Psicología

Castigo negativo: en qué consiste y ejemplos


El castigo positivo es una de las cuatro técnicas básicas englobadas dentro del condicionamiento operante. Se trata de una herramienta que se utiliza para disminuir la frecuencia con la que una persona lleva a cabo una conducta determinada. Para ello, la técnica básica consiste en proporcionar un estímulo a la persona que esta considera como negativo. Por ejemplo, poner un punto negativo a un niño cuando se comporta mal, se considera castigo negativo, ya que es algo desagradable.

Junto con el refuerzo negativo, el refuerzo positivo y el castigo negativo, esta herramienta fue una de las que creó B. F. Skinner como base de su teoría del condicionamiento operante. Esta se basa en la idea de que podemos cambiar la manera de comportarse de una persona dándole recompensas o castigos cuando lleve a cabo determinadas conductas.

El castigo positivo ha sido una de las técnicas más utilizadas a lo largo de la historia en disciplinas como la educación y la psicoterapia. Esto se debe a que se ha demostrado que añadir un estímulo desagradable para disminuir la probabilidad de una conducta es mucho más efectivo que reforzar una que nos interesa que se repita.

Sin embargo, en tiempos recientes el castigo positivo ha empezado a limitarse a nivel profesional, debido a que se ha descubierto que a largo plazo puede tener ciertas consecuencias negativas. En este artículo veremos exactamente en qué consiste y cómo funciona esta técnica.

Índice del artículo

¿En qué consiste el castigo negativo?

A nivel conceptual, y dentro del ámbito del condicionamiento operante, un castigo es un proceso de aprendizaje por el cual un comportamiento que se considera indeseable va seguido de una consecuencia que tiene como objetivo disminuir la probabilidad de que este vuelva a repetirse en el futuro. A largo plazo, el castigo busca eliminar el comportamiento por completo.

El concepto de castigo fue introducido por primera vez por B. F. Skinner, uno de los psicólogos más importantes del siglo XX y el creador del condicionamiento operante. Esta teoría afirma que nuestra forma de actuar está determinada por las consecuencias positivas y negativas que sufrimos al comportarnos de una forma concreta.

Skinner decía que se podía cambiar la forma de actuar de otra persona simplemente añadiendo consecuencias favorables o desfavorables a sus comportamientos. Esto se hace tanto mediante refuerzos como mediante castigos.

Castigo positivo y negativo

En el condicionamiento operante, existen dos técnicas básicas para eliminar una conducta: el castigo positivo y el negativo. Ambas proporcionan una consecuencia negativa cuando una persona lleva a cabo el comportamiento que se quiere atacar, pero lo hacen de forma distinta.

En un principio, hablar de “castigo positivo” puede parecer algo contradictorio. Sin embargo, en el ámbito del condicionamiento, “positivo” no tiene que ver con algo bueno. Por el contrario, está relacionado con añadir algo, mientras que “negativo” se refiere a la sustracción de un elemento.

Así, el castigo positivo funciona al añadir un estímulo que la persona considera como aversivo cuando esta lleva a cabo una conducta que se quiere eliminar. El ejemplo más común de castigo positivo es el uso de la fuerza física; por ejemplo, si antiguamente un niño se portaba mal, sus padres o profesores podían darle unos azotes para que no volviera a actuar de la misma manera en el futuro.

Sin embargo, el castigo positivo va mucho más allá de los simples golpes físicos; y aunque ya no se use tanto a nivel institucional, sigue estando presente en muchos ámbitos de nuestra vida.

Diversos estudios han comprobado que el castigo positivo es la técnica del condicionamiento operante que provoca cambios más rápidos en la mayoría de personas. Sin embargo, puede llegar a provocar bastantes consecuencias a nivel psicológico, por lo que los expertos recomiendan utilizar el refuerzo positivo como una alternativa más saludable.

Ejemplos

A continuación veremos algunos ejemplos de la vida real en los que se utiliza el castigo positivo para modificar diferentes conductas.

1- Gritar a un niño cuando se comporta mal

Hoy en día, el hecho de aplicar un castigo físico a un niño es algo muy mal visto a nivel social. Por eso, muchos padres y educadores han cambiado esta herramienta por otras similares pero que no implican utilizar la violencia.

Una de las reacciones más habituales en los adultos cuando un niño se comporta de forma poco adecuada es gritarle o regañarle. De esta forma, se está añadiendo una consecuencia negativa con la esperanza de que el niño no vuelva a actuar igual en el futuro.

2- Añadir trabajo extra a los alumnos que no completan sus tareas

Los castigos positivos no tienen por qué utilizarse solo con niños. Los adolescentes y jóvenes adultos también se ven expuestos a menudo a esta técnica, sobre todo en el ámbito estudiantil.

Por ejemplo, cuando un joven universitario no entrega un trabajo obligatorio a tiempo, normalmente tendrá que cumplir una tarea extra para poder aprobar su asignatura. Esto es una forma de castigo, ya que la consecuencia de sus acciones es desagradable. Lo mismo ocurre cuando un estudiante suspende una asignatura y tiene que presentarse a recuperación o repetirla al año siguiente.

3- Multas de tráfico

A nivel social también existen muchos ejemplos de uso del castigo positivo para disminuir la frecuencia con la que las personas llevan a cabo ciertos comportamientos. Las multas son una herramienta que se basan por completo en este concepto, ya que buscan evitar acciones añadiendo una consecuencia muy negativa a quienes las hacen.

Un ejemplo muy común es el de las multas de tráfico. Cuando una persona respeta el límite de velocidad cuando está conduciendo su coche, muchas veces lo hace simplemente para evitar tener que pagar una sanción económica si le descubre un agente de policía o un radar.

4- Pena de cárcel

A un nivel todavía más extremo, la cárcel sirve como un castigo positivo para todas aquellas personas que han cometido algún crimen realmente grave. La prisión es una consecuencia muy negativa cuya simple amenaza disminuye la frecuencia con la que los individuos están dispuestos a saltarse la ley o a romper alguna norma.

Conclusión

Como hemos visto, el castigo positivo está presente de muchas formas distintas en nuestro día a día. Sin embargo, cabe recordar que esta técnica no tiene por qué ser efectiva en todos los ámbitos, y mucho menos recomendable. Los ejemplos mostrados en este artículo tienen simplemente la intención de explicar cómo funciona esta herramienta.

Referencias

  1. “Positive punishment and operant conditioning” en: VeryWell Mind. Recuperado en: 08 Noviembre 2019 de VeryWell Mind: verywellmind.com.
  2. “12 Examples of Positive Punishment & Negative Reinforcement” en: Positive Psychology. Recuperado en: 08 Noviembre 2019 de Positive Psychology: positivepsychology.com.
  3. “What’s The Difference Between Positive and Negative Punishment?” en: North Shore Pediatric Therapy. Recuperado en: 08 Noviembre 2019 de North Shore Pediatric Therapy: nspt4kids.com.
  4. “What Is ‘Positive Punishment’? Definition and Real-World Examples” en: Care. Recuperado en: 08 Noviembre 2019 de Care: care.com.
  5. “Positive Punishment” en: Psychestudy. Recuperado en: 08 Noviembre 2019 de Psychestudy: psychestudy.com.