Cuerpo calloso: función, partes, enfermedades
El cuerpo calloso es un haz de fibras nerviosas que conecta los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Es una de las estructuras más evidentes de este órgano y participa en la integración y comunicación interhemisférica.
Fue descrito por primera vez en 1812 por Johann Christian Reil, y desde entonces ha recibido mucha atención de parte de la comunidad científica. Su nombre deriva de la expresión latina empleada para describir a un cuerpo duro o resistente, pues esa es una de las principales características de su aspecto.
En esta estructura cerebral, que es la principal comisura interhemisférica, es donde se encuentra la mayor cantidad de materia blanca del cerebro, pues está compuesta principalmente por axones neuronales, mielinizados y no mielinizados.
Los axones son unas largas proyecciones que caracterizan a las células nerviosas -las neuronas- que ponen en contacto al cuerpo de estas -el soma-, generalmente residente del cerebro o la médula espinal, con los órganos y/o tejidos que inervan. Es decir, funcionan en la conducción de impulsos nerviosos.
El cuerpo calloso se desarrolla durante los primeros 4 años de vida debido a un incremento en el número, diámetro y cantidad de cobertura mielínica de los axones neuronales, sin embargo, este sigue creciendo hasta alrededor de los 30 años, aunque mucho más lentamente.
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La función principal del cuerpo calloso es la de conectar y comunicar a los hemisferios cerebrales entre sí, permitiendo la transmisión de información y facilitando la integración asociativa entre ambas regiones.
Los hemisferios cerebrales son las dos porciones en las que se divide el cerebro: hay uno izquierdo y uno derecho. Aunque a gran escala son muy semejantes entre sí, a nivel microscópico y funcional ambos son muy distintos, ya que participan en procesos cerebrales diferentes:
– El hemisferio derecho se encarga del control del lado izquierdo del cuerpo, así como de las nociones creativas y artísticas del cerebro, de la capacidad de distinguir profundidad, de la intuición, la imaginación, etc.
– El hemisferio izquierdo se encarga del control del lado derecho del cuerpo, pero también participa en el razonamiento lógico y analítico, en las funciones del lenguaje, de la escritura, del aprendizaje de la matemática, etc.
Toda la información nerviosa que el cerebro humano percibe llega primero a uno de los dos hemisferios y la función del cuerpo calloso es la de servir de “puente” para la transmisión de dicha información hacia el hemisferio que no la recibió primero.
En base a observaciones de pacientes que han sido sometidos a un procedimiento conocido como callosotomía, se ha determinado que el cuerpo calloso tiene participación en la transferencia de información visual, auditiva y somatosensorial entre los dos hemisferios cerebrales.
Muchos expertos en la materia son de la opinión de que el cuerpo calloso participa también en el proceso cognitivo, puesto que evidencias sugieren que pacientes con la integridad del cuerpo calloso comprometida presentan un declive de las funciones cognitivas.
Por otra parte, se ha demostrado que aquellos niños que presentan un engrosamiento considerable del cuerpo calloso durante su desarrollo se caracterizan por una mayor inteligencia, capacidad de resolución de problemas y velocidad de procesamiento que aquellos que no la presentan.
Otros estudios también han relacionado variaciones en la morfología del cuerpo calloso con algunas de las dificultades que experimentan los niños con dislexia, especialmente aquellas relacionadas con la lectura o la escritura, que implican transferencia de información entre los hemisferios cerebrales.
Si uno de los dos hemisferios sufre una lesión importante, el cuerpo calloso participa en la delegación de las funciones de dicho hemisferio hacia el hemisferio sano.
También se ha propuesto que esta estructura participa en el movimiento de los globos oculares, pues a través de esta se transmite la información motora hacia los músculos del ojo.
El cuerpo calloso del cerebro de un ser humano adulto mide aproximadamente 10 cm de largo y 1 cm de ancho. Está situado por debajo de la corteza cerebral, en la línea media del cerebro; tiene forma de “C” y está compuesto por más de 200 millones de fibras axónicas mielinizadas y no mielinizadas.
Para algunos autores se trata de una placa fibrosa y de la estructura más prominente del cerebro humano. Normalmente se describe como una estructura compuesta por 4 regiones anatómicas que, desde el extremo anterior al posterior, son:
- El rostrum o “pico”.
- El genu o “rodilla”.
- El cuerpo.
- El esplenio o “rodete”.
El rostrum es la parte frontal del cuerpo calloso, es decir, la que está en la zona anterior del cerebro. Conecta las superficies orbitales de los lóbulos frontales.
El genu, también conocido como “rodilla”, es la región curva del cuerpo calloso que se encarga de conectar las superficies media y lateral de los lóbulos frontales. Las fibras axónicas de esta región se entrecruzan y forman el fórceps menor, que es la conexión entre los lóbulos frontales.
El cuerpo, por otro lado, representa la región central alargada que se encuentra inmediatamente después del genu. Se hace más gruesa hacia la región posterior y tiene contacto con otras porciones cerebrales como el hipocampo y el tálamo. Se conecta con los lóbulos temporales de cada hemisferio.
Las fibras nerviosas del cuerpo, a medida que se mueven transversalmente hacia la corteza cerebral, forman la corona radiata, una estructura que conecta la corteza cerebral con las regiones inferiores del cerebro y de la médula espinal.
Finalmente, el esplenio, también denominado “rodete”, corresponde a la sección más distal del cuerpo calloso, es decir, a la más posterior, que tiene un aspecto bulboso. Las fibras axónicas de esta región forman lo que se conoce como el fórceps mayor, que es la conexión entre los lóbulos occipitales.
El esplenio, además, conecta con la glándula pineal y la comisura habenular. Algunos autores incluyen, además, una región denominada istmo, ubicada entre el cuerpo y el esplenio, que se caracteriza por ser más delgada que estas dos regiones.
El cuerpo calloso es necesario para algunas funciones cognitivas importantes y quienes presentan defectos en su desarrollo o en su morfología pueden padecer diversas afecciones neurológicas como:
- Desórdenes en la comunicación y el lenguaje.
- Desórdenes del ciclo de sueño.
- Retardo mental.
- Impedimentos motores.
- Convulsiones epilépticas.
Como prácticamente cualquier órgano o estructura del cuerpo humano, el cuerpo calloso puede sufrir distintas afecciones patológicas que se manifiestan en el resto del cuerpo.
Entre estas afecciones se incluyen infecciones virales, heridas traumatológicas, defectos metabólicos, aparición de lipomas (tumores benignos), isquemias (disminución del flujo sanguíneo, i.e. disminución transitoria de oxígeno, aneurismas y hematomas, etc.
El abuso de sustancias alcohólicas o drogas como la cocaína y la heroína también ha demostrado ser un disparador de la desmielinización nerviosa y de otras lesiones en el cuerpo calloso.
Una afección común de esta estructura cerebral es la conocida agenesia del cuerpo calloso, que presentan algunos niños cuyo cerebro se desarrolla en ausencia de este.
Suele suceder durante la semana 5 y la 16 del desarrollo embrionario y puede ser a causa de:
- Infecciones virales de la madre durante la gestación.
- Anomalías genéticas.
- Abuso de bebidas alcohólicas durante el embarazo.
Los principales síntomas de esta condición son ceguera, sordera, imposibilidad de aprender a hablar o caminar, autismo y otros. No obstante, no es considerada específicamente como una enfermedad, pues hay algunos que nacen con agenesia del cuerpo calloso que viven vidas perfectamente normales.
Esta es una de las condiciones que más ha sido asociada con el cuerpo calloso; la misma resulta de lesiones en esta estructura y sus regiones periféricas que provocan una desmielinización de las fibras axónicas que lo componen.
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