Curiosidades

Sawney Bean y su familia canibal: biografía y asesinatos


Alexander Sawney Bean fue el jefe de un clan conformado por 48 personas que vivió en Escocia alrededor del siglo XVI. Fue conocido como “El Caníbal de las Colinas”, porque además de haber cometido horribles crímenes, también practicaba el canibalismo y el vampirismo, al igual que el resto de su familia.

La historia de este caníbal y su clan se convirtió en una de las leyendas más famosas de Edimburgo. Por ser una historia tan antigua y sin demasiados detalles específicos, muchos ponen en duda su veracidad.

Sin embargo, algunos escritos apuntan a que efectivamente existieron. De hecho, según se conoce, el clan fue juzgado y ejecutado tras ser descubiertos. Fueron acusados de asesinato y canibalismo contra más de 1000 personas.

Infancia y juventud

Poco se sabe de los primeros años de vida de Sawney Bean. Los hechos lo sitúan en la época en la que reinaba Jacobo VI de Escocia, que fue entre los años 1566 y 1625. Por ello, muchos ubican su nacimiento en algún momento a finales del siglo XVI. El caníbal nació en el seno de una familia de granjeros en el condado de East Lothian, cerca de Edimburgo, Escocia.

Se dice que la vida hogareña de Bean no fue demasiado apacible. El chico era golpeado frecuentemente por su padre, quien lo acusaba de no ser un hijo lo suficientemente bueno.

A medida que fue creciendo, trató de convertirse en el hijo que su padre siempre había querido. Comenzó a asumir deberes como adulto y a trabajar. Sin embargo, su actitud imprudente y su impulso natural de desobedecer las reglas, además de la profunda aversión que tenía por el trabajo, lo hicieron fracasar. Su fallido intento de ganarse la vida de forma honrada terminó por decepcionar una vez más su padre.

Boda con Agnes Douglas

Bean se cansó de esforzarse por encajar en su familia y en la sociedad, por lo que dejó de lado sus ganas de convertirse en un miembro productivo de la comunidad. Fue entonces cuando conoció a una mujer llamada Agnes Douglas.

La pareja se casó, pero muy pronto tuvieron que dejar la localidad, porque los nativos comenzaron a acusar a Agnes de ser una bruja. Estos alegaban que la mujer había estado involucrada en sacrificios humanos y conjuros con demonios.

Viaje por el sur de Escocia y primeros crímenes

Bean y Douglas decidieron viajar por el sur de Escocia, y en este trayecto se dedicaron a robar a todo aquel que se encontraran en el camino. Algunas leyendas aseguran que fue durante estos viajes que Bean probó por primera vez la carne humana.

Siendo fugitivos, era arriesgado entrar a las aldeas para vender lo que robaban o para comprar cosas. Por ello, se dice que ante la inanición, Agnes convenció a su marido de que el canibalismo era la solución.

Pero para no llamar demasiado la atención, decidieron tomar sus precauciones. Solo lo hacían cuando era absolutamente necesario y para evitar sospechas dejaban los cuerpos de una forma que pareciera que la muerte había sido ocasionada por un ataque de animales.

South Ayrshire

Pero después de pasar meses viajando y escondiéndose, la pareja finalmente decidió establecerse en un lugar. La localidad elegida fue South Ayrshire, cerca de Ballantrae. Mientras inspeccionaban la zona en búsqueda de potenciales víctimas, así como de refugio.

Bean y su esposa se toparon con la entrada a una cueva que tenía vistas al agua. La habían descubierto en un momento en que la marea era baja, pero pronto se dieron cuenta que, por la forma en la que estaba ubicada, una vez que subiera el nivel del agua, la entrada ya no sería visible.

La cueva era profunda y estable, así que vieron en ella la oportunidad perfecta no solo para esconderse sino también para criar a una familia.

La leyenda: la vida en la cueva

Una vez establecidos en la cueva, la pareja llevó sus crímenes al siguiente nivel. Comenzaron a robar a viajeros que emboscaban en las carreteras solitarias que conectaban los pueblos de la zona.

Pero decidieron que para mantener su anonimato no podían dejar testigos. Así que empezaron a asesinar a las víctimas y a llevar el cuerpo entero a la cueva, donde lo desmembraban y lo preservaban.

Debido a que nadie los conocía en el área, comenzaron a gastar el dinero de sus víctimas en el pueblo para comprar las provisiones básicas. Pero se aseguraban de esconder en la cueva cualquier pertenencia que fuera rastreable o identificable. Así transcurrió su vida durante un par de años: robando y asesinando a distintos viajeros.

Hijos

En un punto, la aterradora pareja comenzó a tener hijos. En total tuvieron 14, ocho varones y seis hembras, los cuales fueron criados como parte de este estilo de vida caníbal.

A medida que los niños fueron creciendo, se fueron incorporando a la rutina de los asesinatos. Se dice que algunas veces cazaban todos juntos y que otras veces se separaban en grupos pequeños para cubrir más terreno y conseguir más víctimas.

Asimismo, el incesto se convirtió en una práctica habitual en la cueva. Aparentemente Bean quiso expandir aún más su familia, por lo que alentó a sus hijos a tener relaciones entre sí, para supuestamente construir un ejército. Así, producto de las relaciones entre hermanos, padre e hijas y madre e hijos nacieron otros niños. El resultado de eso fue 18 nietos y 14 nietas.

Sawney Bean y su clan vivieron en la cueva con este estilo de vida durante más de 25 años. Aunque pudieron ocultarlo durante medio siglo, era casi imposible mantener para siempre oculto una matanza a esta escala. Los rumores comenzaron y era entonces cuestión de tiempo para que todo saliera a la luz.

Los rumores sobre las desapariciones

Durante ese lapso de 25 años, el número de personas desaparecidas en la zona llegó a ser de más de 1000. Muchos restos humanos comenzaron a encontrarse ocasionalmente en la costa. Esto se debía a que el clan solía arrojar al mar lo que no consumían.

Para aquel momento comenzaron a establecerse todo tipo de teorías. Primero se pensó que los terrenos rocosos podrían estar habitados por hombres lobos e incluso por demonios. Sin embargo, esta hipótesis fue descartada pronto, porque no solo desaparecían personas que viajaban solas sino incluso grupos de cinco y seis personas.

La siguiente teoría era más creíble pero tampoco era la correcta. Se comenzó a creer que los posaderos locales eran los culpables de robar y asesinar personas. Este rumor se extendió tanto que hasta se llegaron a señalar personas inocentes. Tanto fue así que supuestamente se llegó a torturar y a ejecutar a varios inculpados.

El descubrimiento de sus crímenes

El fin de Sawney Bean y su clan llegó cuando atacaron a un matrimonio que paseaba a caballo por la zona. Aquel día la familia se había separado en varios grupos para cazar. Uno de ellos vio a la pareja pasar y creyeron que eran blancos fáciles. Pero para sorpresa de estos caníbales, el hombre no estaba dispuesto a darse por vencido sin pelear.

Así comenzó una batalla en medio del camino. El hombre no solo estaba armado con una pistola y una espada, sino que además estaba bien entrenado. Lamentablemente la esposa no tuvo tanta suerte. Fue arrastrada desde el caballo, asesinada y parcialmente devorada. Todo sucedió al mismo tiempo que el hombre trataba de defenderse de sus atacantes.

Para suerte de la víctima, un numeroso grupo de personas que había estado viajando por el camino se topó con el caos justo a tiempo para salvar al hombre de una muerte segura. El combate cesó, al escuchar al grupo de personas que se acercaban el clan de asesinos se dispersó, logró esconderse y posteriormente volver a la cueva que habitaban.

Entra en escena el Rey Jacobo I de Escocia

Después de aquel terrible episodio, estas personas volvieron al pueblo para informar a las autoridades locales sobre lo ocurrido. La noticia llegó rápidamente a oídos del Rey Jacobo I de Escocia, quien autorizó enviar más 400 hombres armados, entre los que se encontraba él mismo, junto a sabuesos para cazar a Sawney Bean y a todo su clan.

Gracias a los perros que siguieron el rastro pudieron encontrar rápidamente la entrada de la cueva del clan. Los soldados entraron al lugar siguiendo un pasadizo en forma de zig-zag hasta que finalmente encontraron a toda la familia.

El lugar estaba lleno de cuerpos desmembrados: brazos, piernas, cabezas y otras partes, así como joyería y todo tipo de pertenencias. En total se encontraron 48 personas.

Sentencia a muerte de la familia

Para sorpresa de los soldados, todos los miembros del clan se rindieron sin pelear. Les pusieron cadenas y se marcharon a Edimburgo. El Rey calificó a los miembros de la familia como bestias salvajes que no merecían juicio. Por ello fueron sentenciados a muerte, aunque primero torturaron a algunos.

Las mujeres y los niños fueron colgados en estacas y dejados vivos temporalmente para que vieran cómo eran sacrificados los hombres del clan. A estos se les desmembró lentamente y los dejaron desangrar hasta morir. Los demás fueron quemados vivos en la hoguera y de forma pública.

Se dice que durante la ejecución ninguno de los miembros de la familia Bean mostró signos de temor o remordimiento por lo que habían hecho. Lo único que hicieron fue propinar insultos y obscenidades hacia sus captores. De hecho, según la historia, el jefe del clan, Sawney Bean, repitió continuamente hasta su final la frase: “no ha terminado, nunca terminará”.

La controversia

La historia de Sawney Bean y su clan de caníbales es una de las más famosas de Escocia. Sin embargo, hoy día muchos historiadores dudan de la veracidad de esta.

La primera vez que se tuvo una referencia escrita de esta leyenda fue en The Newgate Calendar (Calendario Newgate), también conocido como “El sangrante registro de los malhechores”. Esta fue una obra de literatura inglesa muy popular de los siglos XVIII y XIX que recopilaba distintos hechos criminales ocurridos en la prisión de Newgate en Londres.

Pero esta es básicamente la única referencia que existe. Nunca se encontró nada que constatara oficialmente la existencia de Sawney y su familia. Claro que esto podría ser un hecho bastante normal debido a la época en la que ocurrió todo, pero tampoco existen registros de las supuestas ejecuciones.

¿Mito?

Es por todo esto que la historia no parece ser más que un mito. De hecho, hay estudiosos que van un poco más allá y han sugerido que la familia de Sawney Bean podría haber sido una invención de los ingleses para desacreditar a Escocia por el Levantamiento jacobita, una guerra ocurrida entre 1688 y 1746 cuyo objetivo era devolver el trono a Jacobo II de Inglaterra.

De todas formas, cierta o falsa, esta historia forma parte de las leyendas más importantes de Edimburgo, y sin duda, una de las principales referencias turísticas de la ciudad.

“Las colinas tienen ojos”, película inspirada en Sawney Bean y su clan

Las historias de terror y de canibalismo siempre han tenido su espacio en el mundo del cine. Fue por ello que en 1977 la leyenda de la familia Sawney Bean llegó a la gran pantalla. La cinta fue dirigida por Wes Craven y se tituló “The Hills Have Eyes” (Las colinas tienen ojos).

El argumento de la historia se basó en una familia que iba de viaje y se quedó varada en el desierto de Nevada. Mientras estaban allí comenzaron a ser atacados y perseguidos por un clan de caníbales deformes que venían de las colinas cercanas.

En 2006 se estrenó un remake de esta película bajo el mismo título. La cinta fue dirigida por Alexandre Aja. En esta historia la familia queda varada en el desierto de Nuevo México. Los monstruos también vienen de las colinas, pero esta vez se trata de unos sanguinarios mutantes que fueron producto de pruebas nucleares hechas en el lugar.

Y para 2007 se estrenó la secuela de esta historia, titulada “The Hills Have Eyes 2”. La cinta fue titulada como “El retorno de los malditos” en español y curiosamente fue escrita por Wes Craven, el director de la película original de 1977.