Filosofía

¿Qué son los Principios Lógicos Supremos?


Los principios lógicos supremos son aquellas premisas que rigen el proceso de pensamiento, dándole orden, sentido y rigor. De acuerdo con la lógica tradicional, estos principios son tan amplios que se aplican a la matemática, la física, y a todas las demás ramas de la ciencia.

Los principios lógicos supremos reflejan facetas de los objetos del mundo material tan simples y evidentes que se dan en todos ellos. Aunque hay quien dice que son una arbitrariedad occidental, la verdad es que son principios tan ciertos como universales.

Por una parte, los principios lógicos supremos son evidentes por sí mismos, y por otra parte, para negarlas debes basarte en ellos. Es decir, son inevitables.

La importancia de estos principios radica en que hace falta razonar bien para encontrar soluciones correctas a los problemas que se estén analizando. Conocer los principios o normas que garantizan un correcto razonamiento, ayuda a solucionar posibles problemas de una mejor manera. 

La ciencia que se ha dedicado a indagar y a reflexionar sobre esos principios, es la lógica. Esta disciplina puede ser:

a) Teórica: porque provee métodos para diferenciar entre un razonamiento correcto y uno incorrecto.

b) Práctica: porque a la vez que permite identificar el razonamiento correcto, también posibilita hacer un juicio de valor sobre el razonamiento incorrecto.

¿Cuáles son los principios lógicos supremos?

Siguiendo los postulados de la lógica tradicional, los principios lógicos supremos son:

El principio de identidad

“A es A”

Este es un principio que implica que un objeto es el que es y no otro.

Todos los objetos materiales tienen algo que las identifica, algo inherente e invariable a pesar de las modificaciones que pueda sufrir por el paso del tiempo.

Esto significa que el reto es hacer una clara distinción de las características propias de los objetos y usar términos o palabras correctas para describir esas cualidades.

Es importante puntualizar que con este principio se alude a los objetos o cosas, por lo que se trata de un principio ontológico.

También es necesario tener en cuenta que el significado de las palabras usadas en el razonamiento, debe mantenerse idéntico.

Lo crucial es que se cumpla, como lo indica José Ferrater Mora, que “a pertenece a todo a”. Es decir, que las características específicas (a), pertenecen al individuo de forma única (a).

Otro modo de formular el principio de identidad es:

Si p, entonces p

p, si y sólo si p

El principio de no contradicción

Este es el principio según el cual  es imposible que una proposición sea verdadera y falsa al mismo tiempo y bajo las mismas circunstancias.

Una vez que una proposición se asume como verdadera o falsa, la lógica exige que se acepten como verdaderas o falsas las proposiciones que se deriven de ellas, según sea el caso.

Esto implica que si en el discurrir de una inferencia, el valor de verdad o falsedad de una proposición cambia con respecto a lo asumido al principio, entonces ese argumento se invalida.

Esto significa que, una vez asumido un determinado valor de verdad (verdadero o falso), para las proposiciones que se están considerando, ese valor debe mantenerse idéntico durante todo su desarrollo.

Un manera de formular este principio sería: “Es imposible que A sea B y no sea B, en el mismo momento”.

Podría suceder que el objeto sea algo ahora, y que no sea ese algo después. Por ejemplo, puede ser que un libro sea después basura, hojas sueltas o cenizas.

Mientras que el principio de identidad dicta que una cosa es una cosa, este principio de no contradicción indica que una cosa no es dos cosas al mismo tiempo.

El principio del tercero excluido

Así como el principio de no contradicción conlleva señalar como verdadera o falsa una proposición, este principio implica seleccionar entre dos únicas opciones: “A es igual a B” o “A no es igual a B”.

Esto significa que todo es o no es.  No existe una tercera opción.

Llueve o no llueve, por ejemplo.

Es decir, entre dos proposiciones que se contradicen, sólo una es verdadera y una es falsa.

Para que un razonamiento sea correcto, es crucial basarse en la verdad o la falsedad de una de las proposiciones. De lo contrario, se cae en contradicción.

Este principio se puede representar o graficar así:

Si es verdad que “S es P”, entonces es falso que “S no es P”.

El principio de razón suficiente

De acuerdo con este principio nada ocurre sin que haya una razón suficiente para que suceda así y no de otra manera. Este principio complementa al de no contradicción y fundamenta la verdad de una proposición.

De hecho, es este principio la piedra angular de la ciencia experimental, puesto que establece que todo lo que pasa se debe a una razón determinante y eso significa que si se esa razón se conoce, lo que pasará en el futuro también podría conocerse con anticipación.

Desde esta perspectiva, hay acontecimientos que parecen azarosos solo porque no se conocen sus causas. Sin embargo, el hecho de que se desconozcan esas causas, no significa que estas no existan. Simplemente revelan la limitación del intelecto humano.

El principio de razón suficiente implica dar con la explicación de los sucesos. Encontrar el por qué de las cosas. Se trata de fundamentar las explicaciones que se hacen sobre los distintos acontecimientos pasados, presentes o futuros.

Este principio también fundamenta a los tres anteriores porque para que una proposición sea verdadera o falsa, debe existir una razón.

El filósofo alemán Wilhem Leibniz aseguraba que “nada existe sin una causa o razón determinante”. De hecho, para Leibniz, este principio y el de no contradicción, rigen todos los razonamientos humanos.

Aristóteles fue quien propuso casi todos los principios lógicos supremos, excepto por el principio de razón suficiente que fue propuesto por Gottfried Wilhelm Leibniz, en su obra Teodicea.

Referencias

  1. Di Casto Elisabetta (2006). Razonamiento lógico. Recuperado de: conocimientosfundamentales.unam.mx.
  2. Heidegger, Martín (s/f). El principio de identidad. Recuperado de: revistas.javeriana.edu.co.
  3. Moreland, J. (2015). What Are the Three Laws of Logic? Recuperado de: arcapologetics.org.
  4. Ramírez, Axel (2012). Filisofía II: Los principios lógicos supremos. Recuperado de: filosofiaminervaruizcardona.blogspot.com.
  5. Stanford Encyclopedia of Philosophy (2000) Aristotle’s Logic. Recuperado de: plato.stanford.edu.
  6. Universidad Nacional Autónoma de México (2013). Principios lógicos supremos. Recuperado de: objetos.unam.mx.