Conducta pasiva: características y consecuencias
La conducta pasiva es aquel comportamiento que se manifiesta en las personas en la inseguridad al interactuar con otros al hablar, en su constante búsqueda por agradar a los individuos que le rodean sin importar su propio bien y evitando enfrentamientos con los otros. Mayormente este tipo de conducta se hace más evidente en la comunicación verbal.
Una persona con conducta pasiva lleva un estilo de vida caracterizado por “huir”. Frecuentemente deja que sus derechos sean violados ya que no es capaz de expresar abiertamente sus sentimientos, pensamientos y opiniones.
Como consecuencia, permite que otros violen sus derechos y no lo respeten. También puede ser que se exprese de una manera “autoderrotista”, con disculpas, falta de confianza, de manera que los demás le dan poca importancia a lo que dice o hace.
Una persona pasiva se inhibe constantemente, es tímida y reservada. No consigue sus objetivos y metas en la vida por lo que vive en constante frustración, infelicidad y ansiedad, pues permite que los demás elijan por ella.
Este tipo de personas actúan de esa manera pues prefieren no deteriorar las relaciones con otras personas, así que adoptan conductas de sumisión esperando que la otra persona capte sus necesidades.
Características de la conducta pasiva
Una persona con conducta pasiva usualmente puede actuar de la siguiente forma:
1-Acusa a otros por sus acciones.
2-Expresa mediante declaraciones indirectas lo que le molesta en vez de enfrentar el problema.
3-Puede ser deshonesto.
4-Evita los problemas y la responsabilidad que tiene sobre ellos, esperando que se resuelvan por sí mismos o que otros se encarguen del problema.
5-Los demás se aprovechan de él/ella fácilmente (además, fomenta esta actitud).
6-Suele tener sentimientos de inseguridad y de inferioridad, que se refuerzan siempre que entra en contacto con una persona agresiva.
7-Está enfadada consigo misma porque sabe que los demás se aprovechan de ella.
8-Es una experta en ocultar sus sentimientos.
9-Es tímida y reservada cuando está con otras personas.
10-No sabe aceptar cumplidos.
11-Se agota y no tiene mucha energía ni entusiasmo para nada.
12-Su actitud acaba irritando a los demás.
13-Absorbe la energía de los demás.
14-Se le puede reconocer por su típico lenguaje corporal y verbal.
A menudo una persona que presenta una conducta pasiva puede presentar las siguientes características:
Conducta no verbal
Ojos que miran hacia abajo, voz baja, vacilaciones, gestos desvalidos, negando importancia a la situación, postura hundida, puede evitar totalmente la situación, se retuerce las manos, tono vacilante o de queja, risas falsas, entre otros.
Conducta verbal
Entre sus frases comunes siempre están: “quizás”, “supongo”, “me pregunto si podríamos…”, “te importaría mucho…”, “solamente”, “no crees que…”, “ehh”, “bueno”, “realmente no es importante”, “no te molestes”, entre otras expresiones.
Efectos
Conflictos interpersonales, depresión, desamparo, baja autoestima, se hace daño a sí mismo, pierde oportunidades, tensión, se siente sin control, siente soledad, no se gusta a sí mismo ni gusta a los demás y/o se siente enfadado.
Una persona con conducta pasiva no necesariamente presenta todas las características antes mencionadas, esto puede variar de un individuo a otro.
Conducta pasivo-agresiva
Si una persona expresa sus emociones de manera negativa, es decir, golpeando objetos, personas, rompiendo cosas o gritando, podemos encontramos ante una persona agresiva pero no pasiva.
Cuando una persona presenta ambas conductas, no las expresa abiertamente pero sí contiene todas esas emociones negativas que aparentemente no muestra.
Una persona con este tipo de conducta tiende a “guardárselo todo”, pero no olvida los inconvenientes sino que usa otras estrategias para canalizar la agresividad demostrando su hostilidad de otra forma.
Una persona con comportamiento pasivo-agresivo puede presentar estas acciones.
- Muestra resentimiento, reproches continuos, sarcasmos.
- Deja de hablar o escuchar a la otra persona.
- Tarda mucho tiempo en realizar cualquier tarea.
- Hace reproches sin sentido.
Detrás de esa conducta hay algún conflicto y no lo resuelve de manera asertiva. Una persona asertiva es capaz de intercambiar opiniones con los demás, hace propuestas, mejoras, sugerencias o presenta quejas necesarias de manera adecuada sin insultar.
Consecuencias de una conducta pasiva
El objetivo de una persona con esta conducta es aquietar a los demás y evitar los conflictos o enfrentamientos de cualquier tipo. Para los pasivos, el evitar o escapar de los conflictos productores de ansiedad es reconfortante; por eso se mantiene la conducta inhibida.
Aunque en determinadas ocasiones se deben ceder los derechos propios para poder mantener buenas relaciones con nuestros semejantes, es preciso entender que si esta conducta es exagera y frecuente, no es sano.
Esta conducta incurrirá en injusticias hacia sí mismo e infelicidad al no poder forjar una vida medianamente normal. Al actuar de manera condescendiente o pasiva, no se expresan las ideas, pensamientos o sentimientos propios por miedo a la reacción de los demás.
Una persona con este tipo de conducta no se expresa con honradez, no es claro ni preciso. Con esas acciones poco a poco genera una actitud agresiva hacia el mismo, pues no consigue lo que desea.
Sobre todo porque percibe la manera irrespetuosa en la que lo trata su entorno, aunque no haga nada para evitarlo. Solo lo acepta.
Este tipo de personas al actuar sistemáticamente de un modo pasivo, las experiencias negativas van destruyendo su autoestima y confianza a tal punto que pierden el respeto por sí mismos.
Esto trae, como se mencionó antes, abuso de poder por parte de los otros haciendo que el sujeto pasivo siempre sea y se sienta como una víctima.
Referencias
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- Casares, I; González, B., (2000), Las Habilidades Sociales en el Curriculum. España. Editorial: Centro de Investigación y Documentación Educativa.
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