Hombre de Paiján: Características y Descubrimiento
El hombre de Paiján es el nombre que recibe uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del mundo, en donde se ha encontrado fósiles humanos y evidencia suficiente para desarrollar toda una teoría acerca de quienes habitaron esa región hace aproximadamente 12.000 años a.C.
El complejo arqueológico de Paiján, ubicado en la cuenca del río Chicama, perteneciente a la región La Libertad de lo que hoy corresponde al Perú, representa uno de los bastiones arqueológicos con fósiles humanos descubiertos.
De los restos encontrados en esa zona, se considera que pertenecieron a los primeros hombres que habitaron las costas peruanas del Pacífico.
El descubrimiento del hombre de Paiján, donde se han podido reconstruir cuerpos completos de mujeres y jóvenes, ha permitido la investigación de la cultura paiján y de toda una serie de vestigios que la convirtieron en uno de los pilares para las civilizaciones prehistóricas de América.
Entre los fósiles encontrados, también se encuentran:
-Restos de grandes animales como caballos, elefantes y felinos
-Armas rudimentarias y estructuras que pudieron ser viviendas, lo que permite deducir que los paijanenses desarrollaron herramientas y armas necesarias para la supervivencia.
Se estima que la presencia del hombre de Paiján se extendió hasta el Valle de Moche, hacia el sur.
Descubrimiento del hombre de Paiján
El descubrimiento del potencial arqueológico de Paiján ha recaído sobre el arqueólogo Larco Hoyle, quien en 1948 identificó la Punta Paiján, un objeto puntiagudo de piedra que se estimó cumplía funciones de arma o herramienta.
No obstante, el descubrimiento de los fosiles humanos que darían origen a las investigaciones sobre el hombre de Paiján llegaría décadas después, en el año 1975, de la mano del investigador francés Claude Chauchat.
El hallazgo de Chaudat fueron los restos casi íntegros de lo que había sido una mujer y un niño. Se dedujo que tendrían más de 10.000 años enterrados.
En el descubrimiento del hombre de Paiján también participaron otros científicos que brindaron aportes especializados.
Las investigaciones continúan hasta la actualidad, con el fin de dilucidar más detalles acerca de la cotidianidad de esta comunidad y de las condiciones naturales a las que tuvieron que enfrentarse.
En conjunto con los fósiles humanos, el complejo de Paiján ha sido un lugar de riquezas arqueológicas, como armas y herramientas básicas que evidencian el trabajo y uso que aplicaban los paijanenses sobre la piedra, colocándolos en una posición de gran importancia en cuanto a la innovación y elaboración de herramientas líticas.
La dificultad que representa ubicar la existencia y acciones del hombre de Paiján en puntos cronológico determinado ha sido una de las mayores dificultades a las que se han enfrentado los investigadores desde su descubrimiento en pleno siglo XX y su continua investigación, reflexión y análisis hasta la actualidad.
Características del hombre de Paiján
Se deduce que el hombre de Paiján provino de Asia, siendo de los primeros a viajar a lo largo de la costa oeste del continente americano hasta asentarse en tierras andinas.
Los vestigios analizados han evidenciado una cierta organización social en la comunidad paijanense, así como prácticas ceremoniales y de culto para ese entonces.
Según los descubrimientos, se ha concluido que los hombres de Paiján tuvieron conductas cambiantes a lo largo de su existencia; los restos de armas encontradas, y su ubicación cronológica, han permitido pensar que debieron enfrentarse a animales de gran tamaño (algunos deducen que pudieron hacer frente a gigantescos tigres dientes de sable).
No obstante, también se ha determinado que el hombre de Paiján pudo haber abandonado la caza con el paso del tiempo, redirigiendo su mirada hacia la costa, al ver que la pesca le brindaba grandes beneficios sin los mismos riesgos.
De igual forma buscaron domesticar y explotar para su beneficio la fauna menor terrestre, como roedores y pequeños mamíferos.
Los restos humanos encontrados poseían unas características particulares: los entierros eran realizados con el cuerpo en posición flexionada o fetal, a veces sobre algún soporte como brasas, y cubiertos desde los alrededores por tierra.
Se ha deducido que el hombre de Paiján contaba con ceremonias y rituales frente a la muerte, y la posición de los enterrados era una forma de rendir culto a la posibilidad de vida después de la muerte.
Según lo descubierto, los cuerpos a veces eran acompañados por pequeños objetos, o su posición apuntaba hacia una dirección específica.
En cuanto a las tradiciones ceremoniales y religiosas de los paijaneneses, no han sido muchos los vestigios que se han podido recuperar.
Al contrario de civilizaciones que surgirían milenios después, la presencia de ornamentos y de objetos preciosos alrededor de los ritos ceremoniales aun no era algo común en las organizaciones humanas.
Con esto no se descarta que el hombre de Paiján tuviese sus propias formas de llevar a cabo sus cultos y ceremonias; tal vez los entierros y la manera en la que estos eran llevados a cabo representa lo más cercano a los rituales ceremoniales de los paijanenses.
Viviendas y herramientas del hombre de Paiján
La civilización paijanense fue capaz de construir viviendas rudimentarias, también de piedra, con formas circulares, para cortar la fuerza del viento, y sin techo, o con un ligero recubrimiento de hojas.
La gran cantidad de puntas de lanza y proyectiles de piedra trabajados a presión por los miembros de la comunidad paijanense, le han otorgado a la región donde su ubicaron una denominación particular: horizonte lítico paijanense.
El hombre de Paiján no solo fabricó herramientas para el combate cerrado, sino también pequeños proyectiles de piedra que podían ser arrojados a larga distancia para herir o acabar con alguna bestia.
No obstante, el hecho de que los paijanenses hayan abandonado la caza con el paso de los siglos permite pensar que quizás estas armas no eran tan efectivas contra las grandes bestias del momento.
Las herramientas tenían una composición tal que podían ser ajustadas a otros objetos y soportes, lo que permitían una gran portabilidad y dan un indicio del ingenio alrededor de su fabricación y uso.
Referencias
- Chauchat, C. (s.f.). The Paijan Complex, Pampa de Cupisnique, Peru.
- Ossa, P. P. (1975). Paijan in Early Andean Prehistory: The Moche Valley Evidence. Thirteenth Pacific Science Congress. Bundoora: La Trobe University.
- Rosario, J. G., & Millones, M. (1999). Los restos humanos más tempranos del norte del Perú: balance y proyecciones. Boletín de Arqueología, 55-67.