Historia

Conspiración de Querétaro: qué fue, causas, desarrollo, consecuencias


¿Qué fue la Conspiración de Querétaro?

La Conspiración de Querétaro fue una serie de reuniones clandestinas cuyo propósito fue preparar un levantamiento contra el Virreinato de Nueva España. Tuvo lugar en la ciudad de Santiago de Querétaro, en 1810, y se considera como el antecedente más inmediato de la primera etapa de la Guerra de independencia.

En la Conspiración de Querétaro participaron un nutrido grupo de militares, abogados, comerciantes y algún eclesiástico, como Miguel Hidalgo. La mayoría de ellos eran criollos, con mucha influencia en Nueva España. Sin embargo, las leyes del Virreinato les impedían alcanzar cargos importantes.

La invasión napoleónica de España y la destitución de Fernando VII fue el desencadenante inicial de esta y otras conspiraciones. Los conjurados no pretendían la independencia, sino crear gobiernos autónomos con obediencia a la monarquía hispana. Fue la reacción de las autoridades de Nueva España la que cambió el propósito inicial.

El fracaso de la Conspiración de Querétaro tuvo como consecuencia inmediata el llamado Grito de Dolores, del cura Hidalgo. Con ese acto, el sacerdote llamaba a la insurrección armada.

Antecedentes

La Conspiración de Querétaro fue el último de varios intentos que pedían cambios en Nueva España. Entre los anteriores se pueden citar el de los Machetes, a finales del siglo XVIII, o el de Valladolid, pocos meses antes del de Querétaro.

Conspiración de Valladolid

En septiembre de 1809 tuvo lugar la llamada Conspiración de Valladolid. Esta conjura está considerada como la iniciadora de los movimientos que llevarían, años más tarde, a la independencia.

Los participantes en esta conspiración pretendían que se creara una Junta en Nueva España a imagen de las que se habían formado en la península: un gobierno autónomo, pero bajo la autoridad de Fernando VII.

A pesar de que esa era la postura mayoritaria, ya comenzaban a aparecer algunos partidarios de la independencia total.

Los propios insurrectos declararon que su intención era “después de hacerse dueños de la situación de la provincia, formar en la capital un Congreso que gobernara en nombre del rey en caso de que España cayera en la lucha contra Napoleón”.

Causas de la Conspiración de Querétaro

Cambio en el trono español

La situación política en la metrópolis fue uno de los motivos que dieron lugar a estos movimientos en Nueva España. Napoleón, con la excusa de invadir Portugal, había ocupado España.

El resultado fue la caída del rey español y la ocupación del trono hispano por su hermano, José Bonaparte. Esto sucedió en 1808, y causó preocupación en Nueva España, cuyas autoridades se negaban a pasar a manos francesas.

Desigualdad social

Aunque los más desfavorecidos eran los indígenas y mestizos, fueron los criollos quienes se organizaron para reclamar mejoras, gracias a su mejor formación académica e intelectual. 

En el Virreinato los criollos habían prosperado económicamente. A pesar de eso, las leyes impedían que ocuparan determinados cargos, reservados en exclusiva para los españoles peninsulares.

Influencia de las ideas liberales

Fue, precisamente, el acceso a una educación de calidad lo que permitió a parte de los criollos seguir la actualidad internacional. La Revolución francesa y la estadounidense ayudaron a expandir ideas liberales, de igualdad y contrarias a los absolutismos.

Desarrollo y acontecimientos

El objetivo que movió a los participantes era sustituir a las autoridades del Virreinato por una Junta que gobernara el territorio en nombre de Fernando VII.

Sede de las reuniones

Los encuentros entre los conspiradores tuvieron lugar en la casa de José Miguel Domínguez, en esos momentos corregidor de Querétaro. Junto a él, también destacó la participación de su esposa, Josefa Ortiz Domínguez.

Otros asistentes asiduos a esos encuentros fueron Ignacio Allende, Juan Aldama, el abogado Juan Nepomuceno Mier, los comerciantes Hemeterio y Hepigemeno González y el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

Búsqueda de un líder popular

En un primer momento, fue Ignacio Allende el que lideró la Conspiración.

Allende, con ideas cercanas a las de Primo de Verdad, pensaba que los habitantes de la colonia debían formar una Junta para gobernar Nueva España. Su propósito, en esa primera época, no era independentista, ya que pretendía mantener a Fernando VII como monarca.

La gran mayoría de los participantes eran criollos. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que, para triunfar, necesitaban apoyo popular, incluidos los indígenas.

Para conseguir ese apoyo era necesario buscar una figura que movilizara a las clases más bajas. El elegido fue el sacerdote destinado en Dolores, Miguel Hidalgo, que, gracias a su trabajo con los habitantes de la zona, había conseguido un gran prestigio.

Organización de los encuentros

Los encuentros se organizaron tanto en casa de Allende como en la del Corregidor. El primero invitaba a bailes, y el segundo a tertulias literarias. Ninguna de estas actividades despertaba sospechas.

Intención de la Junta

La fecha inicial del levantamiento debía ser a principios de diciembre de 1810, pero se adelantó a octubre de ese mismo año. El plan era realizar un movimiento rápido que sorprendiera a los españoles y, a partir de ahí, intentar conquistar la capital del Virreinato.

Una vez conquistada, sería el momento de decidir cómo organizar el nuevo gobierno. La intención era dar libertad a los españoles para que decidieran permanecer en Nueva España o regresar a la península.

Por último, los conspiradores llegaron al acuerdo de que, en caso de no conseguir sus objetivos, se dirigirían hacia los Estados Unidos a solicitar ayuda para su causa.

Descubrimiento de la Conspiración

A pesar de todas las precauciones los planes acabaron conociéndose. Sin embargo, al no saber los componentes de la conspiración, la primera denuncia se hizo al corregidor Domínguez.

Este ordenó detener a algunos sospechosos, esperando que eso frenara posteriores investigaciones. Esto no ocurrió y los españoles pasaron a la acción. El 11 de septiembre de 1810, las autoridades del virreinato trataron de capturar a los rebeldes, aunque solo lograron arrestar a uno.

Josefa Ortiz, esposa del Corregidor, jugó un papel primordial en ese momento. Una vez que tuvo noticias de la redada, avisó a Allende para que pusiera a salvo al resto de los conspiradores.

Allende se dirigió rápidamente a Dolores, donde estaba Hidalgo. Allí, relató al sacerdote lo ocurrido y propuso reunir a los que aún estaban libres en Dolores.

Hidalgo decidió ponerse al frente y anunció que era el momento de levantarse en armas con estas palabras: “Lo he pensado bien, y veo que, en efecto, no nos queda otro arbitrio que el de coger gachupines, por lo que acabaremos de cenar y daremos principio”.

Consecuencias

Grito de Dolores

Tan solo unas horas después de su reunión con Allende, Hidalgo convocó a los habitantes del pueblo tocando las campanas de la iglesia.

Era el 16 de septiembre de 1810 cuando el sacerdote lanzó el Grito de Dolores. Su discurso llamó a los presentes y a toda la nación a tomar las armas para acabar con las autoridades virreinales.

Esa misma noche, Hidalgo y los suyos se dirigieron a la cárcel para liberar a unos 80 presos. El pequeño destacamento se armó con lo que encontraron, muchos solo con lanzas y machetes. En pocas horas, más de 600 hombres se unieron a su llamamiento.

Inicio de la Guerra de independencia

Poco a poco, las noticias sobre la rebelión llegaron a todo el territorio de Nueva España. Los sublevados fueron sumando apoyos, llegando a formar un auténtico ejército que se enfrentó con los españoles.

La primera etapa de la Guerra de independencia comenzó con victorias para los hombres de Hidalgo y Allende.

Sin embargo, solo fue el inició de una lucha que aún duraría varios años, y que terminó logrando la independencia de México.

Referencias

  1. Historia de México. Conspiracion de Queretaro. Obtenido de independenciademexico.com.mx
  2. Sedena. La conspiración de Querétaro (1810). Recuperado de sedena.gob.mx
  3. Herrejón Peredo, C. La conspiración de Querétaro. Recuperado de revistaciencia.amc.edu.mx
  4. Minster, Christopher. The “Cry of Dolores” and Mexican Independence. Obtenido de thoughtco.com