Psicología

Reforzamiento positivo: características, ejemplos, tipos


El reforzamiento positivo o refuerzo positivo es una técnica del condicionamiento operante que se basa en el uso de premios para hacer más probable que un individuo lleve a cabo una conducta deseable más a menudo en el futuro. Junto con el refuerzo negativo, el castigo positivo y negativo y la extinción, es una de las principales herramientas del conductismo.

Con el reforzamiento positivo, cuando un organismo lleva a cabo una conducta que queremos fomentar le ofrecemos una recompensa: un estímulo deseable que hará que tienda a actuar de la misma manera en el futuro. En función de las características del organismo este estímulo puede tener naturalezas muy distintas.

El reforzamiento positivo puede ocurrir de manera natural, en situaciones en las que conseguimos un resultado agradable después de actuar de determinada manera. Por ejemplo, al hacer ejercicio nuestro cerebro libera endorfinas, lo que hace que con el tiempo cada vez tengamos más ganas de entrenar.

Por otro lado, el reforzamiento positivo también puede utilizarse de manera deliberada para entrenar o mantener un comportamiento que nos interese. Esta técnica es una de las más utilizadas en ámbitos como el entrenamiento animal, la educación parental o el sistema educativo tradicional. A continuación veremos exactamente en qué consiste.

Índice del artículo

Características del reforzamiento positivo

– Hace más probable una conducta

Al igual que su contrapartida negativa, el reforzamiento positivo se utiliza con el objetivo de conseguir que una conducta que nos interesa se vuelva más probable en el futuro. Para ello se utilizan premios o refuerzos, que son estímulos agradables para el organismo que le llevarán a escoger esta conducta más a menudo.

Es importante comprender que tanto el reforzamiento positivo como el resto de herramientas derivadas del condicionamiento operante son inútiles a la hora de crear nuevos comportamientos. Mediante su uso solo podemos cambiar la frecuencia con la que se da una acción que la persona ya llevaba a cabo por su propia voluntad.

– Utiliza estímulos agradables

La diferencia entre el reforzamiento positivo y el negativo es que en el segundo se refuerza la conducta mediante la eliminación de estímulos desagradables para el organismo. Por el contrario, en el primero se consigue el mismo efecto ofreciéndole un estímulo placentero inmediatamente después de que actúe de la forma que queremos.

Estos estímulos agradables variarán en función de factores como la situación concreta en la que se usen, la naturaleza del organismo y las necesidades del mismo en cada momento. Existen algunos universales que pueden aplicarse en casi cualquier ocasión, como la comida; y otros que solo serán útiles en momentos específicos.

Por ejemplo, unos padres que quisieran utilizar el reforzamiento positivo para que su hijo sacase mejores notas podrían comprarle un videojuego en el momento en que este consiguiese aprobar todas sus asignaturas. Evidentemente este estímulo placentero solo sería útil en este contexto o en otros parecidos.

– Debe utilizarse de una forma concreta

Al igual que ocurre con el resto de técnicas extraídas del condicionamiento operante, el reforzamiento positivo tiene que usarse de una manera muy específica para poder conseguir los mejores resultados con él. De lo contrario sus efectos serán débiles y es posible que la conducta deseada no se refuerce correctamente.

Para conseguir que los resultados sean los esperados, la persona utilizando el reforzamiento positivo tiene que intentar encontrar un estímulo placentero que funcione correctamente con la conducta que se quiere fomentar. Al mismo tiempo es necesario que el refuerzo se realice justo después de que se haya presentado el comportamiento.

Por otra parte, para conseguir los mejores resultados con el reforzamiento positivo también influye el número de veces que este se presente tras la conducta objetivo. De esta manera podemos encontrar programas de refuerzo constantes (donde se presenta el premio cada vez que se da la conducta) o intermitentes.

Ejemplos de reforzamientos positivos

– Mejorar los resultados escolares de un adolescente

Supongamos que unos padres están preocupados por los resultados académicos de su hijo de 15 años y quieren ayudarle a obtener mejores notas. No son muy partidarios de usar castigos para ello, por lo que deciden emplear el reforzamiento positivo para aumentar la motivación del joven de una forma agradable.

Después de investigar un poco sobre la técnica, los padres deciden reforzar a su hijo cada vez que le vean estudiando. Cada tarde que el joven pasa en casa delante de sus libros le dan un pequeño premio, como por ejemplo prepararle su cena favorita o dejarle estar hasta más tarde jugando a videojuegos.

Poco a poco, el joven se va sintiendo cada vez más impulsado a estudiar todas las tardes, de tal manera que al poco tiempo acaba mejorando sus resultados académicos casi sin darse cuenta de lo que hace.

– Ayudar a un niño a superar sus miedos nocturnos

Un problema muy común en la infancia es la presencia de miedos o terrores nocturnos. Algunos niños de corta edad sufren pesadillas casi todas las noches, y buscan la compañía de sus padres para evitar el malestar que estas les provocan.

El problema es que al dormir con ellos puede interferir tanto en la vida privada de los adultos como en el descanso de toda la familia.

Una forma muy efectiva de corregir este problema es usar el reforzamiento positivo. Cada vez que el niño pase una noche en su propia cama se le dará un premio simbólico, como por ejemplo una pequeña moneda sin valor. Cuando haya acumulado suficientes podrá cambiarlas por un premio realmente interesante para él, como un juguete nuevo.

Tipos de reforzadores positivos

Al utilizar el reforzamiento positivo se puede optar por el uso de diferentes premios, lo que da lugar a situaciones bastante diferentes. A continuación veremos algunas de las opciones más comunes.

– Refuerzos naturales

Este tipo de reforzamiento se da cuando la propia acción que se quiere fomentar tiene una recompensa natural. Por ejemplo, cuando una persona decide hacer ejercicio de manera habitual, poco a poco se irá viendo mejor en el espejo y se sentirá más cómoda en su propio cuerpo.

– Refuerzos sociales

Estos refuerzos implican el uso de expresiones o comportamientos que muestren aprobación. Por ejemplo, un padre dando la enhorabuena a su hijo o un profesor poniéndole un sobresaliente a un alumno serían ejemplos del uso de esta técnica.

– Refuerzos tangibles

Esta tercera técnica implica el uso de premios físicos, que pueden variar enormemente en cuanto a su naturaleza. Algunos ejemplos podrían ser dinero, comida o regalos.

– Refuerzo simbólico

La última técnica de reforzamiento positivo implica el uso de premios que realmente no tienen ningún valor, pero que más tarde pueden ser intercambiados por un refuerzo tangible. Un ejemplo de esto es el que hemos visto anteriormente con la técnica para ayudar a un niño a dejar de sufrir terrores nocturnos.

Referencias

  1. “Positive Reinforcement and Operant Conditioning” en: VeryWell Mind. Recuperado en: 26 Mayo 2020 de VeryWell Mind: verywellmind.com.
  2. “Examples of positive reinforcement” en: Your Dictionary. Recuperado en: 26 Mayo 2020 de Your Dictionary: examples.yourdictionary.com.
  3. “Positive Reinforcement in Psychology (Definition + 5 Examples)” en: Positive Psychology. Recuperado en: 26 Mayo 2020 de Positive Psychology: positivepsychology.com.
  4. “Using Positive Reinforcement to Improve Behavior” en: VeryWell Family. Recuperado en: 26 Mayo 2020 de VeryWell Family: verywellfamily.com.
  5. “Reinforcement” en: Wikipedia. Recuperado en: 26 Mayo 2020 de Wikipedia: en.wikipedia.org.