Historia

¿Quién Descubrió las Líneas de Nazca?


Se suele decir que, las sorprendentes líneas de Nazca, conjunto de geoglifos ubicados en Perú, fueron descubiertas por la cientítica María Reiche, pero los orígenes de su aparición datan de muchos siglos antes. 

Su creación se atribuye al paso de distintas civilizaciones durante varios siglos, específicamente los paracas y los nazca. Su descubrimiento moderno se remonta al siglo XX, lo que dio inicio a una inacabable investigación y preservación sobre estas figuras.

Las líneas de Nazca comprenden más de una centenar de figuras entre geométricas, antropomorfas y animales.

Su origen y función ha sido objeto de distintas teorías tanto científicas como seudocientíficas, siendo consideradas una de las primeras manifestaciones de influencia extraterrestre en la tierra.

Las investigaciones han descartado desde el principio cualquier origen extraterrestre o sobrenatural sobre la concepción y función de los geoglifos.

Las primeras investigaciones en profundidad y la preservación de estas manifestaciones antiguas se deben principalmente al trabajo que impulsó la científica germano-peruana María Reiche (1903-1988).

Ella dedicó toda su vida al estudio de las líneas y sus implicaciones sociales, astronómicas y religiosas, así como su relación con el árido entorno en el que se encuentran ubicadas.

En 1994 las líneas de Nazca fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Descubrimiento y estudios de las líneas de Nazca

El primer avistamiento registrado de las líneas de Nazca data del año 1547, de la mano del conquistador y cronista Pedro Cieza de León (1520-1554), el cual describió por primera vez la existencia de una “líneas” en el desierto de Nazca.

Este descubrimiento, que por muchos años fue interpretado como una serie de vías, no condujo a un mayor interés sino 380 años después.

En 1927, la llegada del arqueólogo Toribio Mejía Xesspe (1896-1983), como parte de la Tercera Expedición Arqueológica de la UNMSM, marcaría el descubrimiento moderno de las líneas de Nazca, cuyas impresiones serían publicadas 12 años después por el mismo Toribio, calificando los geoglifos como “caminos sagrados”.

De igual manera, se afirma que durante la primera mitad del siglo XX las líneas pudieron ser observadas desde las alturas por militares y civiles que sobrevolaron la región.

La apertura de vuelos comerciales entre Lima y la ciudad de Arequipa permitían avistar las milenarias figuras. Para entonces, una interacción más cercana no era posible.

La llegada de Maria Reiche al desierto de Nazca se produjo al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y fue ella quien con gran voluntad moldeó la significación histórica y el valor investigativo y de conservación que merecían los geoglifos.

Efectuó las primeras investigaciones formales y supervisó todo acercamiento realizado por otros grupos hasta el final de sus días. Se aseguró que las líneas de Nazca no se convirtiesen en un simple lugar para satisfacer la curiosidad sin profesionalismo.

Origen de las figuras

Son miles de dibujos los que adornan la región, entre los que se destacan figuras como trapezoides, triángulos y espirales, hasta las formas más populares animales y humanas: la araña, el colibrí, el mono, el cóndor, el árbol, las manos, la flor, el hombre con ojos de búho (también conocido como “astronauta”), etc.

El origen de estas figuras se remonta a la civilización nazca, aunque nuevas evidencias han permitido asegurar que algunas figuras pudieron iniciarse mucho antes de aquella.

Por ejemplo durante la cultura paracas, la cuál habitó la región entre los años 700 a.C. y 100 d.C., cuando se estima el inicio nazca.

Las figuras humanas visibles hoy en el desierto de Nazca se atribuyen a los paracas, al igual que otros 75 geoglifos, que incluso muestran técnicas diferentes en su realización, con muy leves modificaciones que pudieron ser hechas por los nazca siglos después.

Las investigaciones han arrojado que las líneas no pueden considerarse como el resultado de un solo momento histórico, sino de la combinación y continuidad de varios.

La diferencia más clara en los geoglifos realizados por los paracas es que estos se encuentran en laderas, y no en el suelo llano, por lo cual se podían avistar con mayor facilidad desde el valle desértico; no solo desde las alturas.

La civilización nazca existió durante aproximadamente ocho siglos en una región de difíciles condiciones.

Esto los impulsó a administrar muy eficazmente sus recursos. Los nazca aprovecharon las cualidades del suelo para la construcción de las figuras, las cuales, debido a las condiciones climáticas, han sido capaz de preservarse a los largo de los siglos.

Los nazcas construían las figuras mediante un proceso en el que apilaban grandes rocas para marcar los bordes de las líneas; levantaban la primera capa del suelo, amontonando las piedras en el borde para generar relieve y exponiendo una capa de arena mucho más clara, la cual se convierte en el contorno interno de la figura.

Teorías arqueológicas han discernido sobre la realización de las espirales mediante un método en el cual se ajustaba un poste a un punto que representaría el centro y se realizaban circunferencias alrededor con ayuda de una cuerda.

Funciones de las líneas

La cultura nazca fue considerada una civilización pacífica y principalmente ceremonial. La mayoría de sus rituales giraban alrededor de la naturaleza, y sobre todo, del agua.

Debido a las duras condiciones climáticas, los rituales y las ofrendas a los dioses solicitaban el beneficio del agua durante épocas limitadas del año, lo cual le daba un carácter sagrado a ese recurso.

Gran parte de los geoglifos nazcas fueron realizados como lugares de ceremonia, en la que se recorrían las líneas a medida que se realizaban rezos, ofrendas y hasta sacrificios.

En varios de los geoglifos geométricos se han encontrado restos de altares y vasijas que los nazca quebraban con el fin de hablar a sus dioses. Al ser una civilización agrícola, sus ofrendas se basaban en los productos que cosechaban.

Las manifestaciones meteorológicas del ‘El Niño’ cada año brindaban a los nazca una época de abundancia, trayendo no solo agua a través de canales subterráneos, sino pequeños moluscos que eran considerados regalos divinos por los aborígenes.

El aumento poblacional y la falta de agua llevó a los nazca a comenzar a cavar fosos en busca de la misma, segmentando territorios y fomentando rivalidades. Los arduo del entorno fue una de las principales causas de la desaparición de las cultura nazca.

Referencias

  1. Hall, S. (2010). Espíritus en la arena. National Geographic, 2-23.
  2. Klokoeník, J., Vítek, F., KlokoenÍkova, Z., & R., A. R. (2002). Los geoglifos de Nazca, Perú. BIRA, 13-29.
  3. Reindel, M., Isla, J., & Lambers, K. (2006). Altares en el desierto: Las estructuras de piedra sobre los geoglifos Nasca en Palpa. Arqueología y Sociedad, 179-222.
  4. Reinhard, J. (2010). Las montañas sagradas y las culturas preincaicas de los Andes. En J. Reinhard, & C. Ceruti, Inca Rituals and Sacred Mountains: A Study of the World’s Highest Archaeological Sites (págs. 51-71). Los Angeles: UCLA-Cotsen Institute of Archaeology.
  5. Vásquez, M. A. (2014). EL LEGADO DE TORIBIO MEJÍA XESSPE. Cultura, Ciencia y Tecnología. ASDOPEN-UNMSM, 31-42.