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Entamoeba coli: qué es, características, morfología, ciclo vital, contagio


¿Qué es Entamoeba coli?

Entamoeba coli es un protozoario unicelular caracterizado por poseer una forma ameboide, sin pared celular, que se desplaza y alimenta por pseudópodos. Vive como comensal en el intestino de humanos y otros animales.

A pesar de ser considerada una especie no patógena, ocasionalmente se ha visto que puede ingerir glóbulos rojos. En otros casos, se ha asociado a problemas gastrointestinales, como diarrea.

Como la mayoría de las amebas intestinales, Entamoeba coli tiene una distribución cosmopolita. Se ha señalado su presencia en casi el 50% de la población humana.

El mecanismo de transmisión es mediante la ingesta oral de quistes maduros depositados en las heces, generalmente por consumo de agua y alimentos contaminados.

Características de Entamoeba coli

– La especie vive como endocomensal en el colon, ciego e intestino grueso de seres humanos y otros primates.

– Para su alimentación desarrolla pseudópodos.

– Los pseudópodos rodean las partículas sólidas, formando una vesícula llamada fagosoma. Este tipo de alimentación se conoce como fagocitosis.

– Tiene la capacidad de tragarse otros organismos que pueden competir por el alimento disponible. Dentro del citoplasma de la especie se han observado quistes de Giardia lamblia, protozoario que se desarrolla en el intestino delgado de los seres humanos.

– Los protozoarios tipo amebas se caracterizan por presentar un citoplasma diferenciado en ectoplasma y endoplasma.

– Presentan una vacuola muy desarrollada, contráctil. Se mueven mediante pseudópodos.

– Como todas las especies de Entamoeba, presenta un núcleo vesicular. El cariosoma (conjunto irregular de filamentos de cromatina) se presenta hacia la parte central.

– La reproducción es asexual, por fisión binaria, y forma dos células hijas.

– El tipo de fisión binaria que se presenta en Entamoeba coli es ligeramente irregular con respecto a la distribución del citoplasma.

– La división celular ocurre perpendicular al eje del huso acromático.

Morfología

Como todas las amebas intestinales, se reconoce por la morfología de sus distintos estadios de desarrollo.

El trofozoíto es la forma activa que se alimenta y reproduce, que constituye la forma ameboide vegetativa invasiva. El quiste es la forma de resistencia y de infección.

Trofozoíto

– El trofozoíto mide entre 15 y 50 µm, pero el tamaño promedio va de los 20 – 25 µm. Presenta poca movilidad, produce pseudópodos romos y cortos.

– El núcleo tiene una forma ligeramente ovalada. El cariosoma es excéntrico, irregular y de gran tamaño. 

– El citoplasma generalmente es granuloso, con una gran vacuola. La diferencia entre el ectoplasma y el endoplasma es marcada. El endoplasma presenta glucógeno y tiene aspecto vidrioso.

– Se ha observado la presencia de distintas bacterias, levaduras y otros contenidos en la vacuola. Es frecuente la ocurrencia de esporas del hongo Sphaerita. Por lo general, no hay presencia de glóbulos rojos. Esta especie no invade los tejidos del hospedero.

Prequiste

– Antes de iniciarse la formación del quiste, el trofozoíto cambia ligeramente de forma. El prequiste tiene entre 15-45 µm de diámetro, siendo ligeramente más esférico.

– El prequiste es hialino e incoloro. En esta forma, no se observa la presencia de inclusiones alimenticias en el endoplasma.

Quiste

– En general, los quistes tienen un tamaño de 10-35 µm y son de forma esférica, incoloros y de textura lisa. La pared del quiste es muy refráctil.

– La característica más resaltante es la presencia de ocho núcleos. Estos núcleos tienden a ser del mismo tamaño. Al igual que en el trofozoíto, el cariosoma es excéntrico.

– Los cuerpos cromatoidales (inclusiones de proteínas ribonucleicas) están siempre presentes, pero varían en cuanto a número y forma. Tienen generalmente forma de astillas, pero pueden ser aciculares, filamentosos o globulares.

– El citoplasma puede ser muy rico en glucógeno. Cuando el quiste está inmaduro, el glucógeno se aprecia como una masa que desplaza los núcleos hacia los lados. En quistes ya maduros, el citoplasma es granular y el glucógeno se presenta difuso.

– La pared del quiste es doble. La capa más interna (endoquiste) es gruesa y rígida, posiblemente de quitina. La capa más externa (exoquiste) es más delgada y elástica.

Ciclo biológico

Cuando los quistes son consumidos por el hospedero y llegan al intestino comienza el ciclo de la especie. Este pasa por varias fases.

Fase de eclosión

Se ha estudiado esta fase en medios de cultivo a 37° C. Aproximadamente a las tres horas se observan cambios en el quiste.

El protoplasma comienza a moverse y el glucógeno y los cuerpos cromatoidales desaparecen. El núcleo cambia de posición.

Los movimientos del protoplasma se hacen más fuertes hasta que se separa totalmente de la pared del quiste. Posteriormente, se observa la diferenciación del ectoplasma y el endoplasma.

Se diferencia la ameba libre aún encerrada por la pared del quiste. Esta desarrolla un pseudópodo que comienza a presionar contra la pared. Se observan unos pequeños gránulos rodeando la ameba, que pueden ser excretores.

La pared del quiste termina por romperse de manera irregular. Se cree que esto ocurre por la presión del pseudópodo y la secreción de un fermento que disuelve la membrana.

La ameba libre emerge rápidamente por la zona de ruptura. Inmediatamente, tras salir, comienza a alimentarse de bacterias y granos de almidón.

Fase de ameba metaquística

Cuando la ameba sale de la pared del quiste, generalmente presenta ocho núcleos. En algunos casos se han observado menor o mayor cantidad de núcleos.

Inmediatamente tras la eclosión, comienza a ocurrir la división del citoplasma. Se aprecia que este se divide en tantas partes como núcleos hay en la ameba.

Los núcleos se distribuyen al azar en las células hijas y finalmente se forma el trofozoíto joven.

Fase de trofozoíto

Una vez que se han formado las amebas uninucleadas, crecen rápidamente hasta alcanzar el tamaño adulto. Este proceso en medios de cultivo puede tomar pocas horas.

Cuando el trofozoíto alcanza su tamaño final, comienza a prepararse para el proceso de división celular.

En la profase, el cariosoma se divide y se forman los cromosomas, que pueden ser entre seis a ocho. Posteriormente, se forma el huso acromático y los cromosomas se ubican en el ecuador. En esta fase, los cromosomas son filamentosos.

Luego los cromosomas se vuelven globosos y el huso muestra una constricción media. En la anafase, el citoplasma se alarga y comienza a dividirse.

Al final del proceso, el citoplasma se divide por constricción y se forman dos células hijas, con la misma carga cromosómica que la célula madre.

Fase de quiste

Cuando las amebas van a formar quistes reducen su tamaño y pierden movilidad. Estas estructuras prequísticas se forman por división de los trofozoítos. Cuando entran en la fase de quiste, toman forma redondeada.

La pared del quiste es secretada a partir del protoplasma de la ameba prequística, y es doble.

Una vez que se ha formado la pared del quiste, el núcleo aumenta de tamaño. Posteriormente ocurre una primera división mitótica. En el estado binucleado, se forma una vacuola de glucógeno.

Luego, ocurren dos mitosis sucesivas, hasta que el quiste se hace octonucleado. En este estado, la vacuola de glucógeno es reabsorbida.

En el estado octunucleado los quistes son liberados por las heces del hospedero.

Síntomas de contagio

Entamoeba coli se considera no patogénica, aunque se ha planteado que su patogenicidad debe discutirse.

Los síntomas asociados a la infección son básicamente diarreas. Más raramente pueden ocurrir cólicos o dolores estomacales. También pueden aparecer fiebre y vómitos.

Patogenicidad

Se ha considerado que Entamoeba coli se comporta como comensalista. Sin embargo, dos estudios realizados en Irlanda y Suecia mostraron relación de la especie con problemas gastrointestinales.

Los pacientes mostraron diarreas frecuentes, en algunos casos con dolores estomacales y cólicos. En todos los casos la única especie encontrada en las heces fue Entamoeba coli.

La mayoría de los pacientes tratados mostraban las molestias intestinales por largos períodos de tiempo. 

Restricción de hospedero

La especie solo se presenta asociada a humanos y primates relacionados. Quistes de las heces del macaco (Macacus rhesus) han infectado humanos. Por su parte, quistes en heces de humanos han producido infección en diferentes especies de Macacus.

En el caso de otros animales más alejados de los primates, no se ha producido la infección con esta especie.

Epidemiología

El contagio de esta especie ocurre por ingestión de los quistes maduros, en agua o alimentos contaminados. 

Se ha señalado su presencia en aproximadamente el 50% de los seres humanos, aunque el porcentaje de infección es variable.

En países desarrollados, en pacientes asintomáticos su incidencia es del 5%. En el caso de personas con algún síntoma, el porcentaje aumenta a 12%.

El porcentaje de incidencia aumenta dramáticamente en países en vías de desarrollo. Particularmente, se encuentra asociado a malas condiciones sanitarias. En estas regiones, la incidencia de Entamoeba coli es de un 91,4%.

Factores de riesgo

La infección con Entamoeba coli está directamente asociada con condiciones sanitarias no adecuadas.

En zonas donde no se hace un tratamiento adecuado de las heces, los porcentajes de infección son altos. En este sentido, se hace necesario educar a la población en medidas de higiene.

Es de gran importancia lavarse las manos tras defecar y antes de comer. Tampoco se debe consumir agua no potable.

Otra forma de evitar el contagio es lavar adecuadamente frutas y verduras. Asimismo, se debe evitar la transmisión sexual mediante la vía anal-oral.

Tratamiento

En general, no es necesario aplicar tratamiento cuando se identifica a Entamoeba coli en las heces del paciente. No obstante, si es la única especie presente y hay síntomas, se pueden utilizar distintos medicamentos.

El tratamiento que ha mostrado mayor eficacia es el furuato de diloxanadina. Se utiliza de forma efectiva contra la infección de distintas amebas. La dosis que se aplica generalmente son 500 mg cada ocho horas por diez días.

También se ha utilizado metronidazol, un antiparasitario de amplio espectro. La dosis de 400 mg tres veces al día ha mostrado ser efectiva. Los pacientes dejan de presentar los síntomas a los cinco días.

Referencias

  1. Dobell C. Researches on the intestinal protozoa of monkeys and man. VIII. An experimental study of some simian strains of Entamoeba coli. Parasitology.
  2. Clark G y CR Stensvold. The continuously expanding universe of Entamoeba. In: Nozaki T y A Batthacharya (ed.) Amebiasis.