Trastornos mentales/Psicopatología

Misofonía: qué es, síntomas, causas, consecuencias, tratamientos


¿Qué es la misofonía?

La misofonía es un trastorno neurológico caracterizado por la intolerancia a sonidos habituales y cotidianos producidos por las demás personas, como beber, toser, comer, masticar, o por sonidos generados al emplear determinados objetos, que pueden desencadenar conductas agresivas o ansiedad. 

Está asociada a un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, y sus causas pueden ser algunas experiencias negativas relacionadas con sonidos específicos.

Hoy en día, todavía no se sabe mucho sobre esta condición mental, ni se ha desarrollado un método estandarizado para tratarla, puesto que el término es de aparición reciente. Sin embargo, es bastante común.

Síntomas de la misofonía

Aversión hacia ciertos sonidos: es el principal síntoma. Las personas presentan reacciones emocionales exageradas a algunos ruidos cotidianos, que para otras personas no tienen importancia o que simplemente son algo molestos. Cada individuo con esta patología responde a distintos estímulos y lo hace de manera diferente.

Reacciones emocionales incontrolables: las personas con misofonía son conscientes de que sus emociones negativas son totalmente exageradas y no tienen sentido. Sin embargo, no logran controlar sus sentimientos, que despiertan de manera automática.

Baja tolerancia con personas cercanas: en la mayoría de los casos, los individuos con misofonía sienten emociones negativas más intensas cuando el ruido desencadenante es producido por alguien cercano a ellos. Por ejemplo, el sonido de masticación de un desconocido puede parecerles simplemente molesto, mientras que si lo hace un familiar la reacción será mucho mayor.

Paranoia: uno de los síntomas más graves de la misofonía es la aparición de pensamientos irracionales sobre las intenciones de las personas que producen el sonido desencadenante. 

Causas de la misofonía

Trauma infantil

La aversión extrema hacia ciertos sonidos tiende a aparecer pronto en la vida del individuo, normalmente durante su infancia o adolescencia.

Normalmente los síntomas empeoran con el tiempo, a no ser que se intervenga directamente sobre el problema. Debido a ello, algunos expertos creen que la misofonía tiene su origen en la niñez.

Según corrientes psicológicas, como el psicoanálisis, cuando una persona sufre un hecho traumático en su infancia, las consecuencias pueden dejarse ver a lo largo de su vida adulta.

En el caso de la misofonía, es posible que el individuo sufriese una experiencia muy desagradable relacionada con el sonido desencadenante.

Esta experiencia temprana no tiene por qué estar presente en la mente del individuo, que puede que ni siquiera la recuerde. Aun así, cada vez que escucha el sonido desencadenante, sus emociones se dispararán como si estuviese frente al peligro real que sufrió cuando niño.

Estructura cerebral alterada

Ciertos estudios neurológicos realizados sobre personas con misofonía muestran que algunas áreas del cerebro tienden a ser ligeramente diferentes.

Por ejemplo, parece que las zonas relacionadas con la atención y el control de impulsos podrían estar menos desarrolladas de lo habitual, y las áreas auditivas estarlo en exceso.

Esta combinación podría ser la principal causante de los síntomas de la misofonía. La persona percibe ciertos ruidos de manera más intensa de lo habitual, y es incapaz de desviar su atención de ellos, al tiempo que sus emociones se disparan sin que pueda hacer nada por controlarlas.

Se cree que puede haber cierto componente genético en la aparición de estas alteraciones cerebrales. Sin embargo, también es posible que las estructuras sean diferentes debido a ciertas vivencias concretas de la persona durante su desarrollo, por lo que esta causa no tendría por qué descartar la anterior.

Existencia de un trastorno subyacente

Algunos especialistas creen que la misofonía normalmente no puede considerarse como un trastorno, sino que aparece como consecuencia de otro problema psicológico aún no detectado.

Esto concuerda con el hecho de que muchas veces la aversión hacia sonidos correlaciona con patologías como depresión, ansiedad o bipolaridad.

Sin embargo, la relación entre la misofonía y otros trastornos mentales no está del todo clara. Es necesario realizar más investigaciones antes de llegar a alguna conclusión definitiva.

Factores de riesgo

Existen algunos factores de riesgo para que una persona sufra de misofonía. 

Neuroticismo

Es un rasgo de personalidad compartido por aquellos individuos cuyas emociones son extremadamente fuertes y cambian con facilidad.

Alguien neurótico tendrá sentimientos más intensos de lo normal, y pasará de un estado de ánimo positivo a otro negativo de manera sencilla.

En relación con la misofonía, las personas con puntuaciones altas en este rasgo tienen una tendencia mayor a experimentar emociones negativas en presencia de un ruido concreto. Además, sus sentimientos serán mucho más poderosos e incontrolables que los de alguien con mayor estabilidad emocional.

Es importante destacar que es posible sufrir misofonía sin tener este rasgo de personalidad, pero las probabilidades de hacerlo son mucho más altas en el caso de una persona neurótica.

Sexo

Las investigaciones respecto a la misofonía apuntan a que las mujeres tienen una probabilidad bastante mayor de sufrir este trastorno que los hombres. No se sabe exactamente por qué, aunque se han desarrollado algunas teorías que tratan de explicar este fenómeno.

La más aceptada es que las diferencias anatómicas cerebrales entre hombres y mujeres hacen que ellas sean más sensibles a ciertos estímulos, como los ruidos. En casos extremos, esta mayor sensibilidad podría llegar a desencadenar trastornos como la misofonía.

Problemas de atención selectiva

Como ya hemos visto, las personas con misofonía tienen graves problemas para ignorar ciertos sonidos desencadentantes que les provocan emociones negativas.

Por ello, los individuos con problemas para controlar voluntariamente su atención tienen más probabilidades de desarrollar este trastorno.

Se ha visto que en algunos casos el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) está relacionado con la aparición de esta patología.

Consecuencias de la misofonía

A pesar de no ser considerada como un trastorno psicológico en los manuales diagnósticos oficiales, la misofonía puede provocar todo tipo de efectos negativos en la vida de quienes la sufren. 

Estado de ánimo negativo

La consecuencia más clara de la misofonía es la aparición de emociones negativas de manera recurrente. En función de la gravedad de los síntomas, esto puede tratarse de una simple molestia, o convertirse en algo que amenace el bienestar a largo plazo de la persona.

En los casos más graves de este trastorno, los individuos que lo sufren pueden desarrollar problemas como depresión, ansiedad generalizada, fobia social o agorafobia. También es posible que aparezcan síntomas como incapacidad para disfrutar de nada, o incluso ideas de suicidio.

Aislamiento social

Muchos de los sonidos desencadenantes de la misofonía están relacionados con otras personas o contextos sociales. Debido a ello, los individuos que desarrollan este trastorno pueden evitar juntarse con otros, para no tener que enfrentarse a las emociones negativas que estos ruidos desencadenan en ellos.

Por otro lado, la aversión extrema hacia ciertos ruidos también suele provocar que quienes la sufren sean muy irritables y agresivos. Esto hace que, en muchos casos, los demás tampoco quieran estar en su compañía, por lo que sus relaciones sociales se deterioran aún más.

Dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas

En función de cuál sea el sonido desencadenante concreto para una persona con misofonía, es posible que este problema le impida desarrollar su día a día con facilidad. Por ejemplo, si una persona siente ansiedad extrema al escuchar el ruido del tráfico, con el tiempo es probable que evite coger el coche o incluso salir de casa.

Las consecuencias de esta evitación pueden ser muy variadas en función de cada caso concreto. Pero a menudo pueden producir problemas como la pérdida del empleo, o el abandono de actividades placenteras que pueden exponerles a ruidos desencadenantes.

Sensación de falta de control

Como ya hemos visto, las emociones negativas sufridas por quienes tienen misofonía aparecen de manera automática e incontrolable. Debido a ello, los individuos con este trastorno tienden a adquirir una visión pesimista de su propio mundo interior al cabo de un tiempo.

Así, estas personas generalmente desarrollan baja autoestima, falta de confianza en sí mismos e incapacidad para trabajar en sus propias metas. Además, normalmente también sienten una gran frustración consigo mismos, debido a que no se sienten capaces de manejar sus emociones.

Tratamientos

No existe un tratamiento estandarizado para solucionar los síntomas de la misofonía, ya que no se contempla esta condición como un trastorno psiquiátrico.

Sin embargo, existen diferentes técnicas y enfoques que pueden ayudar a solucionarla y a mejorar la calidad de vida.

Terapia cognitivo-conductual

Por lo general, el primer enfoque que se utiliza para tratar a un paciente con este trastorno es la terapia cognitivo-conductual. En este procedimiento, el objetivo es doble: por un lado, se busca reducir la intensidad de las emociones que aparecen al escuchar el ruido desencadenante mediante una técnica conocida como “reestructuración cognitiva”.

Por otro lado, el psicólogo ayuda a la persona a enfrentarse poco a poco a las situaciones que desencadenan esta respuesta. Esto tiene el objetivo de ayudarle a desenvolverse correctamente en su vida cotidiana, incluso si los síntomas no desaparecen del todo.

Terapia psicoanalítica

Algunos expertos creen que la misofonía tiene su origen en algún tipo de trauma de la infancia. Por ello, la terapia psicoanalítica puede ser muy indicada para encontrar el problema de fondo y solucionarlo.

Este enfoque terapéutico se centra en examinar los primeros años de vida de la persona, con el objetivo de ubicar la causa de los síntomas experimentados en el presente.

Una vez encontrada, el psicoanalista ayuda al individuo a darle un nuevo enfoque, lo que generalmente hace desaparecer los síntomas.

El proceso psicoanalítico puede ser largo y complejo, pero muchas personas se han beneficiado de este tipo de terapia para tratar problemas como la misofonía.

Referencias

  1. What is misophonia. Recuperado de misophonia.com.
  2. Misophonia – when certain sounds drive you crazy. Recuperado de theconversation.com.