Valor de la perseverancia: qué es y ejemplos
El valor de la perseverancia es la tendencia de una persona a tener una continuidad en una actividad particular que le proporcionará una meta final deseada. Ser persistente consiste en superar un conjunto de obstáculos para poder llegar a una meta. Los obstáculos podrían incluir barreras físicas, psicológicas, culturales, críticas o desánimo.
La palabra perseverancia proviene del latín perseverantia y significa atenerse a algo estrictamente. Si una persona está haciendo algo a pesar de todas las dificultades que conlleva, está siendo estricta contigo mismo.
Sin duda, la perseverancia es una de las características de grandes mujeres y hombres históricos, y lo que ha permitido conseguir grandes logros individuales, sociales, culturales, económicos y científicos.
¿Cómo es una persona perseverante?
Eres una persona perseverante si:
- No te rindes con facilidad
- Sigues intentando conseguir una meta aunque no estés teniendo los resultados que esperabas
Y si eres perseverante, probablemente lo habrás convertido en uno de tus valores principales. Si das importancia al hecho de no rendirte y seguir intentándolo, lo has convertido en un valor.
Ejemplos históricos de perseverancia
Probablemente nada en el mundo puede reemplazar a la persistencia. El talento es casi siempre superado por ella, de hecho hay miles de personas talentosas que no han conseguido nada.
La educación y formación, en sí mismas, requieren perseverancia, al igual que la experiencia práctica. Estos son algunos ejemplos de perseverancia de los últimos tiempos:
Walt Disney
Sin duda Walt Disney fue una persona muy perseverante. Antes de tener éxito con Mickey Mouse, fue despedido de un periódico de Kansas City porque su jefe pensó que no tenía creatividad.
Más tarde, en 1921, fracasó en su intento de formar una compañía que llamó “Laugh-O-Gram Films”. En 1926, tras crear un personaje animado llamado “Oswald the Rabbit”, Universal Studios le traicionó y patentó su creación.
Quizás su mayor ejemplo de perseverancia es cuando luchó por adaptar la película Mary Poppins. Su autora, Pamela Travers, no tenía interés en venderla y Walt Dinsey estuvo viajando durante 16 años a Inglaterra para visitarle y persuadirla.
J.K. Rowling
Es una de las mujeres más ricas del mundo y mundialmente conocida por ser la autora de la saga de Harry Potter. Antes de publicar el primer libro, Harry Potter y La piedra filosofal, fue rechazada por 12 editoriales.
Si se hubiera rendido antes puede que el mundo no conociese a Harry Potter.
Thomas Edison
En toda su carrera, Edison obtuvo 1093 patentes. Algunos de sus inventos fueron rompedores. Como la bombilla, el fonógrafo o la batería alcalina. Sin embargo, la mayoría no tuvieron éxito. Para tratar de fabricar una bombilla económica, abrió su propia planta minera en Ogdensburg.
Para hacer que funcionase la planta, inventó 47 patentes, destacando una máquina que revolucionó la industria del cemento y que inspiró la línea de ensamblamiento de los Ford T de Henry Ford.
Las barreras para la perseverancia
Falta de motivación – visión
No tener visión resulta a menudo en una falta de motivación.
Para perseverar necesitas motivación, y para tener motivación necesitas tener una visión de lo que quieres conseguir.
Eso que quiere conseguir tiene que ser algo que te motive a ti, no a otros.
La creencia de que todo tiene que ser fácil
Las creencias limitantes son determinantes a la hora de mostrar cualquier tipo de comportamiento.
La realidad es que la vida alterna entre los momentos sin problemas y en las que surgen problemas. Si tienes la expectativa de que las cosas van a ser difíciles, estarás mucho más dispuesto a enfrentarte y superar los problemas que surjan.
La creencia de que el éxito es un suceso
El éxito no es un suceso. Las personas exitosas no han conseguido sus metas de un día para otro, sino que han pasado por un largo proceso.
Los logros históricos no fueron sucesos, fueron procesos. América no se colonizó en un día, se requirieron años para llegar a la Luna, los derechos civiles se han conseguido durante décadas.
El hábito de rendirse
Rendirse es un hábito, al igual que el no rendirse. Seguro que has observado a personas que nunca se rinden y otras que se rinden a la primera dificultad.
Por tanto, es necesario convertir la persistencia en una regla, en un valor al que se da importancia para guiarse por la vida.
Formas de aprender el valor de la perseverancia
La perseverancia la aprendes con la práctica, no es algo teórico. No puedes decir “soy perseverante” y no ponerlo en práctica. Tampoco puedes leer sobre perseverancia y no esforzarte para que se convierta en parte de ti.
Las siguientes acciones ayudarán enormemente para desarrollar la perseverancia:
1-Automotivarse
La motivación va y viene, no es algo constante.
El establecimiento de metas, las recompensas y recordar a menudo cuál es la recompensa de ser perseverante ayudan a mantenerla.
2-Definir metas
Tener metas claras es una forma de guiar el comportamiento.
Además, si las defines claramente sabrás si estás siendo perseverante en su consecución o no.
3-Con el aprendizaje vicario
El aprendizaje vicario es el que se da al observar a los demás. Por ejemplo, ves a alguien cómo ha conseguido algo y tú sigues su camino.
Si conoces casos cercanos o populares de perseverancia que guió al éxito, será una motivación para ti y una razón para intentarlo tu también.
4-Mantener un equilibrio
No es posible estar dedicándose el 100% del tiempo de tu vida en la consecución de una meta. Necesitas pasar tiempo libre en el que divertirte con algo que te gusta.
Es más, de esa forma serás más productivo, además de evitar el estrés.
5-Convertirla en un hábito
El ejercicio físico o deporte es una de las mejores formas de ir adoptando la perseverancia. También aprender cualquier habilidad física o cognitiva: bailar, tocar instrumentos musicales, hablar idiomas.
Una vez que te das cuenta que es necesario persistir para tener la recompensa (aprender una habilidad, estar en forma), adoptas ese comportamiento.
6-Estar cerca de gente perseverante
Si ves que alguien cercano tiende a abandonar, tendrás más probabilidades de abandonar. Si alguien muy cercano no abandona, tú tenderás a seguir su camino.
Por ejemplo, si tienes un compañero de clase que aprueba y no deja los estudios, tú tendrás más probabilidades de seguir su camino.