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Entamoeba hartmanni: qué es, características, clasificación, morfología


¿Qué es la Entamoeba hartmanni?

La Entamoeba hartmanni es una especie de ameba perteneciente al género Entamoeba, considerada no patógena, no tiene etapa invasiva, ni consume glóbulos rojos de la forma en que se distinguen la E. histolytica o E. dispar.

Esta especie ha sido motivo de diversos debates desde 1912, cuando el microbiólogo Stanislaus von Prowazek (1875-1915), detectó pequeños quistes menores a 10 mc mediante microscopio. Los clasificó como una nueva especie de Entamoeba y la bautizó como hartmanni.

Por otra parte, Wenyon y Col determinaron que la misma se trató de una pequeña raza perteneciente a la E. Histolytica, aunque en la actualidad no se discute que se trate de una nueva especie.

En este sentido, la determinación de los métodos para el diagnóstico y caracterización de los aspectos morfo-genéticos, así como los mecanismos de transmisión, síntomas de contagio, tratamientos estandarizados o especiales, son de vital importancia para una adecuada compresión de este organismo perteneciente al orden Entamoebida.

Características de Entamoeba hartmanni

-La Entamoeba hartmanni, al igual que las demás amebas, biológicamente pertenece al dominio eucariota y está clasificada dentro del reino protista.

-Esta ameba presenta un citoplasma vacuolado, un núcleo único y diferenciado que en los trofozoítos evidencian un endosoma central.

-La cromatina periférica manifiesta una distribución homogénea a través del organismo.

-Otro aspecto interesante es que no fagocitan eritrocitos. La secuencia de oligonucleótidos en la Entamoeba hartmanni es:

GTGAAGAGAAAGGATATCCAAAGT (AF149907)

Clasificación taxonómica

  • Dominio: Eukaryota
  • Phylum: Amoebozoa
  • Orden: Entamoebida
  • Género: Entamoeba
  • Especie: hartmanni.

Morfología de Entamoeba hartmanni

Fundamentalmente, las características morfológicas de esta amiba se encuentran en sus etapas, siendo dos de ellas:

Trofozoíto

Durante esta fase el organismo presenta forma redondeada o ameboide y tamaño que oscila entre los 5 a 12 μm, con una media de 8 a 10 μm. Su movimiento, por lo general, no resulta ser progresivo y el único núcleo que presenta no es visible cuando se observa en preparaciones sin tintura.

En muestras debidamente teñidas es posible observar un cariosoma de pequeñas proporciones, compacto y ubicado en el área central. No obstante, en diversas ocasiones puede estar fuera del centro.

Del mismo modo, contiene cromatina perinuclear, la cual adquiere la forma de diminutos y finos gránulos de tamaño y distribución uniformes, aunque en ocasiones se puede presentar una forma arrosariada.

También, el citoplasma es delgadamente granular y puede contener habitualmente algunas bacterias, pero nunca manifiesta presencia de glóbulos rojos. Esto se debe a su incapacidad para ingerirlos.

Quistes

Tienen una forma generalmente esférica, con un diámetro que varía de 5 a 10 μm, encontrándose con regularidad entre los 6 y 8 μm.

En este sentido, los quistes más maduros manifiestan 4 núcleos, no visibles cuando las muestras observadas a través de la microscopia no están debidamente teñidas.

Al tener tinción de Lugol en proporciones de 20.gm de I2 y 40.gm de KI correctamente disuelto en 1.Lts de H₂O es posible observarlos. También, los quistes aún no desarrollados, con 1 o 2 núcleos, son más comunes en los análisis que los quistes maduros.

Cuando se observan en preparaciones teñidas, los núcleos presentan un cariosoma central pequeño y cromatina perinuclear distribuida regularmente con granos finos y uniformes.

También, del mismo modo que sucede con las demás especies del “complejo Entamoeba”, el glucógeno puede ser poco diferenciable y disperso en los quistes maduros.

No obstante, en los quistes inmaduros es más conciso y los cuerpos cromatoidales pueden adquirir forma de racimo, así como también ser alargados con extremos levemente redondeados.

Ciclo de vida de la Entamoeba hartmanni

Las amebas no patógenas como la Entamoeba hartmanni, E. coli, E. polecki, Endolimax nana e Iodamoeba buetschlii, generalmente presentan el ciclo de vida donde tanto los quistes como los trofozoítos son transmisibles a través de las heces y allí se consideran diagnosticables.

En la imagen inferior se puede ver que en la fase 1 los quistes se encuentran comúnmente en las heces sólidas, mientras que los trofozoítos se encuentran típicamente en las heces diarreicas.

En este sentido, la colonización de las amebas no patogénicas ocurre después de la ingestión de quistes maduros en alimentos, agua o fomites contaminados con materia fecal.

De igual forma, la fase 2 de excitación se da en el intestino delgado, donde ocurre la fase 3, se liberan y los trofozoítos migran al intestino grueso. Así, los trofozoítos se replican asexualmente produciendo quistes.

Debido a la protección ejercida por la configuración en sus paredes celulares, los quistes sobreviven algunos días o semanas fuera del organismo hospedero, siendo los responsables de la transmisión.

Los trofozoítos que pasan a través de las heces se destruyen rápidamente una vez que se encuentran fuera del cuerpo, y si se ingieren no sobrevivirían la exposición al ambiente gástrico.

Diagnóstico

El coprocultivo es una de las técnicas más utilizadas para el diagnóstico, aunque puede dar falsos positivos al no lograr diferenciar otras especies.

Otros de los métodos son los tisulares, genéticos y moleculares, en los cuales los productos biológicos pueden ser una biopsia, el raspado de una úlcera, sangre, secreciones de lesiones, entre otros.

En este sentido, la determinación mediante una evaluación genética y molecular es la más eficaz para diferenciar entre las amebas patógenas y no patogénicas.

Síntomas de contagio de la Entamoeba hartmanni

La Entamoeba hartmanni, por ser una ameba no patógena, no produce síntomas en los portadores.

No obstante, se ha encontrado que en condiciones de control algunas especies no patógenas manifiestan estar asociadas con enfermedades y síntomas diarreicos.

No es el caso de la Entamoeba hartmanni debido a la gran ausencia de investigaciones centradas en la misma, por lo que se recomienda que de presentar síntomas, se deben realizar otros análisis para determinar el verdadero origen de los mismos.

Tratamiento

El hecho de tratarse de una ameba no patógena evita expresar comentario alguno sobre el tratamiento. Aunque, es posible encontrar en la literatura el uso de Metronidazol y Tinidazol.

Referencias

  1. Gomes ST, Garcia M, Cunha FdS, Macedo MWd, Peralta J, Peralta R. Differential Diagnosis of Entamoeba spp. in Clinical Stool Samples Using SYBR Green Real-Time Polymerase Chain Reaction. The Scient W Jour. 2014; 12.
  2. Gomila-Sarda B, Toledo-Navarrob R, Esteban-Sanchisb J. Amebas intestinales no patógenas: una visión clinicoanalítica. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2011; 29(3): p. 20-28.
  3. Prowazek S. Weitere Beitrag zur Kenntnis der Entamoben. Arch Protistenk. 1912; 26: p. 241-249.
  4. Wenyon CM OF. The Epidemiology of Amoebiasis Adv Parasit. JR Army Med Cps. 1917; 28(1): p. 151_346.
  5. T. CS. Kingdom protozoa and its 18 phyla. Microbiol Rev. 1993; 57(4): p. 953-994.
  6. Ruiz-Hernández A. Amibas Comensales. En Flores MB. Parasitología Médica. México D.F: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A.; 2014. p. 55.