Unipartidismo: características, tipos, ventajas y desventajas
El unipartidismo es aquel sistema político en el cual solo existe un partido con opciones de alcanzar el poder. Esto no significa que sea el único partido existente, sino que, incluso cuando hay varios, ha ocupado de tal modo todas las administraciones públicas y estatales que hace imposible que otro gane en las elecciones.
De hecho, se encuentran casos en los que son los propios gobernantes quienes tienen la última palabra sobre quién puede presentarse a esas elecciones. A diferencia de lo que ocurre en las dictaduras, en los países donde ha existido el unipartidismo sí se celebran elecciones y suele haber representantes de la oposición en los parlamentos.
En muchos de esos casos, la oposición era testimonial o servía como excusa al régimen para declararse totalmente democrático. En este contexto, existen varios tipos de unipartidismo: desde el fascista que apareció en Italia en el siglo XX, a los marxistas del este de Europa y otros lugares.
Las justificaciones teóricas acerca de la necesidad de que ese fuera el sistema político elegido varían dependiendo de las ideologías que lo sustenten. En cualquier caso, muchos regímenes unipartidistas, se encuentran a un paso de ser considerados auténticas dictaduras.
Del mismo modo, otros regímenes de este tipo se convirtieron directamente en dictaduras. Ejemplo de esto es el ya citado caso italiano; esto sucedió cuando el partido cambió las reglas como consecuencia de sus amplias mayorías parlamentarias.
Índice del artículo
- 1 Historia del unipartidismo
- 2 Características del unipartidismo
- 3 Tipos de sistemas unipartidistas
- 4 Ventajas y desventajas del unipartidismo
- 5 Referencias
Historia del unipartidismo
Si bien las dictaduras son tan antiguas como el propio ser humano, el unipartidismo no aparece hasta el siglo XX, o al menos no se teoriza sobre él.
La causa de esta aparición tardía se debe a que es necesaria la existencia de partidos políticos para que pueda darse el unipartidismo, y estos son bastante recientes en la historia.
A pesar de que para algunos historiadores existieron algunos ejemplos a pequeña escala anteriormente, se suele citar al Partido Nacional Fascista de Italia como el iniciador de este sistema.
Este partido llega al poder en 1921 y pronto se hace con todo el control político y social; acabó desembocando en una dictadura aliada de Hitler en la Segunda Guerra Mundial.
Frecuentemente, las revoluciones o las independencias de potencias coloniales han sido origen de los sistemas unipartidistas. En el primer caso, los vencedores de la revolución formaban el partido que posteriormente gobernaría y, o bien no permitía otros oponentes, o bien se hacían tan poderosos que nadie les podía hacer sombra.
En el caso de las independencias, sucede algo similar. Los líderes de las mismas suelen perpetuarse en el poder posteriormente. Ejemplos recientes se encuentran en algunas repúblicas euroasiáticas que, tras independizarse de la URSS, han dado paso a regímenes unipartidistas, como Uzbekistán.
Características del unipartidismo
Existen varios tipos de sistemas unipartidistas, aunque comparten ciertas características comunes. La primera es la que da nombre al régimen: solo hay un partido que pueda gobernar.
Elecciones regulares
A diferencia de las dictaduras, se celebran elecciones regularmente pero sin posibilidades de que otro partido venza. En principio, tampoco tienen que suponer una pérdida de derechos de los ciudadanos, pero en la práctica es muy habitual que eso suceda.
A veces el bucle se rompe, y tras el paso de varias décadas el partido único es derrotado; tal fue el caso del PRI mexicano, después de 75 años en el poder.
En otros casos solo la violencia rompe el sistema, como ocurrió tras la caída del Muro de Berlín en Europa y la pérdida de poder de los partidos comunistas de la zona.
Total control de las instituciones
Otra característica común es que los partidos únicos llegan a controlar todos los ámbitos sociales, políticos y económicos de la nación, llegando a confundirse una cosa con la otra. Mussolini trató de reinventar Italia tras llegar al poder y lo mismo intentó Franco en España.
Ese control total de las instituciones es una de las claves que explica la resistencia de esos partidos en los países en donde sí se celebran elecciones.
Controlar desde el organismo que ofrece subvenciones y ayudas, hasta los medios de comunicación pública, les da una gran ventaja comparativa con sus rivales.
Y eso sin contar aquellos casos en que la autoridad electoral (también en sus manos) puede vetar a aquellos candidatos que consideran peligrosos.
Tipos de sistemas unipartidistas
Unipartidismo marxista-leninista
Posiblemente ha sido el tipo de régimen unipartidista que más se ha expandido por el mundo desde la segunda década del siglo XX.
En esos estados el único partido permitido es el comunista, aunque en ocasiones este formaba parte de coaliciones izquierdistas más amplias. Todavía hoy se pueden encontrar cinco países que siguen ese esquema: China, Corea del Norte, Cuba, Laos y Vietnam.
Hay pequeñas diferencias dependiendo del lugar. En algunos —la mayoría— solo existía un partido legal, mientras que en otros puede haber más.
Por ejemplo, en China existen hasta 8 partidos legales, pero tienen que aceptar la autoridad del Partido Comunista para poder presentarse a las elecciones.
La justificación teórica del leninismo clásico para defender el unipartidismo es la creencia de que los partidos políticos no representan realmente al pueblo, sino que solo defienden sus intereses propios y los de las élites económicas. Siendo eso así, y una vez que ya no hay diferencia de clases, no son necesarios para el país.
Solo se mantiene el Partido Comunista por la necesidad de que exista algún tipo de estructura que organice y coordine las distintas áreas del estado. Además, como representante de la clase única, se supone que representaría a todos los ciudadanos.
Unipartidismo fascista
Hay tres casos de unipartidismo fascista que destacan en la historia. El primero es el ya mencionado Partido Fascista en Italia, que en cuanto llegó al poder empezó a cambiar las leyes, disminuyendo los derechos de los que gozaban sus compatriotas.
El segundo caso es el de los nazis en Alemania. Hitler había llegado al parlamento gracias a las elecciones y aprovechó la debilidad de los otros partidos y las leyes de la época para hacerse con el poder, a pesar de no haber sido el ganador.
Pronto comenzó a ilegalizar a algunos opositores izquierdistas, y finalmente logró que el resto de las formaciones se disolvieran voluntariamente. A partir de 1933 se prohibió la creación de nuevos partidos.
En España la situación era distinta. A pesar de que Falange había apoyado a Franco durante la Guerra Civil y que en su ideario venía la idea de crear un sistema unipartidista, se trató de un régimen casi totalmente personalista y sin elecciones convocadas.
Los tres casos tienen en común que desembocaron muy rápido en dictaduras autoritarias, por lo que dejaron de ser sistemas unipartidistas.
Sus justificaciones eran parecidas: desde la justificación nacionalista y de tener que hacer frente a un enemigo exterior e interior (señalando a los otros partidos como parte de ese “enemigo”), hasta la intención de crear un Estado nuevo, a imagen y semejanza de su ideario, sin dejar margen a pensamientos diferentes.
Unipartidismo nacionalista
El unipartidismo nacionalista, ideología también presente en los fascistas, es propio de muchas naciones recién independizadas o con luchas contra enemigos exteriores.
El ejemplo más común puede ser el del socialismo árabe, que gobernó Irak en solitario durante muchos años.
Unipartidismo por predominio
Como se ha comentado, no es necesario que el resto de los partidos estén prohibidos para que se hable de un sistema unipartidista.
En los países en los que hay varias formaciones políticas se puede dar lo que se llama unipartidismo por predominio. Es decir, uno de los partidos tiene tanta influencia que en la práctica se convierte en el único con posibilidades de gobernar.
Aparte del ejemplo del PRI, se puede considerar que la actual Rusia se encamina hacia un régimen de ese tipo.
Sin llegar a ser un unipartidismo puro, sí tiene muchas de sus características que responden a este régimen, especialmente la capacidad de unir la estructura de la formación a todo el ámbito nacional.
Ventajas y desventajas del unipartidismo
Los defensores del unipartidismo señalan que es un sistema que organiza mejor al país sin que existan disensiones internas. Además, opinan que el pueblo no está preparado para elegir ciertos aspectos, y que lo mejor es dejar que otros más expertos lo hagan.
Los que sí obtienen claras ventajas son los relacionados con el partido gobernante, que se convierten en una capa de privilegiados frente al resto.
En cuanto a las desventajas, la más clara es que estos sistemas se pueden deslizar muy fácilmente hacia una dictadura completa.
De igual manera, es bastante frecuente que se caiga en el culto a la personalidad del líder del momento, ya que es una forma de mantener cierto apoyo social.
Por último, estos sistemas acaban padeciendo de cierto aislamiento acerca de los problemas reales de la población.
Referencias
- Eumed. Unipartidismo. Obtenido de eumed.net
- Silva Bascuñán, Alejandro. Tratado de derecho constitucional: Principios fuerzas y regímenes políticos. Recuperado de books.google.es
- Arnoletto. Eduardo Jorge. Unipartidismo. Obtenido de leyderecho.org
- International Encyclopedia of the Social Sciences. One-Party States. Obtenido de encyclopedia.com
- Ranker.com. Countries Ruled by A Single-Party State. Obtenido de ranker.com
- Gill, Graeme. The Collapse of a Single-Party System: The Disintegration of the Communist. Recuperado de books.google.es
- BBC World Service. One Party States. Obtenido de bbc.co.uk
- Beatriz Magaloni, Ruth Kricheli. Political Order and One-Party Rule. Recuperado de cddrl.fsi.stanford.edu