Aorta elongada: qué es, causas, riesgos, tratamientos
¿Qué es la aorta elongada?
La aorta elongada es el hallazgo imagenológico en el cual la aorta, principal arteria del cuerpo humano, se observa más larga de lo normal. Fue descrita inicialmente solo en las radiologías torácicas, pero el término fue extrapolado a otros estudios que incluyan imágenes, como las tomografías, resonancias magnéticas o cateterismos.
En las radiografías torácicas con toma anteroposterior o posteroanterior, suele visualizarse el arco aórtico sin dificultades. El mismo se encuentra ligeramente por encima de la silueta cardíaca y del arco medio de la arteria pulmonar, en el hemitórax izquierdo. Es uno de los elementos clásicos de los rayos X de tórax y sus alteraciones son sencillas de observar.
Un aumento en el tamaño del mencionado arco aórtico es compatible con elongación de la aorta. El mismo luce prominente, ocupando una porción importante del espacio correspondiente al pulmón izquierdo, acompañado de ensanchamiento mediastinal. También puede verse en la aorta abdominal a través de otros estudios más especializados.
Encontrarse con una aorta elongada obliga al equipo médico a buscar una causa para dicha alteración. Si bien no siempre es un hallazgo patológico y son pocos los casos que requieren tratamiento invasivo, el control estricto y pormenorizado del cuadro es necesario para conservar la salud del individuo.
Causas de la aorta elongada
Existen diversas condiciones, propias del aparato cardiovascular y otras sistémicas, que pueden ocasionar elongación de la aorta, entre las que podemos mencionar:
Edad
El envejecimiento es una de las principales causas de elongación de la aorta. Algunos autores consideran que este fenómeno es normal y se debe a los cambios geométricos habituales que sufre cualquier vaso sanguíneo por la edad.
Otros están convencidos de que es un hallazgo patológico que no está presente en todos los ancianos.
El proceso de envejecimiento aórtico normal cursa con dilatación de la luz y pérdida de la compliance vascular. Asimismo, el ápex aórtico se localiza entre los grandes troncos vasculares en pacientes jóvenes, pero cambia hacia una posición más distal en los adultos mayores.
En definitiva, todos los estudios apuntan a que la aorta se alarga con los años, aun en personas sanas. La mayoría de las veces esta elongación afecta a la aorta ascendente (la que se corresponde con el arco aórtico radiológico) y no suele causar sintomatología importante ni alteraciones en el pulso distal.
Hipertensión arterial
Encontrar una aorta elongada en pacientes hipertensos es sumamente común. El endurecimiento de las paredes arteriales también afecta a la aorta, la cual pese a su gran diámetro, termina por ensancharse y alargarse. El control inadecuado de la presión arterial y la enfermedad de larga data empeoran el cuadro de elongación.
La luz de la aorta (su diámetro interno) se abre y se cierra normalmente con cada latido del corazón. Cuando la presión ejercida por el corazón aumenta, la luz permanece más tiempo abierta y la sangre bombeada entra con más fuerza al vaso, golpeando sus paredes y ocasionando su ensanchamiento, como cualquier músculo que se ejercite.
En etapas avanzadas de la enfermedad hipertensiva, la aorta puede alcanzar dimensiones considerables. Los estudios imagenológicos son concluyentes, y en las radiografías de tórax es llamativo el gran botón aórtico que se evidencia por encima del corazón. Las complicaciones son catastróficas en este momento.
Dislipidemias
Las anormalidades del colesterol y los triglicéridos se asocian en gran medida con la elongación aórtica. Estas patologías producen acumulación de grasas o lípidos en las paredes del vaso, generando las conocidas placas ateroscleróticas, las cuales pueden romperse o desprenderse, con terribles consecuencias para la salud del paciente.
Hábitos tabáquicos
El fumar está asociado a múltiples patologías sistémicas, entre ellas varias enfermedades del aparato cardiovascular que cursan con elongación de la aorta.
De hecho, la principal causa de aorta abdominal elongada es el consumo habitual de cigarrillos. La fisiopatología de esta condición no se ha explicado totalmente, pero la estadística es clara al respecto.
Obesidad
El sobrepeso dejó de considerarse un factor de riesgo y pasó a ser una enfermedad formal. La gama de complicaciones de la obesidad van desde las cardiovasculares hasta las psiquiátricas.
La hipertensión arterial y el colesterol elevado asociados al alto índice de masa corporal del obeso parecen ser la razón de la elongación aórtica en estos individuos.
Enfermedades del tejido conectivo
Si bien estas patologías son raras, las complicaciones cardiovasculares que generan pueden ser severas. La enfermedad de Marfan se caracteriza por afecciones cardiovasculares entre las que se cuenta la aorta elongada.
Lo mismo ocurre con los síndromes de Loeys-Dietz y de Sjörgen, la artritis reumatoide, la polimiositis y el lupus eritematoso sistémico.
Riesgos al tener aorta elongada
Si bien la mayoría de los pacientes con aorta elongada no presentan síntomas, existen ciertas complicaciones que pueden ser peligrosas. Las complicaciones más temidas son:
Aneurismas
Los aneurismas son dilataciones anormales de cualquier arteria en el cuerpo. En este caso se trata de ensanchamientos aórticos, tanto a nivel torácico como abdominal.
Se producen por el debilitamiento de la pared vascular, el cual es más frecuente cuando la aorta se encuentra elongada y sus paredes son más delgadas y menos elásticas.
La sintomatología del aneurisma aórtico es muy variable y dependerá de la sección del vaso afectada, el tamaño y la velocidad de crecimiento. Sin embargo, algunos pacientes refieren dolor o sensibilidad en el pecho, tos, ronquera, dolor de espalda y falta de aire.
Muchos aneurismas no se manifiestan nunca durante la vida de la persona mientras que otros pueden generar signos clínicos importantes que obligan al paciente a visitar al médico.
Disección aórtica
La disección aórtica es la lesión de las paredes internas de la aorta. Cuando esto ocurre, la sangre se fuga a través de esta lesión y se filtra entre las paredes, separándolas eventualmente.
Si el desgarro se amplía, puede llegar hasta las capas externas de la aorta y ocasionar una hemorragia masiva letal aun con tratamiento óptimo.
Esta complicación ocurre con más frecuencia en las zonas de la aorta debilitadas con aneurismas. La disección y ruptura de la aorta ocurre de forma espontánea, lo cual hace su manejo más complicado aún. No suelen mediar traumatismos anteriores, pero algunos golpes pueden generar el aneurisma o romper alguno preexistente.
Tratamiento de la aorta elongada
La elongación aórtica no tiene un manejo terapéutico específico, más allá de tratar la enfermedad que la ocasiona. Casi todas las causas son manejadas con fármacos, como antihipertensivos, estatinas, hipoglicemiantes orales o esteroides, así como cambios en el estilo de vida y dieta.
Los aneurismas de crecimiento rápido que logren ser diagnosticados requieren cirugía. La resolución quirúrgica puede hacerse por vía endovascular o quizás sea necesaria una operación abierta.
Lo mismo ocurre con la disección aórtica, aunque esta debe considerarse una emergencia médica. Los aneurismas pequeños y asintomáticos no se manipulan.
Referencias
- Adriaans, Bouke P. y colaboradores (2018). Aortic Elongation Part I: the normal aortic ageing process. Heart, doi: 10.1136/heartjnl-2017-312866.
- Heuts, Samuel y colaboradores (2018). Aortic Elongation Part II: the risk of acute type A aortic dissection. Heart, doi: 10.1136/heartjnl-2017-312867.
- Davis, William (2010). Your Neglected Aorta. Recuperado de: healthcentral.com
- Krüger, T. y colaboradores (2016). Ascending aorta elongation and the risk of dissection. European Journal of Cardio-Thoracic Surgery, 50(2): 241-247.
- Personal de la Clínica Mayo (2018). Aneurisma de la Aorta Torácica. Recuperado de: Mayoclinic.org
- Thrumurthy; S. G. y colaboradores. Disección aórtica, ¿cómo reconocerla?, ¿qué hacer? Recuperado de: intramed.net