Anatomía y fisiología

Fibras de Sharpey: ubicación, estructura, función, cambios fisiológicos


Las fibras de Sharpey son un conjunto de prolongaciones de colágeno que forman una fuerte red, poco mineralizada, que une firmemente los huesos a los músculos y ligamentos. También se encuentran en la superficie externa ósea, donde se encarga de unir el hueso al periostio.

Estas fibras han sido motivo de estudio durante los años ya que no se entendía bien su función y su mecanismo de adaptación al medio óseo. A partir de experimentos en roedores se ha podido estudiar mejor su estructura, su función y su desarrollo.

En los dientes, las fibras de Sharpey son las ramas terminales del ligamento periodontal, el cual se abre paso a través del cemento dental para unir el diente con el periostio del hueso alveolar de los maxilares.

Durante mucho tiempo se pensó que las fibras de Sharpey eran inertes y no tenían ningún cambio durante las etapas de reabsorción y renovación ósea, sin embargo, hay evidencia actual de que son capaces de variar su tamaño y diámetro para adaptarse al metabolismo óseo.

Índice del artículo

Ubicación

Las fibras de Sharpey son filamentos de colágeno y otros elementos que sirven de sostén para el sistema óseo con el periostio y los músculos y ligamentos.

Los huesos cuentan con una superficie externa, la cual está cubierta por una lámina fibrosa denominada periostio. Esta membrana es rica en vasos sanguíneos y terminaciones neurológicas; aporta buena parte de la vascularización externa del hueso.

En la edición de 1867 de la publicación Elementos de anatomía, el Dr. William Sharpey describió la existencia de una compleja red fibro-elástica de colágeno, que perforaba el hueso y llegaba hasta el periostio, uniendo fuertemente esas estructuras. Estas mismas fibras estaban presentes en la unión de los huesos a los músculos y los ligamentos.

Para 1923, estas ramas de colágeno ya eran conocidas como fibras de Sharpey. Ese mismo año se observó su presencia en la superficie ósea de los dientes.

En 1972, el Dr. Cohn estudia la composición interna del diente con énfasis en las fibras de Sharpey, describiendo su recorrido desde el cemento dental hasta el hueso alveolar del maxilar.

Las fibras de Sharpey están presentes también entre los huesos del cráneo. Formando separaciones firmes pero elásticas.

La mayoría de las investigaciones que se conocen sobre las fibras de Sharpey, se han enfocado en estudiarlas a partir de aquellas que forman parte de la organización dento-alveolar.

Estructura

Anteriormente se pensaba que estas fibras perforantes eran una red de suspensión formada solo por colágeno, sin embargo, esta teoría está descartada ya que estudios inmunohistoquímicos comprobaron que su estructura es mucho más compleja.

Además, llamaba la atención la forma en la que esta matriz mantenía su consistencia fibrosa escapando a la calcificación que provocan los elementos minerales óseos.

Actualmente se sabe que las fibras de Sharpey están compuestas por colágeno tipo III y VI, elastina y las glucoproteínas tenascina y fibronectina.

La asociación de colágeno tipo III con colágeno tipo VI aporta gran estabilidad a la red de fibras de Sharpey, por lo que se explica su firmeza durante las etapas de remodelamiento óseo.

Los estudios realizados en las fibras ubicadas en los dientes han podido diferenciar entre dos tipos de fibras dependiendo de su espesor: gruesas y finas. Las gruesas miden entre 8-25 µm y las delgadas menos de 8 µm.

Función

Las fibras de Sharpey se encargan de establecer uniones fuertes entre la superficie ósea y el periostio, los músculos y los ligamentos.

Sin embargo, se sabe que además de esta función, su compleja estructura proteica tiene un papel fundamental en la formación del hueso durante la etapa fetal, en el aumento de la resistencia de los huesos en los deportistas y en la reparación ósea ante un traumatismo o daño fisiológico.

Cambios fisiológicos de las fibras de Sharpey

Etapa fetal

En el momento de la formación de los huesos, durante la gestación, se forma la red de fibras de Sharpey alrededor de los huesos primitivos.

Las fibras de colágeno con la elastina y las gluproteínas tenascina y fibronectina, se organizan emitiendo señales para la migración celular y la diferenciación de las células óseas.

Cuando hay problemas en la estructura de las fibras de Sharpey, se observan patologías de la formación ósea como la displasia fibrosa, en la cual los huesos primitivos no terminan de calcificarse adecuadamente.

Menopausia

En pacientes menopáusicas ocurre una disminución de la mineralización ósea que resulta en pérdida de calcio y osteoporosis.

En cuanto a las fibras de Sharpey, su organización se ve afectada por la disminución hormonal ocasionando su disminución en algunas áreas del hueso.

Esta situación hace que estas zonas se vuelvan más susceptibles a la pérdida de mineral y, como consecuencia a la osteoporosis.

Igualmente, se cree que la atrofia muscular progresiva que se observa en este tipo de pacientes es en parte debido al descenso de la población de fibras de Sharpey que mantienen adherido el hueso con el músculo.

Fracturas/daño fisiológico

Las señales hormonales que se disparan cuando hay daño del hueso, y que accionan las vías para la reparación a partir de las células óseas, activan también un mecanismo de adaptación en las fibras de Sharpey.

El daño en el periostio elonga el colágeno de las fibras, lo que hace que comiencen a aumentar su diámetro y tamaño para prepararse para la etapa de formación de nuevo tejido óseo.

Una vez que el remodelamiento del hueso se completa, las fibras vuelven a su tamaño y disposición original.

Deportistas

Se ha observado que la cantidad de fibras de Sharpey está aumentada hasta un 7% más en personas que realizan actividad física, como correr, en comparación con aquellas que son sedentarias.

Este incremento tiene beneficios en cuanto a la resistencia del hueso y al buen funcionamiento de las articulaciones.

Vejez

A medida que pasa el tiempo, las fibras de Sharpey, al igual que otros elementos, cambian su estructura proteica sustituyendo colágeno tipo III por colágeno tipo I.

La unión del colágeno tipo I con el colágeno tipo VI no tiene el mismo efecto de resistencia que la alianza original, por lo que comienza un proceso de desgaste que termina en la calcificación de algunas de las fibras de la red proteica.

Estas calcificaciones hacen que las uniones no sean tan firmes como deberían. En el caso de los dientes, puede haber movimiento de los mismos e incluso caerse al no tener una forma de soporte estable.

Referencias

  1. Aaron, J. E. (2012). Periosteal Sharpey’s fibers: a novel bone matrix regulatory system? Frontiers in endocrinology. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
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