¿Qué son los cinturones de misteria?
Los cinturones de miseria son los asentamientos urbanos de una población con muy bajos recursos. Estos son conocidos con varios nombres dependiendo del país; algunas denominaciones son barrio marginal, barrio bajo, favela o ghetto.
Dichos asentamientos irregulares pueden haberse generado por múltiples causas, aunque en la mayoría de los casos su principal detonante es el éxodo campesino.
Un cinturón de miseria se caracteriza por contar con una población de muy pocos recursos económicos, lo que desemboca en varias consecuencias, como la falta de acceso a servicios básicos (agua potable, gas, electricidad), condiciones insalubres y marginamiento por parte de la sociedad.
Características
A lo largo de años los pobladores de las zonas rurales del mundo se han trasladado a las urbes y ciudades mejor ubicadas, con el fin de elevar el nivel de sus condiciones de vida.
Sin embargo, al no poseer suficientes recursos decidieron asentarse en zonas que bordean las principales ciudades, en muchas ocasiones de manera ilegal; es decir, sin contar con potestad legal sobre los terrenos invadidos.
Este fenómeno ha causado un efecto de bola de nieve. Un cinturón de miseria es con frecuencia la cuna para actividades delictivas, mafias y narcotráfico.
Si a esto se suma la falta de servicios básicos, fuentes de empleo y educación, es posible observar lo difícil que se vuelve para la población de estos sectores poder subir estratos sociales, lo cual significa que el número de habitantes de las zonas más pobres del mundo va en constante aumento.
Datos relevantes
Actualmente, entre el 15 y el 20 % de la población mundial (más de mil millones) vive en una zona considerada marginal, en condiciones de dudosa salubridad, sin acceso a muchos recursos esenciales.
Se estima que en los siguientes 20 años este porcentaje se duplique, remarcando aún más las diferencias abismales existentes entre las clases sociales.
En algunos países, como Brasil, puede verse la diferencia entre el nivel de vida de los cinturones de miseria con respecto a las clases sociales más altas.
En Río de Janeiro, una de las ciudades más turísticas del mundo, los asentamientos pobres llamados “favelas” están a apenas metros de hoteles y condominios de lujo.
Es común que estas propiedades estén separadas de las favelas por muros de concreto.
Causas
Los primeros cinturones de miseria surgieron por la desigualdad de las clases sociales. Impulsados a perseguir mejores oportunidades de vida, los habitantes más pobres se lanzaron a las ciudades y se asentaron a su alrededor.
Diferentes factores son los causantes de la aparición de los cinturones de miseria hoy en día, pero en general la falta de recursos económicos (a veces resultado de la negligencia de los gobiernos) y el exceso de población en zonas urbanas son las principales razones.
Otras causas son:
– Desigualdad.
– Corrupción.
– Crecimiento de la población.
– Éxodo campesino.
– Inmigración.
Consecuencias
Las principales consecuencias son la privación de cientos de millones de personas a condiciones de vida dignas, servicios básicos, educación y, en general, calidad de vida. Otras consecuencias destacadas son:
– Marginación social.
– Proliferación de actividades delictivas.
– Muerte y enfermedades (por falta de acceso a servicios de salud).
Referencias
- Victor Velásquez (s.f.). El éxodo rural y los cinturones de miseria. Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de Monografías.
- El Caracazo (27 de febrero de 2016). Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de Informe 21.
- Khushboo Sheth (25 de abril de 2017). What Are Shanty Towns, And Where Are They Found? Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de World Atlas.
- Causes and Effects of Poverty (s.f.). Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de Cliffs Notes.
- Liliana Rehorn (2 de julio de 2014). Effects of Poverty. Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de Borgen Project.
- Cinturón de miseria llega a mil millones (31 de mayo de 2009). Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de El Nuevo Diario.
- Cinturones de miseria (3 de marzo de 1989). Recuperado el 23 de septiembre de 2017, de El País.