Cultura general

Democracia: origen e historia, características y ejemplos


La democracia es un sistema de gobierno en el que el poder es ejercido por el pueblo. Esto quiere decir que, mediante el ejercicio del voto y de otras acciones sociales, una comunidad tiene la potestad de decidir sobre las diferentes situaciones políticas a las que se enfrenta un país o un estado.

Así mismo, la democracia puede ser practicada de forma directa por el pueblo; sin embargo, en las sociedades grandes —como ocurre en la mayoría de las comunidades actuales—, el pueblo ejerce el poder mediante la elección de agentes o de representantes que fueron escogidos por los ciudadanos a través de un proceso de selección y votación.

democracia

Según algunos políticos y grandes personajes de la historia —como por ejemplo, Abraham Lincoln—, la democracia es “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Por esta razón la palabra democracia es asociada con la libertad, aunque estos conceptos no sean sinónimos.

Esto se debe a que la democracia, aplicada a la existencia empírica, trae consigo una serie de principios y de procedimientos que se han ido estableciendo y modificando a lo largo de la historia de la humanidad; en consecuencia, se puede argumentar que la democracia no es libertad, sino la institucionalización de esta.

Se puede establecer que la democracia consiste en un grupo de actitudes, valores y prácticas que son adoptadas por diferentes culturas y sociedades del mundo. Por estas diferencias culturales, el concepto de democracia puede sufrir alteraciones: por ejemplo, hay distanciamiento entre los planteamientos democráticos de Oriente y de Occidente.

A lo largo de la historia la democracia ha fluctuado de manera notoria; de hecho, el concepto que se utiliza en nuestros días responde a una fase muy reciente de los sistemas políticos. Algunos consideran que su evolución más contundente ocurrió en el siglo XVIII, especialmente en países como Estados Unidos e Inglaterra.

En la actualidad, la palabra “democracia” ha sido malinterpretada y utilizada por regímenes populistas y dictatoriales, que manipulan a las masas para llegar al poder. Sin embargo, se puede decir que, a pesar de una historia turbulenta y de un sinfín de gobiernos totalitarios, los ideales democráticos se han mantenido vigentes y están en constante evolución.

Índice del artículo

Origen e historia

Etimología de la palabra y su relación con el poder

La palabra “democracia” proviene de la unión de dos palabras griegas: demos (pueblo) y kratos (poder). El sufijo –kratos también fue utilizado para formar otros conceptos de gobierno, como por ejemplo la aristocracia, la autocracia y la burocracia.

En oposición, las palabras monarquía y oligarquía hacen referencia a sistemas de gobierno que provienen del sufijo griego –arkhos, que se relaciona de manera semejante a la traducción de “poder”; no obstante, se trata de una concepción del poder más antigua y arcaica.

Entonces, la palabra arkhos implica una interpretación del poder que responde a las manifestaciones originarias y más antiguas del hombre, como lo son la religión y la familia. Por el contrario, las –cracias son construcciones conceptuales que se establecieron luego de la llegada del fuego, la agricultura y la máquina.

En consecuencia, la democracia como “poder del pueblo” involucra una construcción que no es intrínseca a los orígenes del ser humano, sino que esta surgió cuando se llevó a cabo un mayor desarrollo de las habilidades motoras y mentales del hombre.

El surgimiento de la democracia en Atenas: las leyes de Solón y Dracón

La antigua cultura griega, alabada por sus grandes invenciones como el teatro, la historia secular y la filosofía, también fue la responsable de la creación de la democracia. No obstante, esto no ocurrió de manera rápida y directa; esta cultura helénica fue elaborando poco a poco dicho concepto durante el transcurso de un siglo y medio.

En la ciudad de Atenas, durante los años 620 y 593 a. C., fueron recibidas las leyes de Solón y Dracón, siendo estas el pilar principal para la fundación de la democracia.

Estas leyes fueron importantes para la historia de la humanidad ya que en estas se realizaba una distinción entre las leyes de la Naturaleza (regidas por los dioses) y las leyes humanas, aplicadas a la ciudad.

Hasta ese momento los griegos habían vivido como el resto de las comunidades primitivas, siendo acosados por las fuerzas de la naturaleza y por los ataques bélicos de los otros pueblos. Se defendían como podían mientras eran regidos despóticamente por un líder guerrero.

Con la llegada de Solón y Dracón, los atenienses comenzaron a ser gobernados por una nueva forma de poder abstracta e impersonal a la que denominaron nomos (equivalente a ley o norma). Este poder provenía del seno de la polis y tenía como principal ideal la eunomía, que quiere decir “la buena ley”; en otras palabras, el ordenamiento recto de la comunidad.

A partir de ese momento la forma de gobierno ateniense no consistió en un rey que “mandaba”, sino que se trataba más bien de un gobernante que “legislaba”. Desde entonces, cada vez que alguien asumía el mando ya no podía gobernar de manera arbitraria, sino que debía regirse por el marco de la ley.

Orígenes de la república y otros eventos que fomentaron la democracia

Luego de organizar a la ciudad según las leyes constitucionales, los atenienses decidieron colocarle el nombre de politeia, lo que actualmente se conoce como república. De esta manera se comenzó a presentar la democracia en Atenas: mediante continuas transformaciones legislativas de la politeia.

Después de la fundación de la politeia, la democracia conoció dos instancias muy importantes: en el año 507 a. C. Clístenes decidió fundar una república democrática.

Posteriormente, en el año 462, Pericles fundó lo que en nuestros días se conoce como democracia plenaria, la cual consistía en una democracia muy pura y osada que no se había implementado nunca antes en la antigüedad.

El camino de la democracia en la cultura ateniense tuvo sus altos y sus bajos. En el año 560 Pisístrato instauró una tiranía que duró hasta que su nieto Clístenes asumió el poder. A pesar de retroceder en cuanto a temas legislativos y democráticos, Pisístrato logró grandes obras públicas y un notable progreso económico.

Al asumir el poder, Clístenes no solo restableció la república sino que también ejerció un sesgo democrático. Este gobernante decidió reorganizar al pueblo teniendo como base a los deme, que eran barrios donde habitaban los hombres que entraban en la categoría de “ciudadano” (o polites) y que tenían el derecho de participar en las actividades políticas.

Características

La democracia, tal como se conoce en la actualidad, cuenta con una serie de características universales que generalmente se amoldan a las tradiciones culturales de cada país. Dichas características son las siguientes:

-La democracia consiste en una forma de gobierno en la que los ciudadanos adultos tienen el derecho y el deber de ejercer el poder y la responsabilidad cívica; esto se puede dar de forma directa o por medio de representantes que hayan sido escogidos previamente por la mayoría.

-El eje principal de la democracia se encuentra en evitar los gobiernos centralizados, enfocándose en la defensa de los derechos tanto individuales como colectivos. Para evitar los gobiernos de ese tipo, la democracia divide al poder en varios niveles de localidades y regiones.

-Las democracias reconocen que tienen el deber de proteger los derechos humanos básicos, así como también deben amparar la libertad de expresión y de religión. Así mismo, una democracia sana se caracteriza por abalar la igualdad de oportunidades y de participación en el desarrollo de la vida política, económica y cultural de una sociedad.

-A su vez, las democracias deben realizar periódicamente unas elecciones equitativas y libres, abiertas a todos los ciudadanos que tengan la edad adecuada para ejercer el voto.

-Los valores de la democracia están fundamentados en la tolerancia, el compromiso y la colaboración. Por su parte, los ciudadanos se encuentran en la obligación de participar en el sistema político, y este debe proteger las libertades de sus ciudadanos.

Tipos de democracia

Ver artículo principal sobre los tipos de democracia.

Democracia como forma de gobierno

La democracia como forma de gobierno debe garantizar el funcionamiento de dos instrumentos principales: los partidos políticos y el sufragio universal.

Partidos políticos

Los partidos deben estar formados por ciudadanos que tengan el objetivo de llevar a cabo de forma satisfactoria un programa de gobierno en específico, que consideren adecuado y beneficioso para el desarrollo del país.

La existencia de los partidos políticos es esencial dentro de una democracia sana, puesto que permite la divergencia de ideas y multiplica las opciones de programas. Mediante la pluralidad de los partidos se garantiza el desarrollo de una vida social que se rige por la libertad. Cuando existe un único partido, la democracia se encuentra amenazada.

Sufragio universal

En cuanto al sufragio universal, este consiste en un procedimiento cuya finalidad es dar a conocer la opinión de la mayoría de los ciudadanos mediante la realización de elecciones libres. A través del voto, un ciudadano expresa su criterio acerca de un grupo de candidatos, escogiendo el de su preferencia.

Al hablar de sufragio universal se establece de forma intrínseca que todos los ciudadanos tienen el derecho de ejercer el voto, sin ningún tipo de restricción ni de reserva a ciudadanos de ciertas condiciones.

Este mecanismo ha sufrido innumerables críticas a lo largo de la historia ya que, al ser tan igualitario, suele ocurrir que una mayoría irresponsable imponga un gobierno totalitario o dictatorial mediante su derecho al voto.

Por ejemplo, esto ocurrió en las elecciones de 1933 en Alemania, cuando fue la mayoría quien colocó en el poder al dictador y genocida Adolf Hitler.

Democracia como forma de vida

Grandes filósofos y pensadores han establecido que la democracia es mucho más que un sistema de gobierno, pues se trata también de una actitud frente a la vida que requiere de ciertos valores aplicables no solo al ámbito político, sino también al cultural y al económico.

La división de poderes, la rotación de los funcionarios y las elecciones libres ocupan solo el aspecto más formal de la democracia, ya que esta también se alimenta de ciertos principios que estructuran y moldean a la sociedad; esto se puede ver reflejado en la vida cotidiana de todos aquellos que conforman a un país.

En otras palabras, la democracia como forma de vida supone una conciencia de ciudadanía, puesto que permite ciertas libertades para actuar; también supone una base moral de alto rango, por lo que todos los ciudadanos deben asumir responsabilidades para así gozar de los beneficios democráticos, como lo son las garantías.

Valores de la democracia

Como se estableció en párrafos anteriores, la democracia no es solo una forma de gobierno, sino también un conjunto de principios y de valores que integran y construyen a toda una sociedad. Algunos de los valores más importantes que surgen de ese concepto son los siguientes:

Libertad

La libertad requiere de una capacidad para autogobernarse y para asumir una serie de obligaciones sociales. Dicho valor aplica para todos los ciudadanos, ya sean líderes políticos o personas sin influencia en las masas.

Igualdad

Busca garantizar que todos los individuos tengan las mismas obligaciones y derechos, sin que exista ninguna especie de favoritismo dentro de algunos grupos privilegiados.

Mediante la igualdad se asegura el reconocimiento de los derechos tanto civiles como políticos de todos los ciudadanos.

Justicia

Algunos demócratas definen a la justicia como aquella voluntad constante que busca “otorgarle a cada quien lo suyo”. La justicia es considerada como una virtud de carácter universal que garantiza seguridad, orden y paz dentro de las comunidades.

Ejemplos de países con democracia

Teniendo en cuenta el índice de democracia —que consiste en una clasificación de los países más democráticos—, se puede establecer una serie de ejemplos de aquellas naciones que más se acercan al ejercicio completo de este concepto.

Algunos países que ejercen la democracia plena son: Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Canadá, Australia, Suiza, Uruguay, España y Costa Rica. Hay algunos países que tienen una democracia imperfecta, como por ejemplo: Chile, Estados Unidos, Portugal, Francia, Italia y Bélgica.

También existen algunos países de régimen híbrido, lo que quiere decir que son una mezcla de democracia imperfecta con totalitarismo, como por ejemplo: El Salvador, Albania, Bolivia, Ucrania, Honduras, Bangladés, Guatemala, Tanzania, Marruecos, Bosnia, Haití y el Líbano.

En la actualidad existen muchos países que no conocen la democracia, ya que se encuentran bajo regímenes totalitarios, como por ejemplo: Jordania, Egipto, Mozambique, Venezuela, Nicaragua, Camboya, Etiopia, Vietnam, Yemen, Arabia Saudita, Siria y Corea del Norte.

Referencias

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