Signo de Cullen: síntomas, causas, tratamiento
El signo de Cullen es un síntoma clínico que presenta un color morado o violeta y que se puede encontrar en la parte central del abdomen, en la piel periumbilical. Es visible al examen físico, no es particularmente doloroso y es indicativo del sangrado de un órgano que se encuentra dentro de la cavidad abdominal.
El hematoma se forma en la región umbilical cuando la sangre llega hasta el ligamento redondo del hígado, el cual comunica ese órgano con el ombligo. Este signo se presenta en enfermedades graves y potencialmente mortales.
La enfermedad más común en la que el paciente lo manifiesta es la pancreatitis aguda necrotizante, pero únicamente cuando está afectada la cabeza del páncreas. También puede estar presente en mujeres con embarazo ectópico roto. En este tipo de embarazos por lo general el embrión se implanta en las trompas uterinas.
El signo de Cullen se asocia a otro de características similares, el signo de Grey Turner, que es la coloración violeta de la piel de los flancos del abdomen.
Índice del artículo
Descripción y fisiopatología
El signo de Cullen fue descrito en por el ginecólogo canadiense Dr. Thomas S. Cullen en el hospital John Hopkins de Baltimore, EEUU.
Cullen dedicó gran parte de su vida profesional al estudio del cáncer de útero y del embarazo ectópico. En 1918 recibió a una paciente de 38 años quien refería dolor abdominal de 3 semanas de evolución.
Una semana después de iniciar el dolor abdominal, refirió la aparición de una coloración azulada alrededor del ombligo sin haber sufrido traumatismos en esta área.
En su artículo “Un Nuevo Signo en el Embarazo Extrauterino roto”, el Dr. Cullen lo describió de la siguiente manera: “La apariencia azulada del ombligo que no está asociada a traumatismo junto a una masa para-uterina, completa el diagnóstico de embarazo extra-uterino casi con certeza”.
Desde esa publicación, la coloración violeta o azulada del ombligo relacionada a sangrado dentro de la cavidad abdominal se ha denominado signo de Cullen, independientemente de la etiología.
El signo de Cullen es una manifestación rara que está presente en menos del 5% de los pacientes con sangrado intra-abdominal. Sin embargo en aquellos casos en los que se observa es indicativo de enfermedad grave.
Se asocia con otro signo cutáneo, el signo de Grey Turner. En ese caso el hematoma se encuentra en la parte lateral del abdomen, los flancos, y se encuentra en pacientes con sangrado retroperitoneal, es decir, en aquellos casos en los cuales el órgano que sangre se encuentra por detrás de la capa que recubre el abdomen.
Tanto el signo de Grey Turner como el de Cullen se asocian comúnmente a pancreatitis hemorrágica necrotizante, a pesar de que pueden estar presentes en varias patologías; y es de muy mal pronóstico encontrar ambos en un mismo paciente.
Fisiopatología
La coloración violeta o azulada, característica del signo de Cullen, se observa en el ombligo debido a un sangrado dentro del abdomen que alcanza el ligamento falciforme del hígado.
Esta estructura se comunica con el ombligo a través del ligamento redondo del hígado, que es un vestigio de la vena umbilical del feto la cual después del nacimiento queda totalmente cerrada, dando origen a este elemento.
En el caso de pacientes con pancreatitis necrotizante, hay presencia de líquido inflamatorio alrededor del páncreas el cual contiene enzimas que degradan el tejido y son capaces de traspasar el músculo hasta alcanzar el tejido celular subcutáneo del ombligo.
El color azulado, típico de los hematomas, se forma normalmente cuando se degrada la hemoglobina.
Patologías asociadas
Pancreatitis aguda
La pancreatitis aguda es la inflamación del páncreas como resultado de una activación exagerada de las enzimas digestivas pancreáticas.
Principalmente se asocia a obstrucción de la salida del conducto pancreático al duodeno causado por piedras o litiasis atascadas en la vía biliar.
En su fase aguda, el paciente con pancreatitis refiere un dolor que se ubica en el epigastrio y al pasar el tiempo va tomando el abdomen y la espalda a ese nivel. Este síntoma se describe como dolor abdominal en banda y es típico de la pancreatitis.
Una de las complicaciones de la pancreatitis aguda es la pancreatitis necrotizante hemorrágica. Se presenta en el 10% de los casos de pancreatitis aguda.
Ocurre cuando las enzimas digestivas continúan el proceso de autodigestión del tejido pancreático a pesar del tratamiento, causando necrosis de la superficie pancreática.
Los casos de pancreatitis aguda con necrosis grave pueden llevar a la instalación de serias complicaciones en el paciente incluyendo la diabetes. En 30% de los casos, la necrosis hemorrágica del pancreas es mortal.
Por lo general la pancreatitis necrotizante hemorrágica se ubica en el cuerpo y la cola del páncreas, pero puede alcanzar también la cabeza de ese órgano.
Cuando la necrosis alcanza la zona de la cabeza del páncreas se puede evidenciar el signo de Cullen. En la mayoría de los casos en los que hay manifestaciones cutáneas, se observa el signo de Grey Turner.
La presencia de los dos signos, indican que la totalidad del parénquima pancreático se encuentra comprometido. Esta situación puede traer graves consecuencias al paciente incluyendo la diabetes e incluso la muerte.
Por lo general la pancreatitis es una condición autolimitada, esto significa que no necesita de tratamientos específicos ya que la mejoría ocurre por sí sola.
Los pacientes deben ser hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos (UCI) para vigilar su equilibrio de líquidos. Deben mantenerse hidratados y con control del dolor.
El tratamiento depende de la causa. Cuando hay piedras que obstruyen el paso del líquido pancreático hacia el duodeno, debe practicarse un procedimiento invasivo para retirar las piedras y dejar que ese líquido retome su curso normal.
Para que el páncreas pueda descansar de su trabajo en la digestión, se indica la administración de nutrición a través de la vena o nutrición parenteral.
En el caso de pancreatitis necrotizante, debe indicarse antibióticos para evitar la formación de abscesos peri-pancreáticos.
Cuando hay necrosis muy extensa o se han formado grandes abscesos abdominales, se opta por realizar un drenaje quirúrgico. Este procedimiento se reserva para casos en los cuales las técnicas no invasivas han fallado.
Otros
Otras patologías asociadas son el embarazo ectópico y el traumatismo abdominal.
Tratamiento
El signo de Cullen no es una patología como tal, si no la evidencia física de una enfermedad primaria del abdomen.
En caso de que el hematoma se endurezca, se haga doloroso o se contamine, deberá administrarse medicamentos apropiados para cada una de estas complicaciones.
Los anticoagulantes en gel o crema pueden mejorar el endurecimiento ya que ayudan a terminar de disolver el coágulo.
En el caso del dolor, puede ocurrir cuando el hematoma abarca un área muy grande. Por lo general, los analgésicos no esteroideos, como la aspirina y el diclofenac, mejoran el dolor.
La complicación más grave es la contaminación del hematoma por bacterias. Cuando el área del hematoma se torna caliente y la piel tiene mucha sensibilidad, es muy probable que haya infección.
En esos casos se debe comenzar de inmediato la administración vía endovenosa de antibióticos y así evitar otras patologías asociadas como la celulitis, el absceso e incluso la necrosis de la piel.
Referencias
- Bendersky, V. A; Mallipeddi, M. K; Perez, A; Pappas, T. N. (2016). Necrotizing pancreatitis: challenges and solutions. Clinical and experimental gastroenterology. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
- Mookadam, F; Cikes, M. (2005). Images in clinical medicine. Cullen’s and Turner’s signs. N. Engl. J. Med. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
- Birnaruberl, C.G; RiBe, M; Kettner, M; Schnabel, A; Ramsthaler, F; Verhoff MA. (2016). So-called skin signs in acute pancreatitis. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov