¿Qué es la codominancia?
La codominancia, o herencia codominante, se puede definir como la igual fuerza entre alelos, donde los genes se expresan por separado y al mismo tiempo, y producen rasgos característicos en el individuo.
Una de las razones que permitió a Gregor Mendel (1822-1884) analizar de manera sencilla los patrones de herencia que observó fue que los caracteres bajo estudio eran de dominancia completa.
Es decir, bastaba que estuviese presente al menos un alelo dominante (A_) para que se expresase el carácter con el fenotipo asociado, y el otro (a), recedía en su manifestación y parecía ocultarse.
Es por ello que, en esos casos “clásicos” o mendelianos, los genotipos AA y Aa se manifiestan fenotípicamente de la misma manera (A domina completamente a a).
Pero no siempre es así, y para rasgos monogénicos (definidos por un único gen) podemos encontrar dos excepciones que a veces pueden confundirse: la dominancia incompleta y la codominancia.
En el primero, el heterocigoto Aa manifiesta un fenotipo intermedio al de los homocigotos AA y aa; en el segundo, que es el que tratamos aquí, el heterocigoto manifiesta los dos alelos, A y a, con la misma fuerza, ya que en realidad ninguno es recesivo sobre el otro.
Ejemplo de codominancia: los grupos sanguíneos según el sistema ABO
Uno de los mejores ejemplos para ilustrar la codominancia genética es el de los grupos sanguíneos en las poblaciones humanas de acuerdo al sistema de clasificación ABO.
En la vida práctica, una pequeña muestra de sangre es sometida a un ensayo de respuesta frente a dos anticuerpos: el anticuerpo anti-A y el anticuerpo anti-B.
A y B son los nombres de dos formas alternativas de la misma proteína codificada en el locus I; los individuos que no producen ninguna de las dos formas de la proteína son los homocigotos recesivos ii.
Por lo tanto, de acuerdo al sistema ABO, los fenotipos de los individuos homocigotos son definidos de la siguiente manera:
1. Los individuos cuya sangre no da ninguna respuesta inmune frente a los anticuerpos anti-A y anti-B es porque no producen ni la proteína A ni la proteína B, y en consecuencia, son los homocigotos recesivos ii.
Fenotípicamente, estos son los individuos de sangre tipo O, o donadores universales, ya que no producen ninguna de las dos proteínas que podría causar rechazo inmune en los receptores que no sean de sangre tipo O. La mayoría de los seres humanos presentan este tipo de grupo sanguíneo.
2. Por el contrario, si la sangre de un individuo reacciona con solo uno de los anticuerpos, es porque produce solamente un tipo de estas proteínas, razón por que, lógicamente, el individuo únicamente puede presentar dos genotipos distintos.
Si se trata de un individuo con sangre tipo B (que no reacciona con los anticuerpos anti-A, sino con los anti-B), su genotipo puede ser homocigoto IBIB, o heterocigoto IBi.
De manera análoga, los individuos que solo reaccionan con los anticuerpos anti-A pueden ser de genotipo IAIA o IAi.
Este es un tipo de interacción alélica dominante en el más puro sentido mendeliano: cualquier alelo I (IA o IB) dominará sobre el alelo i. Por tal razón, los heterocigotos para A o B serán fenotípicamente idénticos a los homocigotos para A o para B.
Los heterocigotos para A y B, por el contrario, nos dicen una historia distinta. Es decir, una minoría de la población humana está constituida por individuos que reaccionan tanto con los anticuerpos anti-A como con los anticuerpos anti-B; la única manera de mostrar este fenotipo es siendo genotípicamente heterocigoto IAIB.
Por lo tanto, se crea un individuo en el que no “desaparece” ningún alelo ni es “intermedio” entre otros dos: es un fenotipo nuevo, al cual conocemos como el del aceptor universal, ya que no rechazará ningún tipo de sangre desde el punto de vista del sistema ABO.
Un caso ilustrativode dominancia incompleta
A fin de comprender la codominancia es útil definir la dominancia incompleta. Ambas se refieren a relaciones entre alelos de un mismo gen (y mismo locus) y no a relaciones o interacciones génicas entre genes de distintos loci.
La dominancia incompleta se manifiesta como un fenotipo producto del efecto de dosis del producto codificado por el gen analizado.
Tomemos un caso hipotético de un rasgo monogénico, en el cual un gen R, que codifica para una enzima monomérica, da origen a un compuesto de color (o pigmento).
El homocigoto recesivo para ese gen (rr) carecerá de ese color por no dar origen a la enzima que produce el pigmento respectivo.
Tanto el homocigoto dominante RR como el heterocigoto Rr manifestarán color, pero de una manera distinta: el heterocigoto será más diluido, ya que presentará la mitad de la dosis de la enzima encargada de producir el pigmento.
Debe entenderse, sin embargo, que a veces el análisis genético es más complicado que los sencillos ejemplos que se han brindado aquí, y que distintos autores interpretan el mismo fenómeno de manera distinta.
Es posible que en cruces dihíbridos (o incluso con más genes de distintos loci) los fenotipos analizados puedan aparecer en proporciones que semejan a las de un cruce monohíbrido.
Solo el análisis genético riguroso y formal puede permitir concluir al investigador cuántos genes participan en la manifestación de un carácter.
Históricamente, los términos codominancia y dominancia incompleta se empleaban para definir interacciones alélicas (genes de un mismo locus), mientras que aquellas que se refieren a las interacciones de genes de distintos loci, o las interacciones génicas per se, son analizadas como interacciones epistáticas.
El análisis de las interacciones de distintos genes (de distintos loci) que conducen a la manifestación de un mismo carácter se denomina análisis de epistasis, que se encarga de todo el análisis genético.
Referencias
- Brooker, R. J. Genetics: Analysis and Principles. McGraw-Hill Higher Education.
- Goodenough, U. W. Genetics. W. B. Saunders Co. Ltd.