Violencia verbal: características y qué hacer si la sufres
La violencia verbal o maltrato verbal se caracteriza por acusaciones, insultos, amenazas, juicios, críticas degradantes, ordenes agresivas o gritos. Todas esas acciones son una forma de violencia y no tienes que tolerarlas. Debes saber que soportar estas actitudes es muy perjudicial para ti y también para los niños.
El simple hecho de pronunciar frases que tienen como objetivo socavar la dignidad y la autoestima de la otra persona mediante insultos o humillación, si se da repetidamente durante un cierto tiempo, se considera violencia verbal. Por otra parte, este tipo de violencia se puede dar tanto del hombre a la mujer como viceversa.
Índice del artículo
- 1 ¿Qué se considera violencia verbal?
- 2 Consecuencias del maltrato verbal
- 3 El ciclo de la violencia intrafamiliar
- 4 ¿Qué hacer si eres víctima de violencia verbal?
- 5 La violencia verbal hacia los niños
¿Qué se considera violencia verbal?
Existen en realidad muchísimas formas de violencia verbal, que aquí algunos ejemplos con los cuales tal vez te sientas identificada:
Acusaciones y culpas
Él/ella te responsabiliza por todo lo malo que sucede. Tú siempre eres el culpable, el que se ha equivocado o el que ha tenido malas intenciones.
Palabras degradantes
Puede ser una forma de violencia verbal bastante sutil e insidiosa. Te hace sentir de poco valor, aunque muchas veces pronuncie esas palabras con una sonrisa en la cara. Recuerda que todas las burlas y humillaciones son parte de la violencia verbal.
Bloqueo del diálogo
Si no te habla, si rechaza todo tipo de comunicación cuando no está de humor o impide la resolución de conflictos mediante el diálogo, si te aísla y evita la charla, también es una forma de violencia verbal.
Te juzga y te critica
Todo lo que haces está mal. Él/ella señala todos tus defectos y aunque dice que es para ayudarte, en realidad te está descalificando.
Trivializar
Le resta importancia a tus opiniones sobre todos los temas. Toma algo que has dicho o hecho y lo convierte en insignificante. Si lo hace con honestidad y franqueza, este tipo de maltrato puede ser difícil de detectar. Cuando él/ella toma esta actitud, te puedes sentir confundido y tal vez creas que no le has explicado bien tu opinión.
Amenazas
Un claro ejemplo de este tipo de violencia verbal es la típica frase: “Si me dejas me mato”. Se trata de una manipulación emocional que hace que aparezcan en ti tus mayores terrores, lo cual va matando lentamente tu autoestima.
Te da órdenes
Actúa como si tú fueras su empleada o su esclava.
“Cosificación”
Te trata como si fueras una cosa. Si te dice frases como “quítate de ahí” o “muévete”.
Gritos e insultos
Al principio puede ser en privado, pero con el tiempo, es probable que comience a gritarte o insultarte en público. Tal vez diga cosas tales como “qué tonta/o eres” o “déjalo, yo puedo hacerlo mejor”, o tal vez cosas peores.
En todos los casos, además de las palabras, también es importante el tono en el que te habla y los gestos, que pueden agregarle mucha más violencia a las frases.
Reacciones ante reproches
Si le reprochas su actitud, es probable que él/ella reaccione de las siguientes maneras:
Ignora tu reclamo. Simplemente dice no saber de qué le estás hablando.
Minimiza la situación. Te dice que estás exagerando, que no es para tanto.
Genera un maltrato mayor. “Ahora vas a ver” o “Te voy a dar verdaderas razones para quejarte”.
Lamentablemente, muchas personas minimizan este tipo de situaciones, pero no deberían. El ataque verbal es tan grave como el maltrato físico. Aunque no deje huellas en el cuerpo, lastima el alma y afecta la salud mental.
Consecuencias del maltrato verbal
Si continúas soportando la violencia verbal por parte de tu pareja, tu autoestima será destruida. Con el tiempo, puedes tener depresión, ansiedad, ataques de pánico, fobias, estrés postraumático o disfunciones sexuales.
También es posible que pierdas tu vida social, que te alejes de tu familia y tus amigos, pues esta situación afectará negativamente todos los ámbitos de tu vida.
El ciclo de la violencia intrafamiliar
Todo comienza con una etapa invisible o silenciosa que puede durar desde unos pocos meses hasta varios años. Empieza de manera sutil, el agresor suele comenzar con un excesivo control hacia su pareja que puede confundirse con celos.
Controla cómo te vistes, a qué hora sales o con quién hablas. Poco a poco, comienzan a aparecer la humillación o el menosprecio de tus cualidades como mujer/hombre; es probable que también te ridiculice, pero todo en privado al principio. Después, algunas veces también delante de otras personas.
De esta manera, tu autonomía y tu capacidad de reacción o defensa van mermando gradualmente. El comportamiento agresivo va aumentando en frecuencia e intensidad, hasta que finalmente no puedes más y pides ayuda.
Aquí comienza la etapa visible del ciclo. Muchos se enteran de lo que te sucede y algunos tal vez no te creen, porque él/ella parece ser una buena persona ante los ojos de los demás.
El ciclo de la violencia intrafamiliar tiene tres fases, que seguramente reconocerás de inmediato si has vivido este tipo de situaciones:
- Fase de acumulación de tensión. Las conductas hostiles en la pareja van generando conflictos. Aparece sutilmente la violencia verbal y en algunos casos, también la violencia física, cambios repentinos de humor, etc. La víctima intenta calmar a su pareja, complacerla y evitar los enfrentamientos, porque no es consciente del ciclo de violencia en el que se encuentra involucrada.
- Fase de agresión. En esta fase, quien maltrata da rienda suelta a su agresividad y se muestra tal cual es. La víctima siente ansiedad y temor y pide ayuda a una amiga/o, a su familia o directamente decide separarse de su pareja.
- Fase de reconciliación. Después de los episodios violentos, cuando el agresor cree que realmente corre riesgo de ser abandonado, en general se muestra arrepentido, pide perdón, durante un tiempo se vuelve amable y cariñoso, jura que nunca más será agresivo y la pareja vive por algunos días una preciosa “luna de miel”. Pero poco tiempo después el ciclo vuelve a comenzar.
Estas fases explican cómo muchas mujeres soportan el maltrato durante mucho tiempo. Pero tú debes cortar este ciclo, no tienes por qué soportar más abusos, la gran mayoría de los agresores jamás cambian su actitud.
¿Qué hacer si eres víctima de violencia verbal?
La mayoría de las víctimas de violencia verbal en la pareja son mujeres, aunque también hay algunos hombres. La violencia verbal también puede suceder en el trabajo, transformándose en este caso en una forma de acoso laboral.
En primer lugar, lo que debes hacer es mantenerte bien informada. Si en tu pareja hay violencia verbal, entonces ambos tienen un problema.
Es probable que él sea un hombre agresivo, pero además tú estás tolerando esta conducta de su parte: es probable que tu autoestima esté demasiado baja como para poder enfrentarlo o alejarte de esa situación.
Si recibes una descarga diaria de frases ofensivas o hirientes, tu autoestima será cada vez más baja y es probable que te sientas muy deprimida. Debes terminar con esta situación cuanto antes.
Y para lograrlo, necesitarás ayuda de tu familia, de tus amigos y de un profesional. Seguro que te vendrá bien consultar un psicólogo que te ayude a salir de este problema.
La violencia verbal hacia los niños
Las palabras tienen ciertos poderes, especialmente cuando son dichas de un padre hacia un hijo. Los niños ven el mundo a través de los ojos de sus padres, y creen completa y absolutamente todo lo que ellos dicen.
Imagina entonces el efecto que pueden tener las palabras hirientes dichas por sus propios padres, en un niño pequeño. Simplemente, es devastador para su autoestima.
Tal vez los gritos y las explosiones de furia momentáneas puedan conseguir un disciplina inmediata, pero sin dudas causan heridas profundas y consecuencias muy negativas en la autovaloración de los niños.
Muchas veces los padres dicen cosas sin pensarlo mucho, sobre todo cuando están enfadados.
Lamentablemente, frases como “eres un tonto”, “ojalá nunca hubieras nacido”, “por qué no eres como tu hermano”, “por qué haces todo mal”, o “si no te portas bien no te voy a querer más”, son frases de violencia verbal que pueden hacer mucho daño.
Este tipo de actitudes les deja sin capacidad de reaccionar, les limita sus habilidades sociales y les resta confianza en sí mismos. Así, es probable que el niño que es agredido tenga dificultades para hacer amigos, que baje su rendimiento en el colegio o que vuelva a mojar la cama.
Si estás teniendo este tipo de actitudes o si tu pareja las tiene hacia tus hijos, debes detenerte o detenerlo inmediatamente y ser consciente de que se trata de un tipo de maltrato infantil.
Debes tomar las medidas que sean necesarias para poner fin a esta situación. Seguramente necesitarás ayuda, el apoyo de familiares y amigos cercanos será fundamental. Y por supuesto, la consulta con un profesional también será muy importante.
En resumen, la violencia verbal también es una forma de maltrato y abuso, y no debe ser tolerada bajo ningún concepto. La violencia y el maltrato son lo opuesto al amor, de modo que si te encuentras una situación así, debes tomar medidas inmediatamente.
¿Y tú qué experiencia tienes con la violencia verbal?