Geografía

Río Turia: historia, características, recorrido, afluentes, flora


El río Turia es un cauce europeo ubicado al noreste de la península ibérica, específicamente en territorio español. Posee una longitud de 230 km desde su nacimiento en los Montes Universales hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo, bañando un área aproximada de 6.394 km2.

La cuenca del Turia es de gran importancia para la región y el país, ya que sus aguas han sido el pilar fundamental para el desarrollo agrícola del valle de las comunidades autóctonas de Aragón y Valencia.

Debido a la gran diversidad de flora y fauna que habita en la cuenca alta del Turia, su territorio está siendo considerado para ser declarado Reserva de la Biósfera por la Unesco. Además, en la cuenca baja, a su paso por la ciudad de Valencia, el agua del Turia alimenta un importante corredor de vegetación que se constituye como un pulmón verde para la creciente metrópolis.

Índice del artículo

Historia

Edad Antigua

Antes de la expansión del imperio romano por la península ibérica, civilizaciones celtas ocupaban las faldas de las sierras en la cuenca alta del Turia, dejando en estos sitios restos arqueológicos que evidencian su presencia.

Hacia el 138 a. C. fue fundada la ciudad de Valencia por los romanos en un terreno aterrazado en la ribera del río Turia. Esta ubicación estratégica les ofreció tres ventajas fundamentales:

En primer lugar, acceso al agua dulce indispensable para el desarrollo de la agricultura y el mantenimiento de la ciudad. En segundo lugar, su cercanía al mar facilitó el traslado de mercancías, civiles y tropas desde y hacia otras ubicaciones bajo su dominio. En tercer lugar, la zona se encontraba en una posición elevada en comparación con su entorno, lo que proveía una ventaja para la defensa de la ciudad.

Siglo XX en adelante

En 1938, durante la Guerra Civil española, el territorio de la cuenca alta del Turia fue el escenario donde se enfrentaron republicanos y nacionalistas en la pugna por Aragón. Hoy en día se conservan trincheras, túneles y edificios de defensa donde se resguardaron los republicanos en su intento por defender el territorio.

Una parte importante de la historia de este cauce ha sido escrita por el carácter incontrolable de sus crecidas. El registro más antiguo de estos eventos data de los siglos I y II a. C. durante la ocupación romana.

Desde la antigüedad, los regentes de Valencia han emprendido labores de ingeniería para el control de las inundaciones con la construcción de murallas, puertas y canales para regular el flujo del río.

Sin embargo, estas acciones resultaron insuficientes y en 1957 se presentó la última gran crecida del Turia, que se cobró la vida de 81 personas y produjo pérdidas estimadas en 10.000 millones de pesetas de la época (aprox. 60 millones de euros).

La crecida o riada de 1957 obligó al gobierno de Francisco Franco a planificar y ejecutar nuevas medidas para el control de las inundaciones. El estudio de las obras necesarias para la prevención de nuevas inundaciones en zonas urbanas dio como resultado el llamado Plan Sur de 1961.

Según este plan se propuso y ejecutó el desvío del río a través de un canal de 175 metros de ancho, hacia una posición a 3 kilómetros al sur de su cauce natural. Las obras se ejecutaron entre 1964 y 1973.

Características del río Turia

El Turia se clasifica como un río mediterráneo de características levantinas. Al nacer en el sistema ibérico, a una altura de 1.680 msnm, en su descenso hacia su desembocadura en el Mediterráneo recorre montañas y sierras que aceleran sus aguas.

El cauce del Turia presenta grandes variaciones estacionales debido a su alimentación pluvio-nival. Presenta períodos de aguas altas entre invierno y primavera, alcanzando sus cotos máximos alrededor de marzo. En verano, el cauce se encuentra en su punto más bajo, llegando casi a desaparecer en agosto con mínimos de hasta 0,31 m3/s.

El caudal disponible varía considerablemente en los distintos tramos del cauce, esto se debe a la cantidad de precipitaciones presentes en cada sector. Así, en la cuenca alta se presentan en promedio 1.000 mm de lluvia, mientras en la cuenca baja apenas se superan los 500 mm.

Las inundaciones que afectan la cuenca del Turia se presentan de manera repentina y llegan a superar 35 veces el promedio en cuestión de horas. Las crecidas afectan principalmente la cuenca baja del río, cuyo cauce se convierte en el canal natural que recoge el agua de escorrentía de las montañas y el valle circundante en su camino a terrenos más bajos.

La parte alta del Turia presenta un relieve kárstico, lo que favorece el depósito subterráneo de agua. Además, se han instalado los embalses de Benagéber y Loriguilla con una capacidad de 221 y 73 Hm3 respectivamente, que ayudan a controlar estos eventos.

Nacimiento, recorrido y desembocadura

El río Turia nace en la Muela de San Juan, una montaña de cumbre plana que forma parte de los Montes Universales. La cabecera del río se encuentra en el municipio de Guadalaviar, a unos 1.680 msnm. Recorre aproximadamente 300 km hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.

En la cuenca alta, el Turia recibe el nombre del municipio que lo ve nacer: Guadalaviar. En este tramo discurre a través de cañones calcáreos excavados por el agua entre rocas blandas, procedentes de los periodos Jurásico y Cretácico.

Siguiendo por su parte alta, fluye con dirección oeste-este hasta la ciudad de Teruel, ubicada en la comunidad autónoma de Aragón. A partir de este punto toma rumbo sur. Va desde su nacimiento en la Muela de San Juan hasta el embalse de Loriguilla, en el municipio homónimo de la provincia de Valencia.

A partir de su encuentro con el río Alfambra, el Turia recibe propiamente su nombre. La cuenca baja se extiende entre Loriguilla y su desembocadura en el Mediterráneo, a través de su canal que fue desviado por el Plan Sur de 1961 en Valencia.

El río Turia recorre los municipios Guadalaviar, Villar del Cobo, Albarracín, Villel de la comunidad autónoma de Aragón y los municipios Torre Baja, Ademuz, Tuejar, Chelva, Loriguilla, Chulilla, Gestalgar, Bugarra, Pedralba, Ribarroja de Turia y Valencia, de la provincia de Valencia.

Contaminación

La contaminación que afecta la cuenca del río Turia es producto de la actividad agrícola, industrial y el crecimiento de los centros poblados. Se estima que la mitad del territorio de la cuenca está dedicado a la producción agrícola, concentrada principalmente en la parte baja. La intensidad de la explotación de este rubro lleva a río aguas residuales que contienen fungicidas, herbicidas e insecticidas.

La ciudad de Valencia es el tercer centro urbano de mayor población en España, siendo superado únicamente por Madrid y Barcelona. Para el Turia, esto se traduce en el aumento del uso consuntivo de sus aguas, pérdida de territorio ante el desarrollo de urbanismos y el aumento de la concentración de ozono.

El ozono presente al ras del suelo es catalogado como un contaminante, el crisol del valle de Valencia permite la formación de este gas nocivo con la combinación de óxido de nitrógeno e hidrocarburos.

En su paso por centros poblados, el Turia se ve afectado por la poca sensibilidad ambiental de los ciudadanos, que arrojan residuos sólidos en sus aguas y sus riberas. Sin embargo, esta contaminación se presenta de forma puntual y es satisfactoriamente controlada por la acción responsable de los gobiernos municipales.

Economía

La agricultura es la principal actividad económica que se desarrolla en torno a las aguas del Turia. Dos tercios de las naranjas de España se producen en la cuenca baja del río, lo que convierte a la región en el principal productor de cítricos de Europa.

Para 2016 se dedicaban 152.000 hectáreas a la producción de cítricos, 43.000 hectáreas a la producción de arroz, 67.000 hectáreas a la siembra de viñedos y 94.000 hectáreas para el cultivo de olivos.

A lo largo de la cuenca del Turia se desarrollan dos tipos de cultivo: de secano y de regadío. El primer tipo de cultivo depende exclusivamente del agua de la lluvia para su subsistencia, esta técnica es usada principalmente en el cultivo de olivos, ya que el fruto secano posee mejor rendimiento en la producción de aceite. Los cultivos de regadío de la zona dependen principalmente del agua proveniente de los canales del río Turia.

Ciudades que recorre el río Turia

Desde su nacimiento en la Muela de San Juan hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo, el Turia recorre el territorio de dos comunidades autónomas españolas: Aragón y Comunidad Valenciana.

En su camino al mar, sus aguas tocan ciudades pequeñas que hacia 2018 no contaban con más de 1.000 habitantes. Entre las ciudades más importantes que recorre se encuentran Teruel y Valencia.

Teruel

Teruel es la capital de la provincia homónima y destaca por ser la menos poblada de España. Ubicada en la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra, se trata de la ciudad más importante que toca el río Turia en territorio de la comunidad autónoma de Aragón.

Esta ciudad, en 2017 contaba con 35.484 habitantes. En 1986 fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad debido al valor histórico y artístico de su arquitectura mudéjar.

Valencia

Valencia es una de las ciudades más importantes de España. Sirve de capital doble, por un lado es la capital de la provincia homónima y por otro, es la capital de la Comunidad Autónoma Valenciana. Para 2018 contaba con 1.559.908 habitantes distribuidos entre la ciudad y su área metropolitana.

Desde su fundación ha sido considerada la capital del Turia, ya que la ciudad se ha desarrollado alrededor del cauce del río. Fundada por los romanos hacia el 138 a. C. en el 711 fue ocupada por los musulmanes, hasta su recuperación en 1238 bajo el mandato de Jaime I de Aragón. La riqueza de su historia, su cultura y su arquitectura le han valido reconocimientos de parte de la Unesco, como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.

Debido a su ubicación en la cuenca baja del Turia, Valencia ha sufrido históricamente el impacto de las inundaciones. Existe evidencia arqueológica que muestra que romanos y musulmanes sufrieron el efecto de las aguas desbordadas del río.

Afluentes

A lo largo de su recorrido, el Turia recibe los aportes de los siguientes ríos: Griegos, Noguera, Alfambra, Riodeva, Ebron, Bohílgues, Arcos y Sot de Chera; y de los siguientes arroyos: de Rollo, del Barranco Sancha, de los Recuencos, Bronchales, del Garbe, de la Cañada, del Juncal, de Cambretas, de Asturias y de la Granolera.

Además, durante las tormentas y el deshielo recibe el aporte de la escorrentía de innumerables barrancos y ramblas.

Flora

A lo largo de la cuenca del río Turia se encuentra una gran diversidad de especies nativas de Europa y el norte de África. La variación de altura y temperatura limita la presencia de ciertas especies a zonas específicas, estos factores determinan principalmente las que proliferan en la cabecera del río y su zona alta.

Son especies típicas de la cuenca álamo negro, caña común, brezo, albaida sedosa, álamo blanco, majuelos, pino carrasco, coscojas, garriga clara, zarramilla, lentisco, romero, adelfa, cascoja, zarza, jara, palmito, algarrobo, junco, chopo, espadaña, pino piñonero, platanero, maquia mediterránea, aladierno, tomillo, aliaga, sauce blanco, pitera, avena silvestre, cardo cundidor, esparto, cola de caballo y rabaniza.

Fauna

En la cuenca del río Turia habita una gran diversidad de especies, entre las que se contabilizan 18 tipos de mamíferos, 107 de aves, 13 de reptiles, 5 de anfibios y 10 de peces. Algunas de estas están clasificadas como especies amenazadas o en peligro de extinción.

Entre los animales silvestres presentes en la zona se hallan golondrina común, mandrilla, anguila, tejón, carpín rojo, lagartija ibérica, culebra lisa meridional, musaraña común, búho real, lirón careto, sapo corredor, gato montés, erizo moruno, pato cuchara, liebre, mochuelo, culebra viperina, gavilán, colmilleja, polla de agua, culebra bastarda y comadreja.

También gobio, petirrojo, jabalí, lagartija cenicienta, mirlo, trucha arco iris, halcón común, lagarto ocelado, pito real, rata de agua, tórtola, sapillo moteado, verdecillo, carpa, sapo partero, martín pescador, ardilla roja, águila culebrera, cuco, salamanquesa común, perdiz roja, gineta, garza imperial, ratón de campo, ruiseñor, rana común, ánade real, zorro rojo, triguero y barbo mediterráneo.