Historia

Modernización de Japón: antecedentes, causas, consecuencias


¿Qué es la modernización de Japón?

La modernización de Japón (siglo XIX) fue un proceso vivido en el país asiático gracias al que dejó atrás sus antiguas estructuras feudales, modernizando en parte todos los ámbitos nacionales. Las reformas efectuadas en la política, la sociedad y la economía acabaron por convertirlo en una de las potencias de la zona.

Japón estuvo cerrado al mundo por decisión propia durante dos siglos, pero las exigencias de estadounidenses y británicos de abrir nuevas rutas comerciales lo obligó a cambiar en la segunda mitad del siglo XIX. Hasta entonces el emperador tenía un poder limitado por los shogun, una especie de señores feudales que ejercían el control en cada territorio.

El proceso que terminó con esta estructura social se llamó Restauración Meiji y fueron necesarias hasta cinco guerras para que las reformas pudieran efectuarse. Solo a partir de 1968 es cuando todo el país empieza a cambiar.

El resultado final llevó, por una parte, a que Japón se convirtiera en un estado más moderno y, por otra, al surgimiento de una política expansionista que acabó provocando la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.

Antecedentes

El colonialismo europeo y el avance del cristianismo habían sido las causas que llevaron a los dirigentes japoneses a cerrar sus fronteras. Así, se convirtieron por decisión propia en un país aislado, por el temor a perder sus referencias culturales y religiosas.

De esta forma, en 1630 el shogunato Tokuwa —los jefes militares— prohibió que se difundiera cualquier mensaje que conllevara proselitismo cristiano. Otras medidas adoptadas fueron el fin de los intercambios comerciales y prohibir a todo japonés la posibilidad de viajar al exterior.

Durante casi 200 años Japón permaneció inalterable y sin influencias externas. La sociedad tenía una estructura muy similar a la del feudalismo europeo.

La figura del emperador, legitimado por la religión al decir que descendía de los dioses, convivía con los shogunes, más o menos equivalentes a los señores feudales. En la práctica, eran los que tenían el poder real.

Causas de la modernización de Japón

Sin embargo, ya en el siglo XIX el mundo había cambiado y nuevas potencias como los Estados Unidos se lanzaron a buscar nuevas rutas comerciales. Por el Pacífico, el encuentro con Japón era inevitable.

El primer encontronazo se dio en 1853, cuando los estadounidenses consiguieron bajo amenaza militar que los nipones abrieran algunos puertos para ellos. Inferiores militarmente, no solo debieron aceptar la demanda de los estadounidenses, sino también se vieron obligados a negociar con Holanda, Rusia, Gran Bretaña y Francia.

La situación no quedó ahí. El fallecimiento de un inglés en Japón provocó el bombardeo de la ciudad de Kagashkma por parte de los británicos. Para ese momento, los japoneses tuvieron claro que las grandes potencias mundiales habían llegado para quedarse.

Sin embargo, la crisis e ineficiencia de su propio sistema político y social no les permitía defenderse. Por esto, a partir de 1866 comenzaron las reformas para modernizar la sociedad.

La Restauración Meiji

El nombre que recibe ese periodo de la historia japonesa es Restauración Meiji. Comprendió desde 1866 a 1869 y terminó cambiando todos los aspectos de la estructura política y social. Los historiadores resaltan que fue una extraña revolución, ya que fue la propia clase dirigente la que reclamó los cambios, aún a costa de perder sus privilegios.

En rasgos generales, los samuráis perdieron sus derechos especiales, entre estos el de ser los únicos que podían tener apellidos. Hasta entonces, la población en general era llamada por el nombre de su profesión.

Obviamente, no todos estuvieron de acuerdo con las reformas. Tuvieron lugar algunos levantamientos armados, pero finalmente la Era Meiji dio comienzo.

Consecuencias de la modernización

Reformas sociales y económicas

Las reformas sociales y económicas fueron las más importantes de las realizadas para modernizar el país, ya que como todo estado feudal, eran las bases sobre las que descansaba toda su estructura. Se puede resumir diciendo que de la descentralización que suponían los señores feudales, se pasó a una subordinación al conjunto estatal.

Esta reforma supuso que muchos de los aparceros agrícolas se convirtieran en propietarios. En el aspecto territorial, los antiguos feudos pasaron a ser una especie de provincias. Por último, la nobleza perdió sus privilegios y tan solo les quedó el título nobiliario como algo honorífico.

A pesar de esto, los nobles fueron en su mayoría los que ocuparon puestos públicos, al servicio del Estado.

Los que notaron poco las reformas fueron los campesinos. La única diferencia es que el dueño del terreno ya no era el shogun, sino propietarios privados. La industrialización atrajo a muchos de estos campesinos, creándose una clase obrera. La economía derivó rápidamente hacia el capitalismo.

Reformas políticas

Para conseguir modernizar el Estado, los japoneses tuvieron que emprender algunos drásticos cambios en el terreno político. El resultado fue la una mezcla entre las tradiciones orientales propias con instituciones más modernas de origen europeo.

El primer paso que se dio fue la instauración de una monarquía casi absoluta. Esto es, el emperador era el único con capacidad de decisión en todos los ámbitos públicos.

Tras esto se creó un Senado, avanzando tímidamente hacia otro tipo de sistema. La Constitución de 1889 pretendió seguir esa senda, aunque se quedó a medio camino.

Parte del articulado era muy similar al occidental, como cuando señalaba la separación de poderes, pero establecía que el emperador seguiría teniendo un amplio margen de decisión. Esto es muy visible en el ámbito militar.

Reformas militares

Las fuerzas armadas también fueron reformadas en profundidad, sobre todo porque partían de una forma de funcionar muy arcaica. Hasta entonces, solo los samuráis podían hacer el servicio militar, lo que cambió para hacerlo un deber general.

El ejército pasa a estar formado por 250 000 hombres bien entrenados. Dentro de esta instrucción se hacía un especial hincapié en la lealtad y veneración al emperador, que se fundía en este aspecto con la patria.

Otro esfuerzo realizado fue la formación de una marina de guerra y una red de astilleros, de los que carecía hasta ese momento. En solo 20 años Japón pasó a contar con 22 cruceros y con 25 torpederos, aunque todavía tenía solo un acorazado.

Reformas culturales y educativas

La única manera de que las reformas consiguieran implantarse y mantenerse con el tiempo era cambiar también el sistema educativo. La primaria se hizo obligatoria y empezaron a levantarse escuelas por todo Japón.

Al principio tuvieron que llevar profesores extranjeros para las universidades que se abrieron, pero poco a poco fueron formando los suyos.

La educación se basó en la creación de un orgullo patriótico; esto, unido al avance económico, provocó la aparición de un nacionalismo muy radical. Estos sentimientos desembocaron en un expansionismo militar que, a la larga, llevó a la Segunda Guerra Mundial.

Referencias

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  2. Artehistoria. Modernización del Japón. Obtenido de artehistoria.com
  3. Bonifazi, Mauro. Japón: Revolución, occidentalización y milagro económico. Obtenido de nodo50.org
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