Trastornos mentales/Psicopatología

Gerontofilia: qué es, características, causas, tratamiento


¿Qué es la gerontofilia?

La gerontofilia es un deseo sexual fuera de lo común que lleva a la persona a sentir atracción por individuos de una edad muy superior a la suya. Como todas las filias, solo se considera problemática si crea algún tipo de perjuicio para quien la padece, para otros, o si impide a la persona disfrutar de relaciones sexuales tradicionales.

A lo largo de la historia, han sido muchas las culturas que veían con buenos ojos las relaciones entre personas de muy distinta edad. Sin embargo, la gerontofilia llevaría este fenómeno un paso más allá, llevando a jóvenes a sentir atracción por ancianos, tanto en relaciones heterosexuales como homosexuales.

En general, se distinguen dos tipos de gerontofilia: la “alfamegamia”, o atracción por hombres de edad extremadamente alta; y la “matronolagnia”, o interés romántico – sexual por mujeres de la tercera edad. En este artículo veremos en qué consiste cada una de ellas con mayor detalle.

Características de la gerontofilia

La gerontofilia pertenece a una clasificación de comportamientos sexuales fuera de lo habitual conocidos como parafilias. Estos implican fantasías, deseos y maneras de actuar que se salen de los seguidos por la mayor parte de la sociedad, y que en ocasiones pueden llegar a suponer un problema.

En el caso de la gerontofilia, esto puede traducirse en varios comportamientos diferentes. A continuación veremos algunos de los más importantes.

Fantasías sexuales sobre personas mayores

Uno de los primeros síntomas de gerontofilia sería el uso por parte de jóvenes de fantasías sexuales con personas de la tercera edad. Estas podrían aparecer durante la masturbación, o en momentos en los que no fuesen apropiadas, en forma de pensamientos intrusivos.

El caso más extremo de este síntoma aparecería cuando la persona que sufre gerontofilia solo fuese capaz de fantasear o masturbarse pensando en miembros de la tercera edad.

En este caso, se consideraría que el individuo padece un trastorno psicológico, que requeriría una intervención.

Relaciones con personas de la tercera edad

Un paso más allá estarían aquellos hombres y mujeres jóvenes que llegan a mantener sexo real con personas mucho mayores que ellos. En algunos casos, incluso, a partir de estos encuentros eróticos podría desarrollarse una relación sentimental o de pareja.

De nuevo, la clave para considerarlo un síntoma de un trastorno mental sería la incapacidad de formar vínculos románticos o sexuales con personas de su misma edad o similar.

Excitación con elementos que recuerden a la edad

Otro síntoma menos común de la gerontofilia sería la excitación sexual provocada por la visión o contacto con elementos que recuerden a las personas mayores.

Así, en algunas personas afectadas por esta filia, los bastones, la piel arrugada o el pelo blanco podrían convertirse en claves que provocarían el deseo.

Este síntoma sería el menos común de los tres descritos, siendo mucho más habitual que la persona solo se excite en presencia de personas mayores o pensando en ellas.

Causas de la gerontofilia

Las relaciones entre personas de muy distinta edad han sido habituales en diferentes culturas a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, en la Antigua Grecia los jóvenes se emparejaban con adultos muy mayores para aprender de ellos y estar más protegidos.

Sin embargo, en la cultura occidental actual, estas relaciones tienden a estar mal vistas por ser poco habituales. Aún así, no se puede descartar que exista un componente genético que lleve a algunas personas a sentirse atraídas por gente mucho más mayor que ellas.

En el caso de tratarse de un trastorno sexual completo, en el que aparezca algún tipo de sufrimiento relacionado con esta preferencia, hoy en día conviven varias explicaciones sobre por qué podría estar causado. A continuación veremos algunas de ellas.

Necesidad de protección

Para algunas corrientes psicológicas, las personas afectadas por la gerontofilia asociarían la figura de los más mayores a elementos como la protección, la seguridad o el bienestar.

En algunos casos extremos, esto podría llegar a provocar excitación sexual, lo que daría lugar a la parafilia como tal.

Trauma de naturaleza sexual

Según ciertos estudios, cuando un niño sufre abusos sexuales por parte de un adulto, su subconsciente puede asociar de forma errónea el sexo con la presencia de una persona mucho mayor.

En estos casos en concreto, la gerontofilia suele acarrear todo tipo de problemas psicológicos y sociales.

Búsqueda de situaciones extremas

Para algunas personas, el sexo puede llegar a convertirse en una adicción. En estos casos, el gerontofílico habría llegado a sentir esta atracción al necesitar experimentar con situaciones cada vez más alejadas de lo habitual para llegar a sentir algún tipo de placer.

Así, el individuo que ha desarrollado la gerontofilia de esta manera ya no podría excitarse con personas de su misma edad, por lo que nos encontraríamos ante un caso de trastorno psicológico completo.

¿Necesita tratamiento?

Las relaciones entre personas de edades extremadamente diferentes causan sorpresa e incluso rechazo en la mayoría de sociedades modernas.

Estamos acostumbrados a que las parejas estén formadas por dos individuos de aproximadamente la misma edad, por lo que la gerontofilia puede llegar a ser muy chocante.

Sin embargo, la atracción por personas de la tercera edad no tiene por qué ser problemática. Más allá de tratarse de una práctica poco habitual (con los problemas de discriminación que eso puede conllevar), si se encuadra dentro de una vida sexual sana no requeriría la intervención de ningún profesional de la salud mental.

Aún así, existen ocasiones en las que la gerontofilia sí podría llegar a ser considerada como un trastorno. Por ejemplo, en el caso de que la persona afectada solo fuese capaz de disfrutar del sexo o de relaciones con personas de la tercera edad.

Esto se debe a que, para el desarrollo de una vida sexual sana, es importante ser capaz de disfrutar de diferentes tipos de estímulos y no condicionarnos a solamente uno.

Por otro lado, la gerontofilia también podría suponer un problema y requerir tratamiento en el caso de provocar daños a la persona afectada o a los demás.

Un ejemplo de esto sería si, en su búsqueda de placer, un gerontofílico acosase sexualmente a alguien de mucha más edad.