Lengua y literatura

Juan de Mena: quién fue, biografía y obras


¿Quién fue Juan de Mena?

Juan de Mena (1411-1456) fue un reconocido escritor español que destacó principalmente por escribir poemas de contenido culto, representados casi siempre por una figura o imagen que hacía referencia a algo determinado, es decir, una alegoría. El Laberinto de Fortuna es su obra más célebre.

La poesía de Mena estaba cargada de un alto contenido moral, y pertenecía específicamente al siglo XV, época del Prerrenacimiento de la literatura española.

Es importante destacar que fue el primer escritor que propuso la creación de un lenguaje literario en la poesía, totalmente aislado del vulgarismo de la época.

Con el lenguaje poético y musical de Juan de Mena en cada una de sus obras, la expresividad resaltaba como principal recurso. Es considerado la mejor referencia para el desarrollo de la poesía que surgió en la literatura española.

Biografía de Juan de Mena

Nacimiento y primeros años

Juan de Mena nació en Córdoba en 1411. Como en muchos escritores de siglos pasados, no se conocen muchos datos sobre su vida. No existen fuentes que determinen quiénes fueron sus padres; sin embargo se cree que perdió a sus progenitores siendo aún un niño.

Algunas fuentes afirman que fue nieto de Ruy Fernández de Peñalosa y Mena, quien era Señor de Almenara, y que a su vez Juan era hijo de Pedrarias.

El padre de Mena habría muerto al nacer este. Mena tuvo un hermano mayor, que sería posteriormente conocido en el cargo de Veinticuatro o Concejal.

También se sospecha que haya sido de orígenes judeoconversos, y eso justificaría la ausencia de documentación.

Relacionado con la monarquía

Egresó de la Universidad de Salamanca con el título de Maestro en Artes. Se desempeñó como secretario de cartas latinas con Juan II de Castilla, y al mismo tiempo como gobernante de la ciudad de Córdoba.

Siempre se mantuvo ligado a la monarquía. En 1445 se convirtió en el cronista oficial del reino castellano, a raíz del nombramiento hecho por el mismo rey. Con el marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza, compartió su afinidad por la literatura y poesía.

Algunos historiadores afirman que fue el marqués quien se hizo cargo de todos los gastos al momento de su muerte, precisamente por la amistad que los unía. Todo esto aun cuando Mena recibía buen pago de las arcas reales por su destacado trabajo.

Dudas sobre su matrimonio

Como casi toda su vida, no existen datos precisos sobre su casamiento. Unos autores coinciden en que contrajo nupcias con una joven perteneciente a una reconocida familia de Córdoba, pero de quien no se tiene ni el nombre, y con quien no tuvo hijos.

Por otro lado, están los que afirman que se casó por segunda vez con Marina de Sotomayor. Esto se dice con la duda persistente de si ella fue realmente esposa o amante. Si tuvo o no hijos, es un dato que tampoco se encuentra registrado en los archivos que tienen que ver con su vida.

Opiniones sobre Mena

La destacada labor de Mena aun en sus comienzos, le mereció la buena opinión de varias personalidades de su época, quienes valoraban y admiraban su trabajo.

El escritor, humanista e historiador español Alfonso de Cartagena, lo describió de la siguiente manera: “Traes magrecidas las carnes por las grandes vigilias tras el libro…”, significando esto que era un incansable estudioso.

Por su parte, el humanista y embajador de los Reyes Católicos, Juan de Lucena, decía que era un obsesionado de la poesía, y que él mismo le comentaba que de tanto deleite que encontraba en el oficio, se olvidaba hasta de comer. Mena fue un absoluto apasionado de la escritura y la poesía.

Mena y su búsqueda de estilo

En un principio, Juan de Mena no tuvo precisado un estilo de métrica, y por lo tanto, su poesía no tenía un ritmo armónico. Intentó primero con la poca variabilidad que daban los versos dodecasílabos.

Posteriormente fue encontrando de forma determinada la orientación de sus obras hacia un estilo literario y de tema amoroso.

Legado

Mena fue el escritor que introdujo al castellano un lenguaje poético y literario, dejando fuera la cotidianidad del lenguaje vulgar y simple que existía en su época.

A él se le deben muchas renovaciones, entre las que se cuenta la introducción del hipérbaton –alteración del orden sintáctico de las palabras en la oración– para poder lograr la métrica en los versos.

Incorporó además nuevas palabras al lenguaje de la época, como variables del latín para dar más sentido poético a sus escritos, desplazando las del lenguaje coloquial o popular. Algo característico de su obra es el empleo de palabras esdrújulas, que consideraba le daba un mejor sonido al poema.

Muerte de Mena

Juan de Mena murió en 1456, en Torrelaguna (Madrid). Como se sabe, fue su gran amigo, el marqués de Santillana, quien se encargó de los gastos del entierro. Fue erigida una capilla en la iglesia de la provincia.

Obras de Juan de Mena

La obra poética y en prosa de Mena es amplia, sin embargo se hace referencia quizás a unos nueve manuscritos. Entre ellos destaca, por su composición y alcance mundial, el Laberinto de Fortuna, también conocido como Las Trescientas.

Laberinto de Fortuna

Se considera su obra maestra, lo constituyen 297 coplas. Se dice que es un poema dedicado al rey Juan II; tiene su inspiración en el paraíso de Dante Alighieri en su Divina Comedia. Se refiere especialmente a la historia y vida política del reinado del monarca.

El contenido o argumento va de la siguiente manera: el propio autor es llevado con violencia al carro de la diosa de la guerra Belona, que era conducido por dragones, y llevado al palacio de Fortuna, que es una alegoría de la diosa romana de la suerte.

Posteriormente le es mostrado el mundo en pasado, presente y futuro por medio de una máquina que tiene tres grande ruedas. Cada una de esas ruedas presenta lugares relacionados con la mitología donde se suceden diferentes hechos.

Su admiración por Álvaro de Luna

Además, en esta obra Mena deja evidenciado cuánta admiración siente por el conde don Álvaro de Luna, y le dedica algunas palabras de reconocimiento, consideradas con mucho como las más extensas dedicadas a una persona.

El autor consideraba que él poseía todas las cualidades para encarar las situaciones políticas de la época.

El hombre de Las Trescientas

Por último, a El laberinto de Fortuna se le conocía también con el nombre de Las Trescientas por la cantidad de coplas que contenía. Si bien en un principio eran 297, más tarde Juan II le hizo la petición de hacerlas tan largas como los días del año, así que el autor le agregó unas 24 más.

Fragmento de El Laberinto de Fortuna

“E rasga con uñas crueles su cara,

fiere sus pechos con mesura poca;

besando a su hijo la su fría boca,

maldize las manos de quien lo matara,

maldize la guerra do se comencara,

busca con ira crueles querellas,

niega a si mesma repazo de aquellas

e tal como muerta biuiendo se para”.

La Coronación o Las Cincuentas

Se le considera como la primera obra poética de este autor, fue culminada en 1438. Llevó como subtítulo “Calamicleos”, que viene a ser algo así como se describe en su introducción: un contrato de miseria y gloria.

La Coronación está constituida por cincuenta coplas, y una copla real. Esto produjo que en el desarrollo de los siglos XV y XVI los mismos lectores la denominaran Los Cincuenta de Juan de Mena.

Fragmento de La Coronación

“Los sus bultos virginales

de aquestas doncellas nueve,

se mostraban bien atales

como flores de rosales

mezclados con blanca nieve”.

Coplas Contra los Pecados Mortales   

Esta obra data de los últimos años de vida de Mena, en relación con las que se describieron anteriormente duplica el número de estrofas. También es conocida como Debate de la Razón Contra la Voluntad.  

Está escrito con un lenguaje más relajado, menos pomposo. En esta obra, Mena no hace uso del latín. Es una obra que se considera inconclusa por muchos escritores del siglo XV, puesto que aseguraron que al autor le llegó la hora de la muerte sin terminar lo que había comenzado.

Homero Romanceado

Fue una obra en prosa, escrita por Mena en 1442. Es un regreso a la Ilíada. El autor también se la dedica al rey Juan II, y durante el siglo XV logró un gran éxito por su contenido, porque vino a ser una especie de resumen sustancial de la obra original.

Tratado sobre el título del duque   

Escrito en 1445, es una obra de extensión corta con el objetivo de elogiar al noble español Juan de Guzmán tras recibir el título de Duque de Medina Sidonia por parte de Juan II. Su contenido es protocolar y caballeresco.

Memoria de  algunos linajes antiguos

Es quizá la última obra en prosa que se le conoce a Juan de Mena, y está fechada en 1448. Trata sobre la genealogía monárquica y sobre los emblemas que representaban al rey Juan II. Son escritos de los que no se tienen muchas referencias.

Se considera que estas memorias fueron una petición que don Álvaro le hiciera a Mena, tras haber tenido conocimiento de las alabanzas que él profesó en el Laberinto.

Proemio al Libro de las Virtuosas y Claras Mujeres de Álvaro de Luna

Esta introducción al libro del Conde de Castilla fue escrita en 1446. En este escrito, Juan de Mena resalta a de Luna por su actitud de defensa de las mujeres que habían sido ofendidas en numerosas publicaciones.

El desarrollo de la prosa de Mena se enmarca en la alabanza a la mujer, sus características y desempeño en la sociedad. Se oponía totalmente a quienes estaban en contra del género femenino, y eran despóticos.

Tratado de Amor

Es un pequeño tratado que no precisa si realmente fue escrito por Mena. Lo que sí queda claro es el tema que en él se expone. Posee un alto contenido de recursos literarios.

Referencias

  1. Juan de Mena (2018). (España): Wikipedia. Recuperado de: wikipedia.org
  2. Juan de Mena (2018). (N/a): Biografías y Vidas. Recuperado de: biografíasyvidas.com
  3. Juan de Mena (S.f). (N/a): Escritores. Recuperado de: escritores.org
  4. Juan de Mena (S.f). (N/a): Mcn Biografías. Recuperado de: mcnbiografias.com
  5. La Vida de Juan de Mena (2005-2018). (N/a): Persee. Recuperado de: persee.fr