a negociar de manera unilateral con las potencias centrales. Trotsky, nombrado Comisario de Asuntos Exteriores, pidió que se firmara un armisticio como adelanto de un futuro tratado de paz definitivo.
Además de la mala situación económica por la que pasaba Rusia y del hartazgo de la población, los nuevos dirigentes querían utilizar el acuerdo de paz como propaganda hacia los obreros de toda Europa.
Por su parte, para Alemania y Austria-Hungría poder llegar a un acuerdo con los rusos era muy ventajoso, ya que les permitía centrar todos sus esfuerzos bélicos en el frente occidental. De esta forma, el 2 de diciembre de 1917, se firmó el armisticio pedido por Trotsky y, al día siguiente, se paralizaron las maniobras militares en el frente oriental.
Inicio de las negociaciones
El armisticio proporcionó el marco adecuado para comenzar las negociaciones de paz. Estas se realizaron a partir del 9 de diciembre en la localidad de Brest-Litovsk, donde los alemanes habían instalado su cuartel general del frente oriental.
Los rusos presentaron una propuesta basado en las tesis adelantadas por Lenin en su Decreto de Paz, esto es, un acuerdo que no penalizara a ninguna de las partes, ni económica ni territorialmente.
En un principio, los Imperios centrales aceptaron las propuestas rusas, pero exigieron que los aliados de Rusia también las firmaran. Para ello, dieron un plazo de 10 días para que los rusos informaran de lo negociado a Francia y Reino Unido.
Divisiones dentro de Rusia
A pesar de que las negociaciones habían comenzado, dentro del gobierno ruso había opiniones contrapuestas. El único punto en común era el temor de que los alemanes atacaran Rusia y acabaran con la revolución.
Una de las posturas sobre como encarar las negociaciones era la de Lenin, quien pensaba que en Europa central se iban a producir revoluciones socialistas a corto plazo, algo que favorecería a Rusia. Además, sabía que la capacidad militar alemana era muy superior, por lo que era necesario firmar la paz cuanto antes.
Frente a esta opinión se posicionó una fracción liderada por Nikolai Bujarin, quien apostaba por utilizar las negociaciones como una manera de ganar tiempo para reforzar al Ejército Rojo.
Por último, Leon Trotsky trató de conciliar ambas posturas. Según su opinión, el Ejército Rojo era, aún, demasiado débil para poder resistir ante los alemanes; aunque también pensaba que la firma de un Tratado de Paz era negativa para los bolcheviques.
Trotsky era partidario de alargar las negociaciones y esperar a que Alemania les presentara un ultimatum. Esto, según su opinión, haría que los obreros alemanes se levantaran en contra de su gobierno.
Ruptura de las negociaciones
Tras dos meses de conversaciones, el 10 de febrero de 1918, Trotsky decidió retirarse de la mesa de negociaciones. Los alemanes, para ese momento, habían endurecido sus condiciones para llegar a un acuerdo, que parecía más lejos que nunca.
Ante esta situación, Alemania anunció que el armisticio firmado finalizaría el 17 de ese mismo mes, amenazando con reiniciar las hostilidades el día 18.
Lenin intentó convencer a Trotsky de que firmara cuanto antes el acuerdo, ya que seguía pensado que las revolución obrera en Alemania era inminente. Sin embargo, la idea de Trotsky era la contraria: un nuevo ataque alemán sería lo que provocaría el levantamiento de los obreros alemanes.
Alemania cumplió con lo que había anunciado y el 18 de febrero reinició las operaciones militares. En solo 24 horas, Trotsky quedó convencido de que el ejército alemán derrotaría fácilmente al Ejército Rojo, ya que habían conseguido avanzar decenas de kilómetros sin apenas encontrar resistencia.
La moral de las tropas rusas, ya de por si muy baja, se resintió con los nuevos ataques. Los bolcheviques habían prometido un acuerdo de paz y, al no lograrse, muchos soldados prefirieron desertar.
Rusia acepta las condiciones germanas
Esa misma noche, el Comité Central Bolchevique envió un telegrama a los alemanes aceptando sus condiciones para firmar el tratado de paz.
Los alemanes, sin embargo, tardaron tres días en responder. Durante ese tiempo, su ejército continuó avanzando, consiguiendo en ese corto periodo de tiempo más territorio que el que habían conquistado en tres años.
Además, dada su superioridad militar, el gobierno alemán endureció aún más las condiciones para firmar el tratado de paz. Los rusos, sin posibilidad de respuestas, tuvieron que aceptarlas el 22 de febrero.
Firma del Tratado
El Tratado de Brest-Litovsk se firmó, finalmente, el 3 de marzo de 1918. Mediante este acuerdo, terminaba la guerra entre Rusia y el Imperio Austrohúngaro y Alemania. El acuerdo también fue firmado por otros dos aliados de las potencias centrales: Bulgaria y el Imperio Otomano.
Puntos más importantes
El Tratado de Brest-Litovsk incluía 14 artículos. La mayoría de ellos eran bastante perjudiciales para los rusos, que no pudieron recuperar los territorios perdidos durante la guerra. Además, las potencias centrales se arrojaron en derecho de mantener sus tropas en esos territorios hasta que Rusia cumpliera con todo lo acordado.
De esta forma, Ucrania, Livonia, Estonia y Finlandia pasaron a ser países independientes, aunque con gobiernos controlados por los alemanes. Ciudades como Batumi, Kars y Adahan, por otra parte, fueron cedidas al Imperio Otomano.
Todos los países firmantes acordaron renunciar a cualquier indemnización de guerra y a liberar a los prisioneros.
Consecuencias
La primera consecuencia del Tratado de paz fue la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. A pesar de ello, los alemanes siguieron su avance en el frente oriental, ocupando Ucrania y apoyando al Ejército Blanco en Finlandia.
La guerra continuó en el frente occidental, adonde alemanes y austrohúngaros trasladaron parte de las tropas que antes luchaban contra los rusos. A pesar de ello, fueron derrotados en la contienda.
Consecuencias territoriales
Como se ha señalado, Rusia perdió muchos territorios con la aplicación del Tratado. En total, tuvieron que retirarse de las provincias bálticas, Polonia, Bielorrusia, Finlandia, Besarabia, Ucrania y el Cáucaso.
Las consecuencias se vieron reflejadas también en la economía, ya que los territorios perdidos suponían un tercio de sus tierras cultivables y nueve décimas partes de sus yacimientos de carbón. Además, Rusia perdió las bases navales en el Báltico.
La derrota de Alemania en la guerra impidió que se anexionara todo esos territorios. En lugar de esto, la mayoría, como Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Bielorrusia, declararon su independencia.
Consecuencias políticas
Los rusos no terminaban de fiarse de que Alemania cumpliera con lo firmado, por lo que trasladaron la capital desde San Petersburgo a Moscú.
Lenin, cuyas posturas habían resultado vencedoras en el debate sobre el Tratado de Paz, vio reforzado su poder. Lo contrario sucedió con las facciones que no deseaban firmar el acuerdo, especialmente con la liderada por Bujarin.
Anulación del tratado
El final de la guerra, con la derrota de las potencias centrales, significó la anulación del Tratado de Brest-Litovsk, aunque sus efectos territoriales se mantuvieron. De esta forma, Rusia no recupero los territorios perdidos señalados anteriormente.
No obstante, la guerra civil que estalló en Rusia sí cambió la geografía de la zona. El Ejército Rojo recuperó Ucrania y Bielorrusia entre 1919 y 1920, pasando estas a convertirse en repúblicas socialistas soviéticas.
Algo más tarde, ya durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se hizo también con los países bálticos.
Referencias
- La Crisis de la Historia. El Tratado de Brest-Litovsk. Obtenido de lacrisisdelahistoria.com
- Ocaña, Juan Carlos. Tratado de Brest-Litovsk, 1918. Obtenido de historiasiglo20.org
- García Marcos, Esteban. Brest-Litovsk, la paz del hambre que destruyó un imperio, Austria-Hungría. Obtenido de archivoshistoria.com
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Treaties of Brest-Litovsk. Obtenido de britannica.com
- Jennifer Llewellyn, John Rae and Steve Thompson. The Treaty of Brest-Litovsk. Obtenido de alphahistory.com
- Schattenberg, Susanne. Brest-Litovsk, Treaty of. Obtenido de encyclopedia.1914-1918-online.net
- Hickman, Kennedy. World War I and The Treaty of Brest-Litovsk. Obtenido de thoughtco.com