Articulación temporomandibular: características, movimientos, patologías
La articulación temporomandibular o complejo cráneo-mandibular, es una articulación sinovial bicondilea que se establece entre el hueso temporal (uno de los huesos del cráneo) y el maxilar inferior (de la mandíbula). En realidad, son dos articulaciones, una derecha y otra izquierda, una a cada lado de la cabeza, que funcionan juntas de manera sincrónica.
Se llama articulación a una estructura anatómica que une dos huesos o a un hueso y un cartílago. La función de las articulaciones, además de constituir la unión entre diferentes huesos, es la de proveer la estructura anatómica que permite generar movimientos entre estructuras rígidas. Sin embargo, algunas articulaciones, como las del cráneo, no son móviles.
Una articulación sinovial es aquella que posee una cápsula articular dentro de la cual se encuentran las estructuras articulares recubiertas de cartílago y bañadas de líquido sinovial, que es un líquido rico en ácido hialurónico que nutre al cartílago y disminuye el roce entre las superficies articulares.
Una articulación bicondilea es aquella en las que ambos huesos que forman la articulación presentan un cóndilo cada uno. Dentro de la clasificación de las articulaciones forman parte de las condilartrosis.
Un cóndilo es una protuberancia redondeada ubicada en un extremo de un hueso y que forma parte de la estructura articular del hueso.
La articulación temporomandibular es, entonces, una articulación en la que los cóndilos del hueso temporal, cubiertos de cartílago e inmersos en líquido sinovial, se unen con los cóndilos del hueso mandibular, que también están cubiertos por cartílago. Esta articulación está rodeada de una cápsula articular y estabilizada por un conjunto de ligamentos.
Índice del artículo
Características
La articulación temporomandibular es la articulación que establece la conexión entre el hueso temporal y la mandíbula. Está ubicada a ambos lados de la cabeza y delante de las orejas. Son dos articulaciones que funcionan sincrónicamente y representan las únicas articulaciones móviles entre los huesos del cráneo.
Está formada por los cóndilos del maxilar inferior y los cóndilos y la cavidad glenoidea del hueso temporal. Entre ellos existe una almohadilla fibrosa o menisco de tejido conjuntivo llamada disco articular. Las cavidades sinoviales de esta articulación se encuentran encima y debajo del disco articular, formando unos espacios a manera de “sacos”.
Las cavidades sinoviales se encuentran llenas del líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Esta membrana cubre toda la porción interna de la cápsula articular, a excepción de la superficie del cartílago. Este cartílago es de naturaleza fibrocartilaginosa.
El término sinovial deriva del griego syn (con) y del latín ovum (huevo), es decir, “con aspecto de huevo” y, de hecho, este líquido parece clara de huevo. Es un ultrafiltrado plasmático con pocas proteínas y células y tiene la misma composición electrolítica del plasma.
El líquido sinovial contiene ácido hialurónico, que es responsable de la consistencia viscosa que le da un aspecto de clara de huevo. Su función es la de nutrir y lubricar al cartílago articular reduciendo el roce entre las superficies articulares durante el movimiento.
La cápsula articular es laxa y posee tres ligamentos que estabilizan esta articulación. Estos ligamentos son el ligamento temporomaxilar, el ligamento esfenomaxilar y el ligamento estilomaxilar.
Movimientos
La articulación temporomandibular permite 3 tipos de movimientos: 1) los de apertura y cierre de la boca, es decir, elevación y descenso del maxilar inferior, 2) los de protrusión y retrusión de la mandíbula, es decir, movimientos de proyección hacia adelante y atrás, 3) movimientos laterales del maxilar inferior hacia la derecha e izquierda.
Esta articulación se utiliza para hablar, bostezar, masticar, deglutir y para algunas expresiones faciales.
Los movimientos de esta articulación son producidos por una serie de músculos que al contraerse generan los movimientos articulares anteriormente descritos. En conjunto, estos músculos reciben el nombre de músculos masticatorios.
Estos músculos son los maseteros, los pterigoideos internos o medial y externos o lateral y los músculos temporales. Los maseteros elevan el maxilar inferior. El músculo temporal eleva el maxilar inferior y desplaza hacia atrás el cóndilo del maxilar. El pterigoideo externo o lateral desplaza el maxilar inferior hacia adelante y lateralmente, mientras que el interno eleva el maxilar inferior.
Patologías
Las patologías que afectan la articulación temporomandibular pueden ser muy diversas. Pueden tener origen infeccioso, traumático, neoplásico (tumoral) o autoinmune y pueden afectar la estructura ósea o cartilaginosa de la articulación, a los músculos o a los ligamentos involucrados en dicha articulación.
Existen datos que sugieren de que al menos el 40% de la población mundial ha presentado o presenta algún problema en la articulación temporomandibular. Dentro de las patologías más frecuentes se encuentra el síndrome de disfunción temporomandibular.
Este síndrome se considera un trastorno articular no inflamatorio con alteración del funcionamiento de alguna de las estructuras articulares con un desplazamiento anormal, generalmente anterior, del disco articular.
Las principales manifestaciones de este síndrome son dolor, limitación del movimiento articular lo que produce dificultad para abrir la boca y un ruido articular llamado clic articular. Cuando esta patología progresa en forma crónica suele existir un período asintomático que sigue a la fase aguda, para luego volver a aparecer como una osteoartrosis (cuadro degenerativo del cartílago articular).
En muchos casos, el síndrome solo se presenta como un cuadro agudo que no necesariamente progresa. Se observa tanto en hombres como en mujeres, pero es más frecuente en las mujeres (relación 3 a 1). La mayor incidencia se presenta entre los 40 y 50 años, y la menor es para los menores de 20 años.
Otras patologías de la articulación temporomandibular son las alteraciones musculares o miopatías y las alteraciones articulares o artropatías. Entre las primeras, las más frecuentes son el bruxismo y el síndrome miofascial, y entre las segundas están las luxaciones, los desplazamientos discales y los bloqueos, entre otras.
El bruxismo entre esta últimas patologías es una de las más frecuentes después del síndrome de disfunción temporomandibular. Consiste en apretar o rechinar los dientes fuera de los movimientos fisiológicos masticatorios o de deglución.
Se presenta frecuentemente en horas nocturnas, lo que genera dolor matutino, desgaste dentario y dolor muscular, tensión y rigidez al masticar. Aunque puede tener muchas causas, una de las más importantes es el estrés.
Referencias
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