Historia

Revolución cubana: causas, desarrollo, consecuencias


La Revolución Cubana fue un levantamiento armado que perseguía derribar el gobierno dictatorial presidido por Fulgencio Batista. El principal líder revolucionario era Fidel Castro, quien se convertiría en el máximo mandatario del país tras el triunfo de su movimiento en 1950. Junto a él, destacaron nombres como el del Che Guevara o Camilo Cienfuegos.

Cuba, desde su independencia, había padecido una considerable inestabilidad política. Entre los golpes de Estado internos y el intento de los Estados Unidos de controlar la economía de las isla, habían sido pocos los momentos en los que la situación había sido tranquila.

El 10 de marzo de 1952, Batista dio un golpe de Estado que lo llevó al poder. Su gobierno, a pesar de que las cifras macroeconómicas no eran malas, se distinguió por la corrupción, la represión política y la gran desigualdad social y económica entre sus ciudadanos. Ante esto, un grupo de jóvenes guerrilleros se levantó en armas en 1953.

A pesar del fracaso de este primer intento, apenas tres años después el levantamiento se reprodujo. En esta ocasión, los revolucionarios lograron movilizar a buena parte de la población. El 1 de enero de 1959, entraron en la capital, La Habana, después de que Batista huyera del país.

Aunque, al principio, los nuevos mandatarios y Estados Unidos mantuvieron las relaciones, no tardaron en enfrentarse. Finalmente, Castro implantó un sistema comunista, entrando en la órbita de la Unión Soviética.

Índice del artículo

Antecedentes

Aunque la revolución cubana acabó implantando un sistema comunista, en los inicios Fidel Castro siempre reivindicó la herencia de José Martí. Este había luchado por la independencia de Cuba, que, a finales del siglo XIX, aún pertenecía a España.

Martí fue el fundador del Partido Revolucionario Cubano e impulsó la llamada “Guerra Necesaria”, conflicto que comenzó en 1885 y que perseguía la independencia del país.

Tres años después, las tropas españolas se encontraban muy debilitadas ante el empuje de los rebeldes. El golpe final a los españoles llegó en 1898, cuando los Estados Unidos le declararon la guerra después de la controvertida explosión del Maine. Cuba, ese mismo año, consiguió su independencia.

Enmienda Platt

El propio Martí, quien había fallecido en combate en 1895, había manifestado su desconfianza hacia Estados Unidos, ya que pensaba que iba a intentar controlar el poder en la isla.

Tras la independencia, sus temores se convirtieron en realidad. Los estadounidenses aprobaron la Enmienda Platt, que establecía que Estados Unidos se arrogaba el derecho a intervenir en la isla cuando lo considerara necesario.

Además, establecieron una base militar, aún existente, en Guantánamo y comenzaron a crear redes con las empresas para controlar la economía.

Fulgencio Batista

Fulgencio Batista participó en la lucha para derrocar a Gerardo Machado, en 1933, quien había establecido un gobierno autoritario después de haber llegado al poder democráticamente en 1925. Tras derrocar a Machado, estableció una Pentarquía, con él mismo como hombre fuerte.

La Pentarquía fue sustituida por el Triunvirato del Gobierno de los Cien Días, destacando el nombre de Ramón Grau San Martín. Este comenzó a desarrollar una política con tintes socialistas y fue derrocado por un golpe militar encabezado por el propio Batista, quien recibía apoyo de los Estados Unidos.

En esos momentos, Batista prefirió no ocupar la presidencia, que pasó a ser ostentada por Carlos Mendieta.

En 1940, Batista se decidió a presentarse a las elecciones, encabezando una candidatura populista. Tras ganar las votaciones, se promulgó una Constitución muy avanzada y, además, el país se aprovechó de la llamada política del Buen Vecino establecida por Roosevelt.

Cuando acabó el periodo presidencial, se marchó a los Estados Unidos. Allí permaneció hasta que regresó a la isla para, en teoría, participar en las elecciones de 1952.

Golpe de Estado de Batista

Cuando Batista se dio cuenta de sus escasas posibilidades de ganar las elecciones, ejecutó un golpe de Estado. Este tuvo lugar el 10 de marzo de 1952 y no encontró una gran resistencia. Su primera medida fue suspender la Constitución e implantar una dictadura militar.

En 1954, Batista convocó y ganó unas elecciones calificadas como fraudulentas por los historiadores. Su gobierno se caracterizó por un alto grado de corrupción, además de por la gran desigualdad existente. Una pequeña oligarquía obtuvo todas las ventajas, obteniendo grandes ganancias económicas.

Pronto aparecieron grupos opositores que optaron por la lucha armada para tratar de derrocar al dictador. La situación era tal, que hasta los Estados Unidos condenó parte de la represión que el gobierno de Batista desató entre 1952 y 1954.

Asalto al cuartel de Moncada

Uno de los grupos opositores que aparecieron tras el golpe de Estado provenía del Partido del Pueblo Cubano, que habría ganado las elecciones de no ser por la acción de Batista. Algunos jóvenes del partido optaron por tomar las armas para tratar de acabar con el régimen.

El nombre elegido por estos jóvenes fue el de Generación del Centenario, como homenaje a José Martí, de cuya muerte se cumplían 100 años en 1953. Su líder era un joven abogado, Fidel Castro.

La principal acción armada de este grupo fue el asalto al Cuartel Moncada, situado en Santiago de Cuba. El 26 de julio de 1953, atacaron este cuartel, aunque sin lograr el propósito de tomar el control del mismo.

La reacción del gobierno fue muy dura. Castro, junto con varios de sus compañeros, fue detenido y condenado a varios años de prisión.

Guerrilla

Castro solo cumplió 22 meses de cárcel. El régimen de Batista recibió grandes presiones internacionales para liberarlo y, en el interior del país, se produjeron varias rebeliones. Ante esto, Castro fue amnistiado en 1955.

Sin embargo, el líder revolucionario no estaba dispuesto a detener la lucha contra Batista. Así, fundó el Movimiento 26 de Julio, una organización clandestina para derrocar al dictador. Su ideología estaba basada en las ideas de Martí, lo que incluía altas dosis de progresismo y de antiimperialismo.

Causas

La Cuba anterior a la revolución tenía casi todos sus sectores económicos, principalmente el azúcar y el turismo, en manos de intereses estadounidenses. Para defender estos intereses, Estados Unidos apoyaba al gobierno de Batista, cuyas políticas favorecían la situación.

Esto provocó que las cifras macroeconómicas no fueran negativas, aunque a costa del aumento de la desigualdad. Grandes segmentos de población, sobre todo en zonas rurales, malvivían con altas cifras de desempleo y pobreza.

Dictadura de Fulgencio Batista

Cuando Batista dio el golpe de Estado procedió a establecer un gobierno militar de carácter dictatorial. A pesar de que convocó unas elecciones para tratar de legitimar su posición, el fraude fue muy evidente.

Para tratar de acabar con la oposición, Batista no dudó en reprimir todos los movimientos que consideraba que podían serle perjudiciales. Junto a esto, limitó al máximo la libertad de prensa, beneficiando a los grupos mediáticos que estaban a su favor.

Corrupción

Durante la dictadura de Batista, la corrupción se convirtió en uno de los grandes problemas de la isla. No solo afectaba al gobierno, sino que se extendió por otros sectores. Se usaba, por ejemplo, para favorecer a los grandes empresarios, muchas veces estadounidenses.

El propio Batista acumuló un gran fortuna gracias a prácticas corruptas. Según las estimaciones, en el momento en que huyó de Cuba, cuando triunfó la revolución, se llevó consigo casi 100 millones de dólares. A esta cifra hay que sumar la sustraída por muchos funcionarios de su gobierno que lo acompañaron en su huida.

Dependencia de EEUU

Aunque durante los dos primeros años de dictadura de Batista surgieron voces en el gobierno de los Estados Unidos que condenaban sus excesos, después le dieron un apoyo incondicional.

En plena Guerra Fría, los Estados Unidos temían que surgiera en Cuba un gobierno de izquierdas que se alineara con la Unión Soviética.

Además, la mayor parte de la riqueza de la isla se encontraba en manos de empresarios estadounidenses, por lo que optaron por defender los intereses económicos a pesar de las acciones de Batista en contra de los derechos humanos.

Por otra parte, la mafia estadounidense había desembarcado en la Habana hasta el punto de controlar buena parte de la industria del ocio. Desde los casinos hasta la prostitución estaban en manos de las familias mafiosas procedentes de EE.UU.

Crisis económica

Como se ha señalado, muchos historiadores consideran que la economía cubana en la época tenía dos caras diferentes. Por una parte, la macroeconomía, que presentaba buenos resultados. Por otra, la economía a pie de calle, con unos índices de desigualdad y pobreza muy elevados.

De esta forma, las clases bajas y los campesinos sufrían las consecuencias del sistema económico desarrollado por Batista. El azúcar, una de las fuentes de ingresos más importantes de la isla, estaba en manos de estadounidenses, que habían establecido unas condiciones laborales muy perjudiciales para los trabajadores.

El número de desempleados crecía sin parar y, para 1958, se calcula que había en la isla más de 10.000 prostitutas.

Desigualdad social

Dentro de la desigualdad existente en Cuba destacaba la existente entre las ciudades y el campo. El propio Fidel Castro había expuesto el problema en su manifiesto “La Historia me absolverá”.

Algunos datos que demuestran esa desigualdad son, por ejemplo, las tasas de mortalidad infantil (el doble en las zonas rurales frente a las urbanas) o el analfabetismo (40% en el campo y un 11% en las ciudades). Todo esto se agravaba por la gran diferencia de ingresos entre ambas zonas.

Desarrollo

Después de haber sido liberado de prisión, Castro había viajado a México. Allí, organizó una organización guerrillera para regresar a Cuba y combatir a Batista.

A bordo del yate Granma, Castro y un grupo de 82 hombres, partieron de Veracruz el 25 de noviembre de 1956. Entre los componentes de ese primer grupo se encontraban, aparte de Castro, el Che Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y Fausto Obdulio González.

La embarcación alcanzó la zona oriental de Cuba tras siete días de navegación. Según el plan trazado por los revolucionarios, esto significó un retraso de dos días, lo que impidió el levantamiento previsto para el 30 de noviembre en Santiago de Cuba.

Primera derrota

Ese levantamiento, que se estaba organizando en Santiago, tenía como propósito dar cobertura a la llegada de Castro y los suyos. Al no producirse, los guerrilleros fueron perseguidos desde su desembarco. En Alegría de Pío sufrieron el ataque del ejército, que los derrotó sin problemas.

Al final, solo 20 pudieron establecerse en Sierra Maestra, una zona en la que pudieron hacerse fuertes gracias a que era un terreno con un acceso complicado para las fuerzas gubernamentales.

Sierra Maestra

Ya en Sierra Maestra, el grupo de guerrilleros supervivientes levantaron un campamento que les sirviera como base de operaciones. Una de sus primeras medidas, fue comenzar a emitir sus proclamas por radio, con la intención de atraer a más partidarios de la revolución.

Igualmente, Ernesto Guevara organizó en la sierra un sistema que les permitía producir alimentos como pan y carne. Incluso, construyó una prensa para editar todos los manifiestos que eran distribuidos en las poblaciones cercanas.

Entre los documentos que los revolucionarios elaboraron durante ese primer año, destaca el llamado Manifiesto de Sierra Maestra. Sus redactores fueron Fidel Castro, Felipe Pazos y Raúl Chibás y fue firmado el 12 de julio de 1957.

En este manifiesto, los guerrilleros explicaban cuáles eran sus ideas y objetivos, comenzado por derrocar al gobierno de Batista.

Apoyo popular y acciones revolucionarias

La acción propagandística de los revolucionarios surtió efecto y lograron el apoyo de grandes sectores de la población, especialmente entre los obreros y campesinos. Estos eran los que más sufrían los efectos negativos de las políticas de Batista.

En las siguientes semanas, el número de guerrilleros se multiplicó. Esto provocó que el gobierno comenzara a encontrarse con muchos problemas para mantenerlos bajo control.

Entre las sucesos que fueron debilitando al gobierno se encuentra la sublevación de la base naval de Cienfuegos, el 5 de septiembre de 1957. Los sublevados contaron con la ayuda del Movimiento 26 de julio, el fundado por Castro. La respuesta de Batista fue bombardear la base, causando numerosas víctimas.

Por otra parte, la guerrilla de Castro comenzó a extenderse por todo el territorio cubano. Pronto, se sucedieron los sabotajes y protestas en las localidades más importantes.

Aparte de esas acciones de guerrilla, a comienzos de 1958, los rebeldes vencieron en varios enfrentamientos en el Oriente de la isla. Esto les permitió ampliar el área que controlaban hasta superar los límites de la Sierra Maestra.

Embargo de armas

Una decisión del gobierno de los Estados Unidos empeoró la situación de Batista. Obligadas por la opinión pública, las autoridades estadounidenses acusaron al dictador cubano de violar el Acuerdo de Asistencia Mutua Militar y decretaron un embargo de armas. Este entró en vigor el 26 de marzo de 1958.

Aunque el embargo no era total, Batista debió acudir a otros países para conseguir las armas, como Reino Unido, Israel o República Dominicana.

Debilidad del régimen

A pesar de las dificultades por las que pasaba, Batista intentó acabar con la guerrilla lanzando una ofensiva general el 6 de mayo 1958. Las tropas gubernamentales se adentraron en Sierra Maestra y, al principio, lograron hacer retroceder a los revolucionarios.

Sin embargo, los guerrilleros consiguieron reorganizarse y expulsar al ejército de la zona. Tras esto, aprovecharon para lanzar una nueva ofensiva para ampliar su territorio.

La debilidad del régimen se hizo más evidente cuando, el 7 de agosto, Batista tuvo que dar la orden de retirada de toda Sierra Maestra. En ese momento, Castro tomó la decisión de expandir los combates por toda la isla.

Santa Clara

El primer paso para llevar la guerra a todo el territorio cubano fue enviar al Che Guevara y a Camilo Cienfuegos al centro de la isla. El objetivo final de este movimiento era Santa Clara, que los revolucionario consideraban como la llave para poder llegar hasta La Habana.

Los hermanos Castro, por su parte, se quedaron en el Oriente. Desde allí planeaban lanzar una ofensiva para tomar Santiago de Cuba.

La marcha del Che y de Cienfuegos hacia la zona asignada comenzó el 31 de agosto de 1958. Dadas las dificultades del terreno, les costó seis semanas alcanzar el Escambray, un área montañosa.

Durante los dos meses siguientes, los guerrilleros del Movimiento 26 de julio se coordinaron con otros grupos insurgentes de la zona para organizar la batalla final que debía llevarles a tomar Santa Clara.

Batista, mientras tanto, convocó a la desesperada unas nuevas elecciones. Ningún partido político quiso participar en ellas. Ante eso, a finales de noviembre, trató de atacar a los revolucionarios asentados en Escambray, aunque sin éxito.

Los hombres liderados por el Che y por Cienfuegos pasaron al ataque el día 4 de diciembre. Poco a poco, lograron ir apoderándose de todo el terreno que los separaba de Santa Clara, hasta que, finalmente, la conquistaron el 29 de diciembre.

La Habana

Una vez que las fuerzas de Guevara y Cienfuegos controlaron la ciudad, Castro les ordenó diriguirse hacia La Habana. Batista, cuando recibió estas noticias, decidió huir de la capital y exiliarse en Santo Domingo, el 31 de diciembre.

El gobierno del país quedó, entonces, sin nadie al frente, siendo el General Eulogio Cantillo el cargo con mayor autoridad que quedaba en La Habana. El militar se reunió con Fidel Castro y, después, organizó una Junta Militar encabezada por Orlando Piedra.

Esta iniciativa duró solo unas horas y Cantillo volvió a intentar fundar una nueva Junta Militar. En esta ocasión, colocó al frente al coronel Ramón Barquín, quien había sido encarcelado en Isla de Pinos por conspirar contra Batista.

Sin embargo, Castro y los revolucionarios no aceptaron esta solución. Su reacción fue convocar una huelga general, con el lema “Revolución Sí, golpe de Estado, NO”.

Por último, Castro dio la orden a Guevara y Cienfuegos de que continuaran su marcha hacia La Habana y que no se detuvieran hasta tomar la capital.

Triunfo de la Revolución

Los primeros revolucionarios que entraron en La Habana lo hicieron el 1 de enero de 1959, aún de madrugada. Fue un escuadrón del Frente Nacional del Escambray, al mando de Eloy Gutiérrez Menoyo, el que lo consiguió.

El Che Guevara y Cienfuegos lo hicieron al día siguiente, ocupando fácilmente la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y el campamento de Campo Columbia. En pocas horas, la capital quedó en manos de las fuerzas guerrilleras.

Mientras, el mismo día 1, Castro y sus tropas tomaron Santiago de Cuba. Desde allí, proclamaron a Manuel Urrutia Lleó como presidente provisional del país. Estados Unidos, en ese primer momento, reconoció al nuevo gobierno cubano.

No fue hasta el 8 de enero cuando Fidel Castro llegó a La Habana. Ocho días después, pasó a ocupar el cargo de Primer Ministro.

Consecuencias

Los historiadores señalan el 1 de enero de 1959 como la fecha del triunfo de la Revolución Cubana. A partir de ese día, la isla pasó a estar gobernada por los revolucionarios, aunque el reparto definitivo del poder aún se demoraría algunas semanas.

Muy pronto, el nuevo gobierno comenzó a tomar medidas sociales. Entre ellas, una reforma agraria y la nacionalización de las empresas en manos estadounidenses.

Gobierno transitorio

Como se ha señalado, los revolucionarios conformaron, nada más derrotar a Batista, un gobierno provisional. Este estaba compuesto por personalidades de varias tendencias políticas, por lo que pronto comenzaron las fricciones entre ellos.

Los cargos principales fueron para Manuel Urrutia Lleó, presidente, y José Miró Cardona, Primer Ministro. Fidel Castro, esos primero días, asumió el puesto de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.

El 16 de enero, se produjo la primera remodelación: Castro se convirtió en Primer Ministro y Osvaldo Dorticós en presidente.

Juicios revolucionarios

Una de las primeras controversias causadas por el gobierno revolucionario fueron los juicios y ejecuciones que se produjeron en los primeros meses de mandato.

Según algunas fuentes, muchos antiguos partidarios de Batista, alrededor de mil en los dos primeros meses, fueron sometido a juicios sumarísimos. De estos, la mitad acabaron fusilados. El encargado de llevar a cabo estos juicios fue el Che Guevara, que siempre defendió la legalidad y necesidad de los procesos.

Expropiaciones y nacionalizaciones

Aprobar una ley de reforma agraria había sido una de las promesas más firmes de los revolucionarios. Una vez en el poder, Castro cumplió con lo prometido y dio luz verde a la ley el día 17 de mayo de 1959.

Los efectos de dicha ley se concretaron en la expropiación y nacionalización de grandes cantidades de tierra y bienes que habían pertenecido a la clase alta y a empresarios estadounidenses.

El gobierno, como marcaba la legislación aprobada, ofreció las correspondientes indemnizaciones a los afectados, aunque los estadounidenses no quisieron aceptarlas.

Mientras los miembros más moderados del gobierno iba siendo sustituidos, parte de la clase alta del país, que había controlado la industria del azúcar, decidió exiliarse a los Estados Unidos. Junto a ellos, también se marcharon buena parte de los funcionarios que habían trabajado con Batista, llevándose con ellos grandes cantidades de dinero público.

Por otra parte, el nuevo gobierno emprendió una política represiva hacia las bandas mafiosas asentadas en la isla. Millones de dólares en efectivos fueron requisados durante las detenciones que se llevaron a cabo.

Sin elecciones

A pesar de que los revolucionarios, en el Manifiesto de la Sierra Maestra, había prometido convocar elecciones en un plazo de 18 meses después de su triunfo, estas nunca se llevaron a cabo.

La excusa presentada por Castro fue que todos los gobiernos anteriores habían sido corruptos y solo habían mirado por los intereses de los EE.UU, en lugar de a favor del pueblo cubano. Por ese motivo, alegaban que era necesario más tiempo para cambiar las estructuras creadas durante décadas.

Las primeras elecciones que se celebraron tras el triunfo de la revolución tuvieron lugar en 1974. La mayoría de los expertos y organizaciones de derechos humanos consideran que las condiciones en las que se celebran las elecciones las convierten en fraudulentas y no representativas.

Oposición dentro de los revolucionarios

Casi desde el mismo triunfo de la revolución, aparecieron discrepancias acerca de cómo Castro y sus partidarios estaban procediendo. Uno de los que primero se pronunciaron en contra fue Huber Matos, en julio de 1959.

Matos había llegado a ocupar el cargo de comandante dentro del Movimiento 26 de julio y, tras la toma del poder, fue nombrado ministro de Agricultura. Desde ese puesto, había sido uno de los ideólogos de la ley de Reforma Agraria.

Sin embargo, nada más se promulgó esa ley, dimitió de su cargo y denunció la creciente presencia de comunistas en los órganos de gobierno. Matos, que había demostrado anteriormente su anti-comunismo, recibió ayuda de los Estados Unidos, que le suministró armas y explosivos.

Precisamente, fue detenido cuanto trataba de introducir material militar procedente de los EE.UU. en la isla. Finalmente, fue juzgado y fusilado en 1961.

Intento de invasión

El triunfo de la revolución, incluso antes de que esta acabara alineándose con la Unión Soviética, generó preocupación en otros países de la región, temerosos de que el ejemplo se extendiera.

El primer intento de invasión a la isla se produjo en agosto de 1959 y fue promovido por el dictador dominicano Rafael Trujillo, con apoyo estadounidense. La operación, ejecutada por la Legión Anticomunista del Caribe, culminó en un gran fracaso.

Por su parte, la CIA comenzó un plan de financiación y ayuda a algunos grupos anticastristas que se habían formado en la Sierra de Escambray. Sin embargo, la mayoría de ellos acabaron siendo derrotados por las milicias populares, formadas por obreros y campesinos, de la zona.

Implantación del socialismo

Existen diversas teorías acerca de cómo la revolución cubana acabó impulsando un sistema socialista en el país. En un primer momento, dentro de la guerrilla convivían varias sensibilidades. Así, el Che Guevara siempre había proclamado su adhesión al marxismo y encontró un aliado en Raúl Castro, el hermano de Fidel.

Por su parte, la trayectoria de Fidel no había estado marcada por las ideas socialistas. Antes de la revolución, era considerado como un político más nacionalista, seguidor de Martí, que socialista, siendo calificado como pragmático por muchos de sus compañeros.

Fidel había sido miembro del Partido Ortodoxo y había participado en diversos movimientos estudiantiles en La Habana.

Muchos expertos consideran que fueron las crecientes tensiones con los Estados Unidos las que empujaron a Fidel hacia la órbita soviética. El punto de inflexión fue la visita a La Habana de Nikita Kruschev, líder de la Unión Soviética, en 1960.

Tras esta visita, Castro denunció en la ONU las maniobras en su contra que estaban realizando los Estados Unidos. Al año siguiente, 1961, ambos países rompieron relaciones diplomáticas.

Bahía de Cochinos

Uno de los acontecimientos que más contribuyeron a empeorar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos fue el intento de invasión de Bahía Cochinos (o playa Girón). Este se produjo en abril de 1961, cuando un grupo de exiliados cubanos, financiados por EE.UU, trató de tomar el poder en la isla.

El gobierno castrista consiguió derrotar a los cerca de 1500 hombres que desembarcaron en Bahía Cochinos. Tras el ataque, Fidel Castro declaró oficialmente a Cuba como un país socialista dentro de la órbita soviética.

A partir de ese momento, la URSS comenzó a mandar ayuda económica a la isla. El gobierno cubano, por su parte, empezó a desarrollar políticas marcadamente socialistas. Algunas, como en el ámbito de la educación o la sanidad, fueron bien recibidas. Otras, como la falta de libertad de prensa o las fallidas medidas económicas, provocaron rechazo.

Embargo de Estados Unidos

La reacción de Estados Unidos fue el establecimiento de un bloqueo económico y comercial. Este embargo comenzó en febrero de 1962 y también afectaba a terceros países que quisieran negociar con Cuba.

Durante las décadas siguientes, diversos presidentes estadounidenses endurecieron las condiciones del embargo. Recientemente, el presidente Barack Obama trató de normalizar un poco las relaciones entre ambos países, aunque su sucesor, Donald Trump, se ha declarado partidario de anular las reformas de Obama en este sentido.

Crisis de los misiles

La relación entre Estados Unidos y Cuba estuvo enmarcada durante varias décadas por la situación internacional. La Guerra Fría, que dividió al planeta entre los países capitalistas, encabezados por los EE.UU, y los comunistas, liderados por la URSS, fue un escenario de tensión que a punto estuvo de provocar una guerra mundial.

Precisamente, Cuba fue protagonista de uno de los mayores momentos de tensión de esa Guerra Fría. La llamada Crisis de los Misiles, en octubre de 1962, comenzó cuando los estadounidenses descubrieron los planes soviéticos de instalar misiles nucleares en suelo cubano.

Kennedy, presidente estadounidense, determinó un bloqueo de cualquier buque soviético que quisiera acercarse a Cuba. Kruschev, por su parte, anunció que sus barcos no se detendrían.

Las negociaciones secretas entre ambos mandatarios evitaron, finalmente, que estallara un conflicto abierto. La URSS renunció a instalar sus misiles en la isla y, a cambio, EE.UU prometió no atacar Cuba y retiró sus misiles de Turquía.

Caída de la URSS

La caída de la URSS y del resto del bloque del Este, en 1991, afectó de manera sustancial al régimen cubano. El país perdió a su principal aliado, así como las ayudas económicas que recibía. Esto, unido al mantenimiento del embargo, provocó una gran crisis económica en la isla.

En pocos meses, el PIB de Cuba cayó un 36% y la falta de combustible afectó a su industria y a los transportes. A pesar de eso, Castro consiguió mantenerse en el poder, sin que apareciera ningún movimiento opositor fuerte dentro de la isla.

Principales personajes

El principal protagonista de la Revolución Cubana fue, sin duda, Fidel Castro. No solo durante el enfrentamiento con Batista, sino también durante las casi cinco décadas en las que estuvo en el poder.

Otros personajes que jugaron un papel importante fueron el Che Guevara, Raúl Castro o Camilo Cienfuegos.

Fidel Castro

Fidel Castro nació en 1927 en Birán, una pequeña localidad al este de la isla de Cuba. De padre español, heredó el negocio azucarero familiar. Esto le permitió conocer de primera mano cómo Batista estaba entregando la industria a los estadounidenses.

Castro estudió derecho en La Habana, donde participó en varios movimientos estudiantiles. Tras esto, intentó enfrentarse al régimen de Batista en los tribunales, presentando una denuncia por violar la Constitución. El fracaso de esta iniciativa hizo que optara por las armas para derrocar al dictador.

El intento de tomar el cuartel de Moncada terminó con Castro siendo detenido y condenado a varios años de prisión. Sin embargo, recibió una amnistía y se marchó a México. Allí, organizó un grupo con el que regresar a la isla para vencer a Batista.

Su vuelta a Cuba se produjo en 1956. Junto con 82 compañeros, inició una ofensiva contra el gobierno, logrando hacer retroceder al ejército hasta que, en enero de 1959, lograron entrar en La Habana.

Con el triunfo de la revolución, Fidel Castro se convirtió en la máxima autoridad del país. Sus medidas sociales fueron acompañadas por la eliminación de los derechos individuales, convirtiendo su régimen en una dictadura.

Fidel Castro se mantuvo como presidente del gobierno cubano hasta febrero de 2008, sumando 49 años en el cargo. En 2016, cuando contaba con 90 años, falleció en La Habana.

Ernesto Che Guevara

Ernesto Guevara, el Che, vino al mundo en la ciudad argentina de Rosario, en 1928. De clase media alta, se licenció en medicina. A principios de los años 50, emprendió una serie de viajes por su Argentina natal y otros países latinoamericanos. En estos periplos comprobó de primera mano la pobreza en la que vivían muchos trabajadores de la región.

En uno de estos viajes, Guevara entró en contacto con Fidel Castro, uniéndose al grupo que este estaba organizando para derrocar a Batista. Pronto se convirtió en uno de los lugartenientes de Castro, asumiendo cada vez más responsabilidad de mando en la revolución.

Tras derrotar a Batista, el Che permaneció unos años más en Cuba. Al principio, actuó como embajador de la revolución en otros países, formando parte, por ejemplo, de la comisión que negoció con los soviéticos algunos tratados comerciales.

Hasta 1963, ocupó varios cargos importantes dentro del gobierno de Castro. Fue, entre otras cosas, ministro de Industria y miembro de la delegación del país ante la ONU. Sin embargo, en 1965, las relaciones entre Guevara y Fidel comenzaron a deteriorarse, hasta llegar a la ruptura tras su estancia en el Congo.

El Che, partidario de extender la lucha armada revolucionaria por todo el planeta, no dejó su actividad política. Finalmente, fue capturado en Bolivia, en 1967, por un escuadrón bajo mando estadounidense.

Ernesto Guevara fue ejecutado, sin juicio previo, en octubre de ese año.

Camilo Cienfuegos

A pesar de no ser tan conocido como otros participantes en la Revolución Cubana, Camilo Cienfuegos era considerado como una de sus figuras más importantes. Nacido en La Habana en 1932, pertenecía a una familia humilde, lo que no le impidió hacerse un nombre en las primeras revueltas universitarias contra Batista.

Tras varios años de actividad política en su ciudad, tuvo que partir hacia los Estados Unidos. De allí, marchó hacia México, donde entró en contacto con el grupo de Fidel Castro que se estaba preparando para partir hacia la isla.

A pesar de que no contaba con entrenamiento militar, Cienfuegos fue haciéndose imprescindible dentro de la guerrilla. Gracias a su carácter, recibió el sobrenombre de “El Comandante del Pueblo”.

Camilo Cienfuegos falleció pocos meses después del triunfo de la Revolución. La versión oficial fue que había resultado muerto en un accidente de aviación provocado por el mal tiempo. A pesar de la búsqueda de sus restos, estos nunca pudieron encontrarse.

El hecho de que no se recibieran llamadas de auxilio antes del accidente ha provocado que aparezcan numerosas versiones que culpan a Castro o al Che de su muerte, aunque nunca han aparecido pruebas reales.

Raúl Castro

El hermano menor de Fidel, Raúl, fue una de las figuras más relevantes de la revolución, aunque, muchas veces, la sombra de Fidel ha provocado que no se considere su importancia.

Nacido en Birán, el 3 de junio de 1931, Raúl era de los pocos que, junto con el Che, había declarado su ideología socialista antes de la revolución.

En 1953, formó parte del grupo que intentó la toma del cuartel de Moncada y, por ese motivo, fue condenado a prisión. Como el resto de sus compañeros, marchó al exilio en México en cuanto fueron liberados, con el fin de preparar una guerrilla que pudiera derrocar a Batista.

Una vez que lograron su propósito, en 1959, Raúl Castro fue nombrado ministro de Defensa, cargo que ocupó hasta febrero de 2008. El 24 de ese mes, sustituyó a Fidel como presidente de Cuba.

En 2018, presentó su renuncia a la presidencia, aunque continúa siendo el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. La presidencia, en la actualidad, la ocupa Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Referencias

  1. El Historiador. Revolución Cubana. Obtenido de elhistoriador.com.ar
  2. Lima, Lioman. Revolución cubana: cuáles fueron las causas del levantamiento con el que Fidel Castro cambió Cuba en 1959. Obtenido de bbc.com
  3. Pellini, Claudio. Resumen de la Revolución Cubana, causas y desarrollo. Obtenido de historiaybiografias.com
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Cuban Revolution. Obtenido de britannica.com
  5. Minster, Christopher. A Brief History of the Cuban Revolution. Obtenido de thoughtco.com
  6. Moya Fábregas, Johanna. The Cuban Revolution of 1959.  Obtenido de enciclopediapr.org
  7. Farber, Samuel. Cuba Before the Revolution. Obtenido de jacobinmag.com
  8. International Encyclopedia of the Social Sciences. Cuban Revolution. Obtenido de encyclopedia.com