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Plasmodium malariae: características, morfología, ciclo de vida


Plasmodium malariae es una de las cuatro especies de parásitos asociados con la enfermedad humana conocida como malaria o paludismo, endémica en latitudes tropicales y subtropicales, donde es factible la multiplicación de su insecto vector.

La malaria o paludismo es una enfermedad parasitaria que afecta a los seres humanos y que es potencialmente letal. Es provocada por la infección con alguna de cuatro especies de parásitos del género Plasmodium: P. falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae.

De estas cuatro especies, P. falciparum y P. vivax son, con mucho, las más peligrosas. P. falciparum, para 2017, fue la especie causante de más del 99% de los casos en África y de más del 62% de los casos en Asia, mientras que P. vivax provocó más del 74% de los casos en el continente americano.

Para 2018 se estimó que había en el mundo casi 230 millones de personas afectadas por esta enfermedad, con un número de muertes promedio para ese mismo año de alrededor de 400 mil, de las cuales más del 60% correspondió a niños menores de 5 años.

El ciclo de vida de estos parásitos comprende un insecto vector (mosquitos Anopheles) y un mamífero hospedador (esencialmente humanos), entre los que se diferencian varios estadios vitales.

El diagnóstico clínico se hace, entre muchas cosas, mediante la detección sanguínea de los parásitos y su tratamiento puede prevenir la mortalidad y aliviar los síntomas de la patología. Es una enfermedad que tiene cura cuando es diagnosticada a tiempo.

Índice del artículo

Características de Plasmodium malariae

Plasmodium malariae es una especie de parásito perteneciente al grupo de los apicomplejos, que son un grupo de microorganismos unicelulares caracterizados por ser endoparásitos de muchos animales.

Los apicomplejos se clasifican de esta manera gracias a la presencia de un llamado “complejo apical” y de un tipo de plastidio conocido como el “apicoplasto” (esencial para el metabolismo). Dicho complejo apical es un tipo de adaptación que les permite a estos parásitos penetrar en las células de sus hospedadores.

Como el resto de los miembros de este grupo, Plasmodium malariae es un parásito unicelular formador de esporas y endoparásito obligado de especies animales. Se alimenta de la hemoglobina dentro de los eritrocitos de sus hospedadores y produce un pigmento conocido como hemozoína. 

Otras de sus características son:

– Tiene 14 cromosomas, casi siempre en una sola copia

– Como todos los eucariotas tiene núcleo, mitocondrias, complejo de Golgi y retículo endoplásmico

– Poseen unos orgánulos secretorios especializados conocidos como roptrias que tienen forma de maza y que están implicados en la invasión a las células del hospedador y su modificación interna

– También poseen unas estructuras intracelulares llamadas micronemas, las cuales contienen proteínas requeridas para la motilidad, el reconocimiento y la adhesión a las células del hospedador

– Poseen una vacuola parasitófora, que es una suerte de extensión de la membrana plasmática que recubre al parásito en el interior de las células del hospedador y que lo protege contra la degradación por fagolisosomas

Este parásito tiene, además, una amplia distribución, pues no solo está presente en Sudamérica sino también en los continentes asiático y africano, aunque es menos frecuente que su pariente cercano Plasmodium falciparum.

Morfología

La morfología del parásito depende considerablemente del estadio del ciclo de vida de que se trate, razón por la cual describiremos a continuación aquellos más destacados y los que se emplean para el diagnóstico clínico parasitológico.

Trofozoito inmaduro (estadio anillado)

Esta es la forma que se desarrolla en el interior de los eritrocitos humanos (los glóbulos rojos) y se caracteriza por su aspecto “anillado”. Son células con un citoplasma bastante “robusto” y un núcleo que se observa como un gran punto de cromatina.

Trofozoítos maduros

Los trofozoítos maduros de Plasmodium malariae tienen un citoplasma bastante compacto y también presentan un gran punto de cromatina en el núcleo. En algunas ocasiones pueden encontrarse formas con “bandas” o “cestas” y con pigmentos grandes de color marrón oscuro.

Esquizontes

Los esquizontes de Plasmodium malariae son “estructuras” que comprenden de 6 a 12 merozoitos en su interior. Estas células tienen núcleos prominentes y también presentan un grueso pigmento de color marrón oscuro. Pueden arreglarse en el interior de los esquizontes en forma de roseta.

Gametocitos

Estas células tienden a ser redondeadas u ovaladas y poseen, en el citoplasma, gránulos dispersos de pigmentos marrones. Se caracterizan por “llenar” los eritrocitos que infectan.

Taxonomía

P. malariae es un parásito eucariota perteneciente al filo de los apicomplejos (Apicomplexa) y su clasificación taxonómica, de acuerdo con distintas fuentes, es la siguiente:

Super Reino: Eucariota

Reino: Protista

Subreino: Protozoa

Filo: Apicomplexa

Clase: Aconoidasida

Orden: Haemosporida

Familia: Plasmodiidae

Género: Plasmodium

Sub Género: Plasmodium

Especie: Plasmodium malariae

Ciclo de vida

Plasmodium malariae tiene un ciclo de vida digenético, es decir el parásito requiere dos hospedadores para completar su ciclo: un invertebrado vector, como un mosquito del género Anopheles y un mamífero hospedador, como un primate del género Homo.

Al igual que sus parientes cercanos Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax y Plasmodium ovale, Plasmodium malariae tiene distintas formas de vida a lo largo del ciclo, las cuales se conocen como: esporozoito, esquizonte, merozoito, trofozoito, gametocitos (macro y microgametocito), oocineto y oocisto.

Así mismo, al igual que las especies antes mencionadas, Plasmodium malariae es transmitido a su hospedador definitivo (casi siempre un ser humano) cuando una hembra de mosquito Anopheles infectada se alimenta de la sangre de una persona y le inocula la forma esporozoito del parásito.

Etapas hepática y eritrocítica (multiplicación asexual)

Los esporozoitos “inyectados” por el mosquito pueden alcanzar las células hepáticas (en el hígado) e infectarlas; al madurar, estos se convierten en esquizontes, quienes rompen las células y se liberan como merozoitos.

Esta replicación en el hígado se denomina fase de esquizogonia exo-eritrocítica y precede a la fase eritrocítica, hacia donde se dirigen los merozoitos producidos en el hígado.

La fase de esquizogonia eritrocítica del parásito implica su multiplicación asexual dentro de los eritrocitos, que son las células sanguíneas que transportan el oxígeno hacia los tejidos.

Para conseguirlo, los merozoitos derivados de la fase exo-eritrocítica infectan glóbulos rojos, donde se convierten en trofozoítos del estado anillado.

Estos trofozoítos pueden madurar después en la forma esquizonte y su multiplicación es tal que rompen los eritrocitos y se liberan como merozoitos. Los parásitos en este estadio son los responsables de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.

Etapa de multiplicación sexual

Algunas de las formas del parásito que infectan glóbulos rojos pueden diferenciarse en lo que los expertos conocen como las “fases sexuales eritrocíticas” o gametocitos masculino (microgametocito) y femenino (macrogametocito). Un gametocito es una célula precursora de gametos. Esto ocurre aún en el interior de los eritrocitos.

Ciclo esporogónico

Un mosquito Anopheles puede alimentarse de la sangre de un hospedador infectado e ingerir eritrocitos en cuyo interior hay gametocitos. La fase de multiplicación del parásito en el insecto vector se conoce como ciclo esporogónico.

En el interior del estómago del mosquito, los microgametos formados por el microgametocito penetran los macrogametos derivados del macrogametocito, formando múltiples cigotos. Estas células se diferencian en formas alargadas y móviles conocidas como oocinetos.

Los oocinetos pueden invadir las células de la pared del intestino medio del mosquito y allí transformarse en oocistos. Dichas formas del parásito crecen y rompen las células que los contienen, liberando otro estadio llamado esporozoito, capaz de hacerse paso hasta las glándulas salivales del insecto.

Esta es la fase infectiva y es la que el mosquito puede inocular a los hospedadores mamíferos cuando se alimenta de su sangre, perpetuando así el ciclo de vida del parásito.

Enfermedades

Plasmodium malariae produce, al igual que las otras tres especies mencionadas anteriormente, una condición clínica en los seres humanos denominada paludismo o malaria. Sin embargo, existen reportes que también sugieren que puede albergar caninos, provocando la misma enfermedad.

Es una enfermedad potencialmente letal, que afecta a miles de personas en el mundo, especialmente en los países menos desarrollados, con pobres condiciones sanitarias y donde no se promueven campañas de prevención.

Síntomas de la malaria

La malaria es una enfermedad caracterizada por producir fiebre aguda. Después de ser “picado” por un vector infectado, los síntomas pueden aparecer entre los primeros 10 o 15 días en un individuo sano, no inmunizado (que no tuvo antes la misma enfermedad).

Los principales síntomas no son muy distintos a los de algunos resfriados o enfermedades transitorias: fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, debilidad, vómito, diarrea, etc. No obstante, los niños, por ejemplo, pueden presentar anemia severa y afecciones respiratorias o cerebrales.

Estos síntomas varían un poco dependiendo de la especie y se ha demostrado que entre las complicaciones clínicas más comunes cuando se trata de Plasmodium malariae está el síndrome nefrótico, que implica la eliminación excesiva de proteínas por la orina.

También es importante señalar que existen casos de infecciones asintomáticas en aquellas regiones donde la enfermedad es endémica, es decir África subsahariana, Asia Sudoriental y América.

Si bien estos son los síntomas típicos del paludismo o la malaria, es conveniente resaltar que aquellos producidos por Plasmodium malariae no son tan severos como los que producen Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax.

Prevención y tratamiento

Si bien los lugares del mundo más afectados por la enfermedad producida por el grupo de parásitos antes mencionados son aquellos donde los vectores pueden reproducirse y dispersarse con mayor facilidad, existen algunos métodos de prevención que pueden tenerse en cuenta para evitar contagiarse.

Puesto que el contagio depende exclusivamente del contacto con el mosquito vector, la Organización Mundial de la Salud sugiere:

– Uso de mosquiteros tratados con insecticidas

– Aplicación de mosquiteros en el área doméstica, especialmente en las habitaciones donde se duerme

– Fumigaciones con insecticidas de acción residual

– Eliminación de las posibles fuentes de multiplicación de los mosquitos

– Ingesta de medicamentos “antipalúdicos” como prevención para viajeros y mujeres embarazadas

Por otra parte, existe tratamiento para atacar la enfermedad en sus estadios más tempranos, lo que es de mucha utilidad cuando el diagnóstico se hace a tiempo, pues se reduce la mortalidad y se previene la transmisión.

El tratamiento farmacológico más utilizado contra el paludismo, y el que ha demostrado ser más efectivo especialmente contra P. falciparum, que es la especie más “agresiva”, es la artemisinina, también llamada qinghaosu.

Se han desarrollado también vacunas, pero estas ofrecen solo una protección parcial en niños pequeños.

Referencias

  1. Bailey, J. W., Williams, J., Bain, B. J., Parker‐Williams, J., Chiodini, P. L., & General Haematology Task Force of the British Committee for Standards in Haematology. (2013). Guideline: the laboratory diagnosis of malaria. British journal of haematology, 163(5), 573-580.
  2. Brusca, R. C., & Brusca, G. J. (2003). Invertebrates (No. QL 362. B78 2003). Basingstoke.
  3. Centers for Disease Control. (2018). DPDx: Malaria.
  4. Collins, W. E., & Jeffery, G. M. (2007). Plasmodium malariae: parasite and disease. Clinical microbiology reviews, 20(4), 579-592.
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  6. World Health Organization. (2014). Malaria: fact sheet (No. WHO-EM/MAC/035/E). World Health Organization. Regional Office for the Eastern Mediterranean.