Gastroclisis: en qué consiste, complicaciones y cuidados
La gastroclisis es un procedimiento diseñado para alimentar por vía enteral (vía digestiva) a personas que por alguna razón médica no pueden alimentarse por la boca. Se aplica a personas con condiciones neurológicas graves como ACV (accidente cerebrovascular), infarto cerebral, esclerosis lateral amiotrófica o pacientes con Alzheimer avanzado.
Así mismo, puede ser necesario alimentar pacientes empleando gastroclisis en casos de cáncer de cabeza y cuello, cirugía de esófago, fracturas de mandíbula que requieren cerclaje, traumatismo de cuello que involucre la vía digestiva e incluso en casos de tumores esofágicos y gástricos que bloquean el tránsito de los alimentos a través del tubo digestivo.
Índice del artículo
- 1 ¿En qué consiste la gastroclisis?
- 2 Opciones de administración
- 3 Técnica de administración
- 4 Complicaciones
- 5 Cuidados
- 6 Referencias
¿En qué consiste la gastroclisis?
La gastroclisis consiste en la colocación de un tubo de alimentación pasando por la nariz y llegando al estómago. Para ello se emplean sondas largas especiales conocidas como sondas de Levine, las cuales están diseñadas para permanecer por tiempo prolongado dentro la vía digestiva superior.
Si bien pueden colocarse a ciegas, la mayoría de las veces se realiza bajo fluoroscopia; es decir, bajo imágenes de rayos X continuas (a manera de película) a fin de garantizar que la punta de la sonda llegue hasta el estómago o incluso más allá, hasta el duodeno, cuando la condición clínica del paciente así lo requiere.
Una vez in situ se puede iniciar la administración de preparaciones enterales a través de la sonda de alimentación.
Dado que la primera etapa de la digestión (masticación e insalivación) se omite mediante esta vía de alimentación, y considerando que los alimentos sólidos podrían obstruir la sonda, por lo general se opta por preparados especiales de consistencia líquida a líquido-denso.
Tipos de preparaciones que se pueden administrar
Cuando la punta de la sonda se encuentra en el estómago, se puede optar por alimentos de consistencia líquida como las sopas, jugos, leche e incluso algunos licuados claros, dado que el alimento administrado llegará al estómago y allí se iniciará un proceso de digestión más o menos normal.
Sin embargo, cuando por alguna condición la punta de la sonda debe avanzar hasta el duodeno (como en los casos de cáncer de estómago y de cabeza de páncreas), ya no es posible administrar este tipo de alimentos debido a que la segunda etapa de la digestión (gástrica) también se omite.
En estos casos se debe administrar una serie de preparados especiales conocidos como dieta enteral, que consiste en un preparado alimenticio formado por macromoléculas de glucosa, lípidos y aminoácidos.
Según sea el caso es muy importante que el especialista en nutrición calcule tanto el aporte calórico como el esquema de administración.
Opciones de administración
La alimentación mediante gastroclisis se puede realizar bajo dos modalidades: goteo continuo o por bolos.
Goteo continuo
El goteo continuo consiste en la administración de la alimentación por gastroclisis de manera continua, gota a gota a lo largo de 6 a 8 horas, al cabo de las cuales se cambia el preparado por uno nuevo.
El objetivo es que el paciente reciba un aporte continuo de calorías y nutrientes sin sobrecargar la vía digestiva ni el metabolismo.
Este tipo de esquema suele usarse en pacientes muy graves, en especial en aquellos hospitalizados en las salas de cuidados intensivos.
Administración por bolos
Este es el esquema de administración más fisiológica, dado a que se asemeja a la forma en la que los seres humanos suelen alimentarse.
Con este esquema se planifican entre 3 y 5 sesiones de alimentación por día durante las cuales se administra por medio de la sonda de alimentación una cantidad definida por el nutricionista, tanto de calorías como de líquidos.
Cada sesión de alimentación suele durar entre media hora y 45 minutos, durante los cuales el paciente recibe todas las calorías que necesita para sostenerse hasta las próxima sesión de alimentación.
Es muy importante que con el esquema de bolos la administración del alimento sea lo suficientemente rápida como para completar la sesión de alimentación en el tiempo previsto, pero lo suficientemente lenta como para evitar la dilatación gástrica, ya que esto generaría náuseas e incluso vómitos.
Técnica de administración
Protocolo de administración continua
Cuando se trata de la administración continua no hay mayores inconvenientes. Una vez colocada la sonda y comprobada su posición mediante radiología se puede verificar la permeabilidad pasando agua, luego conectar la bolsa de alimentación al extremo libre y ajustar el goteo.
De allí en adelante lo único que resta es verificar que el alimento pase por la sonda y cambiar las bolsas de preparados de alimentación en los intervalos regulares, cuidando de lavar con agua la sonda cada vez que se cambia para evitar que se obstruya.
Se trata de un procedimiento sencillo que por lo general es llevado a cabo por las enfermeras, ya que como se mencionó previamente, este esquema de administración suele reservarse para pacientes críticamente enfermos.
Protocolo de administración en bolos
En los casos de administración en bolos —que suele ser la técnica de elección, sobre todo cuando el paciente es dado de alta— las cosas se complican un poco. Sin embargo, siguiendo el siguiente protocolo no se debería tener ningún problema para alimentar un paciente en casa mediante gastroclisis.
– Lavarse las manos.
– Preparar el alimento empleando utensilios acordes para ello.
– Servir la porción que corresponde.
– Lavar con agua y un paño limpio el extremo libre de la sonda.
– Usando una jeringa de 30 cc, pasar agua a temperatura ambiente por la sonda para verificar permeabilida. Si hay resistencia, tratar de vencerla ejerciendo presión suave; de no ser posible, consultar al médico.
– Si la sonda está permeable, proceder a la administración del alimento empleando la jeringa de 30 cc, tomando la porción de alimento con esta y luego instilándola poco a poco a través de la sonda.
– Repetir la operación hasta completar la porción de alimento.
– Al finalizar, volver a lavar la sonda empleando agua a temperatura ambiente y la jeringa de 30 cc.
– El paciente debe permanecer sentado o semi sentado durante al menos 30 minutos después de haberse administrado el alimento.
– Limpiar el extremo libre de la sonda de alimentación para garantizar que esté libre de restos de alimentos.
Complicaciones
Las complicaciones de la gastroclisis pueden ser de tres tipos: las relacionadas con la colocación de la sonda, las derivadas de la permanencia de la sonda y las asociadas con el proceso de alimentación.
Complicaciones relacionadas con la colocación de la sonda
– Al colocar la sonda existe riesgo de lesiones en las estructuras de la nariz y los cornetes.
– Es posible que el paciente vomite y broncoaspire; por ello es mejor realizar el procedimiento con el estómago vacío.
– Puede darse el caso de una falsa vía; es decir, la sonda “atraviesa” tejido sólido durante su colocación, abriendo un camino nuevo extra anatómico en lugar de seguir la vía natural.
– Aunque es raro, puede darse el caso de perforación esofágica o gástrica, en especial si hay antecedente de úlcera péptica.
– Existe el riesgo de que la sonda llegue a la vía respiratoria en lugar de hacerlo a la digestiva. En este caso el paciente presentará tos y dificultad para respirar; sin embargo, dependiendo del grado de deterioro físico podrían no haber manifestaciones clínicas.
De lo anterior se concluye la importancia de la verificación mediante rayos X de la posición de la sonda. En este punto se debe hacer hincapié en que nunca se administrará ningún tipo de sustancia por la sonda de alimentación hasta que se esté 100 % seguro de que el extremo interno se encuentra en estómago o duodeno.
Complicaciones derivadas de la permanencia de la sonda
– La más común es la erosión de la mucosa nasal e incluso la piel del ala de la nariz, en especial cuando se trata de sondas permanentes y de larga permanencia.
– Algunos pacientes se quejan de molestias en la garganta e incluso náuseas.
– El riesgo de obstrucción siempre está presente, en especial si no se lava la sonda regularmente. Cuando esto ocurre, en ocasiones la única solución posible es cambiar la sonda.
Complicaciones asociadas al proceso de alimentación
– Por lo general aparecen cuando hay fallas en la técnica de administración, en especial una infusión muy rápida.
– Los pacientes pueden presentar náuseas, vómitos o hipo debido a la dilatación gástrica aguda. Es de particular importancia destacar que los vómitos en estos casos son muy peligrosos, dado que existe riesgo de broncoaspiración.
– La alimentación por gastroclisis puede estar asociada a complicaciones metabólicas como la hipoglicemia (si la administración se demora más de lo pautado) e hiperglicemia (administración muy rápida o con una concentración inadecuada de nutrientes, en particular carbohidratos).
– En algunos casos puede presentarse diarrea y distensión abdominal, sobre todo cuando la sonda se debe colocar en el duodeno. Esto se debe a que la alta carga osmótica del alimento induce una diarrea de tipo osmótico.
Cuidados
Los cuidados de la gastroclisis son básicos y si se observan de manera rutinaria, todos los días, el paciente no debería tener ningún tipo de complicación. Entre estos cuidados se encuentran:
– Limpieza del extremo libre de la sonda antes y después de cada sesión de alimentación o cambio de bolsa de preparado nutricional.
– Lavado de la sonda nasogástrica con agua a temperatura ambiente- Esto debe ser antes y después de cada sesión de alimentación o cambio de bolsa de preparado nutricional.
– Alternar el sitio de fijación del extremo libre de la sonda (a un lado, a otro, en la frente) para evitar erosión en el ala de la nariz.
– Mantener limpia y seca el área donde la sonda sale por la nariz. De ser necesario se deben usar apósitos especiales para tal fin.
– Si hay resistencia al pasar el agua o el alimento, tratar de vencerla con presión moderada; de no lograrlo con facilidad, consultar al médico.
– Evitar halar o empujar la sonda a una posición diferente de la que se encuentra. De ser necesario, fijar con adhesivo médico para que el paciente no se la arranque.
Referencias
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