Historia

Proyecto de Nación Monárquico: Propuestas, Actores, Beneficiados


El proyecto de nación monárquico ocurrido en México en el siglo XIX se trató de una propuesta hecha por los españoles con el apoyo de algunos criollos residentes en América, quienes abogaban porque el Imperio Mexicano estuviera liderado por un representante de la casa de los borbones que siguiera los lineamientos de Fernando VII.

Se entiende como monarquía los sistemas de gobierno que concentran el poder absoluto de una nación en una sola persona. Se trata generalmente de un rey, asignado por carácter hereditario. Aunque hoy el sistema político que impera en México no es el republicano, sí hubo una monarquía luego de lograda la independencia del Imperio español.

Tras las luchas a favor de la Independencia en México —iniciadas en 1810 con el llamado “Grito de Dolores” y culminadas el 27 de septiembre de 1821— una monarquía fue lo que sustituyó al antiguo régimen español en México.

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Contexto económico, social y político

Contexto económico

Luego de lograda la independencia, el pueblo clamaba la transformación del país en una república. La mayor parte de la población no poseía tierras o recursos para su producción, las haciendas apenas podían generar materia prima para mantenerse o exportar.

En medio de la crisis hubo gran inflación y se devaluó la moneda. El gobierno se vio obligado a pedir préstamos forzosos, comprometiendo la seguridad del país.

Contexto social

La situación era inestable, especialmente para las clases bajas. Luego de 10 años de guerra, la explotación minera de oro y plata —que había tenido auge en el pasado— estaba inactiva. Algunas minas se destruyeron durante las luchas de independencia y, en otros casos, los trabajadores habían decidido combatir y abandonarlas.

En el marco de estos hechos, gran parte de los españoles residenciados y enriquecidos en territorio mexicano regresaron a Europa, llevándose grandes cantidades del capital mexicano. El poco que quedó en la nación no era invertido en actividades que pudieran generar ingresos, sino utilizado para pagarle a los soldados y burócratas.

Disminuyó la práctica de la agricultura y, como consecuencia, los alimentos y el ganado eran escasos y sus costos eran elevados.

Durante la guerra, la destrucción, la quema e incluso el asesinato de los hacendados eran prácticas frecuentes. En este sentido, recuperar la producción de la tierra en un país devastado no fue tarea fácil.

Contexto político

En el ámbito político la sociedad también estaba dividida. Por una parte, estaban quienes querían abolir el sistema de gobierno anterior para que las clases sociales pudieran organizarse y conformar leyes propias, coherentes a las carencias del país (liberales).

Por otro lado, había un grupo más poderoso que pretendía tomar el control político y asirse al sistema tradicional de las colonias europeas (conservadores).

Propuestas de sistema de gobierno

Las propuestas para el nuevo sistema de gobierno post independentista se vieron enfrentadas. La clase social media y los grupos liberales estaban representados en su mayoría por mestizos y algunos criollos, y no estaban de acuerdo con la forma de gobierno monárquica que sería implementada.

Sus ideas se orientaban hacia la incorporación de un sistema comprometido con la justicia social y la potenciación de la economía a través del trabajo.

Los mexicanos debían gozar de derechos y deberes por igual, sin exclusiones raciales. El rechazo hacia las clases bajas e indígenas era muy notable y existía una enorme brecha con la Iglesia, que tenía grandes posesiones. Además, España aún se negaba a reconocer la independencia de México en el Vaticano.

Actores principales

Para formalizar las gestiones independentistas y la nueva monarquía, Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú firmaron los tratados de Córdoba en el conocido Plan de Iguala. Convocaban al rey de España Fernando VII para ser coronado en el naciente Imperio mexicano.

Si este no aceptaba o renunciaba al cargo, la alternativa era reemplazarlo por algún otro miembro de la Corona española. Si existía un fallo en cualquiera de los casos, se formaría una junta provisional para escoger al monarca dentro del territorio mexicano.

Así, en 1822 se corona a Iturbide en un acto ceremonial en la catedral metropolitana. Además, se decidió que la monarquía mexicana sería hereditaria; por lo tanto, el próximo a la Corona luego de la muerte de Iturbide sería su hijo mayor.

México pasó de la monarquía española a una monarquía criolla que se mostraba ajena a las necesidades del pueblo.

Principales beneficiados

El sentimiento general mexicano ante la instauración del sistema monárquico fue de frustración y desesperanza. Sus luchas de independencia habían sido en vano. Culminaron en negociaciones que solo favorecían a las mismas clases dominantes y poderosas del pasado.

Iturbide estaba influenciado por la política de España y quería en México la misma línea de gobierno, por lo que contaba con el apoyo de los españoles, del clero y de la mayoría de los criollos.

Esto suponía la pérdida del control de los conservadores sobre México. El Congreso y la monarquía comenzaron a estar en desacuerdo y surgieron voces insurrectas que fueron censuradas con cárcel, entre ellos destacan fray Servando Teresa de Mier y Carlos María de Bustamante. Esta acción generó desconfianza e incomodidad en la población.

La irritación y las protestas del pueblo fueron apoyadas por figuras como la de Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria.

Iturbide al verse acorralado por las opiniones divergentes del Congreso, decide disolverlo e instaurar una Junta Nacional Instituyente.

Caída del imperio de Iturbide

Los intentos de Iturbide por mantenerse en el poder eran estériles. Ya se organizaban grupos rebeldes comandados por Antonio López de Santa Anna en 1823.

Santa Anna estaba influenciado por las ideas republicanas de Bustamante y era apoyado por grandes grupos armados que no simpatizaban con el imperio de Iturbide. En Veracruz proclamó que México debía ser una república e inició la revuelta. Vicente guerrero y Guadalupe Victoria se unieron a esta causa.

Para responder al ataque de Santa Anna, Iturbide designó a José Antonio Echávarri para velar por la seguridad del Imperio. No obstante, el objetivo de Echávarri era diferente; se sentía identificado con las ideas de Santa Anna, así que terminó formando parte de la rebelión.

Finalmente, Santa Anna y sus aliados firmaron el Plan Casa Mata. En este plan exigían, entre otras cosas, conformar un nuevo Congreso. El conflicto entre el Imperio y el grupo armado republicano terminó con el exilio de Iturbide del trono y del territorio mexicano a Europa.

A su posterior regreso fue arrestado y fusilado. El gobierno monárquico había fracasado. Por primera vez, México no estaría bajo el régimen de una Corona.

Referencias

  1. De la Torre Villar, Ernesto (1982). La independencia mexicana. México. Fondo de Cultura Económica.
  2. Mayer, E. (2012). Mexico after independence. Dr. E’s Social Science E-zine. Recuperado de: emayzine.com
  3. Proyectos de nación, (2013) Recuperado de: mexicoensusinicios.blogspot.com
  4. Proyecto de nación monárquico, (2012) Recuperado de: proyectodenacionequipo2.blogspot.com
  5. Ramos Pérez, Demetrio y otros. América en el siglo XIX. Madrid.