Ley de fuga en México: historia, aplicación, casos famosos
La ley de fuga en México fue una medida que consistió en una especie de ejecución fuera del marco de la ley. Fue una acción llevada a cabo por los cuerpos policiales, que simulaban la huida de un preso para poderlo ajusticiarlo.
Lo normal era que el asesinato del preso se disimulara durante traslados a diferentes prisiones, momento que existía una menor vigilancia y era más fácil de justificar la ejecución.
Nunca se decretó su aplicación de forma oficial como una ley, pero hasta el día de hoy se cree que sigue vigente. Fue una forma de actuar muy popular durante el gobierno de Porfirio Díaz. Como es obvio, la ley de fuga fue una acción contraria a todos los derechos humanos recogidos en las leyes mexicanas y es considerado un delito.
Una de las principales razones por la que se empezó a usar era como método de represalia ante rivales políticos. Esta medida de represión se dio a conocer cuando se afirmó que existía una carta escrita por Porfirio Díaz en la que se podía leer la frase “mátalos en caliente”.
Este tipo de acciones en el que se simuló el intento de escape de prisioneros para tener una excusa para matarlos, también se utilizó en muchos otros países. Fue normal durante la Segunda Guerra Mundial por parte de los alemanes, al igual que en otros países latinoamericanos como Argentina o Guatemala. Se ha dado especialmente en épocas de dictaduras.
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Historia
Aunque su nombre habla de ley, no lo fue. Nunca se decretó de forma oficial ni fue un método reconocido por ningún gobierno. La razón es muy simple, la ley de fuga es un procedimiento ilegal porque va en contra de los derechos humanos.
El nombre es más bien un eufemismo que se utilizó para tapar lo que en verdad se realiza en estos casos, que es un asesinato.
En el ‘Porfiriato’ la ley de fugas era una acción para reprimir a todas las personas que se mostraban contrarias al gobierno de turno. Se cree que se empleó más tras el levantamiento que ocurrió en Veracruz durante 1879.
En esa época, Luis Mier y Terán ocupó el cargo de gobernador en el estado portuario y recibió un escrito firmado por el presidente Porfirio Díaz. En una de sus líneas el mandatario dijo que matara en caliente a los rebeldes que habían tomado el control del buque Libertad.
Mier y Terán cumplió la orden y asesinó a nueve personas. Para justificar las muertes se dijo que, cuando comenzaron las detenciones, estos nueve rebeldes se abalanzaron sobre los militares que tuvieron que dispararles para defenderse.
El escrito nunca se conoció ni salió a la luz pública. Incluso existen otras versiones que aseguran que las palabras de Díaz fueron otras, como: “si los sorprenden en el acto, mátalos inminente”. Los seguidores del presidente siempre negaron estas historias y afirmaron que todo fue un invento del gobernador Terán para librarse de culpas.
Precedentes
Hay historiadores que afirman que este método se usó desde tiempos muy antiguos en México, pero lo cierto es que fue muy repetido durante el gobierno de Porfirio Díaz.
En años previos al ‘Porfiriato’ se habló mucho de pasar por las armas a los delincuentes antes de que fueran juzgados. Muchos de estos casos se dieron a conocer sobre todo en el estado de Jalisco.
Irónicamente, sobre todo conociendo los hechos posteriores, Porfirio Díaz fue uno de los políticos que se opuso a estas medidas durante los años 50 del siglo XIX. Para ese entonces, el futuro presidente era tan solo un joven militar con otra perspectiva de vida.
Esta oposición se hizo pública durante la revolución de La Noria gracias al manuscrito que hizo Díaz en los años 70.
Aplicación
La metodología que se usó para aplicar la ley de fuga fue muy sencilla y quizás por eso era muy evidente. Consistió básicamente en sentenciar a morir a un prisionero y luego ajusticiado recreando una supuesta huida.
Las posibilidades de salir con vida cuando se decía que a un prisionero se le iba a aplicar la ley de fuga eran casi nulas. Los presos eran soltados y se les daba la oportunidad de huir, pero cuando trataban de escapar las fuerzas policiales empezaban a disparar contra ellos. Si evitaban las balas tenían la libertad.
Muchos presos que sufrieron la ley de fuga también recibieron un disparo en la nuca cuando ya habían sido asesinados. Era una forma de garantizar que la muerte se había completado de forma exitosa.
Entre 1861 y 1914 existían en México cuerpos policiales conocidos como los rurales, que eran grupos encargados del orden en las áreas campestres. A ellos, supuestamente se les había prohibido aplicar la ley de fuga. Aunque los historiadores reconocen que fueron protagonistas de algunos casos.
La prensa tuvo un papel muy importante durante el siglo XIX para tratar de determinar quiénes eran los culpables de cometer estos crímenes que trataban de disfrazar con la ley de fuga. Solían diferenciar entre los policías de las zonas locales y los que tenía jurisprudencia a nivel federal.
Igual hubo gran confusión sobre los culpables de la aplicación de esta ley. Normalmente el trabajo de los rurales consistió en hacer entrega de las personas que capturaron.
A pesar de que tuvo gran auge durante su presidencia, la ley de fuga no llegó a su fin cuando cayó el régimen de Porfirio Díaz. Se cree que durante este período de la historia mexicana murieron más de diez mil personas por la aplicación de este método de represión.
Casos famosos
Sin duda el caso más importante de la ley de fugas ocurrió en Veracruz y es el que muchos historiadores definen como el inicio de la aplicación de este método represivo por parte del gobierno de Porfirio Díaz.
A comienzo del siglo XX, el periódico El Tiempo dio a conocer que la policía local de Lagos de Moreno asesinó a siete personas siguiendo la metodología de la ley de fugas. Entre estas personas, la policía de Jalisco mató a cuatro individuos que eran contrarios a la política local y a tres delincuentes.
El papel del diario El Tiempo fue muy importante en la difusión de estas violaciones a los derechos humanos. Poco después, también fueron los encargados de contar el caso de Carlos Coronado, quien también fue asesinado.
Hubo ocasiones incluso en que los jueces exigían la protección de ciertos prisioneros para que no sufrieran ningún tipo de peligro, pero igual era aplicada la ley de fuga. Esto ocurrió por ejemplo en 1897 en Teocuitatlán.
Las dictaduras de países latinoamericanos también aplicaron la ley de fugas y años más tarde fue un método muy empleado por el ejército nazi.
Evitar el abuso de poder
Con el paso de los años se realizaron múltiples labores para evitar la violación de los derechos humanos, especialmente de los prisioneros. Se han creado diferentes herramientas para normar el uso de las armas por parte de los cuerpos policiales, aunque no siempre se cumplan estas directrices.
En el caso de México se castiga con una pena de seis meses hasta nueve años a quien dé facilidades para que un prisionero huya.
Referencias
- Flores Rangel, Juan José. Historia De México II. CENGAGE LEARNING, 2019.
- Lara, Fernando Luis. Diccionario Básico Del Español En México. El Colegio De México, 1986.
- Lund, Joshua. The Mestizo State. Univ. Of Minnesota Press, 2012.
- Marley, David. Mexico At War. ABC-Clio, 2014.
- Turner, John Kenneth, and Alberto Olvera Rivera. México Bárbaro. Universidad Veracruzana, 2011.