Conceptos y definiciones

Pecado venial: origen del término, en qué consiste y ejemplos


El pecado venial es una acción o pensamiento que desafía —voluntariamente o no— las leyes de las creencias religiosas. Atenta contra la voluntad de Dios, aunque su gravedad lo ubica dentro de un castigo provisional en vida. Es un pecado leve que desvía gradualmente del camino de Dios, pero puede redimirse a través de arrepentimiento sincero.

Las religiones son parte de la cultura de los pueblos, representan sus sistemas de creencias y la necesidad del hombre de tener algo por encima de sí mismo que le genere una sensación de protección y le sirva de referencia para evolucionar espiritualmente dentro de la dicotomía entre el bien y el mal.

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Actúan como instrumentos de autorregulación para la convivencia y se estructuran sobre leyes que condicionan los actos humanos de acuerdo con el impacto que estos tengan dentro del esquema de relaciones que se establecen dentro de las sociedades.

El pecado venial nos aleja gradualmente de nuestra relación con Dios, de tal manera que si no concientizamos que no podemos entrar y salir de la equivocación ilimitadamente aunque la falta sea leve, se irán aumentando los grados de separación al punto que pudiéramos llegar a estar completamente separados del “buen camino”.

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Origen del término

pecado venial

La palabra venial es un sustantivo que procede del latín venialis y se relaciona con el perdón y la gracia. Etimológicamente, significa perdonable, excusable o redimible.  De tal manera que se puede considerar que el pecado venial es un acto que atenta contra la moral según la teología, pero que es de fácil remisión.

Desde la antigüedad el hombre por naturaleza ha tenido una lucha constante contra el pecado, ha buscado siempre la victoria sobre este hecho que determina su imperfección.

Esta herencia que fue legada por el pecado original ha mantenido a la humanidad en una diatriba permanente entre el bien y el mal, ante el hecho de que Dios le otorgó la noción del libre albedrío para sortear la tentación.

Los antiguos griegos desafiaron a sus dioses a través de la hybris, que no era más que la intención de transgredir sus leyes o límites impuestos a los humanos mortales. La hibris hacía referencia al hecho de violentar deliberadamente el cuadrante de acción de la otra persona, motivado por pasiones ilimitadas.

En la tradición eclesiástica y en la Biblia se encuentra una clasificación del pecado partiendo de la idea que toda transgresión de la ley de Dios es considerada una falta a su voluntad.

En qué consiste

El pecado venial es en esencia distinto al pecado mortal. No acaba definitivamente con nuestro vínculo con Dios, pero sí lo resiente ya que es un acto voluntario de pensamiento obra u omisión en contra de la ley de Dios, sobrepasando los límites de las leyes de su voluntad. 

Debido a su naturaleza, se puede perdonar en sí mismo y requiere de un castigo provisional. El individuo no se aparta de  Dios porque dicha acción se atribuye a la imperfección humana, pero no atenta contra el fin principal de la ley.

Es redimible a través de un acto de contrición auténtico, en el que la recta conciencia nos impulsa a no volver a cometer la falta. Las sanciones se ajustan a la gravedad dentro de la escala y consisten en actos que generen reflexión y consciencia del hecho.

El pecado venial no deja una mancha sobre el pecador, pero le resta brillo. Los pecados veniales tienen grados de complicación y, en la palabra de Santo Tomás de Aquino, han sido clasificados como paja, madera y caña, elementos con niveles de inflamación diferentes que definen la calidad de la falta.

De esta manera se puede concluir que, a pesar de la levedad de la infracción, no se puede perder la perspectiva con respecto a incurrir una y otra vez en estas faltas menores, que son acumulativas cuando no hay un arrepentimiento sincero ni se toman acciones específicas que fortalezcan la fragilidad del espíritu.

Ejemplos

Dentro de los pecados veniales existe una clasificación de acuerdo con la gravedad de los mismos. A continuación listamos los más comunes:

Vicios

Se refiere a todo aquello hecho a voluntad que desarrolle un estado de ansiedad por dependencia y que atente contra la integridad. Por ejemplo: fumar, beber alcohol, comer en exceso, juegos de azar y fornicar, entre otros.

Mentir

Corresponde a la acción de ocultar, tergiversar u omitir la verdad de los hechos, perjudicando moral, física y psicológicamente a otros o a sí mismo.  Engañar es suponer que el otro es incapaz de reconocer la mala fe, porque pone su confianza en aquel que le traiciona.

Maldecir

Se estima que desear mal a otro es alejar el corazón de Dios. Esta acción recae sobre aquel que maldice; según las leyes de Dios, esto convierte al individuo en un alma frágil y en vehículo del mal. La palabra es la expresión del corazón; por lo tanto, maldecir es propio de un corazón enfermo.

Abuso verbal

Todo aquello que implique dañar al otro desde cualquier aspecto se considera pecado. En el caso de la agresión por medio de la palabra, violenta de manera psicológica a quien recibe la ofensa.  Un mensaje hiriente puede causar daños significativos en el individuo.

Superstición

Incluye creer en la casualidad y en otras ideas  distintas a Dios. Se trata de poner la fe sobre falsos  ídolos, interpretar de manera incorrecta a Dios y darle poder a la imaginación desde el yo y sin sustento en las escrituras.

No asistir a misa

Dentro de los deberes religiosos, visitar la casa de Dios con devoción es una muestra de fe y de amor que supera las debilidades. Abandonar cualquiera de los deberes para con la religión es un acto de rebeldía ante la autoridad divina.

Juzgar

Los juicios de valor son una pretensión del hombre de igualarse con la divinidad suprema de Dios. La Iglesia estima que no es labor de un individuo juzgar a otras personas y condenarlas por sus acciones.

Su deber es mostrarles con humildad y amor el recto camino dentro de la voluntad y la ley de Dios. La frase bíblica “no mires la paja en el ojo ajeno” responde a esta situación.

Referencias

  1. O’Neil, Arthur Charles. “Sin” en The Catholic Encyclopedia. Recuperado en 18 de mayo de 2019 de The Catholic Encyclopedia: newadven.org.
  2. “El pecado mortal y el pecado venial” en EWTN. Recuperado en 18 de mayo de 2019 de EWTN: ewtn.com.
  3. “El pecado venial” en Hogar de la madre. Recuperado en 19 de mayo de 2019 de Hogar de la madre: hogardelamadre.org
  4. “Pecado venial” en Wikipedia la enciclopedia libre. Recuperado en 19 de mayo de 2019 de Wikipedia la enciclopedia libre: es.wikipedia.org.
  5. “Pecado mortal y venial: la eterna duda” en Religión en libertad. Recuperado en 19 de mayo de 2019 de Religión en libertad: religionenlibertad.com
  6. “Pecado mortal y pecado venial” en La croix en español. Recuperado en 19 de mayo de 2019 de La croix en español: es.la-croix.com