Organizaciones sindicales y campesinas: causas, consecuencias
Las organizaciones sindicales y campesinas en México, al igual que en el resto del mundo, surgieron por la necesidad de unir a un grupo de trabajadores que pertenecían a un mismo sector laboral. Esto ocurrió con la finalidad de que pudiesen defender sus necesidades ante sus empleadores y ante el gobierno.
Existe poca información relacionada con la fecha y las causas particulares que motivaron el surgimiento de las organizaciones sindicales y campesinas en la nación mexicana; sin embargo, numerosos autores coinciden con que los inicios de este movimiento en México tuvieron lugar a finales del siglo XIX.
La creación de este tipo de organizaciones continuó durante el transcurso del siglo XX. De esta manera surgió la Confederación Nacional Campesina (CNC), considerada como la organización campesina de mayor importancia para el país, y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), catalogada como la organización sindical de mayor poder.
A pesar de la importancia de este tipo de agrupaciones, no han sido completamente efectivas debido a que, comúnmente, algunos de los miembros que pertenecen a la organización velan solo por sus intereses personales y no por el bien común.
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Las organizaciones sindicales surgen en el mundo para que los trabajadores puedan aliarse a la hora de defender sus intereses ante los empleadores y ante el gobierno que lidera la nación. Están caracterizadas por agrupar a un grupo de obreros que pertenecen a una misma área laboral en un colectivo con ideas similares.
Existen algunos mecanismos que pueden utilizar las organizaciones sindicales para que los empleadores o los gobiernos de turno atiendan sus exigencias. Algunos de ellos son: las huelgas sectoriales, las protestas generales, la negociación colectiva y el diálogo social.
Las organizaciones sindicales surgieron aproximadamente a mediados del siglo XIX en el mundo, luego de que grupos que pertenecían a distintas áreas laborales u obreras comenzaran a aliarse para hacer cumplir las exigencias que tenían.
Los primeros países que vieron el surgimiento de este tipo de movimientos fueron Portugal, Bélgica y Alemania. Pocos años después, las organizaciones sindicales comenzaron a surgir en distintos países del mundo; entre ellos México, ubicado al norte de América Latina.
A principios del siglo XX los sindicatos laborales de México aceptaron realizar aumentos de los salarios, lo cuales no excedían los aumentos de productividad. Esta decisión fue tomada para facilitar un crecimiento económico durante la posguerra y contribuyó con la reducción del efecto inflacionario del país.
Las condiciones de trabajo en el país latinoamericano hicieron que los trabajadores se unificaran en distintas organizaciones que les permitieran alcanzar sus objetivos. Los trabajadores se consideraban desventajados económicamente, lo que ocasionó que el movimiento sindical cobrara fuerza con rapidez.
Existe poca información correspondiente a la fecha exacta en la que las organizaciones sindicales y campesinas surgieron en México; sin embargo, la aparición de este tipo de movimientos en el país latinoamericano se produjo entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Las organizaciones campesinas y obreras nacieron en México como una manera de constatar que las mejoras de las condiciones laborales y de vida de los sectores agrarios y laborales se cumplieran; estas condiciones estuvieron contempladas en la Constitución de 1917.
Aproximadamente entre las décadas de 1920 y 1930, surgieron diversas organizaciones campesinas obreras, siendo la Confederación Nacional Campesina (CNC) la de mayor importancia.
Además, surgió la Confederación de Trabajadores de México (CTM), considerada como la organización sindical obrera más influyente de América Central.
Muchas de estas organizaciones han buscado solucionar sus demandas a través de la lucha por la democracia. Los principios de este sistema político usualmente son aplicados dentro de las organizaciones sindicales mexicanas.
La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) es considerada como la primera organización de trabajadores que surgió en México y que incluyó a los trabajadores de todo el país. Fue fundada en mayo de 1918.
Esta confederación nació por la necesidad de crear una organización que representara a la mayor cantidad de sindicatos existentes para ese entonces en el país de centroamericano.
Esta organización también tenía como objetivo ejecutar acciones políticas. Como consecuencia de ello, se formó un partido político que estaba estructurado principalmente por miembros de los sindicatos pertenecientes a la CROM.
Fundada en febrero de 1936, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) es considerada como la central sindical obrera más poderosa de México y estuvo precedida por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM).
Esta confederación agrupa a la gran mayoría de los sindicatos que existen en México. Alberga a 11.000 organizaciones sindicales, aproximadamente.
La Confederación Nacional Campesina (CNC) nació como una organización conformada por trabajadores que se encargaban de distintas áreas, principalmente relacionadas con la producción agrícola de México. Fue fundada en agosto de 1938.
Durante los primeros años luego de su formación, esta organización era la única que representaba a los trabajadores del sector campesino en México.
La evolución de las condiciones políticas de México con el paso de los años y las reformas realizadas en materia agraria, han hecho que las organizaciones campesinas pierdan su capacidad para incidir en las políticas públicas del país.
Por esto, se han hecho dependientes del Estado a través de los programas sociales que implementan los gobiernos.
También han surgido otras razones históricas que ocasionaron dificultades a estas organizaciones para una influir en las políticas públicas del país latinoamericano.
El cambio en las condiciones del campo se considera uno de los problemas principales, pues como consecuencia de ellos se ha disminuido la producción y el número de campesinos en actividad.
Por otro lado, la falta de un fuerte vínculo ideológico con la organización campesina hace que la gente que participa en estas organizaciones lo haga constantemente en función de sus problemas inmediatos y no por el bien común. Tal situación genera una falta de compromiso que afecta la estabilidad de las organizaciones.
Pérdida del apoyo del Estado
La incapacidad de las organizaciones campesinas para influir en las políticas públicas también se debe a la disminución de la participación de los campesinos en el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario. Esta situación hizo que el Estado abandonara algunas alianzas con el campesinado a finales del siglo XX.
Por otro lado, el funcionamiento interno de los sindicatos en México no era visible para sus miembros, hasta que en el año de 2012 fueron implementadas una serie de reformas laborales en el país de América del Norte.
Esta modificación hizo que los sindicatos de la nación fuesen más responsables ante las personas que representaban y más abiertos en lo que se refiere a su toma de decisiones.
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