Cómo es posible por la educación mejorar los niveles de equidad en un país
Algunas formas de mejorar los niveles de equidad en un país a través de la educación son evitar la deserción escolar y aplicar patrones de eficiencia en escuelas. Una sociedad que promueve la equidad es más desarrollada y entiende que sus ciudadanos, sin importar cuál sea su procedencia, deben ser respetados en sus derechos fundamentales.
La equidad, del latín aequitas, hace referencia al uso de la imparcialidad al reconocer el derecho de cada uno. La educación es un elemento que se relaciona con la equidad y, en este sentido, específicamente con la equidad social, a partir de la cual los ciudadanos pueden tener garantizada una calidad de vida alta y justa, económica y socialmente.
La red de relaciones de colaboración entre países debe servir para garantizar que cada persona tenga satisfechas sus necesidades en los ámbitos económico, social y cultural, que permitan su desarrollo integral, físico, de personalidad y dignidad moral, como señala el artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Para que los países puedan lograr la justicia social (necesaria para la convivencia) sin hacer diferencias entre unas personas y otras por su condición social, sexual o incluso de género, es imperativa una comprensión más allá de lo personal que se deriva de la educación. Esta es una de las principales variables promotoras de desarrollo humano y social.
La educación ofrece a las personas la posibilidad de adquirir y/o desarrollar destrezas que servirán para sostenerse a sí mismas y desempeñarse en los ámbitos de trabajo, profesión, salud y bienestar. También promueve la movilidad social, para así completar el desarrollo y ofrecer a sí mismos, sus familias y siguientes generaciones, mejores niveles de vida.
Sin embargo, lo antes expuesto no resulta tan fácil y directo en la realidad de la mayoría de los países del mundo. El nivel de formación del llamado capital humano y social tiene consecuencias importantes y directas en la productividad y desarrollo económico.
Tal como lo señalan Villalobos y Ponce, especialistas en el área, pareciera que el nivel de desarrollo de un país no es consecuencia de la alta productividad económica del mismo, sino que tiene que ver con los altos niveles de educación.
Índice del artículo
6 formas de mejorar los niveles de equidad en un país a través de la educación
1- Lograr ver la educación como una inversión real
Esta premisa no es únicamente económica, sino que tiene que ver con la concepción del desarrollo humano y también con una filosofía y concepción del desarrollo de un país.
Debe ser factible que lo que inviertan tanto el Estado como inversionistas y empresarios de cada país en educación, tenga un retorno exponencial no solamente a corto plazo, sino también a mediano y largo plazo.
El objetivo es hacer que el sistema educativo sirva para lograr el desarrollo de cada persona, para que cada ciudadano pueda generar ideas, trabajo e ingresos per cápita que se equiparen a los del Estado en proporción. Se busca pasar a una estructura de productividad más fuerte.
2- Aplicar patrones de eficiencia a las escuelas
Así como las empresas de alto nivel de producción aplican modos de evaluación y seguimiento estratégico, se plantea aplicar a las instituciones educativas un criterio quizás no tan empresarial ni tan “economicista”, pero sí que promueva la eficacia.
La intención es que esto permita evaluar patrones que lleven a entender que el sistema educativo debe ser eficiente, logrando optimizar los recursos de los que se dispone para poder llegar a la mayor cantidad de personas.
3- Evitar la deserción escolar
Parte del reto de las escuelas debería ser lograr que haya cada vez mayor número de estudiantes, o al menos lograr que todos los que comiencen, terminen su escolaridad. En este logro influyen varios factores, como por ejemplo, romper el ciclo de la pobreza que impide que los niños se alimenten bien para que puedan rendir en la jornada escolar.
La meta es lograr que las escuelas se vuelvan espacios realmente atractivos para que los estudiantes no abandonen el sistema, sobre todo los preadolescentes y adolescentes. El reto de las escuelas es preparar a los estudiantes para trabajar y desempeñarse en trabajos que aún no existen, creando ideas y soluciones a problemas variados.
4- Concebir la inclusión en el sistema educativo
Mientras no se vea el sistema educativo como el principal nicho de inclusión de la sociedad, no se avanzará en el aumento de la equidad. Un sistema educativo que promueva la competencia en desigualdad de condiciones y que discrimine a las personas debido a sus diferencias, está ahondando en la brecha de inequidad.
Existen naciones alrededor del mundo que ya están transformando sus sistemas educativos para dar respuestas a las nuevas demandas del siglo, logrando expandir el acceso a las escuelas a más y más personas.
5- Necesidad de reinventar el sistema educativo
Necesitamos un sistema educativo que vaya a la par de los desarrollos tecnológicos, a la abundante información generada a cada minuto y a una sociedad que muestra cambios rápidamente, además de exigir adaptaciones nuevas y diferentes para poder dar respuesta.
Es necesario crear un sistema que esté centrado realmente en los estudiantes, que ayude a desarrollar el potencial y la personalidad de los mismos.
Este enfoque subraya la educación y reformas curriculares a las que debe apuntar el sistema en la creación y consideración de los ambientes de aprendizaje dirigidos al desarrollo de competencias, tanto blandas como duras.
6- Utilizar la educación como fuente de desarrollo
Se recomienda aprovechar los beneficios y productos de la educación para generar y consolidar un sistema de recursos para mayor desarrollo de las naciones.
Esto, clara y directamente, se logra impulsando la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico, la apertura y la valoración cultural. Se trata de potenciar la valoración del talento en las diferentes áreas de investigación y creación.
Debe perseguirse que los aportes vuelvan a la sociedad y sirvan para su propio desarrollo, que sea el mismo país una especie de laboratorio de creación e invención de recursos utilizables que sirvan para generar nuevas líneas de investigación. Todo esto en pro de resolver problemas y aumentar la calidad de vida de los ciudadanos.
Referencias
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