Anatomía y fisiología

Rugoscopia: qué es, fundamentos, clasificación y usos


¿Qué es la rugoscopia?

La rugoscopia es una técnica que estudia, analiza y clasifica las rugas palatinas con el propósito de ayudar a identificar a un individuo.

Las rugas o rugosidades palatinas son las crestas o elevaciones transversales situadas en el tercio anterior del paladar duro, detrás de los dientes superiores y de la papila incisiva. Son esas irregularidades que se sienten con la punta de la lengua en el cielo de la boca.

Numerosos estudios sitúan en 1732 su primera descripción. Jacob B. Winslow (1669-1670), anatomista danés de nacimiento y naturalizado francés, hace una explicación detallada de las rugas palatinas en su obra Exposition anatomique de la structure du corps humain, en la cual insinúa la posibilidad de identificar cadáveres analizando dichas estructuras.

Sin embargo, fue más de siglo y medio después cuando Allen (1889) y Kuppler (1897), en ensayos separados, propusieron formalmente la posibilidad de identificar personas y grupos raciales estudiando la anatomía del paladar duro.

Años después, la rugoscopia sería aceptada como método de identificación forense junto a la dactiloscopia y la odontoscopia.

En la actualidad el uso de la rugoscopia está universalmente aceptado y ha sido fundamental en la resolución de casos penales, sobre todo en aquellos que involucran cadáveres o cuerpos con daño anatómico masivo.

Los forenses comentan que “las huellas dactilares se queman, los dientes y el paladar no”.

Fundamentos de la rugoscopia

Las primeras publicaciones de Winslow ya hablan sobre las características únicas de las rugas palatinas entre distintos individuos. Décadas de estudios posteriores han confirmado esta idea.

Los huesos que conforman el paladar duro –maxilar y palatino– presentan en su cara inferior una superficie rugosa particular, recubierta por una mucosa rica en colágeno.

Las fibras de colágeno se acompañan de tejido adiposo y otras estructuras que le dan su forma propia y apoyo estructural.

Un tipo específico de glucosaminoglucanos hidrófilos va de la mano con las fibras colágenas y les dan una dirección distinta a cada una, lo que termina por dibujar un patrón único de rugas palatinas para cada individuo (y con el que se puede identificar).

Las rugas palatinas se forman entre las semanas 12 y 14 de la vida intrauterina. Tardan un poco más que las huellas dactilares en aparecer. Una vez desarrolladas por completo, no se modifican por el resto de la vida e incluso permanecen inalterables mucho tiempo después de la muerte.

Una ventaja que tiene la rugoscopia es que el paladar duro se encuentra protegido por su ubicación anatómica. Lateralmente las mejillas le brindan protección y amortiguación.

Al frente están los labios y dientes, que le ofrecen un escudo durísimo y difícil de atravesar. Por último tiene la lengua debajo, un músculo resistente que evita su daño traumático.

Características de la rugoscopia

Todas las condiciones anteriores le ofrecen a la rugoscopia 4 características fundamentales como método de identificación:

Unicidad

Al ser irrepetible, solo un individuo puede tener cierto patrón específico.

Inmutabilidad

Nunca cambia su forma ni su posición, aun siendo sometida a acciones compresivas violentas, intencionales o no.

Individualidad

Incluso en gemelos idénticos, las rugas palatinas presentan diferencias notables.

Perennidad

O perpetuidad. Es igual antes de nacer y después de morir la persona.

Clasificación mediante la rugoscopia

La identificación de un individuo a través de la rugoscopia requiere un reconocimiento previo. Los primeros registros dentales y palatinos se llevaron a cabo a través de la impresión con material moldeable.

Inicialmente se usó cera y caucho, luego alginato y hoy en día se utiliza silicona.

Otra posibilidad es el registro radiológico. A la mayoría de los pacientes sometidos a algún procedimiento dental se les realizan estudios imagenológicos, ya sea una placa con rayos X simple, una tomografía o una resonancia.

Todos ellos son útiles para reconocer las rugas palatinas y poder clasificarlas. Existen distintas clasificaciones descritas de las rugas palatinas, incluyendo:

Método Basauri

Es una de las clasificaciones más reconocidas por médicos y odontólogos forenses, siendo aceptada en litigios y juicios penales. Clasifica las rugas en:

Seis tipos simples

– Punto (A1)

– Recta (B2)

– Ángulo (C3)

– Sinuosa (D4)

– Curva (E5)

– Círculo (F6)

La combinación de dos o más de ellos produce los tipos polimórficos.

Cuatro tipos compuestos

– Ye (antigua Y griega)

– Cáliz

– Raqueta

– Rama

Clasificación de Da Silva

Utiliza los mismos tipos simples de Basauri, pero solo les asigna un número. Las rugas compuestas se forman con la unión de las simples, cuyo código de identificación será la suma de los números de cada ruga simple que la compone.

Sistema de Cormoy

Clasifica las rugas de acuerdo a su longitud, dirección y unificación.

Según la longitud:

– Rugas principales > 5 mm

– Rugas accesorias entre 3 y 4 mm

– Rugas fragmentarias 3 mm

Según la dirección

– Hacia delante

– Hacia atrás

– Perpendiculares

Según la unificación

– Convergentes: distintos orígenes en el rafe medio con unión final.

– Divergente: mismo origen en el rafe medio con separación final.

Clasificación de Trobo

Es muy parecida a la clasificación de Da Silva, sustituyendo los números por las 6 primeras letras del alfabeto. Las más cercanas a la línea media del paladar se identifican con la letra en mayúscula y las más lejanas en minúscula. Las rugas compuestas se identifican con una letra X.

Usos de la rugoscopia

Como se ha mencionado en los apartados anteriores, el uso principal de la rugoscopia es la identificación de personas.

Si bien lo habitual es que los individuos a identificar hayan fallecido, en ocasiones la rugoscopia es una alternativa para reconocer delincuentes, personas con Alzheimer extraviadas o enfermos psiquiátricos desorientados.

En situaciones catastróficas con muertes masivas, la rugoscopia ha demostrado ser de utilidad. Este método es de especial relevancia cuando los cadáveres han sufrido daños importantes en su anatomía y los procedimientos clásicos de identificación son inútiles. Ya ha sido exitosa su aplicación en accidentes aéreos e inundaciones.

La odontología forense –especialidad que se encarga de los estudios rugoscópicos– ya es aceptada como un instrumento vital en casos penales.

No son pocos los casos en los que los hallazgos de esta técnica han decidido juicios y ayudado a condenar criminales. Se recomienda mantener registros odontológicos estrictos en todo el mundo debido a ello.

Referencias

  1. Shamim T. The reliability of palatal rugoscopy in forensic identification. Annals of Saudi Medicine (2013); 33(5):513. Disponible en: annsaudimed.net/
  2. Gadicherla P, Saini D, Bhaskar M. Palatal rugae pattern: An aid for sex identification. Journal of Forensic Dental Sciences (2017); 9(1):48. Disponible en: jfds.org
  3. Bayón-Porras A. Discriminación de raza y sexo mediante el uso de la rugoscopia. Trabajo de fin de grado de odontología. Universidad de Sevilla – Facultad de Odontología. Disponible en: idus.us.es/
  4. Ramos-Matute GA. La rugoscopia palatina forense como método de identificación humana a través del análisis comparativo. Revista de la Facultad de Ciencias Médicas (2015); 2(1):37-42. Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Disponible en: bvs.hn/