Miedo a las mujeres: qué es, tipos, causas y cómo superarlo
¿Qué es el miedo a las mujeres?
El miedo a las mujeres, llamado también ginefobia, ginofobia o ginecofobia, es la aversión patológica hacia las mujeres. Puede impedir tener relaciones personales con el sexo opuesto y desarrollar una familia.
Las causas pueden ser baja autoestima, malas experiencias con las mujeres, falta de experiencia o creencias limitantes (creer que las mujeres son malas).
Sin embargo, hay buenas noticias para ti. Existen técnicas en las que puedes apoyarte para vencer este miedo, luchar contra tu timidez y perder poco a poco el miedo a acercarte a una mujer.
Síntomas y características del miedo a las mujeres
En la mayoría de los casos, los hombres que les tienen “miedo” a las mujeres lo que tienen en realidad es una gran timidez, miedo al rechazo, inseguridad y baja autoestima. El no saber qué decir exactamente o cómo llamar su atención, genera ansiedad.
Simplemente, no sabes cómo acercarte a ella, o cómo hablarle, especialmente si se trata de una mujer que no conoces mucho, como una vecina o una compañera de trabajo. Ni hablemos si es una completa desconocida.
Seguramente te ha pasado más de una vez. No saber qué decir o qué hacer, por miedo al rechazo. De hecho, a nadie le gusta que le digan que no.
Pero una cosa es que te cueste mucho animarte a hablarle a una mujer que no conoces y que siempre estés pensando en que te rechazará, y otra cosa muy distinta es tener fobia a las mujeres.
La ginefobia o ginecofobia se define como un intenso temor a las mujeres, irracional e injustificado, y prolongado en el tiempo.
Los hombres que sufren este trastorno sienten una gran ansiedad o pánico simplemente al contemplar a una mujer. También presentan síntomas físicos, como taquicardia o profusa sudoración en las palmas de las manos.
También existe una variante de esta fobia, llamada venustrafobia o complejo de Licea. Se denomina de esta manera la fobia a las mujeres hermosas.
Causas
Las causas están mayoritariamente vinculadas a aspectos psicológicos. También hay ciertos trastornos psiquiátricos que pueden incluir entre sus síntomas el miedo o el rechazo a las mujeres.
Las causas principales son:
- Baja autoestima: considerarse de menor valor que las mujeres con las que se relaciona el hombre. Aquí se incluye el miedo excesivo al rechazo.
- Creencias limitantes: tener creencias erróneas sobre las mujeres. Por ejemplo, creer que todas son malas.
En otros casos, algunos hombres que experimentan este tipo de fobia han tenido relaciones conflictivas con mujeres importantes de su vida.
El tipo de relación con estas mujeres no corresponde necesariamente a un origen sexual. Una mala relación con su madre o una abuela, por ejemplo, pueden ser razones más que suficientes para que a la persona le cueste relacionarse con el sexo femenino.
Cuando una madre no manifiesta ningún tipo de cariño hacia su hijo, es demasiado protectora o incluso cuando hay castigos físicos, pueden ser escenarios ideales para el desarrollo de este tipo de fobias.
El enfermo traslada a todo el género femenino su recelo y su timidez. El sufrimiento que experimentó es estimulado y activado cada vez que tiene cerca a una mujer.
Pasos para superar el miedo a las mujeres
La fobia a las mujeres, al igual que sucede con otros tipos de fobias, tiene remedio. Sin embargo, la cura es un proceso largo y difícil, por lo cual hay que tener mucha paciencia. A continuación te presento las principales técnicas a las que puedes recurrir para curar tu miedo a las mujeres.
Nota: ten en cuenta que necesitarás cierto tiempo para adaptarte a los cambios y ver resultados. Si practicas, a partir de una semana verás cambios y al mes cambios aún más profundos. Cuanto más estable sea la práctica a lo largo del tiempo más permanentes serán los cambios.
1. Técnica de exposición progresiva
Consiste en un tipo de tratamiento en el que la persona que sufre la fobia es expuesta al estímulo que provoca su gran temor. Aunque esta técnica se utiliza a veces con coach o terapeutas, la puedes practicar tú mismo.
Esta exposición se realiza de manera gradual. Se comienza con una exposición leve y rápida, en la que el estímulo perdura poco tiempo.
Por ejemplo:
- Semana 1: preguntar la hora a 5 mujeres desconocidas al día.
- Semana 2: preguntar la hora y entablar conversación corta.
- Semana 3: preguntar hora e intentar entablar conversación larga.
También se puede aplicar la técnica de la inundación. Es decir, que de repente entables una conversación con una mujer desconocida. Aunque la inundación puede funcionar, la exposición gradual da mejores resultados y se mantiene a largo plazo.
A medida que vas a adquiriendo confianza y seguridad, el terapeuta aumenta la intensidad del estímulo (exponerte a la mujer). Al principio, cuando debas acercarte a una mujer, tendrás naturalmente una sensación de ansiedad y de temor.
Pero poco a poco irás aprendiendo a controlar ese temor, pues no hay en realidad ningún peligro, el miedo irracional poco a poco desaparecerá y superarás tu fobia.
Por esto mismo es importante que continúes con tu exposición al estímulo, a pesar de tu ansiedad. Se recomienda que la exposición sea de aproximadamente 1 hora.
Reafirmando el éxito de esta técnica, el psicólogo Sebastián Mera concluye en que es crítico que la persona fóbica se enfrente a la situación que le genera fobia, y de inmediato. “Cuanto más evitas un problema, más grande se te hace”, sostiene el profesional.
En el caso particular de la ginecofobia, al comienzo el terapeuta acompaña al paciente. Se genera la circunstancia de un encuentro con una mujer, y el profesional es un apoyo importante para el cuadro de temor y angustia que el paciente experimenta.
Paulatinamente, el psicólogo comienza a dejar solo al paciente, en la medida que ya comienza a controlar sus miedos.
2. Cambio de pensamientos irracionales negativos
Una de las grandes dificultades que presentan las fobias, a la hora de su tratamiento, es que no necesariamente debe estar presente el estímulo para que se desencadenen los síntomas.
¿Qué quiere decir esto? Que quien le teme a las serpientes, por ejemplo, puede comenzar a experimentar miedo y angustia solo por el hecho de pensar en una de ellas. Si sus amigos lo invitan a ir de campamento, solo pensar que una serpiente podría entrar a su carpa lo aterroriza.
Cuando aparece este tipo de fobias, una de las técnicas para superarlas puede ser la de trabajar sobre estos pensamientos irracionales negativos para transformarlos en pensamientos positivos, más realistas.
¿Cómo? Cuando un pensamiento de este tipo llega a tu mente, entonces inmediatamente debes decir: “STOP”. Poner una barrera mental para no dejar que estos pensamientos continúen.
A su vez, sustituir este pensamiento negativo por uno positivo. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de las serpientes, puedes pensar algo así como “ninguna serpiente se meterá en mi tienda de campaña”, “puedo controlar esta situación”, “nada malo me puede suceder” o “puedo manejar mi ansiedad, me tranquilizaré”.
En el caso de las mujeres, en lugar de pensar “seguro me rechazará”, podrías pensar en que “no hay razones para que yo le caiga tan mal”.
Otros pensamientos irracionales que suelen tener los hombres con pánico a las mujeres son del tipo:
- Las mujeres son todas malas.
- Todas las mujeres están locas.
- Todas las mujeres son promiscuas.
- No gusto a las mujeres.
Pensamientos mucho más positivos y que ayuden a acercarse a las mujeres podrían ser:
- La mayoría de las mujeres son buenas.
- Gusto a algunas mujeres y a otras no.
- Casi todas las mujeres son leales.
3. Aumentar la autoestima
En la medida que tengas una buena imagen de ti mismo, y un buen concepto, la timidez y el miedo a acercarte a una mujer se debilitará. En realidad, sin tener una buena autoestima es difícil acercarte a una mujer, y mucho menos atraerla.
Si te sientes seguro de ti mismo no dudarás de que tu apariencia o personalidad podrían ser atractivas para una mujer y confiarás más en tu capacidad para iniciar una charla y caerle bien a una integrante del sexo opuesto.
4. Habla con todas las mujeres, incluyendo a las que no te interesan
Esto es algo muy sencillo pero muy efectivo al mismo tiempo. Es una forma de “desmitificar” a las mujeres como algo inalcanzable.
Cuando interacciones con aquellas chicas que no te interesan para salir o para iniciar una relación, no tendrás la presión de vencer tus miedos. Y al mismo tiempo puedes conocerlas mejor.
Sin embargo, también es importante que te acerques y hables con las que también te provocan ansiedad. Recuerda que las mujeres también pueden sentir miedo o ansiedad de hablar a algunos hombres. ¡También son personas!
5. Aprende a comunicarte mejor
Si bien todas las mujeres son diferentes, por supuesto, existen generalidades que te ayudarán a comprenderlas mejor.
A la mayoría de las mujeres les gustará que inicies la charla con algo que les traiga buenos recuerdos. Puedes hablarle de unas vacaciones que tuviste o pedirles consejo sobre algo para regalarles a tus sobrinos.
Sin embargo, los mejores temas de conversación son:
- Los que le interesan a ella.
- Los que os interesan a ambos.
- Experiencias o valores compartidos.
6. Supera el miedo al rechazo
Quítale dramatismo a la situación si una chica no acepta tu invitación a salir, por ejemplo. Bájala del pedestal, no es la única chica atractiva del mundo, y si te dijo que no, pues entonces habrá otra chica que te dirá que sí.
Tú no sabes a cuántos otros chicos también habrá rechazado, seguro no eres el único. Además, no todos tienen por qué tener los mismos gustos o los mismos deseos.
Aquí es necesario que entiendas esto: no puedes encajar con todas las mujeres. Normalmente, cuanto más parecidos seáis (edad, físico, valores, gustos…) más probabilidades tendrás de atraerla.
Es completamente normal ser rechazado, de hecho es una forma de descartar a las mujeres que no encajan contigo.
Otros consejos para perder el miedo a las mujeres:
- No te relaciones con mujeres que no son agradables, que actúan de forma grosera o desinteresada.
- No interacciones con mujeres que son poco amables o que están llenas de problemas.
- Nunca dejes que te falten el respeto.
- Pon barreras entre tú y los demás.
En resumen, para perder el miedo al sexo femenino debes erradicar tus pensamientos negativos, mejorar tu autoestima y comenzar a acercarte a las mujeres, poco a poco.
Si a pesar de seguir estos consejos tu miedo no se debilita y te impide acercarte a una mujer, entonces tal vez necesites ayuda profesional, no dudes en buscarla.