Medicina

Periodo prepatogénico de la enfermedad: historia natural, ejemplo


El período prepatogénico es el período o etapa inicial de la historia natural de una enfermedad en el ser humano. En esta etapa no existen manifestaciones clínicas de la enfermedad ni cambios celulares, tisulares u orgánicos.

Este período se refiere a todos los factores relacionados el agente causal y el medio ambiente o el propio huésped que predisponen o favorecen que este último entre en el curso natural de una enfermedad. En otras palabras, durante esta etapa, el agente causal no se ha puesto en contacto con el huésped, pero los factores que favorecen ese contacto están presentes en el ambiente.

El conocimiento de todos los factores relacionados con esta etapa inicial prepatogénica de una enfermedad permite aplicar las medidas preventivas efectivas y combatir, en la medida de lo posible, los factores de riesgo del huésped.Los agentes principales.

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Agentes principales del periodo prepatogénico

Durante el periodo prepatogénico de la enfermedad habría que reseñar a los siguientes protagonistas:

– Se denomina huésped a todo organismo vivo capaz de alojar el agente causal de una enfermedad.

– Agente causal es cualquier organismo vivo o sustancia cuya presencia en el huésped es la causa de una enfermedad.

– Medio ambiente es el conjunto de condiciones externas que afectan la vida y el desarrollo de un individuo y que se relacionan con la enfermedad del huésped.

Historia natural de una enfermedad

La historia natural de una enfermedad se refiere al curso natural, sin intervención externa, de un proceso patológico desde el momento en que confluyen los factores del huésped, el agente causal y el medio ambiente para ponerse en contacto con el huésped. Así hasta el desenlace natural de la enfermedad, que puede terminar con la muerte, la cronicidad o la curación.

En la historia natural de toda enfermedad se pueden verificar algunos períodos, pudiendo diferenciarse dos de ellos: el período prepatogénico o de susceptibilidad y el período postpatogénico. A su vez, este último se puede subdividir en etapa subclínica y en etapa clínica.

En la etapa subclínica, para las enfermedades infecciosas transmisibles, se habla de período de incubación, que es el período en que el agente infeccioso invade al huésped, se reproduce y/o comienza a producir toxinas. En las enfermedades degenerativas de lenta evolución, este período recibe el nombre de período de latencia.

En la etapa subclínica, el agente causal se ha puesto en contacto con el huésped, pero aún no existen manifestaciones clínicas de la enfermedad. Esta etapa puede durar horas o días si se trata de un período de incubación, o meses y hasta años en el caso de un período de latencia.

Luego aparece la etapa clínica, que puede dividirse en tres períodos: prodrómico, clínico y de resolución.

El primero se refiere a la aparición de los primeros signos y síntomas de la enfermedad. En el período clínico aparecen los signos y síntomas específicos que permiten hacer el diagnóstico y aplicar el tratamiento. En la etapa de resolución puede ocurrir la curación, pasar a estado crónico o la muerte del huésped.

Ejemplo

A continuación, se hará uso de un ejemplo de una condición patológica, específicamente de una intoxicación con plomo, que permitirá explicar de manera “gráfica” las etapas de la historia natural de una enfermedad, especialmente la etapa prepatogénica.

El caso

A finales de los años 40 en los Estados Unidos se sustituyó, para las pinturas de interiores, la base de plomo por titanio porque se creyó que el plomo era tóxico para los niños. Sin embargo, las pinturas con base de plomo fueron usadas entre los años 40 y 60 para pintar el interior de las casas.

Ello se debió a que no se pudo impedir el uso de pinturas de exteriores a base de plomo para pintar el interior de las casas, ni impedir el uso de viviendas en mal estado construidas y pintadas antes de la fecha de la prohibición.

En las casas y apartamentos viejos y en mal estado de las zonas urbanas pobres o en las zonas rurales, la pintura que se desprende de las paredes puede ser ingerida por los niños pequeños, sobre todo si el niño padece de la llamada “pica”.

La “pica” está clasificada para niños mayores a los 24 meses como un trastorno de la conducta alimentaria en la que el joven padece de una compulsión o deseo irresistible por lamer o consumir sustancias no comestibles.

Las sustancias que consumen o lamen con más frecuencia son tiza, tierra, hielo, yeso, virutas de pintura, bicarbonato de sodio, pegamento, almidón, cenizas de cigarrillo, moho, papel o cualquier otra cosa sin ningún valor alimenticio y potencialmente tóxica.

La presencia de pintura con plomo, y sobre todo de pintura en mal estado que se desprende fácilmente de las paredes, y la presencia de un niño con pica viviendo en ese ambiente, hace que concurran las condiciones del huésped, del agente causal y del ambiente para que ocurra la contaminación.

Bajo estas condiciones, el huésped con pica, el ambiente que presenta pintura en mal estado y el agente causal (el plomo) se encuentran juntos y esta concurrencia de factores conforma la etapa prepatogénica o de susceptibilidad para la intoxicación por plomo.

Evolución de la enfermedad

Cuando el niño ingiera la pintura con plomo inicialmente no presenta sintomatología, está en la etapa subclínica o asintomática. Pero en la medida que el niño sigue consumiendo plomo este se va acumulando en sus tejidos.

Finalmente, van apareciendo los síntomas y el niño entra en la etapa clínica de la historia natural de la enfermedad. Esos síntomas son inapetencia, vómitos, irritabilidad, incoordinación y dolor abdominal.

Posteriormente, pueden presentarse signos de una encefalopatía causada por plomo con edema cerebral y convulsiones, pudiendo producir la muerte del niño si no es tratada a tiempo.

Tratamiento

Ante los signos y síntomas clínicos se puede hacer el diagnóstico y se receta un tratamiento con agentes quelantes. Si el tratamiento se instaura a tiempo y se elimina el plomo del ambiente o se separa al niño del medio ambiente de alto riesgo, se puede reducir el daño permanente.

Si el tratamiento es tardío la enfermedad puede evolucionar a una situación crónica en la que ocurre un daño residual permanente como retardo en el desarrollo intelectual y problemas de aprendizaje, entre otros. Es decir, se pasa a la etapa de incapacidad. Si además se sigue con el consumo de plomo, el niño muere.

En este caso, la prevención primaria consistiría, teóricamente, en tratar y eliminar la pica y eliminar el plomo del ambiente donde habita el niño, antes de que ocurra la contaminación.

Referencias

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