Historia

Costumbres del Renacimiento


Conocer las costumbres del Renacimiento nos permiten hacernos una idea sobre la vida en los siglos XV y XVI y conocer los modales de las personas, la forma como vestían, sus tradiciones matrimoniales o los tipos de viviendas en las que habitaban.

El Renacimiento surge en las ricas y grandes ciudades ubicadas en el centro de Italia a partir de 1400, extendiéndose luego por toda Europa.

Este cambio de pensamiento fue impulsado por los burgueses de Florencia, quienes anhelaban recuperar los conocimientos y tradiciones de la época clásica (Grecia y Roma). De allí se desprende que el término renacimiento signifique volver a nacer o instaurar de nuevo.

Costumbres renacentistas principales

Los ciudadanos pudientes de Florencia y de otras ciudades italianas y europeas, se interesaron en el estilo de vida de la antigüedad. Esto los condujo a establecer diversas costumbres.

1- Modales 

Era mal visto por la sociedad las excesivas muestras de afecto en público. Utilizaban gestos muy específicos para saludarse.

Algunas de estas formas de cortesía incluían apretón de mano derecha y palmada en el hombro para los caballeros e inclinarse frente a las damas como reverencia.

Entre las mujeres el saludo consistía en un gesto de beso dirigido a cada mejilla sin llegar tener contacto con la piel.

2- ¿Cómo vestían?

Como se observa en el arte, surge un renovado interés por la anatomía humana que también se reflejó en la indumentaria.

El objetivo de los renacentistas al vestir (en el caso de los hombres) era resaltar la masculinidad. Para lograrlo empleaban mangas anchas en casi todos sus tipos de trajes dando una apariencia musculosa a su portador.

Las mujeres llevaban vestidos marcados a la cintura y escotes para el busto. Acostumbraban a perfilar sus cejas, utilizaban diversos tocados, peinados y hasta se teñían el cabello.

3- Tradiciones matrimoniales

Los matrimonios eran elegidos o autorizados por los padres de los contrayentes. La tradición dictaba que se escogiera entre miembros de la misma comunidad o clase social.

La autoridad en el hogar la llevaba la figura masculina. La mujer debía encargarse de las labores del hogar y siempre bajo sumisión. Se consideraba que había cumplido su misión en la vida si lograba dar a luz a un hijo varón.

No era común o bien visto que un hombre permaneciera soltero. Aún si enviudaba debía luego escoger otra mujer para contraer nupcias.

4- Sus viviendas

En ciudades como Florencia se vivía en casas de dos o tres niveles. Estas se ubicaban en calles estrechas.

La vivienda representaba el valor social de sus ocupantes, lo que los conducía a hacerlas cada vez más grandes y mejores, y a conservarlas por generaciones.

La constante en estas viviendas era la presencia de un patio central que permitía dar iluminación y servía de espacio para la celebración de fiestas.

En cuanto a la limpieza, los desechos orgánicos se lanzaban por las ventanas hacia las calles, no sin antes anunciar la acción, siempre conscientes  de la preeminencia de los modales.

5- Estudio de los clásicos

En el renacimiento la instrucción en el conocimiento de la vida clásica se vuelve primordial tanto para las familias adineradas como para los individuos de estratos bajos.

Los primeros comenzaron a adquirir libros en latín. Hacían reuniones para discutir los ideales de Platón y estudiaban griego. Llegaron incluso a considerar en algunos círculos intelectuales que ya no debía hablarse toscano.

Para los segundos, el estudio del mundo clásico servía como plataforma para ascender socialmente, ya que así podían ser empleados por los grandes señores para trabajar en diversas áreas, sobre todo las vinculadas a las artes.

Referencias

  1. Hauser, A. (1968) The Social History of Art. London: Routledge & Kegan.
  2. Gombrich, E. (2000). Breve historia del mundo. Barcelona: Ediciones Península.
  3. Bajtin, M (2003). La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. Madrid: Alianza Editorial. Recuperado en: 4 de octubre de 2017 de: academia.edu
  4. Jones, A. (2000). Renaissance Clothing and the Materials of Memory. Cambridge: University Press. Recuperado: 4 de octubre de 2017 de: books.google.es
  5. Gombrich, E. (2007). La Historia del Arte. Nueva York: Phaidon