Medicina

Criterios de Beers: qué son, origen, clasificación, controversias


¿Qué son los criterios de Beers?

Los criterios de Beers son un grupo de herramientas diseñadas para detectar los medicamentos que pueden ser peligrosos para los ancianos. Los adultos mayores, desde el punto de vista médico, representan un grupo de pacientes cuyo manejo es complejo.

Sus características físicas, metabólicas y mentales los hacen realmente particulares. Debido a esto, la industria médica y farmacéutica no suele desarrollar medicamentos destinados específicamente para este grupo etario.

Sin embargo, ellos también requieren de muchos tratamientos y se deben conocer los efectos y consecuencias de su uso para determinar cuáles son seguros y cuáles no.

El comportamiento farmacocinético y farmacodinámico de muchas drogas se modifica dependiendo de la edad del paciente que lo consumirá. Se sabe que en los ancianos existe cierta tendencia a acumular medicamentos o formas activas de estos en su organismo, tanto por el lento metabolismo como por el manejo de dosis inadecuadas.

En el mundo actual, gracias a los mismos avances médicos, la esperanza de vida se ha prolongado exponencialmente. Muchas personas por encima de los 65 años forman parte de la población mundial y tienen más tendencia a enfermarse. Cuidar de ellos es importante en las naciones desarrolladas y por ellos existen los criterios de Beers.

Origen de los criterios de Beers

La labor de estudiar los efectos de ciertos medicamentos sobre el organismo de los adultos mayores fue llevada a cabo inicialmente por el médico geriatra norteamericano Mark Howard Beers (1954-2009).

Por ello el nombre de “criterios de Beers”. Esto lo hizo a través de la opinión de un grupo de expertos utilizando el método Delphi y otras técnicas parecidas.

El primer consenso se produjo en 1991. En esa oportunidad fueron evaluados más de 150 medicamentos de uso habitual en los adultos mayores, concluyendo que 41 de los fármacos estudiados eran inadecuados para su uso en ancianos.

Otros 7 también mostraron efectos adversos importantes en adultos mayores pero a determinadas dosis.

Desde ese entonces se le han realizado numerosos cambios. La última gran actualización fue en 2012, en la cual fueron evaluados 199 fármacos, de los cuales 53 quedaron marcados como de uso inapropiado.

Tres años después, en 2015, la Sociedad Americana de Geriatría llevó a cabo una nueva revisión con ligeros cambios finales.

Clasificación de los criterios de Beers

La última actualización de los criterios de Beers, respetando las modificaciones llevadas a cabo en 2012, clasifica los medicamentos en tres categorías diferentes, a saber:

Medicamentos potencialmente inadecuados que deben evitarse en cualquier paciente mayor de 65 años de edad

En este grupo se encuentran hasta 34 diferentes fármacos que deben evitarse en los adultos mayores bajo prácticamente cualquier circunstancia. Solo se autorizan cuando los mismos son imprescindibles para salvar la vida del paciente y no pueden ser reemplazados por otro.

Los representantes de este grupo con mayor grado de evidencia y fuerza de recomendación incluyen: clorfeniramina, hidroxicina, nitrofurantoína, doxazosina, la mayoría de los AINES y de las benzodiacepinas.

Los nuevos miembros de este grupo son el megestrol (hormona – progesterona), la glibenclamida (hipoglicemiante) y la insulina en esquema móvil.

Medicamentos potencialmente inadecuados que deben evitarse en pacientes mayores de 65 años con ciertas enfermedades o síndromes en particular

Esta lista es la más numerosa. La razón para ello es que son muchos los medicamentos que interactúan con otros que se han indicado para tratar alguna patología específica y esta relación es más evidente en los adultos mayores.

No se debe olvidar que los ancianos se enferman con más frecuencia y suelen estar polimedicados.

Las nuevas inclusiones más importantes incluyen las glitazonas –normalizadores del azúcar en sangre– contraindicados en insuficiencia cardíaca. Inhibidores de la acetilcolinesterasa (donepezil) que no deben usarse en ancianos con síncopes y los inhibodores selectivos de la recaptación de serotonina que deben evitarse en pacientes mayores con fracturas.

Medicamentos que deben ser indicados con cautela en adultos mayores

Estos medicamentos no están contraindicados formalmente en ancianos, pero han mostrado ciertos efectos secundarios indeseados. El riesgo costo/beneficio es aceptable, así como la tolerancia de los pacientes. Esta lista incluye 40 fármacos o familias de drogas que comparten características parecidas.

En esta categoría se incluyen dos nuevos antitrombóticos, prasugrel y dabigatrán, que incrementan el riesgo de sangrado por encima de lo aceptable en pacientes de 75 años de edad o más. Lo mismo ocurre con la aspirina, cuyos beneficios en ancianos mayores de 80 años de edad han sido puestos en duda.

La revisión de2015 también incluye algunas tablas de información con respecto a los medicamentos que fueron cambiados de categoría, los que fueron excluidos de la lista de Beers y los que fueron agregados desde 2003.

Asimismo, hay listas exclusivas de familias de drogas con muchos representantes en los criterios de Beers. Entre los grupos más importantes de fármacos se encuentran los antipsicóticos, con 12 representantes de primera generación y 10 de segunda, así como los casi 50 medicamentos con efectos anticolinérgicos que no deben usarse en ancianos.

Controversias

Pese a las intenciones altruistas originales de su creador, los criterios de Beers no están exentos de polémicas. Las controversias se han presentado por tres razones básicas desde los primeros días de la publicación de estos protocolos, incluyendo:

Motivos científicos

Si bien los criterios de Beers surgen gracias a la acción de un grupo de expertos y el uso del método de Delphi, muchos han cuestionado las bases científicas de los mismos.

El principal argumento es que no se realizó un estudio prospectivo real de cada medicamento, sino que fueron utilizados reportes anecdóticos sobre efectos secundarios.

Por ello aparecen nuevos sistemas de evaluación para medicamentos indicados en adultos mayores, como el estudio STOPP/START, el protocolo TRIM, el estudio CIM-TRIAD o los criterios NORGEP-NH.

La mayoría de ellos fueron llevados a cabo en países de Europa y Asia, aunque existen algunos datos de África y América.

Las últimas actualizaciones de los criterios de Beers intentaron resolver este tema. Utilizaron estudios recientes de carácter prospectivo realizados por terceros, cuyos datos son auditables y comprobados.

Motivos comerciales

Algunos laboratorios farmacéuticos se han quejado al ver sus productos incluidos en esta lista. Ello ha ocasionado una disminución importante en las ventas de algunos fármacos.

Sin embargo, ellos nunca han fabricado medicamentos para ancianos, por lo que últimamente han dedicado cierto presupuesto para investigar sus efectos en adultos mayores.

Motivos clínicos

El respeto total por estos criterios dejaría a muchos pacientes mayores sin tratamiento. Por ello, a muchos médicos no le queda otra alterativa que indicarlos, pero con ciertas restricciones.

El hecho de que no existan casi medicamentos destinados a los ancianos conlleva a que muchas veces no tengan opciones terapéuticas para sus enfermedades.

Referencias

  1. Vrdoljak D, Borovac JA. Medication in the elderly – considerations and therapy prescription guidelines. Acta Medica Academica [internet] (2015). 44(2). Disponible en ama.ba
  2. Sánchez-Muñoz LA. Inappropriate medication use in the elderly. Beers or STOPP-START criteria? Farmacia Hospitalaria [internet] (2012). 36(6). Disponible en grupoaulamedica.com/
  3. Wikipedia, the free encyclopaedia. Beers Criteria [internet]. Última actualización 2017.