Neuropsicología

Escitalopram: características, efectos secundarios, funciones


El escitalopram es un medicamento antidepresivo que forma parte de los fármacos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Se trata de una variación de un fármaco de la misma categoría conocido como citalopram. De hecho, tiene la forma levógira de este medicamento y está compuesto por una mezcla de los isómeros levégiro y dextógiro de la misma molécula.

El escitalopram es un psicofármaco que se utiliza principalmente para tratar cuadros depresivos y alteraciones del estado de ánimo. Así mismo, también se emplea en ciertas alteraciones de ansiedad como el trastorno e pánico, los ataques de angustia o la fobia social.

El escitalopram es un medicamento que fue desarrollado por los laboratorios de Lundbeck y Forest en el año 1997. Es un psicofármaco que logró su elaboración y aprobación por la FDA de Estado Unidos en el mes de marzo del año 2001.

El periodo de elaboración de este medicamento fue corto, debido principalmente a la previa elaboración del citalopram, otro fármaco antidepresivo del cual se derivó el escitalopram.

Desde su aprobación, el escitalopram se ha convertido en uno de los fármacos antidepresivos más utilizados en múltiples países. Este medicamento suele generar efectos secundarios de carácter leve y resulta una buena opción terapéutica para intervenir en diferentes cuadro depresivos.

Hoy en día, el escitalopram se encuentra comercializado bajo diversas marcas y adquiere nombres diferentes. Ezentius, Ipran o Neuroipran es la nomenclatura que recibe el fármaco en distintos países de Sudamérica.

En España, el nombre comercial del escitalopram es Cipralex, cuando es comercializado por los laboratorios Lundbeck, y Heipram cuando es comercializado por los laboratorios Alter.

A pesar de estas dos marcas, el escitalopram también puede encontrarse comercializado de forma genérica bajo el propio nombre de Escitalopram.

Índice del artículo

¿Para qué sirve el escitalopram?

El escitalopram es un psicofármaco antidepresivo. Esto quiere decir que su administración sirve para tratar los síntomas y las manifestaciones relacionadas con la depresión.

La ingesta de escitalopram produce un notable incremento del estado de ánimo, motivo por el cual resulta una buena opción terapéutica para intervenir cuadros depresivos en los que el estado de ánimo se encuentra excesivamente bajo.

Concretamente, el escitalopram se incluye dentro de la categoría de medicamentos antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). De este modo, presenta muchas semejanzas con otros antidepresivos altamente conocidos como la fluoxetina o la paroxetina.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina son una clase de compuestos típicamente usados como antidepresivos en el tratamiento de cuadros depresivos, trastornos de ansiedad, y algunos trastornos de personalidad.

Las investigaciones muestran que la efectividad de este tipo de fármacos (donde se incluye el escitalopram) radica en el incremento que producen sobre los niveles extracelulares del neurotransmisor serotonina.

Modos de actuación

Tal como indica el propio nombre de la categoría farmacológica del escitalopram, este fármaco actúa a nivel cerebral inhibiendo la recaptación de la serotonina.

Esto quiere decir que cuando se ingiere escitalopram, este viaja por la sangre hasta traspasar la barrera hematoencefálica y alcanzar las regiones cerebrales. Cuando llega al cerebro, actúa de forma específica sobre el neurotransmisor serotonina, inhibiendo su recaptación.

La serotonina es un neurotransmisor del cerebro que realiza actividades importantes relacionadas con el estado de ánimo. Así mismo, desempeña un papel importante en la regulación del sueño, la respuesta sexual, y las funciones neuroendocrinas.

Serotonina

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Por lo que respecta el estado de ánimo, la serotonina sería la sustancia cerebral que se encargaría de incrementarlo. Cuando las personas experimentan sensaciones placenteras o de bienestar, los niveles de serotonina aumentan.

De estos descubrimientos salió la hipótesis de que el estado de ánimo podría estar notablemente regulado por la serotonina. Cuantas mayores cantidades de este neurotransmisor hay en el cerebro, más elevado es el estado de ánimo y viceversa.

Por otro lado, diferentes investigaciones mostraron que ciertos sujetos con depresión se caracterizaban por presentar una menor cantidad de serotonina en el espacio intracelular. Así surgió la elaboración de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y del escitalopram.

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Estos medicamentos inhiben la recaptación de la serotonina con el objetivo de que esta no se desplace hacia la célula presináptica. Este hecho permite incrementar la cantidad de serotonina en el espacio intersináptico y así, aumentar el estado de ánimo de la persona.

Indicaciones

El escitalopram es un medicamento que puede conseguirse y consumirse únicamente mediante receta médica. Por este motivo, deberá ser un profesional médico quien identifique la necesidad y la conveniencia de tomar este psicofármaco.

Alteraciones del estado de ánimo

Se recomienda el uso de escitalopram para tratar cuadros depresivos. Concretamente, resulta un medicamento muy utilizado en los casos de depresión mayor.

No obstante, también se puede optar por su uso en otras alteraciones del estado de ánimo como los trastornos distímicos o algunos trastornos adaptativos o de personalidad que cursen con síntomas depresivos.

La adecuación de este fármaco deberá ser analizada por un profesional médico en función de las características individuales que se presenten en cada caso.

Ansiedad

Por otro lado, aunque no constituye el tratamiento de primera elección, el escitalopram puede resultar útil también en el tratamiento de algunos cuadros de ansiedad.

Su empleo ha sido aprobado y utilizado para intervenir alteraciones como el trastorno de angustia con o sin agorafobia, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo.

A tener en cuenta

Sea cual sea el diagnóstico clínico por el que se emplee escitalopram, es importante tener en cuenta que este medicamento suele generar efectos lentos y progresivos.

El consumidor debe ser consciente de que es probable que puede tardar una o dos semanas en empezar a sentirse mejor. No obstante, es importante que si se ha iniciado el tratamiento se prosiga con su administración (a no ser que se connoten efectos secundarios) hasta la aparición de las mejorías clínicas.

Contraindicaciones

Se desaconseja el uso de escitalopram en personas que presenten ciertas condiciones o patologías determinadas. Estos elementos deben ser evaluados por el profesional médico antes de su prescripción. Así mismo, el usuario del medicamento debe tenerlas muy en cuenta antes de iniciar el tratamiento.

De forma general, se desaconseja el uso de escitalopram en:

  1. Personas alérgicas, hipersensibles al escitalopram o a cualquiera de los componentes del medicamento: celulosa microcristalina, croscarmelosa de sodio, hipromelosa, talco, silice colidal anhidra, estearato de magnesio, dióxido de titanio y macrogol.
  2. Personas que toman otros medicamentos que pertenecen al grupo de inhibidores de la MAO como la selegilina, la moclobemida y la linezolida.
  3. Personas que han padecido episodios de anomalías del ritmo cardíaco o presenta alteraciones cardíacas de nacimiento.

Advertencias y precauciones

Más allá de los casos en los que se desaconseja totalmente el uso de escitalopram, este medicamento presenta una serie de precauciones. El sujeto que vaya a tomar este medicamento deberá informar a su médico si presenta alguna de las siguientes condiciones.

  • Si se padece epilepsia: el tratamiento con escitalopram debería interrumpirse si se padecen convulsiones por primera vez o si su frecuencia se incrementa con la administración del fármaco.
  • Si se padece insuficiencia hepática o renal: en estas ocasiones puede resultar necesario ajustar la dosis para evitar daños renales.
  • Si se padece diabetes: el consumo de escitalopram puede alterar el control glucémico. En estos casos puede ser necesario ajustar la dosis de insulina y/o hipoglucemiante oral.
  • Si se presenta un nivel disminuido de sodio en sangre.
  • Si se presenta tendencia a desarrollar hemorragias o cardenales.
  • Si se está recibiendo un tratamiento electroconvulsivo.
  • Si se padece una patología coronaria.
  • Si se presenta una frecuencia cardíaca baja en reposo.
  • Si se presentan niveles bajos de sal en sangre como consecuencia de diarreas o vómitos intensos y prolongados.
  • Si se utilizan diuréticos.
  • Si se presentan latidos cardíacos rápidos o irregulares.
  • Si se padecen desvanecimientos, colapsos o mareos al levantarse de forma frecuente.
  • Si se padecen problemas oculares como glaucoma.

Efectos secundarios

La ingesta de escitalopram puede genera ciertos efectos adversos. Estos no suelen aparecer en todos los casos pero resulta importante conocerlos.

Los efectos adversos del escitalopram suelen ser leves y, por lo general, desapareen después de pocas semanas de tratamiento. No obstante, ante algunas situaciones resulta importante acudir al médico de inmediato y revisar el tratamiento con escitalopram. Los efectos adversos más importantes del escitalopram son:

Poco frecuentes

El escitalopram puede originar sangrados inusuales, incluyendo sangrados gastrointestinales. Estos efectos se connotan en aproximadamente un 1% de los casos, pero cuando se producen es importante revisar el tratamiento.

Raros

De forma menos frecuente que los sangrados, el consumo de escitalopram puede generar otros efectos adversos. Estos síntomas se dan en aproximadamente un 0,1% de los casos. Los más importantes son:

  • Hinchazón en la piel, lengua, labios o cara, provocando en algunos casos dificultades respiratorias o de deglución (reacción alérgica).
  • Fiebre elevada, agitación, confusión, temblores y contracciones repentinas de músculos. Estos efectos pueden formar parte del síndrome serotoninérgico.

Desconocidos

Con una prevalencia desconocida por falta de datos, el escitalopram puede originar algunos de los siguientes efectos secundarios.

  • Dificultad para orinar.
  • Irregularidades en el latido cardíaco o desvanecimiento. Estos efectos podrían formar parte de una afección potencialmente mortal conocida como torsades de pointes.
  • Piel amarillenta y blanqueamiento en los ojos debido a alteración de la función hepática.
  • Pensamientos suicidas o de autoagresión.

Dosis recomendadas

Tanto la duración como las dosis consumidas de escitalopram deben ser escogidas y prescritas por un profesional médico. Este fármaco no actúa de forma idéntica en cada persona, por lo que su administración puede variar en cada caso.

No obstante, de modo informativo, el fármaco presenta una serie de indicaciones respecto a su posología. En este sentido, se indica el uso de escitalopram durante un periodo no inferior a los seis meses.

Los efectos terapéuticos del fármaco pueden tardar en aparecer, y durante los primeros días el usuario puede no notar ninguna mejoría. A pesar de ellos, resulta conveniente proseguir con el tratamiento, ya que los efectos aparecen a largo plazo.

Por otro lado, aunque es el profesional médico quien debe indicar las instrucciones de administración de escitalopram, el fármaco presenta las siguientes indicaciones para cada cuadro diagnóstico.

Depresión

La dosis recomendada de escitalopram para el tratamiento de la depresión consta de 10 miligramos tomados como dosis única al día. Si se requiere, la posología pueden incrementarse hasta un máximo de 20 miligramos al día.

Trastorno de angustia

Para el tratamiento del trastorno de angustia suele utilizarse una dosis menor de escitalopram. De forma general, se recomienda la administración de cinco miligramos al día como dosis única durante la primera semana.

De forma posterior, la dosis se puede incrementar hasta diez miligramos al día. Al igual que en el caso de depresión, se desaconseja la administración de más de veinte miligramos al día de escitalopram.

Trastorno de ansiedad social

La dosis indicada para el trastorno de ansiedad social es de diez miligramos al día tomados como dosis única. Si el médico lo cree oportuno, se puede disminuir la posología hasta cinco miligramos al día o incrementar hasta un máximo de veinte.

Trastorno de ansiedad generalizada

La dosis de escitalopram al día para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada también es de diez miligramos, desaconsejándose la administración de más de veinte miligramos al día.

Trastorno obsesivo compulsivo

La dosis indicada de escitalopram para el trastorno obsesivo compulsivo es de cinco miligramos al día, pudiéndose aumentar hasta diez.

Personas de edad avanzada (mayores de 65 años)

La dosis inicial de escitalopram para personas mayores de 65 años es de cinco miligramos al día, pudiéndose incrementar hasta un máximo de diez.

Niños y adolescentes

Se desaconseja la administración de escitalopram en niños y adolescentes menores de 18 años.

Referencias

  1. Barlow, David H. Durand, V. Mark (2009). «Chapter 7: Mood Disorders and Suicide».Abnormal Psychology: An Integrative Approach (Fifth edición). Belmont, CA: Wadsworth Cengage Learning. p. 239.
  2. Davidson JR, Bose A, Wang Q (2005). “Safety and efficacy of escitalopram in the long-term treatment of generalized anxiety disorder”.J Clin Psychiatry66 (11): 1441–6. 
  3. Escitalopram Oxalate”. The American Society of Health-System Pharmacists. Retrieved3 April 2011.
  4. Lexapro (Escitalopram Oxalate) Drug Information: Warnings and Precautions – Prescribing Information at RxList”. Retrieved2015-08-09.
  5. Vademécum: Escitalopram.
  6. Servicio Vasco de Salud:Nuevo medicamento a examen: Escitalopram. Comité de evaluación de nuevos medicamentos, 11-2004.