Ansiedad

Entomofobia: qué es, síntomas, causas y tratamiento


¿Qué es la entomofobia?

La entomofobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo extremo a cualquier tipo de insecto. Dependiendo de cada caso, este tipo de fobia puede resultar una enfermedad más o menos incapacitante y deteriorante para quien la padece.

La ansiedad producida por esta alteración resulta extremadamente desagradable y perjudicial para el individuo. 

A menudo resulta complicado asociar los miedos o las fobias a los insectos u otros estímulos a una enfermedad mental, ya que esta suele interpretarse con diferentes características, como las de la esquizofrenia o la depresión.

Sin embargo, cuando hablamos de entomofobia no estamos haciendo referencia a una respuesta de miedo normal. El miedo que experimentan las personas que padecen entomofobia cuando se exponen a un insecto es totalmente desproporcionado, irracional e intenso, y comporta una serie de consecuencias negativas.

Lo primero que hay que tener claro es que la entomofobia es una alteración de ansiedad que difiere de las reacciones normales de miedo y que requiere ser tratada adecuadamente para poder superarse.

Síntomas

La entomofobia no se caracteriza únicamente por las propiedades de su miedo, sino que comporta una serie de sintomatología muy variada. Podemos distinguir tres planos distintos: el plano fisiológico, el plano cognitivo y el planto conductual.

Plano fisiológico

El plano fisiológico hace referencia a todos los síntomas físicos que provoca el miedo que se experimenta en la entomofobia. Ante la aparición del estímulo temido, es decir, de un insecto, el cuerpo pone en marcha una serie de respuestas fisiológicas.

Estas respuestas fisiológicas configuran un incremento de la actividad del sistema nervioso central:

– aumento de su tasa cardiaca y de su tasa respiratoria,

– sudoración excesiva,

– dilatación de la pupila,

– taquicardia,

– tensión muscular,

– sequedad de boca.

Como vemos, esta sintomatología hace referencia a una respuesta de ansiedad y miedo normal. Ante un peligro real, una persona aumenta su tasa cardiaca y respiratoria, incrementa su sudoración o tensiona sus músculos con el objetivo de preparar su cuerpo para la acción y poder responder adecuadamente ante el peligro.

Así pues, estos síntomas no explican el componente fóbico del miedo, ya que este es explicado por el por qué aparecen todos estos síntomas ante la exposición a un insecto que no supone un peligro real.

Plano cognitivo

El plano cognitivo hace referencia a todos los pensamientos que aparecen en la mente de una persona que padece entomofobia. Estos pensamientos pueden hacer referencia tanto al estímulo temido (a los insectos) como a la capacidad de afrontar su aparición.

El individuo con entomofobia puede poseer pensamientos catastrofistas y de pánico absoluto sobre este tipo de animales y creer que le pueden pasar cosas terriblemente perjudiciales si tiene un insecto cerca.

Evidentemente, los pensamientos referentes a la entomofobia son irracionales y deben intervenirse para extinguir la fobia.

Plano conductual

Finalmente, la entomofobia produce una serie de comportamientos determinados. Estos comportamientos se manifiestan únicamente cuando se presentan los insectos o se cree que pueden aparecer, y van destinados principalmente a su evitación.

Una persona que padece este trastorno de ansiedad puede adoptar una serie de conductas o comportamientos que tengan como objetivo evitar a toda costa estar en contacto con un insecto.

Causas

Al igual que el resto de fobias, hoy en día se sustenta que esta enfermedad no posee una única causa y que existen diferentes factores que pueden estimular su aparición.

Las principales causas que se han descubierto de la entomofobia son el condicionamiento directo, el condicionamiento vicario y los factores genéticos.

Por lo que respecta al condicionamiento directo, se piensa que experiencias tempranas con insectos que resulten desagradables, pueden motivar la asociación entre estos animales y el miedo.

Otra teoría es que la visualización de imágenes o situaciones aversivas de insectos también pueden jugar un papel importante para la aparición de la entomofobia.

No obstante, este tipo de asociaciones no aparecen en todos los casos de la enfermedad, por lo que se postula una posible presencia de factores genéticos que hagan a la persona más susceptible a desarrollar este tipo de alteraciones.

Tratamiento

El aspecto más positivo de la entomofobia es que puede ser tratada y superada si se realizan las intervenciones adecuadas.

El tratamiento de elección para la entomofobia es la psicoterapia, la cual puede remitir la enfermedad con relativa facilidad y resultar altamente beneficiosa para el individuo que padece este trastorno.

Dentro de la psicoterapia, la que ha mostrado una mayor utilidad, presentando índices de eficacia notablemente altos para este tipo de problemas, es el tratamiento cognitivo conductual.

En este tratamiento, se expone al paciente a su estímulo temido con el objetivo de que se habitúe a los insectos y se dé cuenta de que no pasa nada si está cerca de ellos.

Posteriormente, se incorporan técnicas de relajación para ayudar a gestionar la ansiedad que provocan los insectos y, en algunos casos, se aplican técnicas cognitivas para modificar los pensamientos fóbicos e irracionales sobre estos animales.

Referencias

  1. Capafons-Bonet, J.I. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para las fobias específicas. Psicothema.
  2. Curtis, G., Magee, W., Eaton, W., et al (1998). Specific fears and phobias: epidemiology and classification. Br. J. Psychiat.
  3. Ollendick, T.H., Raishevich, N., Davis, T.E., et al Specific phobias in youth: phenomenology and psychological characteristics. Behav. Ther.