Vesícula acodada: qué es, causas, características, diagnóstico, tratamiento
¿Qué es la vesícula acodada?
La vesícula acodada es una condición cuya principal característica es que la vesícula biliar presenta una forma anormal o distinta a la habitual. Dentro de esta definición se excluyen las modificaciones del tamaño, conocidas como hipo o hiperplasia.
La vesícula biliar es un órgano excretor piriforme, ubicado en la superficie visceral del hígado. Su función es servir como reservorio de la bilis, la cual es de producción hepática. Durante la digestión de las grasas, la vesícula se contrae y expulsa la bilis a través del colédoco en dirección al duodeno, donde actúa sobre el bolo alimenticio.
Las variaciones en la forma de la vesícula no son tan infrecuentes y muchas veces pasan desapercibidas. En ocasiones se diagnostican como hallazgo ocasional durante el examen abdominal por otras causas. El origen del acodamiento no se conoce con certeza, pero parecen estar involucradas causas genéticas y complicaciones de otras enfermedades.
La sintomatología es muy variada y puede comportarse de forma aguda o crónica. Esta condición afecta tanto a niños como adultos, sin discriminación por género. El tratamiento, que puede ser médico o quirúrgico, dependerá de la severidad de los síntomas y de las patologías asociadas.
Causas de la vesícula acodada
La etiología de esta condición no se ha establecido con exactitud. Durante muchos años se creyó que era una enfermedad exclusiva de los adultos mayores y que era consecuencia de algunas enfermedades propias de la edad. Sin embargo, esa hipótesis se fue abandonando al aparecer varios casos en niños.
Hoy en día se cree que existe un factor congénito que contribuye a la malformación de la vesícula. Eso explicaría los casos que se presentan en la infancia temprana. También se asocian adherencias que se forman a consecuencia de procesos inflamatorios o infecciones de la propia vesícula.
En los adultos, la vesícula acodada se asocia a complicaciones de ciertas enfermedades crónicas. Se han evidenciado casos de malformaciones anatómicas de la vesícula en diabéticos, probablemente asociadas a infecciones previas asintomáticas.
Algunas patologías esqueléticas deformantes se han vinculado con malformaciones vesiculares.
Características de la vesícula acodada
Características anatómicas
Desde el punto de vista anatómico, a la vesícula biliar se le describen un cuello, un cuerpo y un fondo. Lo mismo se hace con cualquier víscera en forma de saco.
Cuando se habla de vesícula acodada, la zona de la misma que se encuentra afectada es el fondo. Así se informa en los estudios imagenológicos que se realizan.
La característica básica de la acodadura es la aparición de un pliegue en la línea imaginaria que separa el cuerpo del fondo vesicular.
Debido a esto, el fondo se dobla sobre el cuerpo, como el antebrazo se dobla sobre el brazo cuando se flexiona el codo. Esa es la apariencia que asume la vesícula y por ello el nombre de “acodadura”.
Características clínicas
Se estima que un 4% de la población mundial presenta una vesícula acodada. Sin embargo, esta condición por sí sola no produce enfermedad alguna.
De hecho, la mayoría de los casos reportados son gracias a hallazgos quirúrgicos ocasionales o evidenciados en las autopsias de pacientes fallecidos por otras causas.
Si bien la vesícula acodada no tiene importancia clínica propia, su presencia se ha asociado con diversas patologías abdominales.
La colecistitis crónica alitiásica –inflamación de la vesícula sin presencia de cálculos en su interior– es una de estas enfermedades relacionadas con la acodadura de la vesícula biliar.
Los pacientes con colecistitis crónica alitiásica presentan dolor abdominal difuso, inapetencia, náuseas y vómitos. Ya que este cuadro clínico es muy inespecífico, se necesitan evidencias imagenológicas para llegar al diagnóstico, tales como engrosamiento de las paredes vesiculares o acodadura de la misma.
Otros cuadros clínicos
Estudios de investigación han demostrado con evidencias estadísticamente significativas, que las personas con vesícula acodada presentan mayores riesgos de sufrir colecistitis aguda. Esto puede deberse a que los pliegues de la acodadura son el sitio ideal para la retención de detritos celulares y bacterias.
También se ha descrito enlentecimiento del vaciamiento vesicular. Este cuadro se presenta especialmente posterior a la ingesta copiosa de alimentos o a dietas ricas en grasa.
En algunas ocasiones se confunde la acodadura con tumores o cálculos, por lo cual los estudios de imagen deben ser precisos y realizados por expertos.
Diagnóstico
La vesícula acodada puede ser identificada a través de ultrasonografía, tomografía axial computarizada, colecistografía y resonancia magnética nuclear. La ecografía abdominal no es demasiado precisa y puede ocasionar confusión con tumores hepáticos o cálculos biliares.
La resonancia magnética nuclear es el estudio por excelencia para determinar la presencia de una vesícula acodada. En caso de contraindicación, lo ideal es la tomografía axial computarizada.
Ambos estudios permiten diferenciar con facilidad la acodadura de tumores o masas hepáticas, así como de piedras en el interior de la vesícula.
Tratamiento de la vesícula acodada
La vesícula acodada no tiene importancia clínica propia, por lo cual no tiene tratamiento específico. Sin embargo, las enfermedades asociadas a su presencia sí lo requieren. El manejo de estas patologías puede hacerse con terapia farmacológica o quirúrgica, dependiendo de la severidad del caso.
La colecistitis crónica alitiásica es manejada inicialmente de forma conservadora. Se indica tratamiento con medicamentos procinéticos, antiespasmódicos y digestivos, acompañado de modificaciones en la dieta.
De no haber mejoría clínica se plantea entonces la posibilidad de la extracción de la vesícula a través de colecistectomía abierta o por laparoscopia.
El tratamiento habitual de la colecistitis aguda es la colecistectomía. Cuando el cuadro de inflamación vesicular se acompaña de fiebre y signos clínicos de infección o sepsis, deben indicarse antibióticos desde el ingreso del paciente. El tratamiento se complementa con analgésicos, antiespasmódicos y dieta baja en grasas.
Colecistectomía
La extracción de la vesícula biliar se conoce como colecistectomía. Dicho procedimiento puede llevarse a cabo de manera tradicional, a través de una incisión oblicua subcostal derecha en la pared abdominal (línea de Murphy) o por vía laparoscópica, introduciendo delgados trocares en el abdomen por donde transcurren los instrumentos quirúrgicos.
Esta última vía es la más utilizada actualmente. El procedimiento es menos invasivo, las marcas o cicatrices son más pequeñas, el dolor es más leve y la recuperación más rápida.
La colecistectomía laparoscópica es una de las cirugías más realizadas a nivel mundial y se han descrito distintas técnicas para hacerla aún menos traumática.
Referencias
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