Ansiedad

Nervios en el estómago: síntomas, causas y tratamiento


Los nervios en el estómago son un síntoma de un estado de ansiedad producido por alguna situación externa. Estás nervioso, sientes un molesto dolor en la boca del estómago y tienes la sensación de que tienes todos tus nervios alojados en esa zona del cuerpo, produciéndote un elevado malestar que no desaparece.

Sin embargo, debido al malestar que provocan es importante saber gestionarlos y calmarlos adecuadamente cuando aparecen de forma habitual y reiterativa, ya que los nervios en el estómago pueden llegar a ser muy desagradables y afectar a nuestro bienestar.

Índice del artículo

Características y síntomas de los nervios en el estómago

Síntoma de ansiedad o nerviosismo

Los nervios en el estómago son un síntoma peculiar de un estado de ansiedad, agitación o nerviosismo.

La ansiedad es un estado mental o psicológico en el que te sientes especialmente activado, inquieto e intranquilo, por lo que el nerviosismo se origina en nuestras mentes y en nuestro pensamientos.

Los pensamientos nerviosos normalmente se manifiestan como preocupaciones o desasosiegos. Nuestro cerebro se focaliza única y exclusivamente en ellos, y pasan a ser el centro de nuestra mente.

Molestias en el estómago

Cuando el nerviosismo y los pensamientos de inquietud se transforman en emociones, estas empiezan a producir una serie de síntomas físicos, como las molestias en el estómago.

Estas molestias están causadas por nuestro estado de ansiedad y normalmente las interpretamos como una sensación nerviosa y desagradable que nos causa malestar.

Los dolores provocan nervios

Sin embargo, esto no es todo, porque de la misma forma que los nervios han pasado de nuestra mente a nuestro cuerpo, estos pueden volver a hacer el camino de forma inversa.

Es decir: cuando estamos nerviosos sentimos sensaciones de malestar en el estómago, pero estas sensaciones de malestar son nuevamente interpretadas por nuestro cerebro, hecho que hace que nuestro nerviosismo incremente todavía más.

Al incrementar nuestros pensamientos de nerviosismo, estos vuelven a ser trascendidos a nuestro cuerpo con mayores síntomas de malestar en nuestro estómago.

Causas

Esta sensación de nervios en el estómago puede aparecer en múltiples situaciones.

Cuando aparece única y exclusivamente como respuesta a un estímulo determinado se considera una respuesta normal de nuestro organismo, sin embargo, cuando los nervios en el estómago aparecen de forma recurrente, es importante realizar algo para gestionarlo.

Por ejemplo: durante los minutos o las horas previas a un examen muy importante, una reunión que dictaminará el futuro de tu negocio o un conferencia ante cientos de personas, es normal que sientas nervios en el estómago.

En ese momento, lo que está haciendo tu cuerpo es activarse de forma adecuada para poder responder apropiadamente ante esa situación, pero estos síntomas desaparecerán cuando el estímulo estresante ya no esté presente.

Sin embargo, si tu estado de ansiedad se cronifica y los nervios en el estómago están de forma permanente, la activación de tu cuerpo ya no será adecuada y tus sensaciones de malestar no desaparecerán si no haces nada.

Tratamiento

Analiza tus pensamientos

Como hemos dicho, los nervios en el estómago son un síntoma que tiene su origen en un estado de ansiedad, originado principalmente en los pensamientos recurrentes albergados en la mente.

Es por ello que si sufres nervios en el estómago de forma recurrente, lo primero que debes hacer es analizar qué pensamientos tienes y cuáles de ellos te pueden estar provocando las sensaciones de ansiedad.

Para hacerlo, debes pararte a pensar un momento cada vez que tengas nervios en el estómago y anotar en una libreta cuáles son los pensamientos que tienes.

Al analizar tus pensamientos debes ser lo máximo detallista posible. Por lo tanto, si sientes que estás nervioso por poseer una situación laboral inestable, no sería suficiente con anotar: “estoy preocupado por mi trabajo”.

Hurga un poco más en tus pensamientos y detecta qué es lo que piensas de forma más detallada. Por ejemplo:

  • “Mi retribución económica es mala y esto me origina problemas para hacer frente a mis gastos”.
  • “En la empresa están realizando reducción de plantilla y quizá me despiden a mi”
  • “No sé si seré capaz de rendir adecuadamente y lidiar con todo el trabajo que tengo”.
  • “Si me despiden no sé que voy a hacer y tendré muchos problemas económicos”.

Estas cuatro frases son ejemplos de pensamientos más detallados que puede tener una persona que está nerviosa por su situación laboral.

El objetivo consiste en que seas capaz de hacer lo mismo con tu problema o con esos pensamientos que te provocan ansiedad, de tal manera que después puedas trabajar para intentar modificarlos.

Intenta modificarlos

Una vez tengas los pensamientos que pueden originar tu nerviosismo registrados y bien analizados, podemos empezar a trabajar para poder modificarlos.

El objetivo de este segundo paso consiste en que seas capaz de contrastar tus pensamientos de una forma racional y ecuánime, y evitar que tu análisis sobre tus pensamientos estén influidos por tu estado de ansiedad.

Para hacerlo, tienes que someter tus pensamientos a una serie de preguntas para que la propia respuesta que de tú mismo te permitan enfocar la situación de una forma distinta.

Siguiendo con el ejemplo anterior, podrías formularte las siguientes preguntas:

  • Tú retribución económica es mala pero hasta la fecha has conseguido tirar hacia delante, ¿existe alguna evidencia que te asegure que no podrás hacerlo?
  • ¿Que estén realizando reducción de plantilla en tu empresa significa que te vayan a despedir? ¿Qué evidencias tienes sobre lo que vaya a pasar esto?
  • ¿Qué cosas te limitan para que no puedas hacer frente a todo tu trabajo de una forma adecuada si te esfuerzas y te implicas de una forma adecuada?
  • ¿Tienes otros mecanismos para buscar soluciones a tu situación? ¿Puedes buscar otro trabajo que mejore tu situación actual? ¿Cuentas con el apoyo de gente que te podría ayudar en momentos difíciles? ¿Has sabido gestionar adecuadamente otros momentos difíciles de tu vida?

Evita el estrés

Otro aspecto fundamental para evitar que tus pensamientos nerviosos crezcan cada vez más, y a su vez, aumenten tus sensaciones físicas y tus nervios en el estómago, es conseguir llevar una vida tranquila y evitar el estrés tanto como sea posible.

Si estás nervioso y estresado tendrás poco tiempo para pararte a pensar y para prestarle atención a tus nervios, por lo que estos se manifestarán sin ningún tipo de filtro e irán aumentando irremediablemente.

Analiza tu agenda, tus actividades, qué cosas debes hacer sí o sí y qué cosas son secundarias y puedes eliminarlas para estar más tranquilo.

Organízate bien y asegúrate de que tu agenda no sobrepasa tus capacidades, encuentra tiempo libre para hacer cosas que te gustan, para conseguir evadirte, y para encontrar la calma y la relajación que necesitas.

Respira bien

Una vez hayas conseguido tener cierto control sobre tus pensamientos y seas capaz de analizarlos correctamente sin proporcionarles veracidad de forma directa, podemos empezar a centrarnos en aspecto físicos.

Los nervios los sientes en el estómago, por lo que no solo deberás centrarte en las variables de tu mente, sino que tendrás que proporcionar estados a tu cuerpo que te permitan reducir los nervios que sientes en el estómago.

Uno de los aspectos corporales más importantes es la respiración, así que intenta siempre respirar de una forma adecuada.

Las personas con estrés suelen respirar con las clavículas o con las costillas, hecho que provoca una mala entrada y salida de aire al organismo, y suele aumentar los estados de nervios.

Así pues, debes intentar respirar siempre con la tripa, del ombligo hacia abajo. Esta respiración te permitirá oxigenar la sangre y el cerebro, por lo que si la practicas de forma habitual te será mucho más fácil relajarte.

Para respirar mejor puedes practicar estas técnicas de relajación.

Relájate

Otro aspecto fundamental es que consigas encontrar tiempo para destinarlo a practicar la relajación de una forma mucho más directa. Invertir un par de momentos al día para relajarte te permitirá estar mucho menos tenso durante el día y reducir tus nervios en el estómago.

La relajación la puedes practicar tú solo en casa realizando estos pasos, siempre y cuando poseas un ambiente tranquilo y silencioso.

  1. Ponte ropa cómoda y si quieres música relajante de fondo. A continuación, túmbate sobre una superficie en la que te sientas cómodo, como un sofá, una tumbona o parecido.
  2. Coloca tu cuerpo boca arriba, con las piernas ligeramente entreabiertas, los brazos extendidos y los párpados cerrados. Intenta evitar los movimientos.
  3. Realiza un ejercicio de respiración. Trata de respirar (de la forma que hemos comentado antes) durante 8 segundos, mantener la respiración durante 8 segundos más y expirar el aire durante otros 8. Realiza esta secuencia durante unos 20-25 minutos.
  4. Mientras realices la respiración intenta mantener tu atención y tus pensamientos únicamente en tu cuerpo. Presta atención a tus músculos y nota como se van relajando cada vez más.

Ensancha tu postura

Las personas nerviosas y estresadas suelen cerrar y tensionar su cuerpo, hecho que contribuye al aumento de la rigidez del cuerpo y del estado de nerviosismo.

Un ejercicio muy útil consiste en ensanchar la postura, tirando los hombros hacia detrás, sacando el pecho hacia delante y tirando ligeramente el cuello hacia la parte posterior.

Esta práctica mejora el estado de la columna, de las cervicales y permite adquirir un estado más relajado.

Controla la dieta

Uno de los primeros órganos en afectarse con el estrés y la ansiedad es el tubo digestivo, por lo que es importante proporcionar una dieta equilibrada a tu cuerpo para que estas no agraven los síntomas de nerviosismo.

Intenta llevar una dieta equilibrada, no realizar ingestas muy elevadas ni muy calóricas, evitar comer carbohidratos de forma excesiva, y eliminar el consumo de café, alcohol, tabaco y chocolate.

De este modo, tu estómago tendrá menos trabajo y se verá menos afectado por los síntomas nerviosos.

Hidrátate bien

Finalmente, otra cosas que va muy bien para lidiar con los nervios en el estómago consiste en realizar una buena hidratación y brindar a tu cuerpo una buena cantidad de agua.

Así mismo, a veces puede ayudar tomar infusiones con propiedades relajantes. La manzanilla, la melisa, la decocción de raíz de jengibre o la infusión de anís verde y menta pueden aliviar los espasmos del estómago y relajar nuestro cuerpo.

Referencias

  1. Barlow D. and Nathan, P. (2010) The Oxford Handbook of Clinical Psychology. Oxford University Press.
  2. Caballo V.E., Salazar, IC., Carrobles J.A. (2011). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos. Madrid: Piramide.
  3. Guyton AC, Hall JE. El sistema nervioso autónomo; la médula suprarrenal. En: Tratado de Fisiología Médica. Madrid: McGraw-Hill Interamericana de España; 1996. p. 835-847.
  4. Sandroni P. Testing the Autonomic Nervous System. IASP Newsletter; November/December 1998.
  5. Robertson D, Ester M, Strauss SE. Dysautonomias: Clinical Disorders of the Autonomic Nervous System. Ann Intern Med. 2002; 137: 753-764.