Cómo concentrarse para estudiar mejor: 9 pasos efectivos
Aprender cómo concentrarse para estudiar para un examen es uno de los mejores hábitos que se pueden adoptar, los estudiantes sacarán mejores calificaciones y además tendrán más tiempo libre.
Para llegar a un estado óptimo de concentración se necesitan unos 10 minutos. Si se rompe ese estado, habrá que comenzar desde 0 y necesitar otros 10 minutos para volver al punto de máxima concentración.
Es como conducir: se necesita comenzar desde la primera marcha, pasando por segunda, tercera y cuarta para llegar hasta la quinta. Pero si se baja de repente desde la quinta a la primera, habrá que volver a comenzar.
Pasos para concentrarse para estudiar mejor
1. Organizar y planificar el estudio
El primer paso para aumentar la efectividad del estudio es la organización. Habría que informarse de todo lo referente a las materias que van a evaluar: fechas de exámenes, temario evaluable, bibliografía que se podría necesitar, partes de la asignatura destacadas por el profesor, etc.
Hay que asegurarse de que se cuenta con todo el material necesario para estudiar: apuntes, libros, vídeos, etc. Si acaso falta algún material, intentar localizarlo lo antes posible. Tener todo preparado ayudará a centrar la atención en el estudio.
El tiempo es una de las claves para una buena organización. Se debe planificar con realismo tanto el tiempo que se dedicará al estudio como el cálculo aproximado del temario que se puede hacer en ese tiempo. Si se es demasiado ambicioso y los objetivos planteados son muy difíciles de alcanzar, tanto la motivación como la confianza en el método de estudio se verán perjudicadas.
Es importante que a la hora de preparar el calendario se tenga en cuenta la posibilidad de que surjan imprevistos que causen retrasos. Una buena idea es reservar tiempo para cubrir esas eventualidades. Si estos imprevistos no llegaran a ocurrir, se puede utilizar ese tiempo para repasar contenidos, avanzar o simplemente darse un respiro.
Lo recomendable es no dejar todo para última hora.
2. Estudiar en un lugar apropiado
Para sacarle el máximo partido al tiempo de estudio, se necesita encontrar (y/o adaptar) el lugar en el que se va a trabajar. Algunas de las características que debe tener ese lugar son:
– Que sea tranquilo, sin ruidos ni distracciones.
– Que tenga espacio para poder poner todo el material que se necesite (apuntes, libros, notas, ordenador, etc.).
– Que tenga una buena iluminación y una buena temperatura: estudiar en condiciones de poca luz y/o mala climatización favorece la aparición temprana de fatiga.
– Que disponga de una silla confortable: en caso de estar sentado con una postura incorrecta o de utilizar una silla incómoda, se pueden sentir molestias en la espalda muy pronto.
Algo que también nos gustaría recomendar es utilizar ropa cómoda cuando se le dedique tiempo al estudio. Llevar pantalones que aprieten o zapatos incómodos no es una buena idea, puesto que se pasará muchas horas sentado y esas incomodidades se llevarán un poco de energía.
3. Controlar los elementos distractores
El móvil es, sin duda, la estrella de los distractores. Llamadas y mensajes de amigos, gente hablando por uno de los tantos grupos de WhatsApp que se tienen, e-mails, notificaciones de diferentes aplicaciones, etc. Si uno quiere concentrarse, hay aceptar que el móvil es un enemigo.
Algunas recomendaciones son apagar el móvil y dejarlo en un sitio lejos de la silla, al que no se pueda alcanzar sin levantarse y andar unos metros. Esto dará unos segundos muy útiles para controlar el impulso.
Si se trabaja con el ordenador y eso lleva siempre a acabar en Facebook, Twitter y otras webs que quitan tiempo de estudio, sugerimos instalar algún programa anti-distracciones.
SelfControl es uno de esos programas que ayudan a combatir las distracciones con el ordenador, ya que bloquea la entrada a determinadas páginas webs y programas y la misma persona puede editar la lista de las distracciones.
Se deberá tener en cuenta todo aquello que distrae, no solo el móvil e Internet. ¿Mascotas? ¿Un lugar en el que es fácil que otras personas interrumpan? Analizar las distracciones y alejarlas es lo mejor durante el tiempo de estudio.
4. Descansos frecuentes
Es mucho más efectivo estudiar 30 minutos centrado en la tarea que hacerlo durante 60 con una atención baja. Por eso, si se necesitan unos minutos de descanso cada X tiempo, hay que tomarlos. Es una inversión y la calidad del estudio se verá aumentada con total seguridad.
Eso sí, no es bueno alargar uno de esos breaks hasta el infinito. Si en esos momentos cuesta mucho mantener la atención, es mejor empezar descansando 5 minutos cada 20 de estudio e ir alargando los bloques de estudio a medida que se vaya acostumbrando.
5. Seleccionar bien el material
Muchos estudiantes tienen un problema de exceso de apuntes: toman notas de absolutamente todo lo que dice el profesor, imprimen las diapositivas que el profesor da, hacen resúmenes de lecturas complementarias, etc.
En el otro polo se encuentran aquellos que tienen un déficit de material: no toman apuntes en clase y se limitan a estudiar con lo mínimo (por ejemplo, las diapositivas que el profesor muestra en clase).
Seleccionar bien el material que se va a utilizar para estudiar es una tarea muy importante. Tanto si hay demasiado material como muy poco, la efectividad se verá perjudicada.
El objetivo es tener la información necesaria para adquirir los conocimientos que corresponden a cada asignatura, sin que eso signifique una profundización que ocupe mucho tiempo y haya que quitárselo a otra materia.
6. Encontrar el propio método
Uno mismo debe descubrir cuál es el método de estudio que más se ajusta a sus gustos y necesidades. Para unos, la mejor forma puede ser leer o subrayar apuntes, mientras que para otros puede ser hacer resúmenes, esquemas, mapas conceptuales, presentaciones de PowerPoint, etc.
Es bueno probar durante un tiempo los diferentes métodos de estudio y elegir el que mejor se adecúe en cada momento. Dependiendo de las materias a las que se esté enfrentando en cada momento, será más efectivo un método u otro.
Resúmenes y esquemas suelen funcionar bien para materias de alto contenido teórico que hay que memorizar (por ejemplo, historia), mientras que los mapas conceptuales pueden funcionar con contenidos más prácticos (por ejemplo, marketing).
7. Cuidar el cuerpo
Un sueño reparador, una buena alimentación y un estilo de vida activo son tres pilares que deberían acompañar a todo el mundo durante toda la vida. Vivir con estos tres elementos ayudará a alcanzar un estado de bienestar emocional.
La fatiga es una gran enemiga de los estudiantes. Si se está cansado, la persona se distraerá fácilmente y le costará mucho asimilar la información con la que está trabajando. Una alimentación equilibrada, una buena hidratación (una botella de agua mientras estudia nunca hará daño) y 8 horas de descanso darán un plus a la hora de estudiar.
Practicar ejercicio con regularidad permitirá trabajar los músculos, eliminar el estrés y distraer la atención.
8. Exigirse sin exceder los límites
El esfuerzo, el compromiso y la constancia aumentan las posibilidades de tener éxito en aquello que uno se proponga. Tener un elevado nivel de autoexigencia es positivo, pero no hay que olvidar que es muy importante disfrutar el camino.
Si se plantean metas tan exigentes que resultan prácticamente inalcanzables, la motivación se verá resentida rápidamente y resultará una misión imposible llegar al objetivo final.
Así pues, cuando llegue uno de esos días que todos tenemos en los que nada nos sale como queremos, hay que relajarse y tomarse un descanso, sin sentirse culpable. Si se ha seguido una buena planificación, se podrá recuperar fácilmente ese día off.
9. Encontrar el elemento
Cuando las materias que hay que estudiar tratan algún tema que interesa, todo se hace mucho más fácil. Explorar cuál es la pasión y, descubrirla, hará que sea más sencillo perseguirla, sin dejarse guiar por consideraciones como las salidas laborales que tienen determinados estudios o el salario que se percibirá.
Por desgracia, eso no es lo frecuente. Muchos estudiantes, especialmente durante la educación obligatoria (pero también en el ámbito universitario) estudian con el único objetivo de superar un examen y conseguir determinado título.
Si aún no se ha descubierto esa pasión, no hay que agobiarse. No mucha gente tiene la suerte de tenerla clara. Algo que podría guiar es responderse a esta pregunta: ¿qué trabajo harías de forma voluntaria?
No obstante, por mucho que a la persona le guste lo que estudia, siempre habrá momentos en los que toque enfrentarse a temarios duros o que no atraen demasiado, por lo que lo mejor es estar preparado y tener un método –y hábitos– con el que hacerles frente.