Alta cultura: concepto, origen, características, ejemplos
La alta cultura es un concepto que agrupa una serie de modales, actitudes y obras que son hechas por la aristocracia para su propio consumo, en un sistema exclusivo y al que solo pocos pueden acceder. Esta cultura admite dentro de sí los tópicos en torno a las bellas artes: cine, música, esculturas, teatro, pinturas, literatura y otros.
También incluye aportes teóricos científicos, sociales y humanísticos. La valoración de la alta cultura es considerada sofisticada y para élites y, por tanto, se autoeleva a la cultura de masas o la cultura popular, que son etiquetados como baja cultura por estar dirigidos al pueblo y cualquiera tiene fácil acceso a esta.
Una diferencia básica entre ambas culturas es que la alta —a modo simbólico— se expresa en lugares cerrados como museos, centros culturales, escuelas u otras edificaciones; mientras que la baja generalmente puede ser vista en lugares abiertos y al aire libre.
Origen
El origen del concepto de alta cultura se remonta en el siglo XVIII, cuando en Alemania empezó a surgir y consolidarse la clase social burguesa, ese estrato que se fortaleció económicamente gracias al modelo capitalista del momento.
Mathew Arnold fue el primero en utilizar el término en inglés high culture en su obra Culture and anarchy. Allí la definió como “un empeño sin interés por la perfección humana”. Más adelante expresó que “cultura” es saber lo mejor que se ha pensado y dicho en el mundo.
Su concepción del término es la que más se ha generalizado y ha sido la dominante en los estudios del ámbito, ya que, además, Arnold la identificó como un elemento que favorece la moral y la política social.
En 1948, T. S. Eliot publicó Notes towards the definition, un escrito que obtuvo gran influencia y que planteó una fusión entre la alta cultura y la cultura popular para crear una cultura completa.
Otro autor que planteó ideas sobre el concepto fue Richard Hoggart (1957) en The uses of literacy, en el que expresó preocupación por el acceso cultural de aquellas personas de clase obrera que asistían a la universidad.
Por su parte, autores como Harold Bloom y F. R. Leavis, con ideas similares a las de Arnold, coincidieron en una centralidad en la producción cultural y llegaron al término de “canon occidental”.
Características de la alta cultura
Por tratarse de un concepto exclusivo, la alta cultura supone un conjunto de características propias que lo definen y marcan la diferencia con otros movimientos culturales.
– Es representativa de la aristocracia e intelectuales.
– Es dominante.
– Es influyente socialmente.
– Controla a las masas.
– Es económicamente rica.
– Carece de ignorancia.
– Es vanguardista.
– Cuenta con calidad de servicios.
– La educación es de carácter esencial y primordial.
– Es superior a cualquier cultura.
– Se moviliza por el intelecto y la economía.
– Es innovadora y tecnológica.
Ejemplos de alta cultura
Por alta cultura se entiende, entonces, aquellas manifestaciones artísticas complejas que solo los más cultos son capaces de entender, apreciar y disfrutar. Y estos eventos culturales suelen ser de diversos tipos:
– Música. En este ámbito, se consideran de alta cultura los géneros clásicos de la música que abarcan compositores como Mozart, Beethoven, Vivaldi, Bach, Verdi y Chopin.
– Literatura. En la escritura, más allá de hablar de autores, se establece una diferencia entre los textos bien escritos, con contenidos que aportan al intelecto, y los conocidos best-seller (mejores vendidos), ya que estos últimos tienen una gran reproducción masiva y, generalmente, están canalizados a generar ventas y no ofrecer grandes contenidos.
También se puede diferenciar por los géneros como la filosofía, ciencias, ciencias sociales, temas académicos, ensayos, historia y otros tópicos que igualmente se denominan de alta cultura.
– Pinturas. Como una de las expresiones más antiguas del mundo, el arte posee una gran cantidad de variantes y artistas que entran dentro de la alta cultura como Da Vinci, Miguel Ángel, Van Gogh, Caravaggio, Goya, Picasso y muchos otros que, en sus especialidades, aplicaron técnicas estéticas que los distinguieron y marcaron un hito en la historia del arte.
– Esculturas. Con sus diferentes funcionalidades y materiales, las esculturas son un clásico en las bellas artes de la alta cultura y sus creadores son, generalmente, los mismos artistas de pinturas clásicas que reinventaron su manera de expresar
– Arquitectura. Desde sus diversos períodos históricos, la arquitectura es un referente en cuanto a su funcionalidad y su estructura representativa de importantes edificaciones históricas en todo el mundo.
– Danza. La danza clásica y el ballet son las dos expresiones más representativas para este tipo de cultura como una forma de expresión corporal estética.
– Teatro. La puesta en escena de la actuación –y también de la danza o la ópera– es característico por su hito marcado en diversos países europeos como Grecia, Francia e Italia y toma grandes dramaturgos como Shakespeare, Esquilo, Sófocles, entre otros.
Sin embargo, para que estos ámbitos sean considerados de alta cultura, deben carecer de la democratización cultural, es decir, no han de ser reproducidos de manera masiva para la cultura popular y alcanzar un gran número de espectadores.
El objetivo de esto es evitar que pierda su carácter exclusivo y que las personas dejen de apreciar el verdadero contenido de lo que aportan las bellas artes, para solo satisfacer una necesidad de entretenimiento, así como lo expone el escritor peruano Mario Vargas Llosa en su obra La sociedad del espectáculo.