Las 27 Mejores Frases de Parménides
Te dejo las mejores frases de Parménides (530 a. C.-515 a. C.), probablemente el filósofo griego cuya filosofía se conserva mejor en la actualidad. Todo lo que se conserva de sus escritos es de un poema filosófico dividido en dos partes: La vía de la verdad y La vía de las opiniones de los mortales.
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-Igual me es todo punto de partida, pues he de volver a él.
-Dame el poder de producir fiebre y curaré todas las enfermedades.
-El cambio es una ilusión.
-Observar fijamente cosas que, aunque lejanas, todavía están presentes en la mente.
-Cada cosa es de la naturaleza de nada.
-Deja que la razón decida sola.
-No puedes reconocer el no ser, no puedes hablar de él, porque el pensamiento y el ser son la misma cosa.
-Los corceles me llevan tan lejos como mi ánimo alcance.
-Lo mismo permanece en lo mismo, y descansa en sí mismo.
-La razón acabará por tener razón.
-La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos.
-La música que no describa algo no es más que ruido.
-Todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada.
-Hay una historia que falta, un camino, ese es. Y en este camino hay muchos signos en los que el ser no es creado y es imperecedero, entero, único, firme y completo.
-Debes aprender todas las cosas, el corazón inquebrantable de la verdad persuasiva y las opiniones de los mortales en los que no hay garantía.
-Por tanto, todas esas cosas no son más que los nombres que los mortales les han dado, creyendo que son verdad.
-Pues una misma cosa es la que puede ser pensada y puede ser.
-Pues jamás domarás a ser a lo que no es. Pero tú, de este camino de busca aparta el pensamiento que pienses.
-No dejes que la costumbre nazca de la experiencia, fuérzate en este camino, dirigiendo los ojos y orejas sin rumbo, pero juzgando con razón.
-El universo, para aquel que supiera abarcarlo desde un único punto de vista, no sería, si estuviera permitido decirlo, más que un hecho único y una gran verdad.
-Solo podemos hablar y pensar sobre lo que existe. Y lo que existe no ha sido creado y es imperecedero porque es un todo, completo y no cambia. No fue o no debería ser diferente de lo que es ahora, todo a la vez, uno y continuo.
-Ea, pues, que yo voy a contarte (y presta tu atención al relato que me oigas)
los únicos caminos de búsqueda que cabe concebir:
el uno, el de que es y no es posible que no sea,
es ruta de persuasión, pues acompaña a la verdad;
el otro, el de que no es y el de que es preciso que no sea,
este te aseguro que es sendero totalmente inescrutable.
-Y ya sólo la mención de una vía
queda; la de que es. Y en ella hay señales
en abundancia; que ello, como es, es ingénito e imperecedero,
entero, único, inmutable y completo.
-Las yeguas que me llevan me condujeron hasta la meta de mi corazón, pues que en su carrera me trasportaron hasta el famoso camino de la deidad que, solo, lleva a través de todo al hombre iniciado en el saber. Hasta allí fui llevado, pues hasta allí me llevaron las muy inteligentes yeguas que tiran de mi carro, mientras que unas doncellas me enseñaban el camino.
-Una sola posibilidad aún de hablar de un camino queda: que es. En este hay muchísimos signos de que lo que es no se ha generado y es imperecedero, pues es de intactos miembros, intrépido y sin fin. Ni nunca fue, ni será, puesto que es, ahora, junto todo, uno, continuo. Porque ¿qué origen le buscarás? ¿cómo, de dónde habría tomado auge? De lo que no es, no te dejaré decirlo ni pensarlo, pues no es posible decir ni pensar que no es. Y ¿qué necesidad le habría hecho nacer después más bien que antes, tomando principio de lo que nada es? Así, necesario es que sea totalmente, o que no sea.
-Ni nunca la fuerza de la fe permitirá que de lo que no es se genere algo a su lado. Por lo cual ni generarse ni perecer le consiente la Justicia, soltando sus cadenas, sino que lo tiene sujeto.
-Tampoco es divisible, puesto que es todo igual, ni hay más en ninguna parte, lo que le impediría ser continuo, ni menos, sino que todo está lleno de lo que es. Por esto es todo continuo: porque lo que es toca a lo que es.
-Lo mismo es aquello que se puede pensar y aquello por lo que existe el pensamiento que se piensa, pues sin aquello que es, y en punto a lo cual es expresado, no encontrarás el pensar. Porque nada distinto ni es, ni será, al lado de lo que es; al menos el Destino lo ató para que fuese entero e inmóvil.