Cultura general

Filantropía: origen, características, ventajas y ejemplos


La filantropía es el amor por la raza humana y a todo lo que la humanidad concierne, expresado puntualmente a través de acciones que no tienen otro interés más que ayudar al prójimo.

Es decir que la filantropía abarca desde ayudas económicas, trabajos para organizaciones no gubernamentales sin fines lucrativos o gestos individuales, siempre y cuando no se busque obtener un rédito económico, beneficio o reconocimiento específico a través de ellos. Como indica Jeffrey Gitterman, “cuando pienso en dar, no solo pienso en términos de dinero, sino también en términos de tiempo, energía y atención”.

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Características

La etimología de la palabra “filantropía” viene del griego “filos”, que quiere decir “amor”, y “ántrophos”, que significa “hombre”. De ahí que la palabra quiera decir “amor por la humanidad”. 

Dicho esto podemos suponer que la filantropía y la caridad son lo mismo, pero no. En rasgos generales, la caridad resuelve el problema inmediato, en tanto que la filantropía busca resolver ese problema para siempre.

Un buen ejemplo de lo primero es dar una limosna a un mendigo, mientras que del segundo sería darle las herramientas necesarias para que pueda generar su propios ingresos.

La filantropía puede ser ejercida desde una persona o una empresa. En el último siglo han proliferado una cantidad enorme de organizaciones no gubernamentales (conocidas como ONG), y asociaciones que, a través de grandes donativos de dinero, ayudan a una gran porción de la población.

Pero como dice el dicho “no todo lo que brilla es oro”, ya que han habido casos en que personas se valieron de la buena prensa que genera dar, donar o hacer por los demás, para “limpiar” la imagen personal o adquirir ciertos beneficios impositivos. Eso lo veremos más adelante, primero veamos un poco de historia.

Origen de la filantropía

Fue en la Grecia Clásica cuando se habló por primera vez de “filantropía”. Por ejemplo, en la Academia de Platón se la definía como un ideal educativo, asociado estrechamente con la democracia y la libertad y cuyo objetivo no sería otro que el de la excelencia.

Más cerca a estos tiempos, el emperador romano Juliano en el Siglo IV quiso instaurar nuevamente el paganismo en los territorios de su vasto imperio. Para ello, copió algunas instituciones de la Iglesia católica y también tomó parte de su doctrina, como la referente a la caridad. A esta la reemplazó por la filantropía, la cual se volvió una de las virtudes máximas de la nueva religión.

Pero lo que más se asemeja a lo que hoy en día conocemos por filántropos tuvo lugar en el Siglo XVII en los tiempos de la Ilustración. Por ese entonces pensadores famosos de Escocia e Inglaterra, como Thomas Coram, William Willberforce y Lord Shaftesbury, calaron hondo en las más altas esferas de la sociedad con sus pensamientos progresistas, convenciéndolas de organizar asociaciones y clubs de caballeros cuyo único fin sería el de ayudar a los menos favorecidos.

John D. Rockefeller

Si hubo un empresario pionero en la filantropía empresarial, ese fue John D. Rockefeller. Fue en 1889 cuando es influenciado por el libro de Andrew Carnegie El evangelio de la riqueza, cuando comenzó a donar dinero a distintas causas.

A partir de él, fueron cientos los empresarios de gran calibre que se volcaron a la filantropía, siendo la mayoría de ellos estadounidenses (algo que veremos más adelante).

Así empezamos a observar que puede haber cierta conveniencia en este asunto del “ayudar”. Veamos.

El “lado B” o las desventajas de la filantropía 

“La filantropía es una forma de ejercer poder”, indica Rob Reich en su libro Just Giving. Why Philantrophy is Falling Democracy and How it can be Better.

En este título profundiza indicando que las donaciones de dinero de instituciones privadas pueden ser una manera de ejercer la plutocracia (forma de gobierno donde el poder está en manos de los más ricos o muy influenciado por ellos) en una sociedad con el fin de cambiar ciertas políticas públicas. 

Además sostiene que la creciente inequidad es un enemigo de la sociedad pero amigo de la filantropía privada. Y esto lo refleja con datos contundentes: en 1930, solo en Estados Unidos existían cerca de 200 fundaciones privadas con donaciones por debajo de 1 billón de dólares. En 1959 ya eran más de dos mil; en 1985, cerca de 30 mil; y en 2014 ya eran cerca de 100 mil organizaciones con un capital cercano a los 800 billones de dólares. 

Otra reflexión interesante acerca de estos poderosos empresarios que “dan sin pedir nada a cambio” la hizo el editor de la publicación The Economist, Matthew Bishop, quien los denominó “filantrocapitalismo”, un juego de palabras entre “filantropía” y “capitalismo”.

Las ventajas de la filantropía

Cuando una persona ayuda, esta se siente mejor anímicamente, y no queremos indicar que las empresas también lo sientan así, pero tienen otros “incentivos” para hacerlo.

Por un lado podemos decir que tienen una mejora en la imagen de marca. Ya sea la percepción que tiene la gente sobre un empresario puntual, o una institución.

Así, se puede asegurar que sacan ventaja con respecto a la competencia si esta no presta el mismo bien, y robustece de alguna manera la relación entre empleado y empresa.

Por otro lado, no hay que desconocer que en muchos países, las empresas que ayudan reciben ventajas impositivas. Por ejemplo, en Estados Unidos se aplica a las donaciones una deducción fiscal igual a la tasa impositiva marginal, la cual aumenta cuanto más dinero ingresa a la cuenta del filántropo. ¿Será por eso que hay tantos multimillonarios caritativos en ese país? Veamos.

Ejemplos de filántropos

Según el sitio especializado The Chronicle of Philantrophy, los 50 principales donantes del 2018 entregaron en promedio un 50% menos de dinero en comparación a 2017.

El ranking es encabezado por Jeff y MacKenzie Bezos (el primero es el CEO de Amazon), quienes a través del fondo “Bezos Day One Found”, entregaron 2.000 millones de dólares a organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a familias sin hogar.

En segundo lugar se ubica el empresario y ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, quien donó 767 millones de dólares a varias causas. En tanto, al tercer escalón de un virtual “podio de la filantropía” se subieron Pierre y su esposa Pam Omidyar (el primer es el fundador de eBay), quienes entregaron 392 millones.

En este conteo, hay casos singulares, como el de Bill y Melinda Gates (Microsoft), quienes supieron encabezar el ranking en 2017 con una suma de 4.800 millones de dólares, pero que los 138 millones de dólares donados en 2018 lo relegaron al duodécimo lugar.

En tanto, Mark Zuckerberg (co-fundador de Facebook) y su esposa Priscila Chan, donaron 213,6 millones, mucho menos que los 2.000 millones que le valieron el segundo lugar en el ranking 2017.

Referencias

  1. El poder de la Filantropía. (2015). Justin Sachs. Recuperado de: books.google.bg
  2. Our history (2019). Fundación Rockefeller. Recuperado de: rockefellerfoundation.org
  3. “Just Giving. Why Philantrophy is Falling Democracy and How it Can be Better”. (2018). Rob Reich. Recuperado en: play.google.com
  4. “Philantrocapitalism”. (2013). Matthew Bishop. Recuperado de philanthrocapitalism.net
  5. Top Chronicle List of the 50 donors who gave the most to charity. Neonatal Abstinence Syndrome. Recuperado de: philanthropy.com