Historia

¿Cómo cesaron las persecuciones contra cristianos en el Imperio romano?


El cese de las persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano ocurrió alrededor del año 311 d.C., cuando el emperador Cayo Galerio Valerio Maximiano decretó el Edicto de tolerancia. Este edicto reconocía varios derechos a los cristianos, entre ellos estaban el profesar libremente su religión y poder construir sus iglesias.

Ahora bien, estas persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano comenzaron en el período del emperador Nerón Claudio César Augusto Germánico el 13 de octubre del año 54 d.C.

En esa fecha, este monarca los acusó de haber causado el incendio de Roma. Esta acusación era para acallar los rumores de que él mismo había sido el causante.

A partir de esta denuncia, declararon a los seguidores de la religión cristiana como enemigos del imperio. Entonces – por órdenes de sucesivos emperadores – fueron asediados, perseguidos, capturados y ejecutados. Las sanciones también incluían la destrucción de templos y libros sagrados, al igual que la confiscación de bienes.

Tras el Edicto de tolerancia, mejoró la convivencia con los cristianos. En el 313 d.C., los emperadores Flavio Valerio Aurelio Constantino y Flavio Galerio Valerio Liciniano Licinio decretaron el Edicto de Milán, el cual permitía la libertad de culto.

Esto dio un gran impulso al cristianismo, que experimentó un período de desarrollo y crecimiento sostenido.

Cronología del cese de las persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano

Edicto de tolerancia

El Edicto de tolerancia marcó un punto de inflexión en la ascendente escalada de persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano. Esta sistemática persecución se había mantenido durante todo el siglo III y comienzos del siglo IV.

Durante todo ese tiempo, el cristianismo era considerado ilícito y los cristianos eran marginados por el Estado. Las penalidades a las que eran sometidos incluían la destrucción de templos y textos religiosos, pérdida de derechos civiles y hasta la cárcel.

En el año 311 d.C, el emperador Galerio (260 d.C.-311 d.C.) promulgó este edicto desde Sárdica (la actual Sofía, Bulgaria). Con esta medida, el emperador pasó de ser un encarnizado perseguidor de cristianos a un tímido patrocinador de sus actividades.

Entonces, este grupo religioso comenzó a influenciar otros sectores de la vida romana quienes comenzaron a ver con otros ojos las prácticas monoteístas. Posteriormente, otros emperadores también comenzaron a profesar simpatías hacia el cristianismo.

Hacia el año 312 d.C., el emperador Constantino ganó un importante batalla cuya victoria atribuyó al “Dios de los cristianos”. Estaba convencido de que un monograma cristiano en su estandarte lo había beneficiado.

Desde ese momento, tomó decisiones para mejorar el estatus de todos ellos. Estos sostenidos esfuerzos cristalizaron años después con la promulgación de otro edicto que hizo que terminaran las persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano.

Edicto de Milán

Los emperadores Constantino (272 d.C-337 d.C) y Flavio Galerio Valerio Liciniano Licinio (250 d.C.-325 d.C.) fueron los responsables del edicto de Milán.

Este tuvo un mayor impacto en el objetivo de poner fin a las persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano. Consistía en la aplicación práctica de lo establecido por Galerio dos años antes.

El emperador Constantino se convirtió al cristianismo. Por este hecho se le considera el salvador de todos los fieles de esta religión. A él se le atribuyen todos los créditos por el cese persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano que eran sistemáticas y generalizadas.

Asimismo, se le reconoce los aportes que este decreto hizo a diferentes áreas del saber humano como historia, arte, derecho, filosofía y teología. El Edicto de Milán supuso la aparición del concepto de libertad religiosa, que no existía realmente hasta entonces.

De igual manera, marcó un nuevo estatus en las relaciones entre la religión cristiana y el Estado romano. Este hecho marcó definitivamente la cultura occidental desde la época del Imperio romano hasta la era contemporánea.

Edicto de Constantinopla

El edicto de Constantinopla (392 d.C.) fue el epílogo de una serie de medidas implementadas por Flavio Teodosio o Teodosio I (según los cristianos, Teodosio el Grande). Este emperador romano emprendió una sistemática campaña de eliminación de los grupos paganos y sus ritos.

A pesar de la influencia política y económica que tenían estos grupos dentro del imperio, la campaña inició en el 381 d.C. En ese año se ratificó un edicto del emperador Aurelio Constantino que prohibía los sacrificios con fines adivinatorios.

Luego, se implementaron una serie de medidas destinadas a arrinconar y restringir todas las prácticas de estos grupos paganos. Estas incluían, entre otras, la destrucción de templos, eliminación de subsidios del estado y la prohibición de los ritos no monoteístas.

Después de la promulgación del Edicto de Constantinopla, el emperador Teodosio impuso el cristianismo en toda Roma. Todos los grupos de múltiples dioses quedaron prohibidos de manifestaciones de fe tanto pública como privadamente. Pero, para prevenir una posible rebelión de parte del sector militar que era pagano, no se contempló la persecución.  

Como consecuencia inmediata, los obispos cristianos comenzaron a tener participación en la vida política. Así pues, tomaban partido y defendían posiciones sobre temas alejados de lo divino y pertenecientes al ámbito terrenal.

Entonces, los límites entre lo humano y lo divino comenzaron a difuminarse hasta, en algunos casos, volverse inexistentes.

El acercamiento Estado – Iglesia

Luego de la promulgación de los tres edictos, los cristianos comenzaron a ejercer su culto con libertad. Incluso pasaron de ser perseguidos a perseguidores (específicamente a los paganos declarados ilegales según el Edicto de Constantinopla).

El propio emperador Constantino comenzó a implementar y dar seguimiento a una serie de medidas que consideraba necesarias. En una serie de cartas enviadas a sus funcionarios de Estado en diferentes zonas de la geografía romana, Constantino daba expresas instrucciones que llevaban como objetivo la restitución de sus derechos ciudadanos.

Por ejemplo, en el 313 d.C., una carta dirigida a Anulino, procónsul de África solicitaba la restitución de los bienes de la Iglesia.

Posteriormente, en otra carta al mismo Anulino, el emperador le comunicó su decisión de liberar a la Iglesia católica del pago de impuestos. Con ello buscaba que contaran con suficientes recursos para atender su ministerio.

En cartas dirigidas a otros funcionarios, Constantino ordenó medidas de protección tanto militar como económicas para los prelados cristianos.

De igual modo, en busca a fomentar el desarrollo del cristianismo ordenó la ubicación y reeducación de personalidades y grupos que estuviesen en contra de la ahora religión oficial de Roma.

Asimismo, participó activamente en las querellas internas de los cristianos. Esta se originaron en los grupos que sustentaban diferentes interpretaciones de los libros sagrados.

De este modo, el cese de las persecuciones contra los cristianos en el Imperio romano devino en un evidente y duradero acercamiento Estado – Iglesia.

Referencias

  1. La persecución como crimen contra la humanidad. Barcelona: Publicacions i edicions de la Universitat de Barcelona.
  2. Historia de la Iglesia – I. Madrid: Editorial San Pablo.
  3. El Edicto de Milán. Perspectivas interdisciplinares. Tomado de unav.edu.